Partida Rol por web

¡Santo Cielo! -susurró Barbolla apoyado en la mesa de control de las cámaras-. Ese dinosaurio los devoró... ¿o tal vez no? Aquí debió ocurrir un problema bien gordo, ¡maldición! Tendríamos que buscar en la isntalación, tal vez estén escondidos o quizás sus cuerpos... sigan aquí. ¿No era eso el garaje?

El alpinista contemplaba toda posibilidad.

-¡Oh, Dios mío! -exclamé, afectada, llevándome las manos al rostro, al ver en las pantallas del garaje lo que había sucedido-. Ese ser... El dilophosaurus... Les estaba atacando. Esto no puede ser que simplemente un dinosaurio se haya escapado fuera de control. Aquí tuvo que suceder algo todavía más grave. Puede que alguien sabotease la seguridad de este puesto y los dinosaurios entraran. Eso explicaría lo del vehículo obstruyendo la puerta principal...

Resoplé, horrorizada por lo que acababa de contemplar, y sintiendo que las lágrimas comenzaban a agolparse en mis ojos. ¿En qué lugar nos habíamos metido? Aunque sabía que debíamos continuar con la misión, solo quería regresar a casa y abandonar aquella isla repleta de fauna jurásica peligrosa.

-P-podemos ir al garaje para examinar la zona -sugerí, con nerviosismo-. Lo más probable es que ya no esté nadie allí, pero aún cabe una posibilidad de que haya supervivientes...

Con las imagénes de las cámaras de seguridad ya dabamos por sentado que algo raro había pasado allí. Una emboscada a los trabajadores quizás...parecía que alguien hubiera colocado ese coche bloqueando la entrada a próposito, tal ver para que los científicos no pudiesen salir...todo eran incógnitas y preguntas.

- Si, vayamos al garaje. Puede que encontremos algo más allí. Parece que todo esto: el vehículo, ese dinosaurio dentro del edificio...sea intencionadamente. Tenemos que averiguar que ha pasado en este lugar, sobretodo porque somos nostros los que ahora estamos aquí dentro.

Caminé junto con los demás compañeros hacía el garaje, con el rifle preparado por si ese dinosaurio del video estaba aún por allí.

No tardásteis en llegar a los garajes más que unos segundos. Tras acceder por el acceso de la sala de reuniones y convivencia encontrásteis una gran sala con parades en el interior, y unos espacios diáfanos. Tras encender en un cuadro de luces todos los interruptores de luz, vísteis en medio de la sala los cuerpos esparcidos de tres personas devoradas (evidentemente) por dinosaurios. Yacían en posiciones retorcidas y aquello os infundó un pavor tremendo en vuestro interior. Sus cuerpos estaban rodeados de numerosos casquillos de bala. Además, el portó principal estaba abierto, la brisa del exterior se colaba y, para más incertidumbre, comprobásteis que olía un poco a goma quemada.

No hizo falta buscar mucho para divisar rápidamente el rastro de huellas de varias huellas neumáticas saliendo del garaje. Y que en el interior hubiera huellas sólo podía significar una cosa: ¡había salido a al exterior, con el vehículo que fuera, a toda prisa! Casey y Calvin se acercaron para verlas algo mejor.

- Dios mio....dije mirando espantado la escena- ¿Serían estas personas los trabajadores de aquí?- Mi intuición me decía que si. Las huellas de las ruedas, el olor a goma, todo parecía indicar que alguien había salido del garaje segundos antes de nosotros entrar, quizás al escucharnos llegar, había huido. Del dinosaurio que salía en las cámaras de vigilancia ni rastro, aunque no descartaba que estuviera aún dentro del edificio.  

Me asomo corriendo a la puerta por si puedo ver el vehículo que acababa de salir y acontinuación examino el lugar en busca de objetos, huellas, recogo uno de los casquillos de bala del suelo, me acerco a los cádaveres...

- Anden con cuidado compañeros, si alguien ve algo más que avise. Yo voy a rastrear el lugar por si hay algo que se nos escapa.

Al ver los cuerpos de aquellas tres personas devoradas por dinosaurios, reprimo un gesto para echarme a vomitar. No estoy acostumbrada a situaciones como esta y no puedo evitar sentirme sobrepasada por lo que estoy viendo. Percibo todo mi cuerpo temblando de terror, pensando que hace más de veinticuatro horas, probablemente aquellas personas estarían vivas, ajenas a lo que les iba a suceder.

Veo que Calvin y Casey se aproximan a las marcas de neumáticos para examinarlas, mientras que Roy se asoma corriendo a la puerta para tratar de divisar el vehiculo que salió del garaje. Una duda carcome mi mente: "¿Se tratará del vehículo que habíamos visto antes obstruyendo la entrada principal o será otro? ¿Alguien habrá sobrevivido?".

Decido acercarme a una distancia prudencial de la puerta y, tomando mis prismáticos, decido echar un vistazo a los alrededores, tratando de divisar algo a nuestro alrededor.

Helen salió al exterior, al jardín trasero a través de la puerta del garaje y oteó alrededor con sus prismáticos. Sin embargo, al ser por completo de noche, no pudo vislumbrar más que vegetación por todos lados y la gran verja de semiesfera donde el complejo estaba construido. Por su parte, Roy si que logró discernir algo con ese olfato militar suyo. Entre las huellas que había en el garaje había restos de una segunda marca. A la huella de rueda grande, de jeep, le seguía otra mucho más fina, y de una sola linea. Se trataba, seguramente, de algún tipo de motocicleta. Por ello, pudísteis deducir que allí pereció gente, pero también hubo quien escapó en dos vehículos...

Vaya panorama... ¿osea que ahora se han largado? -decía el alpinista-. ¿Y qué hacemos: explorar la base o buscarlos? Menuda encerrona, ¡John Hammond! -añadía mordiéndose los labios con rabia-.

Me sorprendió saber que, además de la rueda de lo que parecía ser un jeep, también hubiera marcas de lo que debía tratarse de una motocicleta. Algunas personas habían conseguido escapar con vida y quizá incluso aún lo estuvieran...

-Explorar la base podría proporcionarnos más información de lo que sucedió aquí -indiqué, pensativa-. Pero ahora mismo no disponemos de mucho tiempo. El piloto dijo que sólo nos esperaría cuatro horas y ya han pasado dos. No tenemos mucho tiempo para completar la misión. Creo... creo que deberíamos seguir el rastro de esas huellas...

Aventurarme entre la vegetación en medio de la noche no era lo que más me agradaba en esos momentos después de haber visto lo que los velocirraptores podían hacer, pero teníamos una misión por cumplir.

No solo había huellas del Jeep, también vimos marcas de ruedas de moto, y al igual que las otras eran recientes.

- Si que huele a encerrona Casey- Añadí a lo que dijo mi compañero militar- Deberíamos salir detrás de ellos...aunque ellos van en coche y moto y nosotros a pie...por mitad de la noche y en una isla desconocida y llena de dinosaurios. Otra opción es ir a por el vehículo que bloqueaba la entrada, puede que aún tenga la llave puesta. Vayamos todos a ver el Jeep de la entrada. Separarse no sea buena idea, viendo los peligros que hay en esta isla. No hay tiempo que perder chicos, vayamos tras ellos.

En dos horas el piloto saldría de la isla y quedarse en ese lugar era una idea que a ninguno nos hacía gracia. De modo que si queríamos salir de ahí, habría que darse prisa.

Casey asintió, ante la idea de Helen, pero Calvin estaba más pendiente de su compañero militar Roy. Calvin instó a Roy a que fueran Casey y él, que había propuesto la idea, a indagar en el vehículo. Mientras él y Helen esperaban un poco en la entrada del garaje, únicamente iluminados en medio de la noche por la luz de una farol incrustada sobres sus cabezas, sus dos compañeros se alejaron. Ambos no tardaron ni un minuto en rodear la mitad del edificio y llegar hasta el jeep que bloqueaba la puerta. Tras comprobar si tenía llave, y efectivamente así era, ambos se montaron, arrancaron el vehículo (que enseguida ofreció dos fogonazos de luz saliendo de sus faros de visión),y dieron marcha atrás. El militar Roy conducía, y tras virar el vehículo y aparecer de nuevo en la puerta trasera (el garaje), Helen y White comprobaron que aquel transporte funcionaba.

Genial. Sigamos esas huellas de una vez -añadió el militar mientra cambiaba el cargador a su ametralladora-. Venga, Helen, sube; yo me quedaré de pie vigilando la retaguardia.

Entonces Roy colocó la primera marcha y comenzásteis a seguir el rastro de las huellas del otro jeep, que debía haber salido por allí. Poco a poco os alejábais de la puerta del garaje, e íbais en dirección a la puerta principal del complejo semiesférico. Entonces, cuando girásteis una pequeña curva del sendero para casi atravesar la entrada dela semicúpula metálicas, los dos focos iluminaron justo a un metro del capó del jeep a un gran pteranodón ¡¡CON LAS ALAS EXTENDIDAS!!, Un gran rugido fue el preludio al batir de sus alas, casi en vertical hacia arriba. Unos disparos de White, desde los asientos posteriores hizo que la escena se ilumianara al tiempoq ue los casquillos de bala caían dentro del vehículo.

¡¡BANG, BANG, BANG, BANG...!! Aunque parecía disparar al aire, tal vez estuviera disuadiendo al animal... Sin embargo... ¡¡Aquel dinosaurio volador caía desde el cielo y en picado hacia el coche!

¡¡MILLER TENÍA QUE HACER ALGÚN MALABAR CON EL VOLANTE PARA EVITAR EL IMPACTO!!

Los disparos de White sobre aquel dinosaurio, al que identifiqué como un Pteranodon, no estaban dando el resultado que nuestro compañero esperaba. Probablemente White pretendiera disuadir a la criatura para que se alejase o directamente asustarla, pero por desgracia ahora el dinosaurio descendía en picado en nuestra dirección.

-¡Cuidado, Roy! -exclamé, con gran nerviosismo, aguardando a que el joven militar pudiera esquivar al Pteranodon para que no impactase contra el vehículo.

El Jeep misterioso que bloqueaba la entrada del Puesto, tenía llaves!! Casey y yo nos miramos aliviados- Vayamos a recoger a Helen y a White y sigamos las huellas de las ruedas- dije a mi compañero. Estaba emocionado, si todo salía bien podríamos pillar a los que huían con tanta prisa.

Por un momento me había olvidado que estábamos en un isla llena de dinosaurios, pues al ver a aquel dinosaurio volador, que en aquellos instantes ni sabía como se llamaba...me sorprendí. Aún no habíamos salido del recinto y ya estabamos en problemas. El dinosaurios con alas bajaba en picado contra el coche. No me quedaba otra que hacer una maniobra para esquivar el impacto. Imaginaba que los Jeep de la isla tendrían carrocería dura, pues por algo los utilizaban para viajar por la isla...pero era algo que no quería comprobar. Sin apenas tiempo para pensar ni reaccionar, giré el volante a la derecha. Sujetaros fuerte y agachaos todo lo que podais- grité a mis compañeros, para que se sujetarán bien.

Me dispongo a hacer una maniobra con el volante con el fin de esquivar el impacto del dinosaurio. De repente recuerdo que tengo bengalas en la mochila. Podemos tirar una para intentar espantar al dinosaurio, si es que la esquiva no funciona. Le tiro la mochila a Casey -Saca una bengala y tirasela al pajaro ese. Lánzala contra el dinosaurio, yaaa- Le grito a Casey que estaba en el asiento de al lado. 

Roy dio un volantazo al jeep en medio de la noche. Aquel vehículo hizo un giro muy pronunciado, pues tenían bastantes caballos de potencia pese a ser un utilitario de poca velocidad. White casi se cae, y Casey atendió las explicaciones de Roy mientras Helen temía por todo el grupo. El alpinista sacó nerviosísimo una bengala de la mochila del militar, la apretó y agitó y logró hacerla prender. El rojo fluorescente de la misma hizo que toda la atención del pájaro prehistórico ahora se centrara en Barbolla.

Fue entonces cuando lanzó la bengala contra el gran pájaro volador... o al menos eso intentó. Cuando su brazó había cogido impulso y descargaba la bengala, el pteranodón voló en picado hacia él y atrapó con su gran morro su brazo. Casey emitió un desesperado alarido de terror y dolor, y el dinosaurio volador batió verticalmente sus alas, despengando de allí... ¡¡LLEVABA A CASEY EN SU PICO!! La luz de la bengala comenzó a ascender, pues aún la tenía sujeta en su mano (ya que no había logrado lanzarla a tiempo). ¡¡El pájaro se llevaba al alpinista!!* Helen sabía, dada su experiencia con animales, que ese comportamiento no era propio de aquel animal: si no engullía a su presa sino que se la llevaba volando sólo había un motivo al parecer: recolectaba comida... ¿¡tal vez para sus crías!? El caso es que perdísteis de vista a Barbolla.

¡¡¡ACEELERRRAAAAAAAAAA MILLEEEERRRRRR!!! -decía Calvin viendo en los últimos instantes a Casey-. El jeep giraba ahora alejándose de la instalación (y Miller pisaba a fondo), pero aún estábais dentro del recinto semiesférico. Mientras se dirigía a la entrada principal, por la que habías accedido, Roy tuvo que pisar el freno por lo que todos vísteis. Un gran rugido terrorífico acompañado de temblores a intervalos de pocos segundos os hizo retorceros el alma: un gran dinosario apareció en la puerta, DESTROZÁNDOLA A BASE DE UN GRAN IMPACTO CON SU LOMO.

Llegado desde fuera, ahora corría hacia vosotros, frontal mente. Era un Spinnosaurus, una de las joyas de la corona de Hammond.

¡¡OH NOOO!! ¡¡¡JODEEEERR!!! -gritó el militar-. ¡¡HAY OTROOO!! Entonces White levantó su ametralladora, y disparó contra el ser que tenía delante.

Entonces dio un severo volantazo, intentando girar 180 grados y quemar rueda delante del dinosaurio que ahora os perseguía, y con el que el equilibro de Helen se vio realmentre comprometido (¡parecía que se iba a caer!). La bengala ya no se veía, tan sólo las luces de la instalación cercana y los faros del jeep alumbraba en lugar... ¡Y ANIMABAN AL SPINOSAURUS A CORRER DETRÁS DEL JEEP!

-¡¡¡Oh Dios mío, Casey!!! -exclamé, con un claro grito de terror al ver que el pteranodón acababa de llevarse al alpinista cogido de su pico.

Me sentía totalmente atemorizada después de haber visto cómo aquella criatura alada se llevaba a nuestro compañero. Mientras se alejaba con su presa, podía advertir que Casey aún estaba vivo, llevando en su mano la bengala, pero, ¿hasta cuándo? Aquel comportamiento no era habitual en los pteranodones, ellos siempre engullían a sus presas. ¿Por qué se había llevado a Casey? ¿Sería para alimentar a sus crías?

Sin embargo, los problemas no terminaban ahí. Había aparecido un Spinosaurus que había echado a correr detrás de nuestro jeep. Asustada, me agarré con fuerza al respaldo de los asientos delanteros del vehículo para evitar caer en medio de los volantazos y la elevada velocidad.

-¡Acelera, Miller! ¡Casi lo tenemos encima! ¡Aaah! -grité, horrorizada y sabiendo que en cualquier momento podía llegar nuestro final.