Partida Rol por web

Uhh... L-la casa donde viven los gemelos Collingwood... ¿no son palabras mayores? Aunque se supone que en una amistad entre personas del mismo sexo se suelen hacer estas cosas de pasar la noche en casa de otro sin pensar en nada pervertido... ellos ya me han dicho que no quieren solo amistad y mis pensamientos hacia ellos son de todo menos decentes.

Mientras pienso en ello balbuceando incoherencias como un estúpido, Chris menciona la piscina o una pista polivalente. HAHAHA no. No sería extraño para mí acabar ahogándome o matando a alguien (sino a mí) de un balonazo en la cara.

Pensar en eso extrañamente me relaja lo suficiente como para sonreír cuando me pide que le haga un pastel. Aunque sería de lo más raro, ¿no? Casi que mejor le llevaré uno hecho. O dos... O tres.

— Hmm.. Está b-bien, entonces... el sábado...

Me los quedo mirando un poco nervioso, ahora expectante por la llegada del sábado y algo asustado por lo que pueda pasar. Hay tantas formas de que salga mal: que provoque un caos en su casa, que me ponga enfermo la noche antes, que provoque un accidente durante la semana y acabe lesionado...

"¡No, no, no!" Niego con la cabeza, quitándome esos pensamientos funestos. Había dicho que este año sí que me iba a esforzar en relacionarme y ¡mira ahora! ¡Puedo ser el esclavo de dulces de Chris-senpai! Ni siquiera puedo esperar por llegar a casa y hacerle un dulce con el chocolate que he comprado.

 -¿Vendrás entonces? ¡Genial! Me encargaré de comprar helado y batido de chocolate para acompañar los pasteles. ¿Tienes algún sabor favorito de helado, Fujimoto-kun?

 -A mí me interesa más saber si eres alérgico a algún alimento, para cuando sirvamos la cena. No pretendemos que te quedes a cenar si no quieres, pero nunca está de más ser precavido con estas cosas.

A Chris se le notaba bastante más, pero ambos gemelos parecían muy emocionados con la idea de que fueras a su casa. No, si al final iban a conseguir que te creyeras todo aquello de que buscaban algo más que tu amistad. Y eso hacía que la idea de quedarte a solas con ellos en su casa sonara cada vez más y más peligrosa.

 -Por cierto, ahora que la película ha terminado, ¿quieres hacer algo más o prefieres que lo dejemos aquí por hoy?

¡Había besado de nuevo a Helga! ¡Y esta vez no había problemas de por medio! ¡Era mi primer beso perfecto oficial! Estaba tan emocionado, del tacto de sus labios, de sus pechos sobre mi abdomen, ya que Helga siempre al acercarse me había tocado con sus blanditos senos sin darse cuenta... al imaginarlos sin ropa y con todo lo que me había rozado algo en mí había crecido... ¡Y era difícil de disimular! ¡OH NO!.- Mi... mira a mis ojos...- le dije mientras ponía mis dos manos sobre lo que había crecido en mi entrepierna.

A pesar de que se lo habías pedido, ella no pudo evitar mirar abajo para ver qué pasaba. Al hacerlo inmediatamente se puso roja y volvió a subir la mirada para dejarla clavada en tu cara.

 -Sí, va a ser lo mejor…

Pasaron unos momentos terriblemente incómodos, hasta que tu amada finalmente dijo.

 -Quieres… ¿Quieres un momento de intimidad? Ya sabes…

No… No podía ser cierto. ¡Ni en tus sueños más húmedos habrías imaginado jamás que en tu primera cita, la que tú considerabas la mujer más hermosa del mundo, te propondría hacer algo como eso!

 -Hay un baño público cerca y no hay nadie por aquí. Puedes entrar y ocuparte de… eso. Yo te espero fuera, no te preocupes.

Si uno agudizaba el oído, podía escuchar claramente el sonido de tu fantasía estallando en mil pedazos. Demasiado bonito para ser cierto.

Miré a Helga con cara de preocupación.- La verdad es que... tengo un pequeño problema con respecto a eso... nun... nunca me he... masturbado.- Dije mientras la miraba nerviosamente.- Mis novias se encargaban de... el problema, pues yo tengo un pequeño síndrome que no me deja... llegar a... el... clímax cuando me toco... pero... si no hago algo... esto no bajará.- Dije pensando alguna idea que pudiera ayudarme para acabar con el problema. Estaba muy colorado de la vergüenza que estaba pasando... ¡Todo estaba yendo bien hasta ese momento!

Viendo lo roja que se estaba poniendo, no sabías si es que en el fondo Helga era una chica tímida e inocente o es que había malinterpretado tus palabras.

 -¡Yo no voy a hacerlo! Lo siento, me gustas mucho, pero creo que sería ir muy deprisa.

Al parecer Helga había creído al escucharte, que le estabas pidiendo indirectamente que te ayudara con tu “problema”.

 -Prueba con agua fría o pensando cosas que no te gusten o… No sé, nunca antes me había enfrentado a una situación como esta.

Me puse más colorado aún al escuchar las palabras de Helga.- No quiero que lo hagas... sé que es ir deprisa...- Bueno, realmente deseaba con todo lujo de detalles ver cómo Helga... pues... pero había que ser realista.- Simplemente te pido que pensemos en una solución que me pueda ayudar.- Dije tapándome con las manos el miembro para que no se notara mucho.

Suspiró y se levantó del banco.

 -Ve al baño. Yo vuelvo enseguida.

Y dicho esto, Helga se marchó a la carrera del parque, dejándote solo con tu no tan pequeño problema. Por suerte no había nadie y pudiste refugiarte en el cuarto de baño sin que te vieran.

Al cabo de un rato, Helga regresó.

 -¿Tsuyoshi-kun? He traído algo que igual te ayuda.

Vigilando que nadie la viera colarse en un baño para hombres, Helga entró y te dio una lata cilíndrica y larga. A pesar de la mala iluminación del baño, pudiste ver que tu amada estaba como un tomate.

 -Toma, he… He sacado esto de una máquina expendedora. Seguro que te puede ayudar. Yo te espero fuera.

Tras decir aquello, Helga salió del baño dejándote con una hermosa vagina artificial en las manos.

Tomé la vagina en lata y me rasqué la cabeza.- Gracias.- Dije también todo colorado mientras la agarraba y me encerraba en el baño.

Al cabo de un rato salí y busqué con la mirada a Helga.- Gracias por tu ayuda, esto dice mucho de ti.- Dije pensando en lo vergonzoso del asunto, pero ¿Por qué sorprenderme? ¡Siempre había sido así!

Cuando por fin saliste del baño, Helga estaba esperándote en el exterior del mismo con la cara aún roja.

 -¿Has…? –un rápido vistazo a tu pantalón le dio la respuesta que buscaba- Vale olvida la pregunta. Creo… Creo que deberíamos ir volviendo ya a casa.

Tu amada se puso a tu lado y te agarró del brazo, como una señorita agarra a un caballero de esos de la época victoriana.

 -Pero esto no quedará así, lo sabes, ¿no? Vete pensando el próximo día que quieres quedar. Y la próxima vez procuraremos ir menos a lo loco.

Te guiñó un ojo y sonrió. Tal vez, a pesar de tu torpeza y tu mala suerte… Tal vez hoy había resultado ser un buen día.

Sonrío al escuchar la alegría de Chris-senpai. ¿"Cualquier helado está bien, si proviene de ti" sería una buena respuesta? Ja, como si fuese a atreverme a decirle algo así.

— El helado de fresa es el que más me gusta. —respondo con sinceridad.

Es verdad. El de chocolate me gusta también, pero el de fresa es TAN dulce... me da igual lo que diga la gente, en especial otros chicos que se burlaban por coger un sabor tan poco viril porque la verdad es...

Demian-senpai interrumpe mis pensamientos al preguntarme por alergias. Pienso durante unos segundos pero, ¿que yo sepa no? Me encojo de hombros y niego con la cabeza.

— Que yo sepa no soy alérgico a nada...

De verdad. Verlos así, alegrándose porque he aceptado su propuesta. ¿No es un poco injusto? Sí, es muy injusto. Encima, cuando Demian-senpai me pregunta si quiero hacer algo más, la idea que pasa por mi cabeza hace que se me acelere el ritmo cardíaco y mi cara adquiera de nuevo un tono rojizo. Miro hacia otro lado, rojo como un tomate, intentando que esa vocecita que acaba de responder con lo que quiero hacer se calle.

— Hmm... senpais, están en tercero, no me gustaría privaros de estudiar. P-pero.. hmm.. me lo estoy pasando m-muy bien, así que...

No, no me atrevo a mirarles a la cara.

No debería haber pensado "qué más" es lo que me gustaría hacer con ellos.

En el momento en que dijiste lo del helado de fresa, viste que los ojos de Chris se iluminaron con la más pura luz de la felicidad.

 -¿En serio? ¡Ese es mi favorito también!

Te agarró y te atrajo hacia él en una especie de abrazo de oso.

 -Ahí te quedas tú, amante de la vainilla.

Suspiró sin perder la sonrisa.

 -Al menos yo me ocupo de las cosas importantes. Si Fujimoto-san fuera intolerante a la lactosa, no podría tomar helado de fresa. El especial para intolerantes sólo le hay de chocolate y de vainilla.

Eos último lo dijo con especial retintín mirando directamente asu hermano. Pero la discusión sobre helados quedó olvidada en cuanto te pusiste a balbucear acerca de que no querías interrumpir sus estudios.

 -No te preocupes, Fujimoto-san. Hemos cambiado un día de fiesta por este día de descanso en nuestro calendario de estudio, así que no vamos a perder nada.

 -Eso. Y si además te lo estás pasando bien, podemos seguir un rato más. Podemos ir a las recreativas o a la tienda de deportes…

Creo que comienzo a entender un poco a los gemelos, o mejor dicho, a Chris-senpai. Al notar el tono de su voz elevándose, ya me esperaba un repentino estallido de alegría por su parte. Y parece que siempre que se emociona debe hacer contacto físico conmigo. Ah, pero no me quejo. Aunque sus abrazos de oso sean asfixiantes y te hagan crujir medio cuerpo. Por lo menos esta vez no reacciono como un gatito asustadizo y hasta puedo apreciarlo como para darme cuenta de que me gusta el olor a desodorante sport de Chris-senpai. Tan varonil~

No es de extrañar que cuando me suelta estoy rojo como un tomate y no me entero de la mitad de lo que dice Demian-senpai sobre los helados. Debería estar escuchando lo que dice uno de mis Dioses Griegos pero estoy demasiado ocupado evitando babear.

— Bueno... ya que vosotros mismos lo decís...

Supongo que estará bien ser un poco egoísta y quedarme con los gemelos para mí solo un rato más.

— Las recreativas, ¿mejor?

Acabo mi afirmación como una pregunta al no estar seguro, pero como que me apetece ver a los gemelos en un ambiente de juegos. Como solo puedo imaginármelos en mansiones de estilo europeo, bebiendo té debajo de la sombra proporcionada por un guapísimo mayordomo con aura de ser muy competente que se llama George, se me hace extraña la idea de verlos jugar videojuegos como el resto de los mortales. Ah, también hace años que no entro en un salón recreativo, así que tengo curiosidad por lo que pueda haber.

Se me desvían los ojos hacia Chris-senpai, recordando el abrazo... y aparto la mirada en cuanto empiezo a pensar en cosas indebidas.

Te rodeó los hombros con el brazo para empezar a llevarte hacia el salón recreativo del centro comercial. Te aferraba con firmeza, pero también con suavidad, sujetándote en un agarre amoroso amistoso del que, probablemente, ninguno de los dos querría liberarse por el momento.

 -¡Ese es el espíritu! ¿Qué juegos se te dan mejor Fujimoto-kun? Yo jugaré al de tiros libres. Y a alguno de peleas. Oh, y a la máquina de puñetazos. A ver si rompo el récord.

Al decir esto flexionó su brazo libre para marcar músculo, sonriendo orgulloso.

 -El baloncesto te pone bien fuerte, ¿sabías eso Fujimoto-kun? La mayoría de la gente sólo piensa que sirve para hacer brazo, pero te pones en forma entero.

Demian se puso a tu lado no ocupado por su hermano para avanzar junto a vosotros dos.

 -Si esos juegos no te gustan, yo buscaré máquinas de puntería. No se me dan demasiado bien, pero seguro que con alguien con tan buena puntería como Fujimoto-san en mi equipo, podremos conseguir un buen récord.

Se inclinó hacia ti para susurrar:

 -A Demian se le dan muy mal los videojuegos.

No te sorprendió en absoluto escuchar ese comentario. La verdad era que, aunque fueran gemelos, los hermanos Collingwood eran radicalmente difernetes entre sí. Tnato por su pesonalidad como físicamente hablando. Incluso aún cuando estaban vestidos con el uniforme, se podía notar la diferencia en el volumen físico de los hermanos. Una persona normal diría que eran gemelos idénticos, pero un observador experto como tú ya sabía que Chris era un par de centímetros más alto que Demian. Y ahora, al tenerles tan cerca y durante tanto tiempo, habías podido confirmar que Chris era mucho más musculoso que su hermano. Y es que sentir sus pectorales en tu espalda o sus bíceps rodeando tu cuerpo hacía que fuera muy difícil fijarse en esas cosas.

Por eso el hecho de que Demian eligiera un juego basado en la habilidad manual más que en la fuerza o en la agresividad no te pilló de nuevas. Es más, de hecho te gustaba la idea de usar tu entrenada puntería para jugar junto a uno de los hombres de tus sueños. Esos años pasados en el club de arquería por fin iban a dar su fruto.

A pesar de que caminar cogido a alguien es un poco incómodo, más por la vergüenza que por el miedo de tropezarme con él y caer, ¿quién soy yo para apartarle de mi lado?

— Hmmm...

Como siempre, una vez que Chris-senpai comienza a hablar es como una ametralladora que no deja hablar a nadie. Ni siquiera me da tiempo a pensar cuáles son los juegos que se me dan mejor, en especial cuando menciona que el baloncesto pone fuerte el cuerpo entero. "No, si ya me he dado cuenta..." pienso, desviando la mirada hacia su cuerpo que desgraciadamente está tapado por ropa. ¡Qué desperdicio!

Me siento tentado en alargar mi mano y ver si de verdad le ha puesto tan fuerte como dice pero soy demasiado tímido como para armar un escándalo en pleno centro comercial, así que solo le toco en mi mente y continúo caminando sin apartarme de su brazo.

— Ah.. pues.. hace mucho tiempo que no juego pero se me daba especialmente bien el House Of The Dead III. A-aunque me da un poco de miedo jugar solo, a-así que si os quedáis cerca... hmm... mejor.

Es cierto que se me da bien pero al ser temática zombie hay veces que me pongo muy ansioso y lo paso mal. La presencia de los gemelos cerca puede ser un buen relajante.

— P-pero si quieres, Demian-senpai, me suena que también hay juegos tipo trivial que, además, he oído que son buenos para estudiar ya que tienen alguna pregunta que puede entrar en los exámenes de ingreso.