Partida Rol por web

Pues bueno, mientras le contáis al Director cosas de vuestros hogares para seguir dando forma a la galaxia, por aquí podemos ir empezando con el trapicheo del bueno.

Como contexto, estáis en un puerto espacial un poco mediocre, os quedan pocos Drakmas, estáis pasando una mala racha, la verdad, a lo mejor Knox se gasta demasiado en ropa, Hub en alcohol o quizá Gustav esté llenando su caja fuerte personal... sea como fuere, os quedan apenas 350Р(con eso como mucho, y negociando bien, compráis combustible para un par de saltos más). La buena noticia es que tenéis combustible para diez saltos más.

Netchscko o como se escriba

Para colmo antes de llegar a este planeta, Netchko creo que se llama, en Luyten, un par de naves piratas os han asaltado, y aunque las habéis repelido han tocado el motor planetario de Kamal... y ahora la nave renquea un poco dentro de las atmósferas de los planetas, haciéndola especialmente ingobernable.

Pues eso, que en el puerto espacial de Netesco, ¿Nershko? ni idea de cómo se escribe, la verdad... bueno, que habéis encontrado a alguien que quiere sacar unas mercancías de aquí y llevarlas a Camanso, en Rigel, a un amigo suyo... una historia. Tenéis al tipo frente a vosotros, en una de las mesas de El Pársec Delirante, que os intenta convencer para que carguéis esos cincuenta contenedores de algo que no os va a decir en vuestra amada Kamal.

Puerto espacial de Nertjco o como se escriba

- Entonces, ¿tenemos un trato?

Me llevo algo apartado de la nave y del resto de compañeros a Athat, prefiero tratar con cierta intimidad a la hora de negociar    -Pues verá usted, la cosa no es tan sencilla. No solemos transportar nada que no sepamos de qué se trata. Comprenderá que, sin dudar de la legalidad de la mercancía, no podemos asumir ese riesgo, las multas interplanetarias están por las órbitas- y doy calada a mi puro

- El trato es mil doscientos drakmas al entregar los contenedores, y ni una pregunta.

Pocas oportunidades como ésta vais a encontrar en este trozo de roca. La cantidad no está mal, la verdad, por eso mismo sospecháis que no es un negocio muy limpio.

No conocéis bien Nereskio, ni tenéis claro si habrá otras naves dispuestas a aceptar ese encargo. Podríais presionar un poco pero lo mismo perdéis al cliente. Vosotros decidís.

-No se ponga tenso, relajémonos, solo digo que necesito"algo"-enfatizo esa palabra- con lo que cubrirnos las espaldas por si las cosas no saliesen como debieren-  hago pausa para ordenar mi discurso- Supongo que tampoco le será fácil encontrar a mucha gente dispuesta a ese tipo de trabajo, no por este puerto y tan inmediatamente...-

-La cuestión es la siguiente, 2000 drakmas y no solo no haremos preguntas, si no, que nunca tuvimos conocimiento de cincuenta contenedores a Camanso- y lo miro fijamente a los ojos 

Presiento que llegaremos a un acuerdo...

Athat parece realmente necesitado de un transporte, y termina cediendo a la presión negociadora arrolladora impresionantemente increíble de Gustav.

«Sólo ha sido un desconchón pequeñito». Puto viejo. ¿Un desconchoncito? ¡Y un rábano! Casi se había llevado el casco entero con esos piratas. ¿Y a quién le tocaba arreglarlo? ¡A mí!  ¿A quién no?

—¡Puto viejo! —farfullé mientras me ponía a soldar en las alturas de la nave bien amarrada con mi arnés—. Cuando le vea, le voy a decir un par de cositas... ¿Dónde se habrá sacado el carnet de pilotar? ¡Maldito granuja! ¡Seguro que lo tiene caducado!

Peor aún, seguro que era falso. Y por culpa de eso, tenía yo que estar arreglando la nave de cada cachiporrazo que le daba. Eso me molestaba... y también me gustaba. Arreglar aquel trasto espacial me hacía sentirme viva, a pesar de que usara el soldador sin gafas de soldar y vestida casi como si estuviera tomando el sol. Si venía el inspector de riesgo laboral, nos cerraba el chiringuito. ¡Pero qué más da! Ni que arreglar una nave espacial sin equipo de protección fuera lo único ilegal que hacíamos.

Muestra de ello estaba ahí abajo, con Gustav llevándose al puto alien ése para sacarle la de dios en Drakmas. Menudo desgraciado... no sabía a quienes estaba intentando contratar.

Mercancías ilegales, siempre es eso.

Paré de soldar un rato y le di una calada al cigarro. Luego ascendí un poquito para ponerme justo delante de la cabina de pilotaje. ¡Seguro que el viejo estaba ahí!

—¡VIEJO! ¡TE HAS CARGADO TAMBIÉN UN PUTO FOCO! ¡JOPUTA!

Un foco de esos costaba una pasta gansa. Más le valía a Gustav hacer bien su trabajo y sacarle hasta los dientes a nuestro futuro cliente. Y todavía quedaba lo peor... el motor.

Un rato después los hombres de Athat cargan los contenedores en las bodegas bajo vuestra supervisión. Los tipos miran a Knox con deseo a la vez que sorprendidos, está claro que la chica impone lo suyo...

bodega principal de Kamal

Gustav no lo hacia mal del todo. No no. Pero bueno, ya tenía detrás a la loca de Knox, otra vez, como siempre. 

-Anda y no vengas a amargarme el trago, enana. Sabes que nadie la aterriza mejor que yo. Tenía el motor más apagado que tu amabilidad, niñata. Me deberías dar una medalla por esto. -Mire a donde Gustavo estaba trabajando con el tipo aquel. Bah. Seguro que sería otro trabajo del montón. Pero bueno, podía seguir llevando a la Kamal. Bonita ella. -Y ese foco ya estaba estropeado de hace meses, está en el lado contrario del roce .. que ni fue roce... Siempre a mi, mshhhssmmm ... 

Cuando nuestro hombre cerro el trato, y los tipos de Athat entraron en la nave, me puse a indicarles. ¿Que era eso de mirar a las muchachitas? No, con Knox no lo harían. No no. Me ponía en medio todo lo que podía... 

Uno de los hombres de Athat, bueno, no es un hombre, puede que hasta sea un niño, o un adolescente... es difícil determinar la edad de esa especie, que andaba correteando de aquí para allá sin mucho que hacer, se queda mirando absorto al abuelo. No dice nada, sólo se queda parado ahí delante, mientras el abuelo increpa a sus hermanos mayores por mirar a las féminas de la tripulación.

No parecen interesarle las chavalas, aún es demasiado joven. Sin embargo parece fascinado con el gorro y las barbas de Hub.

-Bff ¿Que miras? ¿Nunca has visto una barba? -¿De verdad aquel retaco se me quería quedar mirando? ¿A mi? Que pesado, sin saber que quiere. -Mira, voy a seguir a lo mío... Ehhhh... Si, a lo mío, no lo tuyo. Hmhgsjdj... ¿Bien? Chao barba... 

Me dirigí a señalar donde se debían colocar las siguientes cajas, para equilibrar el vuelo, teniendo en cuenta el motor que nunca iba bien... -Pegadlas allá,  pero bien, no seáis chapuzas, venga, a colocarlas... Bufff ¡He dicho bien!

La criatura con cara de adolescente granítico te sigue por la bodega, te mira fijamente mostrando esa especie de sonrisa bobalicona en su cara, con ojos como platos, y sin decir nada. Esta vez se queda frente a ti, muy cerca.

Para cuando los hombres de nuestro cliente empezaron a cargar los contenedores, yo ya había terminado con los desconchones del casco de la nave y estaba descendiendo con el cable de acero en el que estaba enganchada hasta acabar en el suelo. Luego solté el arnés y me dirigí hasta el cargamento para cotillear un poco. Notaba la mirada de los putos salidos ésos, y como el viejo se ponía por medio para evitar que me vieran. ¡Pjé! ¡El viejo! Quizás, para hacerle cabrear un poquito, contestaba a las miradas de los jodidos babosos con algún que otro guiño coqueto.

Sin embargo, toda aquella tontería acabó cuando el renacuajo de alien se acercó al viejo.

—¡Mira que cosa más asquerosamente mona~! ¡Por favor~! —los ojitos me hicieron chiribitas en ese momento, al tiempo que le cogía en brazos para mirarlo más de cerca. No debía pesar demasiado—. ¡Ay! ¡Cuchi-cuchi! ¿Te gusta el viejo? Es un puto cascarrabias... pero, ¿quieres decirle «hola»?

Le acerqué el bichito al viejo; hasta el punto de que, si el renacuajo estiraba la mano, podría tocarle la barba.

—¡Viejo! ¡Vamos! ¡Sé un poquito amable con el pequeñín!

Puahh, ¿en serio? Me estaba siguiendo el mico aquel... ¡Y Knox le daba coba! Seguro que no me lo despegaba ya... -No alimentes al bicho, anda, moza, que luego dan trabajo. Mucho. Pfffd. Y tu monstruito, ¿no sabes lo que es una barba? Te voy a poner una con un felpudo, si. Así no molestaras. Fffff. Tengo cosas que hacer... -maldito bicho, seguro que me pegaba algo, no se, ¿qué pegaban los enanos? A ver si Knox lo quería de mascota... ¿Que comían? Problemas seguro....

-¿Amable? Anda, niño, vete. ¿Suficiente? Seguro... Que no se qué quiere, oye. Grrrr-...

Salgo por uno de los pasillos y me asomo  a la bodega, compruebo que todo va bien y busco a Hub con la mirada y bajo.

Cuando me voy acercando escucho cómo andan jugando él y Knox con uno de los hombres de Athat -Bueno Hub, cuanto antes terminen antes nos iremos- digo y miro alrededor para intentar terminar con el momento lúdico -Te he dejado en la cabina marcado en el plano el sitio exacto donde tenemos que llevar la mercancía- y me dirijo a Knox -¿Ya terminaste?- a veces, se me hace pesado tener que estar arreando a éstos dos

- ¿Te gusta? -digo a la joven que ha cogido en brazos al pequeño- Puedes quedártelo. Es un regalo.

Ya han terminado de subir la carga a bordo y asegurarla. Los hombres de Athat bajan, éste choca el codo con Gustav en señal de acuerdo (costumbres del lugar) y luego dice algo al pequeño en un idioma que no entendéis.