Partida Rol por web

Jurassic Park - Rescate en Isla Muerta

Parte 3. Reunión inesperada

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27/01/2019, 20:52
Roy Miller

Al llegar al Puesto de Seguridad nos encontramos una pequeña habitación con grandres armarios...llenos de armas para nuestra fortuna.

- Chicos coged todo, no dejamos nada aquí- Le dije a Helen y Calvin. Cogí la ametralladora, un dardo tranquilizante y una de las bengalas. Le hice gestos a Calvin para que él tomase todo lo demás. El TRex se escuchaba muy cerca y aunque era mi preferido de todos los dinosaurios, no iba a dejar que nos cazará. Confiaba en que las nuevas armas nos ayudasen a salir vivos de aquel lugar- Si viene hacía nosotros permanecer quietos y prepararos para atacarle con todo lo que tenemos: dardos, granadas, ametralladora...

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29/01/2019, 22:26
María López

¿Suficiente? Pues... la cantidad es... ¡creo que sí! -respondió nerviosa por los ruidos la doctora López a Helen mientras Roy y Calvin se repartían las armas-.

¡BBOOOM! ¡¡BOM! ¡¡BROROMMM!!

Oíais crujidos a izquierda y derecha, cerca, muy cerca. Aquel enorme saurio modificado parecía estar buscando algo en concreto.

¡Sólo se me ocurre algo por lo que haya irrumpido aquí! ¡¡El olor!! ¡Nuestro olor corporal! ¡¡Vienes.... hacia noso...!!! ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!

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29/01/2019, 22:28
Director

Entonces la pared lateral explotó, pero sin deflagración alguna; en realidad el T-Rex había golpeado como si fuera papel la pared con su cuerpo, irrumpiendo como un rompehielos en un casquete polar y arrasando con todo. Pantallas, taburetes, mobiliario y demás utensilios volaron por los aires, fruto de la destrucción... Y el dinosaurio, mucho antes de divisaros a todos en la sala de seguridad, abrió sin miramientos sus fauces y engulló a la doctora. Aquel ahogado grito fue lo último que eschásteis de su persona.

Notas de juego

María López ha muerto.

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29/01/2019, 22:28
Calvin White

¡¡Mierda!! ¡¡La está engullendo...!! -gritó Calvin-. ¡¡Es el momento de huir!! ¡¡CORREEEDDD!!

Entonces todos salieron huyendo por la puerta que daba al laboratorio de clonación. Antes de acceder a él vísteis a través de la puerta cómo este estaba también destruido, fruto del huracán carnívoro que ahora os perseguía.

Notas de juego

El Rex os tiene en el punto de mira.

Tenéis dos opciones: enfrentaros al rex o huir mientras degusta a la doctora López. En  caso de huida, haced una tirada referente a huir/Correr, ya que el laboratorio está ahora patas arriba, fruto de la irrupción de Tiranosaurio.
 

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29/01/2019, 22:49
Roy Miller

El Rex salió de repente de la pared, rompiendo y destrozando todo a su paso...incluido a la doctora Maria. Nosotros con las nuevas armas en la mano le teníamos justo delante. Mi primer instinto fue huir...pero antes le disparé un dardo tranquilizante, para ganar algo de tiempo. Una vez lanzado el dardo me dirigí a mis compañeros (a Helen y Calvin). Corredd todo lo que podáis, ve tu primero Helen- La dije a mi compañera con la intención de cubrirla las espaldas, ella no tenía armas. Iré detrás por si se acerca demasiado disparar con la ametralladora. Correr por allí no era nada fácil, di gracias a los años de entrenamiento y a los tanto circuitos de obstáculos que nos hacían hacer.
 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tirada del Dardo: 2 dados pues como militar estaba acostumbrado a disparar, imaginaba que disparar el dardo sería como disparar una arma

Tirada Huir: 2 dados por los circuitos de obstáculos que había hecho en su formación

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30/01/2019, 01:41
Helen Reed

-¡Oh Dios mío, oh Dios mío! -exclamé, sumamente alterada al ver que el T-Rex estaba devorando a la doctora López.

Aquella mujer no me había caído demasiado bien cuando había mostrado cuál era su postura con respecto a la creación de los dinosaurios modificados, pero no se merecía morir de esa forma. Nadie merecía morir de esa forma.

Mientras veía cómo el T-Rex devoraba a la doctora, dejé escapar un grito de terror. Me giré, asustada, hacia Roy cuando lo oí hablarnos a mí y a Calvin. Asentí a las palabras del joven militar y eché a correr, despavorida, para escapar del edificio, queriendo poner tierra de por medio de inmediato entre el gigantesco dinosaurio y yo.

Solo esperaba que todos pudiéramos escapar con vida de aquella pesadilla.

- Tiradas (1)
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30/01/2019, 22:53
Director

Roy lanzó uno de los dardos que había tomado. Era una especie de proyectil que se disparaba desde la estructura, similar a una pistola, donde estaba incrustado. El caso es que parecía ser de un sólo uso. Roy Miller no se lo pensó, y justo cuando el Rex devoraba a la doctora López apuntó lo mejor que pudo...

¡¡BBBZZZZAFFFF!!

El dardo salió disparado, impactando justo en el cuello del gran animal. Sus fauces se abrieron y gimió un poco, centrando ahora su atención en el grupo que corría. Como ya había devorado a la doctora por completo echó a correr tras todos el grupo. Eso sí, el efecto del dardo, que era tranquilizarte, hicieron que su carrera fuera irregular, y sus pasos destrozaran las paredes que iba cruzando en su ahora torpe carrera. Helen echó a correr, pese a que estaba herida desde hacía muchas horas, y puso pies en polvorosa, intentando salir de allí tan rápido como pudo.

Calvin disparó entonces al dinosaurio, creyendo que aquel dardo de Roy lo había dejado casi K.O. Nada más lejos de la realidad: el Rex no estaba fuera de juego, sólo algo aturdido; pero hacían falta más dosis como esas para reducirlo. Por ello, y pese a que las balas no hicieorn sino salir disparadas por doquier, el dinosaurio tomó al militar y éste sólo tuvo tiempo de gritar, al igual que lo había hecho López, justo antes de morir. ¡¡Calvin tambien había sido devorado!!

Acto seguido Roy, Helen, Strutz, Rachel y Gambit corrieron por el laboratorio de clonación. Al mirar para atrás sólo podíais ver a esa amalgama de dientes y piel verduzca correr detrás de vosotros. Tras girar la última esquina del laboratorio, del que por cierto los agigantados pasos del Tyranosaurio lo derribaban todo, pudísteis ver la salida principal, justo por la que habíais entrado. Y allí os dirigísteis.

Por suerte salísteis todos, pero una vez afuera, justo cuando pisásteis el césped del exterior, dos pteranodones cayeron en picado hacia el suelo, hacia vuestra posición, y lograron atrapar a dos de vosotros: Rachel Wan y el comisario Strutz. Aquellos dos jóvenes gritaron justo antes de ser llevados en volandas y hacia las nubes sotenidos en las enormes patas de aquellos dinosaurios voladores... ¡¡Y EL REX VOLVÍA DETRÁS DE VOSOTROS!!

Notas de juego

Estáis fuera del centro, pero no de la instalación. Tenéis dos opciones otra vez: enfrentaros al rex o intentar huir. En caso de huida, haced una tirada referente a Huir/Correr dificultad 3 (menos de lo normal, dado el estado de embriaguez del Rex).

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31/01/2019, 01:44
Helen Reed

-¡Calvin! -grité, horrorizada al ver que nuestro compañero acababa de morir devorado por el T-Rex.

Sentí gran frustración al ver lo sucedido. "Calvin... eso no tenía que haber pasado" pensé para mis adentros. Calvin siempre había estado a nuestro lado y guardaba la esperanza de que los tres lo consiguiéramos, pero ahora...

Aquella muerte me había afectado tanto que apenas llegué a prestar atención a cómo aquellos pteranodones se llevaban en volandas a los dos comisarios. Teniendo en cuenta que probablemente los estuviese llevando a sus nidos para devorarlos allí, les esperaba un amargo final. Eso me hizo pensar en Casey, quien también había sido llevado por uno de los pteranodones. ¿Seguiría Casey vivo o ya habría muerto a manos de uno de esos dinosaurios voladores?

Sintiendo que el corazón se me salía del pecho, traté de continuar corriendo, aunque las piernas cada vez me pesaban más y percibía que el T-Rex cada vez se aproximaba más.

-¡Corre, Roy, sálvate tú! -le pedí a mi compañero, agotada mientras corría, sabiendo que él estaba en mejor forma física y podría dejar fácilmente atrás al T-Rex.

- Tiradas (1)
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08/02/2019, 18:57
Roy Miller

Calvin Nooooo- El Rex devoró a nuestro compañero y amigo Calvin delante de nuestros ojos...y fue algo que realmente me afectó, sentí frustración al no haber podido hacer nada...mis ojos se llenaban de lagrimas. Pero sin tiempo para lamentaciones conseguimos salir del edificio. Una vez fuera la cosa siguió igual o peor, pues dos dinosaurios voladores se llevaron a Rachel y al comisario. Aquello era una locura, una masacre...Para colmo el TRex seguía empeñado en acabar con cada uno de nosotros. Salí a correr junto con Helen. Al ver a mi compañera aturdida y sin fuerzasr, me vinieron ganas de llorar otra vez. No Helen, no pienso dejarte aquí. Me giré hacia el enorme TRex y empecé a disparar hacía el dinosaurio. Mis disparon iban descontrolados, con la rabia que tenía y los ojos con lagrimas, solo podía disparar a diestro y siniestro, sin ni siquiera poder pararme a calcular el disparo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Disparar: 2 dados pues como militar estaba acostumbrado a disparar, imaginaba que disparar el dardo sería como disparar una arma

Huir: 2 dados por los circuitos de obstáculos que había hecho en su formación

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08/02/2019, 19:22
Roy Miller

Viendo que los disparos no hacen nada al TRex, agarró a Helen y salimos a correr, la empujo delante mia y la llevo de la mano para subirnos a un árbol.

Notas de juego

No se si me darás por bueno esta última actualización. Recuerdo que ambos (Helen y Roy) son buenos trepando. Y como ya estamos fuera del edificio, tendremos árboles cerca

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09/02/2019, 21:44
Director

Notas de juego

No puedo darlo por bueno. En una situación en la que corréis "como pollos sin cabeza" no veo lógico que puedas ayudar a Helen y huir... y subir a un árbol. Lo siento.

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09/02/2019, 21:44
Director

Helen corrió.

Su intento de huir del radio de visión de aquel ser enorme hizo que, en su carrera, se tropezara con un foco incrustado en el terreno (de aquellos que se activaban por la noche e iluminaban la entrada del complejo, en su parte inmediatamente exterior). Entonces cayó de bruces, golpeándose el rostro contra el césped. Acto seguido gritó a Roy para que huyera... Roy, por contra, trató también de huir, y pudo salir del complejo el primero de los tres. La misma mala fortuna tuvo el guarda de seguridad John Gambit, el cual torció su dirección de huida hacia la derecha, sin apenas darse cuenta de que la entrada del complejo, a través de la valla, estafa enfrente y no en la dirección que recorría. Por un momento, el Tyranosaurio se fijó en Helen, pero ésta, al estar tendida unos instantes en el suelo, permanecía más quieta que la carrera de Gambit. Por ello, el saurio movió su cabeza y comenzó a correr detrás del guardia... Aquello le dió unos preciosos segundos a Helen para levantarse y correr detrás de Roy, mirando con desesperanza el destino de Jhonny: el Rex despedazaba su carne y sus ropas, y en pocos segundos apenas se oían ya sus desesperados gritos antes de su muerte.

Helen y Roy se reecontraron en la entrada del recinto, delante del tramo de valla que el spinnosaurus y el primer Rex habían destrozado (os acordábais cómo a través de las pantallas del circuito cerrado de vigilancia los dos especímenes que luchaban entre sí cayeron sobre la misma y murieron electrificados). Ambos comprobásteis que el Tyranosaurio aún en pie estaba devorando a su última víctima, y fue el último instante en que observásteis a aquel ser modificado genéticamente, pues huísteis de correr como si no hubiera un mañana...

Aquella pradera no daba lugar a encontrar demasiados escondites. Las lomas del paisaje no eran abruptas, apenas había vegetación estable y pocas formaciones rocosas dibujaban el paisaje. Sabíais que no podíais alejaros demasiados de ese punto, pues en poco menos de una hora un helicóptero de InGen sobrevolaría la zona. Claro que, tampoco podíais esperar a cielo abierto, por lo que hubísteis de huir hasta una hondonada; una pequeña depresión del terreno que, junto a un arroyo formaba un pequeño cañón rocoso. Una vez en su parte inferior, tuvísteis la suerte de encontrar una cueva: un pequeño hoyo donde apenas podía caber tres personas y, por supuesto, no podían hacerlos grandes dinosaurios. Por ello, os refugíásteis allí.

* * *

Tan sólo quedábais dos. Dos supervivientes de, al menos, una o dos docenas. Comisarios europeos, científicos y el equipo de rescate, osea, vosotros. Casi todos habíais perecido en aquel infierno, aquella isla rodeada de montañas altas excepto por el sur. Tras un buen rato vislumbrando agachados el cielo desde la entrada de la pequeña cueva, oísteis un pequeño estruendo.

Era constante, y parecía acercarse cada vez más y más.
Tras asomaros con más vehemencia, una silueta oscura y metálica cruzaba el cielo en esos momentos. Era el helicóptero. Arriba no hacía muy buen tiempo, pues las nubes tapaban el día soleado; sin embargo, hubísteis de arriesgaros, salir de vuestro escondite y hacer señales y aspavientos con las extremidades para que os localizaran. Tras unos ejercicios de reconocimiento por el aire sobre el terreno (en el que ya creíais que no os habían divisado), el helicóptero os situó y comenzó a descender. Cuando estuvo algo más cerca del suelo, vísteis que a cada lado del mismo, sentados en el borde del aparato, dos militares con grandes rifles vigilaban el perímetro.

Una vez abajo, el helicóptero, que estaba posado sobre una gran roca, aguardaba vuestra recogida. El piloto os hacía señas con la mano para que marcháseis lo más rápido posible y accediérais al transporte. En cuestión de segundos, sin apenas comprobar si había otros dinosaurios cerca, corrísteis hacia el mismo y lográsteis subiros a él.

¡¡Maldición!! -dijo el piloto, que tenía auriculares y gafas y estaba apretado en una chaqueta de cuero de aviador-. ¿Dónde está el resto? ¿Están... escondidos?

Tras miraros vosotros un instante, explicásteis la situación, puesto que érais los únicos supervivientes. Entonces el aparato despegó y comenzó a elevarse poco a poco. Vuestro corazón volvió a encogerse cuando, de repente, vísteis bajar por la hondonada al Rex... ¡otra vez! El piloto se asustó y maniobró lo suficiente como para desviar el helicóptero de inclinación y ganar así velocidad de avance y subida. Cuando el animal llegó a vuestra posición, vosotros ya volábais muy arriba.

Próximo destino: isla Sorna. El piloto os informó que el mismísimo John Hammond, que no había tenido la decencia de recibiros ni para contrataros, os estaba esperando...

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09/02/2019, 21:50
Director

En cuestión de minutos descenderíais a la Isla Sorna. Los militares miraban el cielo, vigilantes por si los pteranodones intentaran golpear el helicóptero. Por suerte, no se vió a ninguno de ellos. Tras unos diez minutos de vuelo, descendísteis en una pequeña plataforma de helipuerto, dentro de una instalación de InGen. Al final de la plataforma, estaba John Hammond. Cuando descendísteis, caminásteis hacia él.

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09/02/2019, 22:09
John Hammond

¡Es un alivio que estéis bien...! -dijo el anciano, que tenía su particular sombrero y su bastón con un el extremo de ámbar con mosquito incluido-. El piloto comunicó mientras regresábais que sólo había dos supervivientes... el resto. Bueno, vayamos adentro, vayamos a la instalación: los médicos os diagnosticarán y curarán. Ahora sólo tenéis que descansar.

A partir de entonces, estuvísteis durante una semana ingresados en aquella instalación de la isla, en el hospital del complejo. Aquel conjunto de edificios modernos comprendía diversas funciones, separadas en varios módulos de alta tecnología: el de entrenamiento y crianza, el de investigacion, el de visitas y reuniones, el de convivencia del personal, el destinado al puerto marítimo y el de hospital. En éste último os estuvieron haciendo todo tipo de pruebas durante ese tiempo. No hacía falta ser muy inteligente para saber que aquello era un encierro forzoso, pero en realidad estábais en la telaraña de aquella gran empresa de genética (y encima en una de sus islas).

En ese tiempo Hammond os visitó un par de veces para interesaros brevemente por vuestra salud. Cuando estuvísteis recuperados, volvió a reuniros, esta vez en su despacho personal.

InGen les agradece su actuación -comenzó a decir-. Por supuesto, lamentamos las pérdidas de todas esa gente. Lo que han visto y experimentado, sin embargo... no puede salir de estas islas. El bufete de abogados de InGen ya ha gestionado los trámites de la "tragedia" -dijo con cierto ímpetu- de Isla Muerta: el desplome de la instalación por una avería generalizada en el sistema de cimientos del centro del Puesto Avanzado de las Naciones Unidas -acabábais de descubrir las intenciones de Hammond-. Cuando regreséis al continente podréis ver cómo las noticias de todo el mundo cubre este fatídico accidente y, por supuesto, vosotros no podréis decir nada a nadie... -el tipo, según os contaba, había ideado una trama llena de coartadas de cara al público mundial para esconder las terribles muertes en su isla y...- ...precisamente para salvar mi sueño. Mi Parque... Jurásico. Si el mundo sabe la verdad de lo acontecido no tendré apoyo de los inversores por un lado, ni permiso de América y Europa para abrir la nueva revolución del Mundo. Los dinosaurios deben volver a la vida. Ya han estado suficientes millones de años extinguidos.

Por cierto -dijo entonces, mientras varios científicos ya esperaban tras la acristalada puerta del despacho-. Reitero mi agradecimiento por arriesgar sus vidas. Sin embargo, de nada servirá sacar a la luz toda esta jugada. Será su palabra, señores, contra la de InGen. Y eso es decir mucho -y aquella empresa era un ser vivo en sí mismo en muchos campos de imporatancia de la evolución humana: económigo, evolutivo y tecnológico; por ello, cargar contra esta gran mole sería, aparte de una titánica tarea, un suicidio en todos los sentidos-. Ambos seguirán con sus vidas como hasta ahora, sus trabajos, sus amistades y sus rutinas. En el caso de cargar contra el futuro Parque... -entonces, Hammond arqueó las cejas en señal de desafío...-.

¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!

¡Ah sí! -entonces dió un respingo y se giró-. Llamaban los científicos a su puerta. Casi lo olvido. Es el equipo de crianza. Les he pedido que me avisaran cuando estuvieran listos para el nacimiento de otra camada de velociraptores. ¿Quieren... acompañarme? Es un momento que no podrán olvidar.

Hammond abrió la puerta, se colocó una bata que uno de sus empleados le entregó y se perdió por el pasillo. Habíais sido testigos y partícipes de la gran mentira de uno de los precursores de la genética moderna y ahora sólo os quedaba mirar hacia delante. En breves estaríais en el continente, alejados del archipiélago de las Cinco Muertes donde el sueño de los dinosaurios cobraría vida dentro de muy poco.

Notas de juego

 

FIN