Un sentimiento de hormigueo estremece tu cuerpo, mientras sientes que la temperatura de tus manos y tu ansiedad se desbordan saturando tus sentidos. Poco a poco se van enervando los pelos de tu espalda y empiezas a sudar frío como si el miedo te atenazara, pero sientes una inmensa emoción dificil de controlar.
-Poli, Escuhame...la voz suena profunda y potente, como un rugido que se descontrola al nacer como un leve susurro.
Tu mente parece despejada y el dolor desaparece poco a poco, la piel cicatriza y la furia te domina. No hay furia contra la voz, que te resulta acogedora y conocida sino contra lo que te pueda o se atreva a amenazarte.
Me quedo quieto, sorprendido por la voz. El hombro ha dejado de dolerme y no noto el goteo de la sangre,
-¿Qui...quién habla? ¿Quién anda ahí?
Poco a poco las llamas empiezan a recorrer el cuerpo de Poli, sin dañarlo. La silueta humana se le acerca dejando un rastro igneo a su paso.
-Soy la llama que arde en ti, soy el fuego purificador- dijo mientras sus llamas se avivaban, lentamente empezó a acercarse a Poli- Soy tu furia, tu justicia, tu paciencia, tu odio, tu paz y tu descanso...soy todo y nada.
Parecía que fuese a fusionarse con el joven piromano, cuando una última palabra brotó entre las llamas que recorrían el cuerpo de Poli.
Soy lo que desees, todo depende de como me uses.
Cuando escuchó las últimas palabras de la llama, notó el calor en su interior, y pronunció en voz pausada y muy lentamente:
- Quiero vengar al maestro.
Ando perdido con esta escena privada, no sé que más debo hacer.
Al despertar, en el calabozo del cuartelillo, notas como estás totalmente recuperado. La herida del hombro ya no existe y sientes como si fueses más fuerte, mas duro y mas sabio. Hay otra voz en tu mente, te aconseja y te anima...ahora te susurra:
-Espera tu momento...calma, no queremos que nadie note nuestro poder.
fin de escena privada...voy a buscar un sustituto para Bruno y continuamos.