Partida Rol por web

La espada de Shiba corta la piel que cubre la tienda con facilidad, pero el samurai esta demasiado debil para hacer mella en los troncos que sostienen la estructura, por lo que esta se mantiene en pie.

Por el pedazo desgajado ve al hombre dentro, con un yari, quien sin vacilar le lancea, pero la armadura ligera una vez mas cumple su cometido y desvia el golpe...

Grulla se encarga del otro huidor, derribandolo de un certero flechazo...

Los otros ashigaru han desaparecido en la espesura, ya no es posible verlos ni oirlos.

Es el anciano que esta con vosotros, el viejo Mantis, quien pregunta, en vez de Togo.

- Asumo que habeis preguntado a Hirohisa sobre que podria ser, no es verdad, joven Bayushi?. El no ha sabido aclarar que podrian guardar sus hijos?

Con la espalda cubierta, Higetora decidió que era momento de encargarse del Mantis y el Shiba antes de que sus heridas se agravasen más allá de la recuperación, con lo que corrió de nuevo al centro del claro, donde la hoguera.

Kuni emprende su regreso a la hoguera... Solo uno de los enemigos aun persiste, cual zorro en la madriguera, acorralado. Desde dentro de la tienda, puede tratar de herir a Shiba sin exponerse, ya que las gruesas pieles lo vuelven invisible a los ojos de Grulla con sus flechas...

Viendo que el campesino prefiere esconderse a luchar, Bankunaruchi se aleja, sus heridas ya son bastante graves y no está para juegos estúpidos con un ashigaru. Va hacia el hombre de negro, por si éste se despertase, para alejar cualquier arma que pudises encontrar a mano.

Junichiro se acercó a la tienda de campaña, se colocó justo delante de la hoguera y se dirigió al Fénix

- Bankunaruchi-sama, colocáos delante de la chica. En esta situación, es posible que esa escoria intente hacerle daño para salirse con la suya.

 Luego gritó al bandido que aún seguía dentro de la tienda de campaña

- Te has quedado solo; el resto de tus amigos están muertos o han huido. Depón tus armas y ríndete sin ofrecer resistencia. No nos hagas prenderle fuego a la cabaña para hacerte salir.

Sin soltar el arco, apuntó a la entrada de la cabaña

Pasan un par de segundos, y finalmente el hombre sale de la cabaña, sin armas y con las manos ligeramente alzadas. Lleva una suave sonrrisa resignada en el rostro.

- Seria interesante eso de prenderle fuego, Grulla, tambien lo pensamos... pero por dentro esta reforzada. En fin, da igual... me rindo.

Al no haber más enemigos armados a tiro, Higetora se permitió relajarse mínimamente, y volviendo a su posición encorvada natural, avanzó hasta el Mantis y apoyándose en el bastón se arrodilló con un gruñido a su lado, para examinar la gravedad de las heridas del mismo y ver si los Kami podían hacer algo por él.

Junichiro no dejó de apuntar al bandido. No se fiaba; podía llevar un arma oculta.

- ¿Podéis maniatarlo, Bankunaruchi - sama? Lo llevaremos al pueblo para que responda por sus crímenes.

Luego miró a la muchacha; no parecía herida, solo magullada. Le alivió comprobar que los bandidos habían prefereido centrarse en ellos antes que usar a la chica como escudo humano

- Ven aquí muchacha; colócate detrás de mi. Ya estás a salvo.

La joven levanta apenas la cabeza, parece estar demasiado conmocionada. Su mirada vacia recorre los varios caidos y muertos, balbuceando...

-Padre... quiero ir con mi padre... Tanimoto-san... donde estas?...Kotae...

 Disculpe que tome la palabra, Bayushi-sama. Pero en un momento, Hirohisa-san ha mencionado que había una caja con los adornos de su esposa, pero esa caja permaneció intacta, no fueron saqueadores. De hecho encontramos un compartimiento vacío bajo los tatamis. Alguien que sabía exactamente que buscar. Luego de esto agacha la cabeza recordando la frustración de no haber podido conjurar los kami del viento.

El estado del Mantis empeora. El Kuni ignoró los lloros de la doncella, tendrá tiempo para ello más tarde. Extrajo un nuevo rollo de pergamino, y concentrándose intensamente en él, recitó las plegarias que contenía para que el Agua interior del Mantis reparase su cuerpo dañado antes de perderlo.

Los poderes curativos de kuni hacen lo posible. Yoritomo logra pestañear, pero su condicion todavia es grave.

El bushi Fénix se acerca tambaleándose ha donde se encuentra el ashigaru y, buscando algo con lo que retenerle y atarle, le inmoviliza lo mejor que puede.

Tose por unos momentos y parece a punto de desvanecerse, pero se recompone.

-¿Cómo se encuentra nuestro compañero, Kuni-sama?

-Comprendo. A que conclusion han llegado entonces? +pregunta en tono suave el enmascarado. Su mirada escrutadora les sigue a ambos+ Si no fueron bandidos, que sucedio con los hijos de Hiroisa-san?