Partida Rol por web

-Los raptores... ¿Habrá más por toda la isla? -pregunté, temerosa.

Ni idea, pero no pienso quedarme para averiguarlo... -dijo Calvin mientras revisaba por encima el cargador de su ametralladora-. Hemos de continuar.

Entonces Roy confirmó que los había. En realidad aquellos animales eran muy tribales, muy familiares, pero Isla Muerta era muy grande, y no estaba tan muerta al fin y al cabo.

Espero que el puesto avanzamos que buscamos esté en la montaña -decía el alpinista-. Por lo que sé, cuanta más altura los animales son menos frecuentes, excepto las aves, ¿había dinosarios voladores, verdad?

Todos sabíais que sí. Los más famosos eran los Pterodones y los Pterodáctilos, aquellos "lagartos" de pico exacerbado y grandes alas, como las de un cóndor, capaz de surcar los cielos y cazar en picado. Sin embargo nadie más dijo nada, sino que os fuísteis alejando de la valla de contención hacia el sur, hacia el punto donde se alzaba el puesto de observación.

Una vez "recuperados", pues aquella experiencia visual sería algo que os atormentaría el resto del viaje, vístes en la falda de la montaña el puesto avanzado. Debía estar a unos dos o tres kilómetros, pues habíais recorrido entre siete y ocho.

Tras avanzar con bastante tensión, ahora lo teníais delante, en la falda de una montaña, y os alegró comprobar que se trataba de una moderna instalación de estudio de dinosaurios y observación de animales. Al menos eso estaría protegido. Lo curioso era que alrededor de todo el edificio existía gran estructura enrejada que os daba seguridad, a modo de jaula, con forma de cúpula semiesférica.

Una vez entrásteis en el recinto y avanzásteis hacia la moderna instalación del Puesto, vísteis que que delante de la entrada principal había un vehículo propiedad del centro (tenía su logotipo en las puertas). Parecía que estuviera colocado a propóstivo como para obstaculizar la entrada y así evitar que se abriera desde el interior. El jeep parecía estar en buenas condiciones, aunque tenía numerosos arañazos en algunas partes laterales de la carrocería.

Una vez que nos encontramos en el interior del recinto, observo sorprendida que hay vehículo que se halla obstruyendo directamente la entrada de las instalaciones del puesto. Sin duda, es una mala señal..

-Sea quien sea el que hizo eso, parece que no quería que algo saliese del interior de las instalaciones -dije, señalando a la posición en la que había quedado el coche con respecto a la entrada. Entonces me fijé en los arañazos que se observaban en la carrocería. No pude evitar pensar en los velocirraptores de los que habíamos escapado antes y sentí un escalofrío recorriendo la espalda-. Quizá debiéramos dejar ese vehículo como está y buscar una forma alternativa de entrar. Aunque sólo sea por precaución...

Y por fin llegamos a las instalaciones, respiré aliviado. El edificio estaba en el interior de una especie de cúpula redonda, como una alambrada. Miré para arriba y aparentemente no había ningún peligro. La alambrada podía jugar a nuestro favor, protegiéndonos de los dinosaurios de fuera...pero también en nuestra contra, pues si allí dentro hubiese algún dinosaurio peligroso, nos será más difícil huir. Digámos que aquella alambrada no me gustó demasiado.

No podíamos acceder a la entrada principal. Junto a la puerta de entrada habían aparcado un coche, que a todos nos pareció que estaba de aquella manera deliberamente, para impedir la entrada o salida del edificio.

- Estoy de acuerdo con Helen en no tocar el vehículo, dejémosle así de momento, ya nos hemos metido en suficientes lios por hoy. Puede que en la parte de atrás del Puesto haya otra salida, o alguna ventana entreabierta. Vayamos a mirar.- Con el rifle en la mano y junto a mis compañeros dimos un rodeo hacía la parte trasera del edificio, buscando otra forma de entrar. 

Aquel coche bloqueaba la entrada. Por ello, Miller avanzó hasta la parte trasera del complejo, pistola en mano y con sumo cuidado. Helen fue detrás, seguido por Casey y finalmente Calvin, quien cerraba la marcha con su ametralladora apuntando nervioso en todas direcciones. En la parte trasera del edificio veíais varios accesos a modo de puertas metálicas cerradas, visiblmente imposibles de atravesar. Claro que, Miller escudriñó bien la situación y contempló una ventana a media altura, la cual tenía una escalera de incendios recogida sobre sí. Estaba situada sobre una especie de caseta a baja altura de electricidad, como de un generador. Tal vez alguien podría escalar la pared de la misma, llegar hasta la ventana y liberar la escalera hacia abajo para que subiera el resto. De momento no había otra alternativa de entrar en el complejo a excepción, claro está, de empujar el jeep de la puerta principal y acceder por allí.

-Chicos, creo que podría llegar hasta esa ventana y descolgaros la escalera -indiqué, tras haber calculado que la ventana no se hallaba a gran altura-. Deseadme suerte, ¡que voy!

Nunca hubiera pensado que aquellos veranos gastados en cursos de Arqueología Extrema en la universidad hubieran podido servirme para algo, pero en esos momentos sentía que era la mejor manera de resultar útil para el grupo. Tomando carrerilla, me encaramé a la pared de la caseta y comencé a trepar por ella ágilmente.

Una vez que lo lograse, trataría de llegar hasta la ventana y dejar que la escalera se liberase para que mis tres compañeros pudieran trepar por ella con total normalidad.

Vamos Helen, suerte con esa escalera. Lo harás muy bien- Animé a mi compañera Helen, en la que confiábamos plenamente. Mientras Helen trepaba, estuve mirando hacía los lados para asegurarme de que no había ningún peligro. No me daba buena espina ese lugar alambrado, ni ese coche de la entrada...Chicos imagino que si entramos por aquí, se podrá de la misma forma salir ¿verdad? No nos olvidemos que la entrada está bloqueada por aquel coche...

Di por hecho que si, quizás se trataba de una salida de emergencia o algo así. De cualquier forma esa escalera ahora mismo era nuestra única manera de entrar en el edificio. 

Helen comenzó a trepar, recordando todos los consejos del instructor en sus Clases de Arqueología. Benditas horas dedicadas a aquellos seminarios. La joven escaló por la caseta baja, animada por Roy y ante la atenta mirada del alpinista (que bien podría haberse ofrecido él) y Casey, aún con su ametralladora en mano. Acto seguido la paleontóloga logró alcanzar la ventana y el rellano metálico para luego descorrer el elemento de seguridad y hacer caer la escalera hacia abajo.

¡BOOOOM! ¡¡CRAAAAAFTTTT!!

La escalera metálica cayó hacia abajo, tramo por tramo, y mientras se desplegaba emitía fuertes estallidos por los impactos. Sin embargo, ésta estuvo lista para que el resto pudiera acceder. Instantes después los militares y el alpinista llegaron hasta la ventana. Sólo tuvieron que empujar una especie de lámina transparente con algo de fuerza, hasta que finalmente cedió. Tras colarse por ahí, vísteis todo el complejo interior: una especie de "fortaleza" bastante diáfana en cuanto a muros. Claro que, desde allí arriba, no veíais gente en el espacio inmediatamente que teníais delante. Vosotros estábais ahora en una especie de altillo, sobre unos transformadores, por los cuáles descendísteis con cuidado hasta tocar el suelo. Lo habíais logrado: estábais dentro*.

Una vez allí contemplásteis en la pared más próxima un gran mapa de las instalaciones, obligatorio en todo el edificio. Mirándole era realmente difícil perderse allí. De los científicos y comisarios de las Naciones Unidas que supuestamente tendrían que estar allí no había rastro alguno.

Una vez dentro del edificio me dirigí a mirar el mapa. A simple vista parecía fácil. Dar una vuelta por todo el complejo me pareció lo más sensato, por si encontrábamos algún objeto o pertenecia de los trabajadores y científicos que en teoría tendrían que estar allí, pero que parecían no estar en aquel lugar. Las dos salas que creí más importantes eran la SALA DE REUNIONES y la SALA DE COMUNICACIONES.

- Bien chicos- Dije a mis compañeros mientras miraba a nuestro alrededor- ¿Qué os parece si empezamos por la Sala de Comunicaciones? Así damos el aviso de que ya estamos dentro del edificio, si es que podemos contactar con John Hammond claro. Quizás en esa sala haya algún infome de los trabajadores explicando el motivo de su ausencia.

Cuando todos estuvimos dentro, me acerqué a Roy para echar un vistazo al mapa. No parecía que se tratase de un edificio con una estructura muy compleja, por lo que no nos resultaría demasiado complicado explorarlo para llevar a cabo nuestra misión. Sin embargo, cada vez que observaba la herida de mi brazo, me preguntaba si allí dentro no encontraríamos a algún "visitante inesperado".

-Es buena idea, Roy. La sala de comunicaciones se encuentra relativamente cerca -indiqué, observando el mapa, pensativa-. Además, nos servirá para contactar con Hammond e informarle de lo sucedido. Tal vez pueda proporcionarnos algún tipo de ayuda.

Sí, acabemos de una vez... -dijo Calvin apuntando el fondo del pasillo con la ametralladora-, esto no está pagado.

Entonces se paseó por toda la sala, toqueteando todo lo que encontró a su paso.

Casey no tuvo reparo en qué visitar, por lo que avanzásteis según las indicaciones del mapa hacia la sala de comunicaciones. En ella había una especie de columna central metálica, en cuyo interior debía haber infinidad de cables de alimentación de aquella parte del complejo. A su alrededor se colocaban varios puestos informáticos con sillas y documentación en papel, entre otros materiales de oficina. En los bordes de la sala varias pantallas de control y vigilancia de todo el Puesto de Avanzada aún seguían encendidas. Además, desde las mismas parecían controlarse todo tipo de registros, tal vez de dinosaruios o incluso del circuito cerrado de vigilancia del complejo (pues así había un par de de pantallas dedicadas a estos dos usos exclusivos).

Aparte de ello, en un lateral podíais ver una gran mesa que albergaba varios equipos de radio, desde los cuáles supuestamente servían para que los científicos de Isla Muerta informaran en cualquier momento al puesto de Isla Sorna.

Eso sí: no había vida en aquella sala. Os daba una sensación de soledad inmensa.

Menuda mierda -se quejaba Casey-. Aquí no hay nadie. ¿Y ahora qué diantres hacemos? Hammond me aseguró que era una misión de exploración, pero no de búsqueda. ¿Acaso podemos volver al helicóptero sin noticias de nadie?

Volver al helicóptero... -repitió el miltar-. Eso en caso que nos dé tiempo volver... ¿Que habrá en esas cámaras? -preguntaba señalando con la cabeza la pantalla de vigilancia-.

-Sea como sea, tenemos que terminar la misión, no podemos irnos sin saber lo que sucedió. O Emma habrá muerto en vano -dije, con cierta amargura en mi tono de voz-. Debemos averiguar qué pasó en este lugar. Puede que... no sé... ¿Quizá hubo un sabotaje? O esos velocirraptores escaparon y provocaron todo esto... Deberíamos registrar todo este edificio. Puede que encontremos información que nos indique qué es lo que sucedió.

Decido aproximarme hasta las pantallas de vigilancia que continuaban encendidas para echar un vistazo, buscando en ellas cualquier detalle que no pudiera parecer fuera de lo normal.

Traté de manipular el ordenador que controlaba el circuito para poder determinar si podía lograr que se viera algo en las cámaras, pero siempre había sido una negada de la informática, por lo que, a pesar de que estuve echándole un vistazo a la computadora, no supe cómo manipular el ordenador.

-Creo que no podremos sacar nada en claro -murmuré, mordiéndome el labio, inquieta-. ¿Qué tal si tratamos de manejar los equipos de radio? Puede aún funcionen.

- No podemos irnos ahora Calvin, hemos de averiguar que ha pasado aquí, que ha pasado con los trabajadores. Como bien dice Helen lo debemos de hacer por Emma- Le dije a Calvin un poco indignado, no podía creer que se rindiera tan pronto.

- Chicos, intentaré manipular el computador, con suerte podremos acceder al ordenador y ver las pantallas de vigilancia- Me dispuse a encender el ordenador, siempre se me había dado bien la informática, aunque nunca había manipulado un ordenador de ese tipo- Quizás desde aquí también podamos manejar los equipos de radio, voy a ello.

Parecía demasiado complicado para Helen aquellos equipos tecnológicos. El circuito cerrado de vigilancia estaba controlado por un panel entero de botones y teclados, y el equipo de radio era bastante complejo también. La paleontóloga sólo pudo dejar paso a Roy (ya que ni Casey ni Calvin tenía bastante idea de electrónica o informática). Miller se acercó al panel de control de las cámaras, se hizo con el software de gestión y comenzó  buscar en los registros controlados por éste como si de un informático experimentado se tratase. Seguramente habría hecho labores similares en el ejército, pues logró acceder a la base de datos de las cámaras, logrando hacer una previsualización de diferentes horas y días en todos los monitores.

Tras hacer una búsqueda del último día (el día en que los comisarios y científicos del Puesto de Avanzada habían desparecido), Roy el y resto veíais ahora a un grupo de cuatro personas que corrían cerca del garaje del puesto, y eran finalmente atacados por un dilophosaurus. Podía verse cómo alguna de esas personas disparaban algún tipo de arma, pues se apreciaban varias ráfagas de disparos. Lo que ocurría después dejaba de estar en imagen, y no lograba verse (ni siquiera si habián podido huir del animal o no).