Partida Rol por web

 Pensando que terminarías sucumbiendo ante la luz y sus profundidades, la sonrisa de Ordinem se ensancharía instantes antes de que te liberases con un estallido de luz, provocando que la entidad retrocediese inútilmente para encontrarse conque te posicionarías justo detrás de él, pudiendo dirigirte una única mirada de reojo antes de sentir aquella cuchilla rozarle...

 Incapaz de interrumpirte, escucharía lo que tenías para decir sin quitarte la vista de encima, al menos hasta que empezaste a regresar a tu forma natural...

 -Uhm... -aún sin decir nada, observaría como la copia era atravesada por el Luminaria antes de desaparecer, esfumándose entre partículas de aquel mismo elemento... Acabaría mirando durante unos segundos la mano con la recientemente habías lanzado el hechizo, dedicándote una mirada de auténtica sorpresa y... ¿temor? Al menos durante unos segundos, tras lo cual suspiraría y se empezaría a dibujar una sonrisa en su rostro. -. Pff... ¡HA, HA, HA! -y de pronto, pasó de la sorpresa a una fuerte carcajada que resonaría por todo el lugar.

 De pronto su aptitud había cambiado a la naturalmente más relajada, riéndose mientras te señalaba.

 -¡Debiste verte! -comentó, forzando la expresión y la pose para imitarte cuando le amenazaste con la espada de luz. -. "Lo ayudas porque aún albergas una esperanza de escapar de la prisión en la que la propia luz te metió en un inicio, ¿verdad...?" ¡HA, HA, HA!- como un niño pequeño, se dejaría caer hacia atrás mientras abrazaba su estomago, empezando a dar varias vueltas en el aire a causa de que podía flotar. -. Por un momento pensé que realmente te dejarías atrapar por la luz, pero veo que tienes espíritu y voluntad...

 Dichas esas palabras por Ordinem, sentirías entonces como todo tu cuerpo se tensaba a la vez que empezabas a perder la sensación del cuerpo a causa de un terrible dolor que te recorría.

 Dejándose caer de pie en el suelo, el chico peliverde te observaría mientras caías inevitablemente arrodillada.

 -Pero tu cuerpo aún no esta preparado para una descarga como ese... Descansa, ¿esta bien? Empezaremos con el verdadero entrenamiento en cuanto despiertes... -fue lo último que te dijo mientras veía tus ojos cerrarse a la vez que tu cuerpo se tendía en el suelo...

 El tiempo pasaría sin que fueses consciente de ello, logrando recuperar la consciencia poco a poco cuando tu cuerpo finalmente se sentía con energías para moverse...

 Te encontrarías sentada sobre una cómoda cama sobre un pequeño altar decorado por flores y pilares, siendo que mientras abrías los ojos te percatarías de que había alguien más sentado detrás de ti peinando tu cabello: se trataba de Ordinem.

 -Oh, ¿ya despertaste? Tienes el sueño pesado... -comentó entre leves risas, terminando de arreglar tu cabello el cual dejaría suelto y libre con las suaves corrientes de aire. Además, cabía resaltar que el fresco viento también acariciaba tu cuerpo completamente desnudo, a diferencia del de Ordinem que continuaba vestido. -. Supongo que no debes estar sorprendida de haber caído K.O... Digo, rompiste tus límites de poder dentro de un mundo al que vas cuando tu poder esta agotado: me resulta sorprendente que hayas dormido tan solo ocho meses... En fin, este lugar nunca se ha visto más... Inquieto -aunque realmente todo seguía tan vacío y tranquilo como siempre. -. La luz ha aceptado que eres una portadora diferente y te dará la oportunidad de usar su poder para lo que gustes, pero debes demostrarle que no te confiarás y seguirás siendo fuerte, por lo que seguramente los siguientes entrenamientos sean más duros que el anterior... Aún estás dispuesta a continuar, ¿verdad?

Artanis seguía estando molesta, un sentimiento de venganza parecía ser lo único que anidaba en su cabeza en ese momento, pero por eso mismo tenía que ir con cuidado, elegir bien las palabras para no molestarla.-Lo llamo accidente porque era algo que se podía haber detenido, nunca me han caído bien esas hadas…y si tengo la oportunidad se lo haré pagar con creces.-Le aseguró mientras daba otro trago a su jarra de cerveza.

Pero entonces Artanis habló sobre lo complicado de la situación y como ella no quería ser reina, ya que aquel puesto pertenecía a su padre y…a su hermano. Pero a Baeric le sorprendió que hablara con tanta libertad sobre convertirse en reina, ¿acaso no creía que su hermano pudiera recuperarse?, bueno…teniendo en cuenta lo que pudo hacer el maldito enmascarado…estaba seguro de que haría falta un milagro para devolverle a su antiguo ser.

Baeric guardó silencio, escuchándola…hasta que finalmente preguntó que haría en su lugar. El caballero halcón miró su jarra de cerveza durante unos segundos, hasta que finalmente clavó sus ojos en la mujer.

-Si me permitís la insolencia y la osadía…-Empezó carraspeando.-Se que es una situación difícil mi señora…una situación en la que os han puesto y no hay vuelta de hoja, pero yo creo en el destino, el destino es un camino pavimentado que tiene un fin, si, hay cientos o miles de atajos y rutas que bordean el camino principal, pero de una forma u otra siempre llegamos al mismo lugar, a nuestro destino.-Comentó.

-A lo mejor vuestro destino es convertirse en reina…o al menos es una ruta en el largo camino. Fíjese en mi…yo era un don nadie, un tullido, un cero a la izquierda, pero tras mucho esfuerzo, trabajo duro y como no, dificultades en el camino, llegué a donde me lo proponía, conseguí ser un caballero real, guardián de una princesa…y no lo cambiaría por nada del mundo.-Prosiguió con un brillo en los ojos.

-Pero está claro de que el destino tiene preparado algo más para mi, incluso para usted…y puede que termine sentada en el trono con una corona en la cabeza, pero no es el fin. Usted vale mucho alteza y conseguirá llegar muy lejos sea reina o no…me tendrá a su lado para lo que necesite.-Le prometió dando otro trago a su bebida, al menos hasta que sonrío levemente y le susurró cerca del oído.-Y si quiere huir y dejar todo atrás, rechazar la corona y lo que implica…seguirá teniéndome a su lado, podrá contar con mi espada y mi vida hasta mi último aliento.

Tras terminar de hablar seguía mirando a Ordinem a los ojos, una mirada profunda que intentaba evitar que el susodicho se fijara en el resto de mi cuerpo, el cual tembloroso, estaba haciendo un esfuerzo titanico para no acabar en el suelo, sometida por el cansancio que me produjo aquel summun de poder.

Y entonces, se rió, haciendo que me sorprendiera, casi viendo como si lo que hubiera hecho no hubiera servido de nada, hasta que desmintió esa idea de mi cabeza.

Sintiendo que me iba desmoronar, le respondí - T-tengo mucho p-por lo que luchar, mucho que me importa... Dejarme vencer en este punto... sería rendirme, y no pienso hacerlo nunca - de nuevo mostrando mi determinación con aquellas palabras, dejé claro que jamás me iba a dejar atrapar como decía Ordinem, y que estaba dispuesta a todo por volver el poder de la luz mio, y de cumplis mi cometido y mis deseos.

No obstante al dar el primer paso para seguír hablandole, la debilidad me hizo caer de rodillas al suelo y desde ahí apoyada con las manos en el suelo pregunté, algo que quería saber antes de desmayarme - ¿Pero es verdad lo que dije? ¿Estas prisionero? - ¿Acaso era malo preocuparse por los demás? ¿Necesitaba una razon para ayudar a Ordinem si es que realmente lo necesitaba?

Pero escuchara o no su respuesta, mi siguiente destino fue caer al suelo debil y fragil cual flor arrancada de su tallo.

Me pareció escuchar a Ordinem, pero como si estuviera muy lejos, casi inalcanzable...

Abriendo pues los ojos lentamente, desorientada y desubicada, lo primero que me pregunté fue lo obvio: - ¿D-Donde estoy? - pero al ver a Ordinem mi mente reaccionó - Ordinem... - inconscientemente sonreí al notar mejor su mano peinarme, sintiendome protegida... Una sensación que hacía siglos que no notaba, casi maternal o paternal incluso. - ¿He dormido ocho meses? - resoplé un poco al enterarme... - Con razón dices que tengo el sueño pesado...

No obstante no le faltaba razón a fin de cuentas... - Aunque bueno, Fio se despierta antes que yo y yo no suelo enterarme - cosa graciosa donde lo hubiera. Aunque pronto volvería a la seriedad - La verdad es que no... Me esperaba caer desmayada... de hecho cuando lo hice... empecé a notar a mi cuerpo extraño, como si estuviera pidiendo caer... - pero negué con la cabeza - De todas formas no me importaba caer desmayada... Tan solo quería... - Me detuve ahí, ahora estaba más fria y obviamente aunque quisiera demostrarlo que valía así como mi determinación, lo que hice demostró lo que quería, pese a que fuera malo para mi.

Levanté mi rostro para mirarle con una ligera sorpresa en mi expresión - ¿Inquieto? - y mientras iba anunciando mire a mi alrededor, la luz que nos cubría a los dos. Acabé pues mirando a mi mano con una sonrisa - Ahora que he llegado hasta aquí, no estoy dispuesta a detenerme. Demostraré que soy digna, y que nada será capaz de hundirme. Me cueste lo que me cueste, avanzaré sin titubear - dije segura y clara a Ordinem sin perder la sonrisa de mi rostro.

A pesar de que el tiempo pasaba de largo, Fío no se rendía y al final logró estampar la bola contra la diana, controlando el ritmo y rumbo de la misma aunque no la potencia. Nada más verla chocar, cayó al suelo exhausto y suspiró al ver a Caos indicarle el tiempo exacto que había pasado. Un año, echaba tantísimo de menos a Faith... Y sorprendentemente gracias a la focalización de todas sus energías y pensamientos en el entrenamiento, sus heridas para con Feris habían cerrado completamente, dejando solo el bello recuerdo de quien pudo ser alguna vez su amor. 

También estaba más consciente de sus emociones y sentía que poco a poco se estaba reconciliando con el mismo. Sabía que en aquel lugar podía explotar, podía ser él, pero también había estado aprendiendo por todo un año como abrazar el caos junto a sus emociones para que jamás volvieran a pasar desastres. Largo camino le quedaba pero no se quejaría por el, aguardaría todo lo que hiciera falta. 

-Está bien... Dijo finalmente a Caos quien le explicaba lo siguiente que debía hacer, antes de sonrojarse muchísimo y poniendo sus manos sobre las del ente. - ¡Caos espera no hagas eso! Sus pechos estaban sensibles a causa del cambio, su propia voz había cambiado pero el no se había dado cuenta de ello hasta que lo comentó la mujer. -S-Solo... Solo están inflamados... será... Alguna alergia o al...¡NO ESPERA! Se apretó su entrepierna con ambas manos, asustado de que pudiera decidir mirar abajo y encontrase algo desagradable, algún cambio indeseado pero por suerte con su propia presión pudo deducir que todo seguía en su sitio allí. Cuando ella se apartó, Fío se quedó unos minutos refunfuñando, algo molesto y totalmente avergonzado antes de resoplar y asentir. 

-Sí.... ya continúo. 

Vuelta al trabajo. 

 -Tengo distintos métodos para distintos tipos y motivos, pero el más usual es una mezcla de sustancias en específico... No me tomo mucho tiempo adaptar el tamaño, el color, y tu campo de visión...; originalmente era más oscuro y, si te lo hubiese colocado, hubieras visto mal desde lejos... -explicó respeto al ojo sin dar demasiados detalles, enarcando ligeramente una ceja cuando comentaste tus motivos para pensar así de los tentáculos y su relación con la nigromancia. -. Digamos que es una representación de los seres que custodian el más allá, criaturas que escapan de la compresión mortal y que podrían acabar con la mente de cualquiera... Muchos tienen tentáculos.

 Luego de haberte colocado y tratado el ojo, te dirigirá una vaga y sarcástica mirada de "claro" respeto a lo que él continuaría considerando una broma de doble sentido...

 -No te preocupes, no es como si me hubieses cortado la mano... -soltó con aquel tono suyo refiriéndose claramente a lo sucedido con Alessandro en el encuentro de Fío. -. He resistido peores cosas.

 Después de escuchar tu disculpa, el nigromante suspiraría ligeramente y te diría aquellas palabras que buscaban liberarte de todo el peso que cargabas encima, y tal vez sacarte de la habitación cuanto antes, pero para su sorpresa o disgusto acabó contigo a un lado acomodando las cosas que estaban sobre su cama.

 -... -aunque al principio se había quedado callado, pensando fríamente como sacarte de su cuarto cuanto antes y no tener que ser él quién tuviese que escucharte... Terminaría aceptando tu presencia al ver que al menos habías entendido un poco su nivel de organización. Sobre el ojo... Lo que tuve que hacer para que fuese prácticamente idéntico y funcional como el que tenías antes me llevó a usar un poco más de magia de lo que me hubiera gustado, siendo que el ojo en si pertenecía a un viejo nigromante... No le pude conocer bien mientras estuvo vivo, pero tengo entendido que era capaz de ver fantasmas, identificar el aura de las personas... Dudo que algo de eso pueda despertar en ti, pero si llega a pasar algo similar ven a verme para aconsejarte -dicho eso, acabaría de despejar la cama para finalmente tomar asiento en uno de sus bordes. -. En fin... Parece que no tienes a nadie más que te escuche: ¿De que necesitas hablar...?

Escuché con atención los métodos que tenía Glaius para ajustar y modificar los ojos, aunque también me di cuenta de que el nombre de esas "sustancias" no las decía... quizás porque pensaría que me daría asco -Entiendo... ¿y simplemente lo sumerges o impregnas de esas sustancias? Y eso de curar la miopía, ¿solo puedes hacerlo con ojos muertos o podrías hacerlo a uno vivo?- desde luego, a una respuesta que daba él me salían más preguntas... me pregunto cuando fue la última vez que le ocurrió eso. Y entonces me explicó lo de los tentáculos... y la verdad, es que explicado así -Tiene sentido entonces...- dije entonces, no pudiendo evitar imaginarme parcas con tentáculos por todos lados.

Al pedirle perdón... me sorprendí ante su respuesta -Eso... ¿ha sido una broma?- le pregunté, pues sabía que se refería a cuando le cortaron la mano y le encontramos poniéndosela -De todos modos, eso no quita que lo sienta...- le terminé diciendo. Que haya resistido cosas peores, no quita que quiera disculparme con él.

Al principio parecía que no le hacía demasiada gracia que me quedase, y que estuviera allí... pero al final, parece que viendo que había entendido su organización y no estaba dejando cosas en malos lugares, me dejó quedarme. Y la historia sobre mi ojo, era bastante interesante -¿De un nigromante también? Pero... ¿esas partes no son más valiosas o raras? Quiero decir... se que has vivido seguramente veinticinco veces más que yo, y aún no has muerto y te sigues viendo bien, como mucho te echarían veintipocos y muchos piropos por la calle. Por lo que tener partes de un nigromante muerto, debe ser muy raro ¿no?- le pregunté con curiosidad. Lo de ver visiones, auras, fantasmas, además de estar cargado con magia... sonaba raro, y no se si es algo que quisiera vivir... pero asentí a sus palabras de acudir a él si necesitaba ayuda.

Entonces... es cuando me dejó realmente impresionada, sentándose al borde de la cama... y preguntándome si necesitaba hablar porque no tenía a nadie más -¿Te... estás ofreciendo voluntario... Después de toda la caña que te he metido? Porque te lo aviso... tengo mucha bilis dentro que podría salir de nuevo...- le pregunté con los ojos abiertos aún procesandolo... Pero parecía en serio, así que... me senté a su lado en la cama -Gracias...- le agradecí, antes de suspirar -Bueno... supongo que para ti ya no es un secreto... a que profesión me dediqué antes de ser caballera, y la relación que tengo con Jonathan Santa...- empecé diciendo, agachando la mirada -La última vez que estuve en el barrio donde nos encontrasteis... fue cuando lo abandoné, sintiéndome traicionada, manipulada, cabreada con el mundo, y asqueada de las cosas que llegué a hacer... siendo una mierda. No lo había pisado desde entonces... Y esta misión, era como mi oportunidad para volver como la caballera que era, aunque estuviera de incógnito demostrarles que había abandonado todo aquello y me iba muy bien...- le dije... antes de suspirar, y mirarle a los ojos -Y en su lugar... he vuelto a salir sintiéndome traicionada, manipulada y cabreada con el mundo... aunque esta vez no asqueada, sino avergonzada de las cosas que hicieron "mis hombres" allí. Me he vuelto a sentir como una mierda... y puede que peor... porque me he enterado de que una de las tres únicas personas de mi vida en las que confío ha muerto, y no he podido hacer nada ni ahorrarle a Artanis la gran tragedia que me llevó a mi a ese mismo condenado barrio...- le terminé diciendo algo triste -Y eso... es solo lo de hoy...

 Por supuesto, al tener toda su atención puesta sobre ti el príncipe se percataría casi de inmediato que poco a poco empezabas a decaer, no solo a través de tu mirada si no también a través de tus palabras...

 -Alanís... -preocupado como naturalmente estaría en una situación como esa, se acercaría lo que podía sin llegar a bajarse de la cama, llevando sus manos a tu rostro para apartar tus manos y mirarte a los ojos, utilizando sus dedos para limpiar suavemente las lágrimas que llegasen a escapar de tu mirada. -. No pienses así... No tengo recuerdos para decir en quienes puedo confiar y en quién no, pero... De entre todas las personas que he visto hasta ahora eres la única que se ha quedado aquí conmigo, ya sea por labor o por gusto, y has sido honesta conmigo al abrirte con tus sentimientos y pensar en mi bienestar en lugar de querer conservar tu puesto... En una situación como está, ¿quién más podría ser mi protectora si no eres tú...? -decidiendo darte ánimos, el príncipe te dedicó una de sus cálidas y agradables sonrisas que transmitían confianza y tranquilidad, como si todos los males de aquel día pudiesen disiparse únicamente con sonreír como él lo hacía... -. Tan solo te conozco de unos minutos, pero... Estoy feliz de saber que soy amigo de alguien como tú...

 Seria entonces que, sin previo aviso, Alessandro entraría a la enfermería acompañado de otros caballeros de rango medianamente alto y Eldruin.

 -Intenté encontrar a Muramasa para que cuidase de la reina, pero se las arregló para desaparecer luego de lo sucedido, seguramente ha de estar tomando un respiro... En su lugar traje a Eldruin, sera de igual utilidad-explicó Alessandro antes de suspirar levemente, dirigiéndote una mirada con cierta curiosidad; tal vez al resto no le parecería extraño, pero un diamante rojo que debía de conocer prácticamente a todos los caballeros se percataría de inmediato que algo te había pasado en su ausencia... -. ¿Todo bien aquí...?

 -Por supuesto -respondió el príncipe por ti con aquella sonrisa suya. -. Alanís me estaba contando que luego de que llegase el otro caballero diamante me podría llevar a mi habitación para descansar -habiendo dicho eso, Arthas finalmente se levantaría de la cama con menos esfuerzos que la princesa para mantenerse en pie pero igualmente tambaleándose un poco como si en cualquier momento fuese a caer...

 -Supongo que es adecuado... -comentó Eldruin mientras cruzaba los brazos delante de él. -. Alessandro me explicó la situación... Él y estos caballeros se encargarán de llevar el cuerpo del rey a un lugar apropiado, yo me quedaré a cuidar a la reina y explicarle lo sucedido cuando despierte... Si el príncipe quiere ir a descansar, lo mejor es que lo haga...

 -¿Escuchaste, Alanís? Vamos, yo te sigo -con una sonrisa radiante, siendo que entonces su sonrisa se tornaría ligeramente nerviosa. -. Es que... no recuerdo donde esta mi habitación -añadió soltando una pequeña risa inocente y bromista.

 La princesa mantendría su mirada en ti mientras le explicabas la importancia de aquella situación y lo que podía significar para ella los sucesos que podían suceder a partir de ese punto, contigo como ejemplo de que un evento difícil solo significaba un final si uno lo permitía...

 -Uhm... -sin saber que decir exactamente, Artanis chasquearía la lengua y rodaría los ojos al escuchar las palabras que venían susurradas por ti. -. Deberías dejar de escuchar historias de bardos por la calle... Luego de todo lo que ha pasado, lo último que haré será huir...

 Aunque no lo demostraba con palabras, podías notar que la princesa se había relajado un poco luego de lo que le habías dicho, luego de saber que contaba ciegamente con tu apoyo... Más con el paso de los minutos y la tercera jarra de cerveza podrías darte cuenta de que la mayor parte de su relajamiento era debido al alcohol...

 -¿Sabes, Baeric? Eres una persona grandiosa... -tambaleándose ligeramente hacia ti mientras hablaba, la princesa enseñaba una sonrisa tonta a la vez que esperaba otra jarra de cerveza. -. Te he tratado como una basura todo el tiempo, pero en el fondo eres bastante útil... Además, se que cuando no tenga a nadie más en quién confiar tu estarás allí para apoyarme... ¿No es así?

 Una vez le trajesen la que seria la cuarta bebida, la princesa no dudaría en dar un salto sobre su asiento luego de haber tomado la jarra con una mano, elevando una pierna hasta la barra a la vez que alzaba la bebida, siendo un movimiento que causaría que la capucha de la túnica terminase cayéndose.

 -¡No es tiempo de lamentos! ¡Debemos seguir dándolo todo como si fuera el último de los días! ¡Yo invito las siguientes diez rondas! -gritó entusiasmada y segura de sus palabras.

 La celebración en la taberna estalló en ese instante donde, desgraciadamente, parecía que ya no podrías pararle los pies a la princesa...

 Los minutos pasarían, las personas celebrarían como si ver a la princesa borracha fuese de lo más común en ese local, y terminarías siendo tu quién ayudaría a la princesa a abandonar el lugar cuando ya no podía ni mantenerse en pie luego de la quinta cerveza.

 -He, he... Tienes un cabello bonito... -soltaba la princesa totalmente perdida por el alcohol, jugando un poco con tu pelo rubio mientras se dejaba llevar. -. Vamos, vamos... En mi habitación tengo unas botellas exquisitas de vino, solo tenemos que pedir a los sirvientes una copas, y... ¡Celebrar lo que queda de noche!

 La princesa parecía haberlo pasado en grande, pero por tu parte había algo de lo que te habías percatado luego de las primeras jarras... Tu resistencia al alcohol se había debilitado: seguías cuerdo y fresco como lechuga, pero te veías incapaz de sentir la temperatura de la princesa, el tacto con las cosas, la firmeza del suelo contra tus pies, el viento en tu cara... Era como si el alcohol te hubiese hecho perder tu sentido de la sensación... Porqué debía ser el alcohol, ¿verdad...?

 La entidad lumínica respetaba tus esfuerzos por mantenerte consciente, más sabía bien que no tardarías mucho en caer inconsciente debido al agotamiento mágico. Valorando tu determinación a saber la verdad que ocultaba su pasado, el chico colocó las manos detrás de si mientras te dedicaba una pequeña sonrisa, dejando que escuchases su respuesta antes de caer inconsciente.

No... Ya no...

 Pasado el tiempo y llegado tu despertar, Ordinem no podría evitar soltar una leve risa por tu reacción al saber que tanto podías llegar a dormir en ese lugar, e incluso fuera de él, más solo te dirigiría la palabra nuevamente al escuchar tu determinación a continuar sin importar las dificultades.

 -Ese es el espíritu -respondió correspondiendo la sonrisa con otra, terminando entonces de peinar tu cabello para apartarse de un salto hacia atrás que le dejaría flotando a un metro del suelo. -. Muy bien: si ya estás lista para continuar... Que sepas que la luz ha estado ansiosa: parece que no le ha gustado la idea de que le quisieses desafiar y controlar... Por eso, la siguiente prueba tal vez sea un poco más... dura.

 En aquel instante te quedaste observando alrededor, esperando a lo que sea que pudiese suceder y presentarse como prueba, pero... Nada sucedió, nada apareció, nada te amenazo...

 -Uhmm... -por otro lado, Ordinem se encontraba aún en el aire haciendo unos ligeros estiramientos. -. Muy bien, estoy listo -y dando un giro en el aire para orientarse en tu dirección, el chico extendió ambas manos hacia adelante antes de generar en ellas un par de armas hechas completamente de luz, las cuales luego adoptarían un color oscuro con un brillo verdoso, asemejándose a dos cuchillas brillantes cual esmeraldas. -. Tu siguiente prueba es simple: enfrentame y encuentra mi debilidad.

 -Aunque antes tal vez deberías vestirte... -añadió soltando una leve risa.

 -¡Inflamados, dice! ¡HA, HA, HA! -no era sorprendente que Caos viese tu situación como algo para partirse de la risa, muchos menos con tus reacciones tan naturales que eran una de las principales razones de que te molestase tanto siempre que podía... -. Claro, claro, Continua... Ya no te debe faltar demasiado...

 Pero el tiempo continuaría corriendo, y a pesar de que ahora golpeabas la diana con mucha más frecuencia esta seguía en pie. Habían pasado algunos meses desde el primer impacto, y Caos nuevamente se encontraba volando a tu alrededor esperando alguna novedad; era sorprendente como en aquel lugar el tiempo podía pasar de esa forma sin darle importancia...

 -Uhmm... Creo que tu cabello se esta oscureciendo... -comentó la entidad mientras pasaba por detrás de ti, tomando suavemente tu larga cabellera para examinarla. -. El caos te esta cambiando bastante... Una lastima que no te ha ayudado a crecer; sigues igual de enano que siempre -no pudo evitar bromear, rodeándote con sus brazos para colocar sus manos delante de ti y enseñarte como con una formaba un circulo delante de la palma de la otra, apuntando hacia la diana. -. ¿No has pensado en cambiar de estrategia? Es imposible crear una esfera de caos lo suficientemente pequeña para golpear la diana, y de hacerlo, nunca le darías a esta distancia... -luego de haberte dicho eso, la palma de la mano que tenía abierta hacia el círculo empezaría a liberar energética caótica, concentrándola de forma que pasase a través del círculo formada por la otra mano, y entonces liberar una enorme explosión de Caos que se abriría como un inmenso cono en dirección hacia la diana; podías deducir que había liberado una explosión similar a las tuyas cuando te descontrolabas, solo que ella la acababa de dirigir en una única dirección... Relativamente. -. ¿Lo ves? Ahora solo tienes que hacer eso, y darle a punto central a la diana; si tu ataque golpea otra parte de la diana a pesar de haber golpeado también el centro, no se romperá... -en otras palabras, debías golpear JUSTO el centro, ni más ni menos.

 Habiéndote dado aquel consejo y explicación, Caos se apartaría y se tumbaría boca abajo detrás de ti, apoyando los codos en el suelo y la barbilla en sus manos mientras meneaba los pies.

 -Por cierto, a partir del quincuagésimo fallo que cometas intentando romper la diana, empezaré a quitarte cada prenda de ropa con cada fallo siguiente. Cuando no te quede nada encima... Digamos que experimentaré que tan resistente es tu cuerpo ahora, absolutamente cada vez que falles... -soltando eso con una sonrisa maliciosa, continuaría observando tu entrenamiento...

 -Los guardo en recipientes con las sustancias para conservarlos; si voy a utilizarlos para algo debo sacarlos y esperar a que sequen un poco... -explicó respeto a las sustancias misteriosas que usaba para el cuidado de los ojos. -. Supongo que también podría curar un ojo de alguien vivo, pero... La mayoría de la gente preferirá vivir ciega a tener que pasar el doloroso proceso; nunca lo he intentado, pero estoy seguro de que curar ese tipo de enfermedades con nigromancia debe ser igual o más doloroso que implantar el ojo...

 Continuando con el tema de las disculpas y las miradas tan expresivas pero a la vez tan parecidas y neutrales de Glaius, sus ojos se clavaron en ti mientras enarcaba una ceja.

 -¿Se escuchó como una broma...? -siendo que su rostro casi siempre estaba igual y su tono apenas cambiaba ligeramente según la situación, responder a aquella pregunta podía ser una de las cosas más difíciles del mundo... Igual y era otra broma y estabas sacando el lado cómico del nigromante sin saberlo. - ... -aunque no parecía buena idea comentarlo...

 Mientras acomodaba, te contaría lo que querías saber respecto al ojo de manera vaga pero informativa, siendo que llegados a ese punto no le sorprendería que tuvieses algo que decir al respecto...

 -No eres tan tonta como pareces... -soltó sin corte alguno .-. Las partes de nigromantes muertos son muy raras y valiosas, pero lo son aún más las de nigromantes que aún siguen con vida... De por si las partes de las personas comunes, muertas o vivas, tienen su valor en el mercado negro, pero el ojo de un nigromante vivo puede valer bastante dependiendo de la edad que tuviese cuando se lo quitaron, especialmente por el hecho de que el ojo aún puede contener parte de su magia... Para que te hagas una idea, el ojo de un nigromante como yo podría comprar toda esta ciudad, aunque dudo que alguien lo comprase sin haberlo preparado antes debido a que podría terminar enloqueciendo de usarlo; esa es otra de las cosas que hice en tu ojo, evitar que pudiese ser un peligro para tu estabilidad mental debido a que nunca tuve claro el nivel de poder del dueño... Muerto o no, el ojo de un nigromante es un ojo de nigromante.

 Finalmente llegaría el momento que tanto había temido: ser amable y hacer de oyente cuando nadie más en la ciudad te servía para ello...

 -Por favor, habla antes de que me arrepienta... -fue lo único que dijo ante tu advertencia, sin decir nada a tu agradecimiento antes de simplemente escuchar. Prestaría atención a cada cosa que le decías como si de verdad le importase, aunque no lo expresaría en ningún momento de ninguna forma.

 Cuando habías llegado a lo que parecía el final, añadiendo el detalle de que era todo lo malo que había sucedido únicamente en un día, el nigromante...

...

 Parecía que aún estuviese procesando todo, o no le importase demasiado...

 -​​​​​​Así que tienes más, ¿no...? -de haber sido otra persona podrías decir con seguridad que escucharte le resultaba una molestia, pero con alguien como Glaius era difícil decirlo. -. Si las personas de los barrios bajos te hicieron tanto daño, si ya no confías ni quieres nada de ellos... ¿Por qué te importa tanto lo que puedan pensar de ti, y por acciones de otras personas además? -haciendo una leve pausa, llevaría su mirada hacia el frente, pensativo. -. Dices que solo habían tres personas en las que confiabas: esas son las únicas personas que te deben importar, y puedo estar seguro de que esas personas no les importará lo que haya sucedido... ¿Que más da si el castillo está lleno de ratas, incluyéndome? Ahora solo tienes a dos personas por las cuales preocuparte, los demás pueden venir y hablarte a la cara a ver si son tan valientes para criticar a una caballero diamante que solo ha comido mierda... El mundo esta lleno de traidores con sus motivos; es cuestión de aceptar que no necesitas nada de ellos... O joderles la vida, también es una opción.

Escuché sus explicaciones, asintiendo mientras me guardaba las explicaciones en mi cabeza... pues nunca se sabía cuando puede ser útil conocer lo realmente dolorosos que son los tratamientos nigrománticos como también saber como conservar partes del cuerpo para... "darles nuevo hogar"... a cambio de dinero.

Entonces, me preguntó sobre si lo que dijo de la mano, sonaba como una broma... y no estaba segura si la pregunta era retórica, realmente quería que la respondiera por no entenderlo, o porque era otra broma... vale no, esa última opción lo dudaba -Un poco. Sonaba más a ironía y sarcasmo que a broma... pero lo pareció. Es como si fueras tu quien me apretaras la mano y yo respondiera "No importa, no es como que me hubieras tentaculizado el cerebro"...- le comenté intentando ser neutral y darle una respuesta tranquila.

Cuando le dije lo de las partes del cuerpo, y él me dijo "No eres tan tonta como pareces", arqueé una ceja -¿Acaso lo parezco alguna vez...? Y las explosiones de furia no cuentan- le pregunté, aunque no enfádandome... bueno quizás un poco si; pero ya que me está dando conversación no me cebaré. Escuché su explicación, de como aunque las partes muertas son raras, las que de verdad son valiosas son las de los vivos. Y como mercader... reconozco que me impactó saber que con un ojo suyo podría comprarme la ciudad... información peligrosa para darle a una Buitre Mercantil... Aunque tampoco es que lo vaya a hacer... al menos no con él -¿Cuando es más valioso una parte? ¿Cuanto más viejo es el nigromante y más conocimientos ha adquirido, o cuando es joven y la magia es más vivaz y pura?- le pregunté... soy usurera, no puedo evitar interesarme por ello -Dudo que un ojo me deje peor de lo que estoy... pero gracias- le agradecí cuando me comentó las cosas que hizo para evitar que me trastocase la psique.

Y después de todo esto, y como él dijo... le conté todos mis problemas, o por lo menos la punta de ellos, antes de que se arrepintiera y me echase. Y le solté bastantes cosas... bastantes que incluso parecía necesitar tiempo para procesar todo... o tratar de recordar porque no me estaba echando cuenta... Hasta que me preguntó si había más -Si... pero tampoco te voy a aburrir con todo en un solo día...- le dije a Glaius. No le haría perder el tiempo conmigo si no lo quería hacer. Entonces me empezó a dar su opinión de forma clara y tajante... resumiéndose bastante bien en algo como: "¿Porque te deben importar los demás si no confías en ellos? Solo centrate en las personas en las que confies... no necesitas nada del resto" Era una versión bastante radical de lo que podría llegar al final -Si estuviera en ese punto... no estaría hablando contigo- le dije suspirando a Glaius -Ahora, solo confío plenamente en dos personas... pero aún confio parcialmente en otras. Ese escenario que has dicho... me da miedo. Que mi mundo consista en solo dos personas con tal de no comer más mierda, y del resto solo vea posibles malas intenciones... no es forma de vivir; aunque cosas como lo de hoy me acercan poco a poco a ese extremo- le comenté al nigromante mirándole -¿Porque me importa lo que piensan de mi esa gente de los barrios bajos? Tsk... Seguramente porque durante un tiempo largo, fue lo más parecido que tuve a una familia feliz en una época en la que mi madre lloraba por mi padre cada día por mucho que estuviera con ella y fuera a verla... y la traición fatal de uno de quienes creía de confianza plena lo destrozó todo...- le comenté a Glaius, suspirando -Y ahora, cuando ya lo había superado entre comillas... siento que se repiten las dos historias más trágicas de mi vida, con la familia de este castillo: ha muerto una persona que apreciaba enormemente... y se sospecha la traición de alguien entre nosotros... Y no es justo... snif... no es justo para mi ni para nadie... Nadie debería vivir esto... Artanis no debería haber visto morir a su padre... nosotros no deberíamos buscar culpable entre nosotros... snif... y... snif... y yo... no debería vivir lo mismo dos jodidas veces... snif...- no lo pude controlar... estaba empezando a desahogarme hablando... y eso... me llevó a empezar a llorar, haciendo que las lagrimas fueran recorriendo mi rostro mientras trataba de sorber.

Al caer rendida, las lagrimas salieron de mis ojos... Pero tras tanto tiempo dormida, era normal que no me acordara de haber llorado, pues al despertar no había lagrimas en mi rostro.

Al continuar hablando los dos, Ordinem parecía también dispuesto a continuar con el entrenamiento, tanto así que me advirtió sobre la luz mientras me incorporaba poco a poco - Bueno, pues que empiece a acostumbrarse, porque este es el camino que he decidido tomar y o bien le parece bien que sea su controladora o bien hace de tripas corazon y se deja controlar. Pero por mi lado, no voy a rendirme nunca, ni tampoco a ceder, por muy dificil y duro que sea el camino.

Me levanté pues mientras esperaba que todo ocurriera, desnuda pero mostrando en mi ser la indiferencia de estarlo... Quizás un leve cambio, o quizás es que me sentía a gusto con Ordinem y no me importaba estar desnuda con el. - ¿Y bien? ¿Cual es la prueba? - dije mirando a todos lados hasta que finalmente, el mismo se puso como prueba y yo me puse en posición de defensa agitando mis alas para estar a su misma altura - Bien, acepto la prueba. - sonriente como no podía ser de otra forma, le miré desde ese punto en el aire...

Al menos hasta que dijo lo obvio y me hizo mirar mi cuerpo falto de ropa. - Oh, vamos... ¿Ahora me vas a decir que tienes pudor y que no quieres pelear conmigo desnuda? - No obstante aunque fuera una pregunta, bajé al suelo y me crucé de brazos por debajo de mi pecho y sin dejarle responder continué - Pero bueno, vale, acepto que no quieras que sea tu distracción y punto debil durante la pelea, aunque que pena, podría ser más interesante - Me senté pues en el suelo y le miré alzando ambas manos.

Decir que me senté en el suelo con las piernas abiertas y los pies planta contra planta, así pues la parte inferior se veia por completo y al estar con las manos alzadas hacia alante, no me cubría mi pecho, sino que lo presionaba entre si haciendolo más abultado - Dame ovillos y aguja, o no podré hacerme ropa - probablemente sabría de mis hechizos, pero lo dije así a posta - Venga, la costura es un arte, y un vestido tarda su tiempo, si tardas mucho más tardaremos en enfrentarnos... ¿Es eso lo que quieres? Oh, si y no me metas prisa - ironicamente, le metí prisa a el para que el no me la metiera a mi.

Si, intentaba picarlo buscando entre el sexo, el erotismo de un cuerpo desnudo, la impaciencia y las ordenes puras para que me ayudara pero aceptando que lo estaba ordenando como si estuviera por encima de el, algún punto debil desde fuera desde el enfrentamiento.

-Después de hacerme el vestido pelearemos. - dije dispuesta a explotar su impaciencia.

La princesa no tardó en decirle a Baeric que ella no huiría, además de comentar que debería dejar de escuchar canciones de bardos, a lo que el caballero no tardó en sonreír.-¿Y cual sería la gracia de vivir entonces?, al menos puedo escuchar baladas y pensar que puedo marcar la diferencia en el mundo.-Terminó por decir mientras brindaba por ello. Pero poco a poco la situación fue decayendo y la princesa se fue animando.

Ya iba por su tercera cerveza cuando dijo lo buena persona que era el y como podía confiar con el cuando los demás ya no estuvieran.-Hasta el fin de mis días señora, hasta el fin de mis días…-Declaró dando un buen trago a una de las jarras…fue entonces cuando sintió…bueno, no sintió nada a decir verdad. Trataba de seguir el ritmo de su alteza con la bebida, pero ni siquiera se encontraba “alegre”, era como si no sintiera nada de nada…pero aún así no le dio demasiadas vueltas, posiblemente era el tiempo o los nervios de todo lo acontecido durante el día.

De todas formas, ella terminó casi subiéndose a la barra y regalando rondas a los presentes…y así siguió hasta que al tiempo ella terminó perdida y jugueteando con el cabello de Baeric mientras le invitaba a su habitación a beber vino y celebrar, ¿Qué celebraban exactamente?, ¿la muerte del rey?, ¿su futura ascensión al trono?, ¿o había algo que se le escapaba?

Fuera como fuera Baeric no tardó en reír al escuchar el comentario de su cabello.-Bueno, me alegro de que os guste…muchas damas me han dicho que tengo un buen cabello y otros hombres que parezco una mujer…-Dicho eso se encogió de hombros y negó.-Pero solo me interesa lo que usted piensa.-Entonces el caballero halcón apuró su copa y se puso de pie para agarrar a la princesa, pero no sin antes sacar una bolsita de cuero y pagar la cuenta.

Fue cuando se puso de pie que claramente se sentía “raro”…no podía sentir ni como la princesa le tocaba, ni el viento, ni siquiera sentía que estuviera de pie…era como si de un espectro se tratara y aquello hizo que Baeric alzara levemente su mano y la mirara, flexionando los dedos en el proceso…a lo mejor un buen sueño reconfortante le volvía en si mismo, así que no le dio más importancia de la necesaria, terminando por sonreír mientras miraba a la princesa.-Vamos, os llevaré a casa-Terminó de decir mientras le ofrecía el hombro. Mientras lo hacía no tardó en pensar en el enmascarado y el último trato.

No estaba muy seguro de que le había dado a ese hombre, pero…se sentía extraño, aquella era la verdad.

Alanís se permitió, solo por ese momento, apoyarse en ese pequeño gesto con todo su peso. A pesar de todo..."solo" los recuerdos estaban perdidos. Eso fue lo que pudo determinar en ese momento. Aún era una ausencia grave, pero le fue importante que el corazón seguía en el sitio correcto, a juzgar por el destello de sol que acababa de ver.

La luz Cromwell era refinada, de pureza, pulcritud y virtud. Quemaba la oscuridad del mundo y resistía impoluta las tinieblas engendradas en los corazones mortales. Ideal. Perfecta. La clase de poder e imagen que podría ser venerado como divino incluso. El orgullo de su nombre, y de las generaciones anteriores, presentes y futuras de su casa.

Sin embargo, Arthas tenía otro tipo de brillo que admiraba, y solo podía asociar con el sol en su mente. Era...amable y cálido, e iluminaba sin discriminar a todos los que alcanzaba, disipando los miedos de la noche con gentileza. La clase de poder que creía sin duda, le haría un gran rey y que una vez más, juraba en silencio proteger.

-Arthas...gracias. -no pudo condensar su alivio en algo más desarrollado que esa palabra, pero la expresó con fresca sinceridad. Quizá fuera hora de hablar de su marca. Había abierto la boca para comenzar a tratar de explicar por qué no debería haber aceptado portando algo así, cuando la nueva comitiva ingresó y tuvo una mirada de genuino pánico unos segundos, que solo el chico pudo ver, mientras volvía a colocar su máscara invisible a toda prisa. Su postura se corrigió a ser tan recta que su espalda podría haberse roto ahí mismo, o eso le parecía, y con un movimiento rápido pasó la tela del brazalete sobre los ojos para terminar de limpiar los mismos de forma aceptable. Asintió con los ojos cerrados con aparente calma, dándose unos segundos valiosos para recuperar su tono y mirada.

-...Su majestad hacía algunas preguntas iniciales para ponerse en contexto. Personalmente creo que lo mejor sería apegarnos en lo posible a su rutina usual, y quizá sus memorias puedan ir surgiendo a base de experimentar escenarios conocidos. A pesar de que algunas cosas han cambiado permanentemente. Por ahora, con su permiso. Por favor, déjenme saber de cualquier cambio en el estado de la reina. Sus habilidades son conocidas en todos los rincones del reino...cuando despierte, quizá sepa como ayudar al príncipe.

Alanís procedió a ofrecer el brazo de modo caballeroso.

-Por aquí. No tema poner su peso en mi todo lo que necesite para andar. Para esto estoy, después de todo.

-¡No te metas con mi tamaño! Soy hada. ¡No es justo! Nosotras no crecemos como los demás... A no ser que seamos designados como Rey o Reina... Suspiró ante eso, jamás se lo habría planteado como un problema o una envidia a tener allí en el bosque de las hadas, pero estar con los humanos y ver como todos se hacían adultos y crecían había creado en el un sentimiento de inferioridad en cierto sentido. -Mmh.... Se quedó mirando lo que Caos hacía y entendió rápido que aquello sería terriblemente costoso, pero muy posiblemente sería también su puerta para convivir con el caos en armonía. Lo que le puso nervioso fue el comentario de ella, a sabiendas de que terminaría desnudo del todo ya que era imposible hacer lo que pedía en tan pocos intentos... ¿O si? 

Tragó saliva e intentó acertar a la diana, tal como le había enseñado y con la esperanza de no acabar desnudo rápidamente. 

 La expresión de Glaius se convirtió momentáneamente en un poema al escuchar que seguías intentando explicar el asunto de la broma, la ironía, el sarcasmo, o lo que sea que fuesen sus palabras... El nigromante decidió que lo mejor era no comentar nada más, pues a ese paso seguramente continuarían hablando sobre la importancia de las palabras, su forma y momento de decirlas...

 Viéndose entonces en otra situación debido a uno de sus comentarios cortantes, el Nigromante guardaría nuevamente silencio decidiendo que lo mejor era no responder respecto a lo que parecías en ciertas ocasiones; no parecía que no tuviese nada para decir, pero por lo menos consideraba que no eran respuestas de tu agrado... Por supuesto, no seria igual el tema de las partes de nigromantes.

 -A diferencia de los otros tipos de magia que nacen en el interior de las personas y se van cosechando o marchitando con el paso del tiempo, la nigromancia no solo depende del individuo, si no de su conexión con las leyes de la vida y la muerte, por decirlo de alguna forma... -hizo entonces una breve pausa para darte un ejemplo más detallado. -. Un nigromante joven puede tener grandes cantidades de magia, pero nunca estará a la altura de alguien que se ha entregado a las fauces de la oscuridad... Un nigromante puede ganar tanto como esté dispuesto a perder, siendo que muchos incluso han dejado de ser humanos en su totalidad para conseguir habilidades más allá de la mortalidad... Por supuesto, todo esto también depende de la capacidad que tenga el nigromante para manejar esos poderes y resistirlos, por lo que el precio de una parte de nigromante aumentaría según que tan grande fuese su poder según su edad: En cuanto más joven y más grande su poder, mucho más valioso...  Aunque debes saber que las capacidades de un nigromante también llegan con la edad, con el conocimiento y la experiencia: el poder no sirve de nada si no se es capaz de controlarlo...

 A pesar de que su mirada decía todo lo contrario, sus palabras indicaban que aún estaba dispuesto a escucharte y apoyarte, interesado en saber más de ti y los problemas que te habían llevado hasta ese punto, empezando a percatarse entonces de la situación en la que te encontrabas...

 Su mirada no podía ser más neutral a pesar de que mientras más hablabas más te empezabas a romper, sin mostrar gesto alguna de lastima o preocupación que pudiese ser ideal en una situación como esa...

 El nigromante mantuvo el silencio aún cuando parecía que estabas llegando a tu límite, desviando la mirada hacia el frente mientras te restaba atención... O al menos eso pensarías hasta que el sonido de una serie de huesos despertaría tu curiosidad, siendo que podrías observar como desde la espalda del nigromante, rasgando considerablemente sus ropas, una serie de huesos empezaban a surgir, moldeándose y conectándose hasta crear una especie de mano esquelética más grande que su propio torso, mano que adicionalmente saldría en tu dirección como un tipo de ala...

 -Los nigromantes no son los únicos que ganan tanto como pierden... El resto de personas también -haría otra pequeña pausa mientras la mano esquelética en su espalda continuaba moviéndose, esta vez acercándose hacia ti para rodearte y tomarte suavemente, abrazarte con sus dedos esqueléticos y brindarte una extraña calidez a través de aquellos fríos y duros huesos que también te acercarían un poco más al nigromante sin resultarle incomodo. Él continuaba con la vista al frente. -. La vida es injusta, y siempre ocurrirán este tipo de cosas... Lo que hace poderosas a las personas no son ni la magia ni las armas, si no su capacidad para afrontar las dificultades sabiendo que tarde o temprano podrían regresar incluso peor que la última vez... Pudiste superar parcialmente una traición, es momento de que superes otra, y muchas más... Nadie te dice que debes tragar todo sin gritar o llorar, pero en el fondo debes estar convencida de que lo superarás: nadie debe tener control sobre tus emociones más que tu misma...

 El ente de luz no podía negar que admiraba la confianza y determinación que derrochabas ahora que habías despertado. No tenía duda de que invertirías todo el tiempo a tu alcance para cumplir con tu meta, más en el fondo se preguntaba si todo aquello realmente daría sus frutos...

 Al principio Ordinem mostraría una auténtica sonrisa de amabilidad y emoción por partes iguales, pero según veía como empezabas a subirte de confianza y autoestima con aquellas provocaciones su sonrisa pasaba a ser una más forzada.

 -Oh, disculpa... -en un pestañeo, Ordinem apareció parado delante de ti inclinado hacia al frente de manera exagerada, dejando su rostro a la altura del tuyo. -. ¿Acaso soy YO quién quería dominar la luz...? -preguntó llevándose una mano al pecho antes de reincorporarse y retroceder un par de pasos antes de volver a sonreír con pura malicia y superioridad. -. Pero entiendo si para ti es MUY difícil hacer un simple y sencillo vestido... -se jactó triunfante y con una mirada desafiante, como si sus palabras fuesen lanzas que te atravesaban directamente. -. Digo, obviamente debe ser difícil hacer un vestido para un cuerpo que no tiene nada que cubrir... -nuevamente, otra lanza dirigida a tus intentos de seducción... -. Lo entiendo, lo entiendo... En ese caso te ahorraré el trabajo y te daré algo para usar...

 Con un chasquido de dedos, Ordinem convocaría una única esfera de luz que volaría suavemente hacia ti, empezando a formarse algo en su interior antes de desaparecer y dejar caer... Unas bragas negras, absolutamente nada más...

 -Con eso deberías cubrir todo lo que tienes -añadió lanzando una última lanza, sin poder evitar soltar una pequeña risa antes de volver a separarse del suelo y empezar a dar lentos giros en el aire mientras aún sujetaba sus armas. -. No tengo toda la eternidad para esperar que te hagas ropa nueva, y honestamente me da igual tenerte cubierta o completamente desnuda, así que luego de que te pongas eso y te sientas lista... Podemos empezar.

 La princesa no podía negar que tus ánimos eran de bastante utilidad para esos momentos, pero poco o nada le importaría luego de que tras unas declaraciones de lealtad y un poco más de charla Artanis acabase borracha, recibiendo tu ayuda para poder salir del lugar y dirigirse al castillo...

 -¡Idiotas! Todos esos hombres son unas idiotas... -aseguró la chica respeto a tu cabello mientras seguía embobado con el mismo, dejándose llevar sin oponer resistencia...

 El camino seria, cuanto menos, tranquilo y relajado... La princesa parecía bastante más animada que antes y no parecía que fuese a suceder nada que amargase más aquel día. Luego de todo lo que había sucedido el destino estaba en deuda con ustedes, y al menos pasar una noche relajante era adecuado para estar a mano...

 Así acabarían llegando a los aposentos de la princesa con un par de copas que habían pedido de camino, donde una vez allí la chica tiraría la túnica y la capucha al suelo mientras andaba por su alcoba relajada como nadie...

 -Dame un minuto... -yendo por si sola tras el biombo, la princesa se dispondría a cambiarse para estar lista al momento de descansar, siendo que luego de esperar un poco la verías salir de detrás del cambiador, solo que a diferencia de las otras veces que la habías visto salir del biombo esta vez solo llevaría bragas y sostén...

 Como era de esperarse de alguien de la nobleza, hasta su ropa interior era de la mejor calidad: con un conjunto negro que resaltaba en su piel blanca, se podía apreciar la delicadeza de su cuerpo femenino ausente de cabellos, siendo que lejos de ser una flor fácil de romper también se remarcaba los frutos de sus ejercicios diarios sin llegar a perder la imagen de una hermosa y juvenil dama. Tenía un pecho y un trasero acorde a su estatura y edad, visiblemente firmes y seguramente nunca antes tocados por manos que no fuesen las suyas...

 -Baeric... -con una traviesa sonrisa en su rostro enrojecido, la princesa se acercaría a ti para recostarse un poco en tu cuerpo a a la vez que apoyaba las manos en tu pecho. -. Dijiste que obedecerías y me seguirías a donde fuese, ¿verdad...? Si es así... Quítate la armadura... -ordenó antes de llegar a relamerse ligeramente los labios...

 El príncipe te dedicaría una de sus sonrisas antes de que se viesen interrumpidos por la llegada de otros caballeros, siendo que por fortuna nadie más que el propio Arthas se percataría del repentino cambio de aptitud, más le restaría importancia rápidamente al ver que Alessandro ya podía hacerse también una leve idea...

 -Esta bien... Creo que es lo mejor que tenemos por el momento -apoyó Alessandro tu iniciativa. -. Si necesitas algo para atender al príncipe no dudes en pedirlo -añadió antes de empezar a dar indicaciones a los caballeros para que comenzasen a prepararse con el traslado del rey...

 Por su parte, Eldruin aseguraría que informaría del momento en el que la reina despertase, pero que hasta entonces estaría allí cuidándola por si sucedía algo.

 Con todo aparentemente cubierto, el príncipe te mostraría otra de sus dulces sonrisas antes de ayudarse de ti para poder mantenerse en pie, siendo que prácticamente se recostaría un poco a tu cuerpo y se sujetaría de uno de tus hombros confiando en que no te resultaría una molestia, y teniendo en cuenta tu fuerza realmente no lo sería...

 Finalmente podrías llevar al príncipe a sus aposentos sin sufrir ninguna molestia durante el camino, siendo que una vez allí Arthas aprovecharía tu ayuda para llegar hasta su cama y tomar asiento, momento en el que observaría la habitación con detenimiento y curiosidad.

 -Así que está es mi habitación... -comentó mientras acariciaba un poco las sabanas, dirigiendo entonces su atención nuevamente a ti. -. ¿Y tú donde dormías? ¿Tienes tu propia habitación o... duermes aquí también...? -preguntó sin poder evitar un tono de ligera verguenza, llevando su mirada a la cama durante unos segundos que serian suficientes para que en su rostro apareciese un ligero rubor... -. Honestamente... Al no recordar nada, me gustaría poder pasar la noche durmiendo a tu lado... Dormiría tranquilo sabiendo que estas cerca...