Partida Rol por web

La nave no funcionaba, y ellos tenían a Gustav y a Dallas a punta de pistola. Habíamos fracasado como equipo...

—Viejo, los tienen —dije, en tono suave pero intranquilo.

Atacar ya no era una opción, pues con ello sólo conseguiríamos que mataran a nuestros compañeros. Tampoco podíamos huir porque la jodida nave no parecía querer reaccionar a nada. En definitiva... estábamos en un callejón sin salida. Lo único que se me ocurría era tratar de negociar por salvar nuestros pellejos, pero... tal como estaba la situación, teniendo en cuenta que estábamos acorralados, y que el negociador del grupo estaba comiendo arena ahora... Además, si eso no fuera poco, apenas teníamos nada con lo que negociar... salvo el cargamento...

Eso es, ¡el cargamento...!

Algo importante debía transportar... Así que, con mucho cuidado, fui hasta una de las cargas y la abrí para mirar en su interior. Crucé dedos para que lo que hubiera allí dentro pudiera servirnos, por muy remoto que fuera, para algo...

Venga ya, todo era un verdadero asco, o un desastre, o una desagradable mezcla de ambas cosas. Y ahora, teníamos que rendirnos. Meh, eso sí era un verdadero problema, aunque... Vi a Knox dirigiéndose a la carga, a ver qué contenía. Quizás pensase, ilusa, que eso nos podía salvar. Ahora mismo, solo un milagro, y mira que el creia que no existían, podía salvarles. Puaj, escupió, mientras preguntaba a Knox: - ¿De verdad servirá ara algo? Como no sean granadas aturdidoras... Y hoy no tenemos suerte. 

La verdad, no sabía que hacer, y carraspeé, antes de acercarme a la puerta con mi vieja arma, y gritar hacia fuera: -Vale, ¿Qué hay que hacer para recuperar el honor, caballero? Deseamos recuperarlo y al menos morir dignos  -Intentaba sobre todo ganar tiempo, pero también ver si le convencía de que podíamos recuperar el honor de haber matado al gusano... Eso parecía importante para el... A lo mejor, picaba...

Os desarman y atan las manos a la espalda, a los cuatro. Bien atados y vigilados, contempláis cómo los ladrones registran, desvalijan y desguazan a Kamal. No podéis hacer nada. Al-Kachofa sonríe, complacido, calculando el botín. Ha ignorado por completo las palabras de Hub sobre recuperar el honor. Pasan toda la carga a su nave y os llevan a vosotros también a bordo. Son rápidos.

La nave no es muy grande, pero es extremadamente lujosa y huele muy bien, ¿algún tipo de incienso tal vez?. Al parecer es la nave que Al-Kachofa usa para sus salidas de cazar gusanos de arena. La cubierta superior está abierta, así que con ella no se puede salir del planeta, es más bien para moverse muy rápidamente sobre las dunas. Desde aquí podéis ver cómo os alejáis, abandonando a Kamal y al cadáver del gusano (y de Adakkwalaka) en el frío desierto de Makemake, hacia el horizonte.