Partida Rol por web

Parece que alguien se dio un "festin" aqui... ¿debemos gritar por si hay algun superviviente? No querria recibir un tiro de "Fuego amigo" ... ¿Que pensais chicaS?

-Es arriesgado... pero la verdad es que dudo que los rusos tuvieran el más mínimo interés en estas cosas- mira al resto cuando empiezan a entrar dado que en la tienda en cuestión no parece haber nada peligroso y se hace con unos prismáticos que añade a su mochila -Recoged lo que veáis útil, quizá tenemos suerte y hay algo de visión nocturna...- después vuelve a ponerse la mochila y se acerca a la puerta que comunica con el hall principal.

-Intentaré moverme a un lateral, tú te mueves hacia el otro y entonces grito. Si alguien sale y no es un superviviente espero que le tengas a tiro- dice a Elmar para inmediatamente después ponerse en acción y salir para allá con precaución, aunque bien puede ser que ya les estén esperando.

Mientras Elmar y Michelle vigilan que todo este despejado Harmonie les dice al resto que entren a la tienda. Entrar y permanecer en silencio y coger lo que os pueda hacer falta. Harmonie se aproxima y coge una mochila y un par de botas de su talla además de unos prismáticos. Ahora cuando todo este despejado y pueda ir a mi habitacion cogeré lo mas importante y me cambiare de ropa....

Imito a Harmonie, y me hago con una mochila y un par de botas. Así no tendré que ensuciar mis zapatos de 1.000 doláres si estos tarados se empeñan en caminar por el barro. Guardo las botas en la mochila, y echo también unos prismáticos, seguro que irían muy bien para espiar desde las ventanas del hotel. Me encanta el voyeurismo.

A lo mejor hay alguien refugiándose en el hotel, es un sitio bastante grande, aunque lo más probable es que la gente que había aquí haya arramblado con todo y se hayan marchado en sus vehículos antes de que las cosas se pusieran peor. Por eso el parking estaba tan vacío, lástima no haber podido hacer lo mismo.

Camino detrás de los tipos duros, a ver si hay suerte y el que le hace la puesta apunto a Elmar es uno de esos dinos. Ahora que lo pienso... la zona de los velociraptores es bastante cerca, aunque dudo que haya ninguno en el hotel, a no ser que hayan aprendido a abrir puertas... jejeje.

Ver a Harmonie como nuestra nueva líder de acción hacía que perdiera mucho encanto, eso era para chusma como Elmar y la womanizer, pero bueno, una cosa no quitaba la otra, la pelirroja seguía estando muy follable.

Camino junto al grupo con docilidad, como una ovejita más en el rebaño. Espero que no se hayan llevado los vinos caros...

Antoine se agacha, y entre en la tienda. Busca y coge unos preismáticos. Pueden serle útiles. Salvo eso, poco más necesita. Quizás una copa de buen cognac, pero es vendría luego. 

Sin levantarse demasiado, se situa de nuevo cerca de la puerta por la que ha entrado. Sin armas, poco iba ha hacer. No obstante, agarra su machete con fuerza, listo para usarlo, si es menester. "Con suerte primero se comerán o dispararán al de seguridad y al picapleitos."

Harmonie se sitúa al lado de Barry no dice nada ya que piensa que no es un buen momento para hablar, si en el interior del hotel hay algún ruso o dinosaurio les podría escuchar y estarían en serios problemas. Por esa razón simplemente le dedica una amplia sonrisa al asesor jurídico.

Harmonie algo nerviosa por la situación coge con su malo la del abogado e intenta que sus nervios no se noten, intenta tener un semblante tranquilo para que el resto de sus compañeros permanezcan tranquilo también, aunque a estas alturas sera algo difícil.

No me daba miedo entrar el último, tampoco quedarme atrás, me sentía a salvo en el hotel, había sido casi como un hogar. Conocía las tiendas, esta en concreto tanto como la heladería, es decir, como la palma de mi mano. Puede parecer que no, pero soy un hombre de aventura, aventuras controladas, claro, no esta locura. Sentirse a salvo es el primer paso antes de ser devorado por alguno de aquellos depredadores de grandes garras y afilados dientes.

  Había mochilas, con muchos bolsos, me encantaban las cosas con muchos bolsos, era un seguro para meter decenas de instrumentos, será porque soy mecánico pero tener las herramientas a mano cuando las necesitas es una sensación casi orgásmica. Coger una de esas por la cara era interesante, fui a la sección de acampada, como si estuviese comprando en el centro comercial, con tranquilidad, mirando los productos, el dorso de los mismos...disfrutaba con aquello. Era una forma de no pensar en dientes, mordiscos, arañazos, sangre...

  Iría casi pasillo por pasillo, sabiendo muy bien lo que quería conseguir de aquella tienda, estaba bastante saqueada, pero tenía buen surtido. Sólo echaba de menos tener un helado en la mano, o almenos poder tomarse uno pronto. Mis pasos tranquilos me llevaron hasta el grueso del grupo, con la mochila de camuflaje en el hombro izquierdo, bastante cargada.

Cojo la mano de Harmonie y le devuelvo la sonrisa de forma cálida. Aisss si es que es un encanto. Me adelanto un poco sin soltarla, apenas un paso por delante de Harmonie, para que vea llevo la iniciativa y voy delánte, protegiéndola de cualquier peligro. Menos mal, parece que el sitio está tranquilo.

Miro a White un segundo, estaba cogiéndo bastantes cosas. ¡Venga! Todos a saquear la tienda de aventuras, lástima que no haya sombreros, que si no ibais a parecer todos un remake cutre de Indiana Jones. A ver si con las mochilas y algún cuchillo empiezan a creerse que están en alguna peli o algo, así serán los primeros que se coman los dinos. Jejeje.

Miro a la Womanizer, a ver si empezamos a movernos un poco más rápido y nos atrincheramos de una vez en las suites de lujo. Sonrío dando rienda suelta a mis más oscuros pensamientos.

Me coloco cerca de Barry, le miro y le sonrio asintiendo, para darle confianza, parece acojonado. Es un hombrecillo carismático, tenía a los juristas por unos hijos de puta reservados, pero este parece de otra forma. Me cae bien.

  Echada al hombro llevo la mochila, llena de utensilios que he ido recogiendo, primero mosquetones, nunca se sabe cuando necesitas un mosquetón, los usaba en muchos deportes de riesgo, después una pequeña navaja, una linterna grande, no ibamos bien de luz, y aunque hoy pasasemos una buena noche, mañana...nunca se sabe. Pilas, había pocas, pero podrían servir para las linternas y algún que otro ingenio mecánico y por fin, una cantimplora que colgaba de mi cinturón.

  La cuerda, bastante larga, de colores azulados alrededor de mi cuello y bajo mi brazo derecho, me sentía como un montañero, realmente satisfecho con la "compra"

El grupo llegó a la galeria, atravesando la tienda de Aventura sin contratiempos. El pasillo es bien amplio, enmoquetado, y va a dar a la sala de espectáculos, que ahora no tiene las sillas desplegadas. Junto a la sala de espectáculos está la tienda de lujo, donde venden recuerdos 'de otra pasta': joyitas, perfumes, relojes... y en general material bastante más caro. Parece que alguien pasó por allí y se llevó unas cuantas cosas, ya que se marchaba.

No se oye a nadie tras el grito de aviso de los compañeros... tan solo un poco de lúgubre eco. Ni pisadas, ni gruñidos, ni gritos ni voces... solo calma

Afuera empieza a chispear, y en Nublar, suele chispear por poco tiempo antes de ponerse a llover en serio.

Esquema de la primera planta

Harmonie avanza con el resto cuando de pronto cae en algo. Mierda.... Harmonie se para y se da la vuelta mirando al interior de la tienda de aventura. mmmmm ¿White cerraste la puerta de la tienda de aventura? Fuiste el ultimo en entrar ¿No?

Harmonie aun siendo una de las lideres mira a Michelle y Elmar esperando que ellos digan algo también. White disculpa pero podrías ir a cerrar la puerta.... Los heridos que vengan con migo quizá en la sala de seguridad tengan algo para curaros. Dios cuando antes termine de curarlos antes me podre ir a dormir....

- Claro, no hay problema. - La puerta...eres tonto White. Te crees que estás en un sitio seguro, ¿no? Ni en tu casa dejarías la puerta abierta. ¡Si! ¡Y lo sabes! No, no me discutas...John avanzaba tranquilo hacia la puerta , estaba a la vista. con la diestra sujetando el asa de la mochila sobre su hombro, como un aventurero nato. Desde luego como aventura de riesgo gana bastante...sin embargo, lo del riesgo a morir me gusta más cuando no es auténtico. En la mente de White el rostro de uno de aquellos bichos que había atacado el autocar apareció frente al cristal, en la oscuridad, rompiendolo y lanzandose sobre él, como lo hizo sobre aquella pobre mujer que trataba de huir hacia ellos. Menuda putada...

 Cerraría la puerta, y buscaría algún estante ligero para bloquearla, no fuera que algún golpe de aire o cualquier empujón inocente de un animal la abriese y diese paso a una carnicería. Aprovechando, echó un ojo hacia afuera, era costumbre asegurar el vehículo cuando lo aparcabas, siempre surgían las dudas ¿Habré cerrado bien? ¿Me habré dejado abierto el maletero? Pero esta vez, aquellas dudas eran la menor de mis preocupaciones, claro que había cerrado bien. Como para dejarlo. Había puesto el freno de mano, había trancado las puertas y todo estaba en orden. Busqué a aquellos dinosaurios en el horizonte, quizás no pudiese verlos desde allí. Comenzaba a llover nuevamente, con un suspiro que llenó de vaho el cristal pensé. Hala white, humo, que chispea. Y con una gran sonrisa me dispuse a volver con el grupo..sin embargo, observé como el suelo temblaba y algo agitaba los árboles del camino, parecía...tenía que ser un animal. volví apresurado y susurro, tratando de no alarmar a los presentes.

 - Creo....creo que algo nos ha seguido hasta aquí...- Señalaba timidamente a la puerta, en dirección hacia los árboles. Lo decía muy en serio.

"No hay nadie, y eso es bueno". Piensa Antoine. Ahora luce una satisfecha sonrisa. -Tres bien- dice, casi en un susurro. En realidad, solo ha pensado en alto. Mira a White, extrañado, como va de compras. "¿Pero que hace? ¿Mirar si tienen bolitas de nieve de navidad?" piensa. Luego gira su vista nuevamente hacia el grupo. Ve como unos cuantos van a la sala de seguridad. 

-Oh, deja que te acompáñé, s'il vous plaît.- Dice Antoine a Harmonie, mientras coge rápido una mochila de la tienda. -Te ayudagé a llevag lo más útil, como las medissinas, pog ejemplu.-  "Además, quiero ver que hay en esa sala de seguridad." No sabía manejar armas, pero si había alguna, se la agenciaría. Estaba ya algo harto de que se repartieran los recursos armamentísticos siempre los mismos. Que los que sabían manejarlas las tuvieran, era bueno, pero que se las quedaran todas, quizá no. además, Un cuchillo no era una gran defensa, y mucho menos contra los dinosaurios. Algo que disparara le vendría bien. 

Y luego, quizás iría al restaurante, o a la cocina. Seguramente, los licores de más calidad estarían ahí. Y más que un descanso, lo que necesitaba era un buen lingotazo. 

Entonces cae en las palabras de White. Ahora Antoine se cabre, y contrae una expresión de ira y frustración. -Pour être la merde, salauds d'une chèvre malade*- dijo, bastante alto, pero sin moverse. 

-De acuerdo, nos moveremos a la Enfermería y cuando Harmonie termine subiremos al primer piso para descansar... Mientras os echa un vistazo organizaremos las guardias- mira a Elmar de reojo, el peor de todos, después a Annie, la cuál también ha tenido que soportar dolores durante largas horas. Se merecen un tratamiento algo mejor.

Michelle relaja un poco la posición tras comprobar los pasillos, al menos la zona accesible para ellos. Mantiene la puerta abierta y deja que la gente se vaya moviendo hacia la siguiente sala, algunos más cansados que otros, en lo cuál se fija para ir organziando mentalmente los grupos que tendrán que turnarse. Preferiría prescindir de los más heridos...

Su atención es entonce sinterrumpida y reclamada por el aviso alarmista de White. Espera que no sea otra de esas bromas pesadas como la que quisieron gastarle a Barry, pero su cara parece indicar que por desgracia va en serio.

-¿Lo dices en serio? ¿No nos dejarán en paz ni un minuto...?- replcia con frustación mientras se acerca a las vitrinas y saca los prismáticos recién adquiridos para contemplar y vigilar el exterior.

No ves nada raro... Ni desde luego ningún dinosaurio.

Elmar cubre cada area por la que pasa con su rifle, atento a cualquier leve variacion.

Harmonie, os sigo... no hagamos mucho ruido por si acaso, ¿ok?  Seria conveniente que alguien se quedara vigilando las escaleras desde arriba mientras revisamos las plantas superiores.

Sigo a los compañeros sin hacer ruido. El silencio del hotel me pone los pelos de punta. Con todo el trabajo que he tenido desde que he llegado a la isla, no me ha dado tiempo de disfrutar de sus comodidades. Y ahora, tiene un aire un tanto siniestro con todo apagado. Apretando los dientes consigo mantener el ritmo de la gente. Al pasar por la tienda me he apoderado de una pequeña mochila, una linterna nueva y unos calcetines secos. Para mi siempre ha sido muy importante tener los pies calientes, y con el trompazo que tuve con el tiranosaurius me entró agua dentro de las botas y no paro de notar los pies húmedos. Escucho a Michelle comentar que subiremos a la enfermería para que Harmonie pueda atendernos como es debido. Con un gesto de cabeza le agradezco ese pequeño detalle. De repente vuelve John comentando que ha visto algo. Siento mi piel ponerse de gallina, me siento tan cansada...

No, creo que no vamos a tener ni un minuto de tranquilidad... Susurro desanimada en respuesta al comentario de Michelle.

Randall pasó el último por la tienda de aventura y pilló unas botas de su talla, la típica mochila, una linterna y... repelente de mosquitos. La verdad es que los mosquitos de la isla le tocaban bastante la moral. Parecían F16, más que mosquitos.

Salió al pasillo y cerró la puerta. Enfrente estaba la tienda pija, llena de cosas inútiles y pijas. Aunque quizá el perfume de chanel ahuyentara a los velocirraptores... nunca se sabe.

Miró a White un momento, parpadeando.

-Oye, vamos a comer algo. Los helados se van a echar a perder, y me apetece un brownie después de algo de pan y queso...

Lo segundo, evidentemente era de coña. Luego miró a las chicas.

-Deberíamos pasar por la cocina antes de subir a la última planta. Creo que allí podríamos encontrar más suministros que en el centro de visitantes.

Randall también pensó en pasarse por la tienda de souvenirs, a por una muda. Él no había cogido ninguna.

Los pasos de Randall sonaron poco sobre la moqueta, de camino a la tienda de Souvenires. Miró a través del cristal, no había rastro de peligro alguno, y la tienda era considerablemente más completa que la del centro de visitantes. A un lado estaba vestuario, en el centro, tonterías varias y libros, y al otro lado, peluches y juguetes.
Varios peluches grandes adornaban la entrada de la tienda, con unas etiquetas un tanto... hinchadas, pero seguro que la gente pagaría por el sello de Jurassic Park.

Abrió la puerta, y entró pasando al lado de una pila de juguetes en sus cajas, con un T-Rex de unos 50cm de altura encima de la torre.

¡¡GROAAAAAAAARRRRRRRR!!!

No estaba alerta, sino probablemente el juguete hubiera acabado reventado por un cartucho del doce, como cierta rata.
Una lucecita roja en la peana del muñeco indicaba que funcionaba a pilas, y mientras el muñeco movía la cabecita y las manos, y seguía rugiendo, pudo leerse el cartelito que lo acompañaba:

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