Partida Rol por web

- ¡Ssaludoss forrassterross! Isso no poderr jasserr. Isso trrampa.

Dallas era una crack disparando, y el viejo el mejor pilotando. ¡De eso no había dudas!

—¡EEESO ESSS! ¡SOMOS LOS PUTOS AMOS! YEAH~!

Salvo Gustav, que él no había hecho nada, ejem...

Ahora sólo quedaba ponerse manos a la obra con la extracción de dientes. Easy-peasy! No tardé mucho en poner la grúa mecánica a funcionar arrancando de cuajo colmillos a diestro y siniestro mientras el resto los iban almacenando en las bodegas del Kamal. ¡5 contenedores en total de dientes! ¡Flipa!

A mi lado tenía al pequeñajo bien controlado... de hecho, me servía para entretenerme.

—Mira, pequeño —le decía en un tono de voz cariñoso, casi como si le estuviera hablando a un bebé, mientras movía la grúa con toda la soltura del mundo entero—. ¿Ves ese diente? Si te portas mal, a ti te haremos igual, guapetón. ¡Ay! ¡Qué mono que eres~!

Sin embargo, cuando arrancamos el último de ellos, los problemas volvieron.

—¡Mierda! ¡Arranca, viejo! —dije, en cuanto me percaté de la presencia de aquellos imbéciles—. No me he hartado de arrancar dientes para que ahora nos lo roben...

Yo estaba dentro de la nave, e imaginaba que mis compañeros también. Nuestros... "vecinos" estaban al aire libre, así que lo tendrían difícil para alcanzarnos si salíamos por patas. ¡Pjé!

Aclarar que aunque estéis en la nave, no significa que estéis en vuelo, ni que tengáis la capacidad de hacerlo... la Kamal está muy dañada después del fallido hipersalto, gracias al abuelo, y además a eso se suma que el motor planetario funciona de aquella manera...

Cuando Al-Kachofa ha llegado con sus hombres, os ha sorprendido terminando de cargar los marfiles del gusano por la rampa de la bodega, que está abierta frente a la boca del gigantesco animal. Unos estáis a bordo, otros estáis en la arena...

Estaba en la bodega terminando de colocar los amarres a uno de los contenedores cuando apareció al otro lado de la rampa Al-kachofa acompañado.

Me fuí hacia él directamente - Saludos, ¿algún problema?-  y mientras miraba alrededor para intentar hacerme una idea de que si, llegado el caso, podríamos hacer frente a los ladrones.

- Prroblema. Ssí. Grrande prroblema. ¡Vossotrross jaberr matado Jallaek sin jonorr! Vossotrross ussarr arrma de nave. Jallaek me perrtenesse, todo quí me perrtenesse. ¿Tú ssaberr quién sserr yo? ¡Yo sserr Al-Kachofa, líderr de Makemake!

Al-Kachofa va acompañado por sus hombres, podéis contar unos once. Van armados con lanzas, pero unas lanzas futuristas, de las que hacen pupita, de esas que al clavarse explotan o sueltan una descarga eléctrica. Vosotros sois cuatro; tres, contando que Knox está en el puente.

Os recuerdo que no estáis en disposición de escapar (Kamal está mayor...), y que este señor con acento raro es el puto amo del lugar, además de un peligrosísimo ladrón/traficante/asesino/seductor.

Intenté hablar bastante con él, a ver si así, daba opciones a que mis compañeros ideasen algo mientras yo los entretenía.

-Ah, pues no tenía el gusto de conocerlo, yo me llamo Gustav, hemos tenido un problema y aparecimos dentro del gusano, pero hasta que no disparamos para saber dónde nos encontrábamos, no sabíamos de qué se trataba y por supuesto no sabíamos que el gusano era suyo- 

Lo cierto es que sería muy difícil salir airosos de aquel encuentro si la única opción era enfrentarnos a ellos. 

-¿Podríamos llegar a un trato?- Ciertamente los colmillos son suyos, pero ¿podrían ayudarnos con una pieza que necesitamos para nuestra nave?- y me acerco a él como dando importancia a lo que pudiese parecer un secreto - Tenemos algo muy valioso con lo que poder pagarle - 

¡Joder!, ¡joder!, ¡joder!

No salíamos de un lío y nos metíamos en otro. Por lo que yo sabía, ese tío era un ladrón de los bien peligrosos... ¡a saber cómo se tomaba que nos hubiéramos cargado uno de sus asquerosos gusanos! Yo, por si acaso, y yendo a todo correr del asiento del brazo mecánico al del cañón frontal... aproveché que estaba en la nave para, en el caso de que Dallas estuviera fuera junto con los demás (que no lo sabía), ocupar su puesto y prepararme para soltar cañonazos si la cosa se ponía muy fea.

Gustav, más te vale hacer la magia que sólo tú saber hacer...

Aprovechando que estaba ocupado hablando con mi compañero, y con todo el cuidado del mundo moviendo el cañón lo más lentamente posible para que apenas se notase, apunté hasta donde estaba la marabunta de gilipollas con lanzas. Un cañonazo allí y me llevaba a más de uno seguro.

Cada segundo que pasábamos en ese planeta se volvía más peligroso. Ayudo a cargar los dientes con cierta prisa. No quiero mostrarme inquieta, pero este es un refugio de bandidos. Llevo mi trsje completo por si acaso. Y menos mal porque justo cuando estoy guiando el brazo mecánico desde abajo aparerece el peor perdedor que he conocido. Al-Kachofa ama apostar pero detesta con toda su alma perder.

Suelto lo que estaba sosteniendo, todo en silencio. Camino despacio, sin mostrarme amenazante, algo encorbada, hasta ponerme detrás de Gustav. Entonces me pongo erguida y ahí si parezco amenazante.

La aparición de aquellos fantoches medio-personajes de un imaginario popular la recibí con un muy adecuado gruñido y posterior escupitajo hacia el suelo, sin poner dirección alguna hacia ellos,para no ofenderles, pero murmuré con voz cabreada: - Claro, ahora tendremos que hacer alguna virguería sobre caza o apuestas para librarnos. Ehh, Gustav, intenta hacer entender a ese... grrr... bandidaco del turbante, que... cogh cogh... estábamos practicando la nueva moda de "caza interior". No se podrá resistir a algo que creerá que es la moda de las colonias más modernas. - Que asco, tener que estar tan cerca de un bandido y apostador. Lo de bandido lo entendía, pero lo de apostador... sobre todo, cuando apostaba con vidas, que lo hacía, eso no me gustaba. Bueno, nada de aquel sistema me gustaba. No no. Puaj, pura bazofia de gentes. 

Observé que todos menos la mecánica, estábamos en el exterior. Buena Knox, buena. Ahora, no jodas los disparos por un escalofrío de tan poca ropa...Me coloqué cerca de Gustav, justo al otro extremo de Dallas, y puse la mejor cara que pude. Claro que no era fácil, pero el intento de poner una especie de sonrisa, entre las arrugas de las protestas, dejó mi cara en una especie de mueca, que parecía que me hubiera dado un ictus. Que piensen lo que quieran esos... esos... bfff, esos lo que sean. Los colmillos no serían nada de precio si podían arreglar la Kamal. Hub sabía que la nave estaba bastante tocada, y desde luego no era su culpa, hmmmm, claro que no. Pero necesitaban piezas para que Knox hiciera magia. 

- Gusstaf... Al-Kachofa ssiemprre isstarr disspuessto jasserr negossio. Piro prrimerra cossa antess que negossio, ¡es jonorr de ombrre! Tú dissirr que issto errorr, massacrre Jallaek con arrma nave. Tú vass limpiarr tu jonorr antes que jasserr negossio.

Primero la situación me da un poco de gracia.  Escuchar a un rufian sin  escrúpulos hablar de honor es como escuchar a un militar lalandeano hablar de diversión. Dejo que Gustav saboree un momento el miedo y la insertidumbre de esto de limpiar su honor antes de dar un paso al frente apartando al negociador con el brazo. - Yo reventé tu gusano. A ver qué es el honor en este planeta. - Cualquier cosa que me saque del sopor de la rutina existencial va a mejorar mi día.

- Quierro verr tu carra, mujerr. ¿Es tú quien vass defenderr el jonorr de issta nave? Un acto de dessjonorr como issto no fássil de rresstablesserr. Tú infrrintarr Jallacrram. ¡NO! Todoss jonorr perrdido, ¡todoss infrrintarr Jallacrram!

Los hombres de Al-Kachofa vitorean y aplauden su decisión.

- Parra jasserr negossio, todoss rrecuperrarr jonorr. Todoss infrrintarr Grruta de Jallacrram. Ssin arrmass fuego, ssólo lanssass maki. Ssi todoss vivirr, nossotrross jasserr negossio. Perro ssi uno vossotrross morrirr, sólo yo jasserr negossio.

-No compliques más las cosas- le digo a Dallas que ahora va de vengadora dirigiéndose directamente a Al-kachofa

La cosa está más que difícil y sólo se me ocurre una salida.

-Tenemos que decidirlo- le contesto al ladrón y me dirijo compañeros - No hay tiempo ni otra salida, a la señal, todos al suelo y que Knox dispare y tu Dallas seguro que tienes por aquí algo con que disparar, Hub vete derecho a cerrar la puerta. Lo mejor será intentar matarlos e irnos a por su nave y coger lo que necesitemos, aunque tengamos que meterla aquí dentro, tenemos que darnos prisa- 

Me vuelvo al nuestros invitados y me acerco un poco a la rampa, lo suficiente como para que Knox desde su posición me vea. 

Levanto mis brazos hacia arriba con las palmas de las manos extendidas, y en ese segundo espero que todo salga como tengo en mi cabeza y que Knox esté donde exactamente creo que está...

Yo, por supuesto, no podía escuchar nada de la conversación... pero sí que tenía bien controlado a mis compañeros, y a los jodidos contrabandistas. Tan controlados que no tardé en ver la señal de Gustav.

¡ME CAGO EN LA PUTA!

Esa señal sólo podía significar una cosa... ¡estaban en peligro! La habíamos practicado miles de veces en lo simulacros que nos obligaba a hacer Gustav. Yo nunca le prestaba atención, porque... ¡qué cojones! ¡Eran simulacros! Pero... esta vez... esta vez no era para tomárselo a broma. Así que, sin dudar ni un segundo, apreté el botón apuntando al grupo de hijos de puta ahora sin ningún tipo de miedo a que vieran el movimiento del cañón. Sin embargo, a mí eso de apuntar como que no se me daba muy bien y... cómo decirlo...

—¡COJONES!

Sí, «cojones» porque por más que pulsaba el botón, no pasaba nada. O una de dos, o nos habíamos quedado sin munición, lo cual era una faena, o se había escacharrado, lo cual era otra faena grande, o estaba pulsando el botón que no debía... lo cual era de idiotas. Fuera como fuese, estábamos en un lío... porque era imposible que no me hubieran visto mover el cañón... 

Pero... aún tenía un as en la manga...

—Mierda, pequeñín —cogí a Adakkwalaka a toda prisa y le puse mirando al viejo—. ¿Ves a papi? ¿A ti te gusta papi, verdad? Te gusta su bigote, ¿no? Si me prometes que atacarás a esos hijos de puta que quieren hacerle daño, te prometo que te conseguiré más de su bigote... ¡mucho más! ¡TE LO JURO! ¡Pero ayúdanos...! Papi está en peligro y podrías quedarte sin bigote para siempre...

No sabía si esta mierda funcionaría o si ya me había vuelto loca del todo... pero algo en mi interior pensaba que el pequeñín era más de lo que aparentaba ser. Ya le había visto la boca, sus múltiples hileras de dientes y lo rápido que le había arrancado medio bigote al viejo... tal vez, sólo tal vez, pudiera ayudarnos en este lío en el que estábamos...

Fuera como fuese, no tenía otra opción... Así que... me arranqué un mechón de pelo y le quité la mascarilla que le había puesto como bozal.

—Toma, como regalo para sellar nuestro acuerdo...

Ya sólo me quedaba cruzar dedos...

Cuando Gustav alza su mano, el cañón frontal de Kamal se mueve lentamente ante la atónita mirada de vuestros anfitriones. En el silencio del desierto sólo se oye el chirriar de los engranajes que Knox acciona sin demasiada destreza. Tras varios movimientos erráticos, que duran tanto que hasta es vergonzoso, logra estabilizarlo apuntando directamente hacia donde estaban Al-Kachofa y sus hombres, hace un rato... al ver lo que ocurría, éstos han tenido tiempo de sobra para retroceder y parapetarse tras unas rocas. Knox debe accionar de nuevo los engranajes, y tras otra docena de erráticos y lentos movimientos chirriantes, sin ningún tipo de control, acciona el botón de disparo. El cañón parece cargarse de energía de protones para realizar el disparo, pero en lugar de eso Kamal enciende una alarma.

// Núcleo de energía sobrecargado //

// Reparación necesaria //

- ¡Raca! -es la única respuesta del pequeño alien, que parece contento al mascar el mechón de pelo.

- ¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja! -Al-Kachofa ríe, al igual que sus hombres.

La verdad es que ha sido patético.

- ¿Isso ess todo? ¡Perro qué bochorrno! ¡Jajajajajaja!

Ahora es Al-Kachofa quien levanta su mano. Y ordena a sus hombres:

- Cogerrless.

La que hemos liado, no no, no puede ser. Ahora esos mendrugos nos iban a dar para el pelo... Que no tenía ya. Bueno, menudo asco. Buffff . ¿No podías haber funcionado mejor, chatarra? Entrecerré los ojos, en ese momento, estaba muy enfadado, con el mundo y con el señor "Coles-Brushelash", así que, con un par de carraspeos previos, pegué un respingo. ¿Y si les soltamos al pequeño alien? A lo mejor se distraen un poco... 

Habia corrido (era un decir) hacia la puerta de la Kamal, y grité: -Acercame a Adakkwalaka, Knox, a ver si puede hacerles algo... A lo mejor, con suerte, les gusta y se lo quedan... No me podía creer que la vieja nave nos hubiera fallado así... -Pequeñajo... Allí tienes mucho mucho pelo, debajo de esa tela. Mucho pelo. Todo para ti. Bueno, bueno... -Decia, intentando motivar al macaco...