Partida Rol por web

Ranmaru se adelanta a los Cangrejos dejándolos a su espalda y quedándose delante del guardia.

Buenos días Gareki-san. Conocen perfectamente lo dictado por Zaibakan-sama, pero necesitamos de sus servicios para un caso que estamos investigando los magistrados a las órdenes de Miyaka-sama. Podéis estar tranquilos, volveremos tan pronto terminemos nuestro trabajo a las afueras, ellos no irán a ningún sitio.

Pensó en ofrecerle si quería acompañarlos para que estuvieran más seguros a las afueras o por si sentía incomodidad alguna con órdenes cruzadas, pero sabía que Gareki entendería la situación... y no quería tener que poner más ojos a sus espaldas para asegurar el bienestar de todos.

La magistrada sabía como usar las palabras, provablemente porque su sangre le decía como, haciendo innecesario que interviniera, al menos por el momento, así unicamente sonreí cortesmente a los guardias.

Nada inesperado. Daichi se contento tambien con guardar silencio. O la magistrada nos hacia pasar o no, asi de simple. Eran las leyes y poderes Escorpion los que prevalecian en esta circunstancia... o no.  Casi ensayo un bostezo, pero la disciplina se mantuvo firme, y solo dirigio una significativa mirada a la Yasuki.

Es evidente que hay algún tipo de relación entre la magistrada y el guardia; el hecho más evidente es que la magistrada conoce el nombre del guardia sin necesidad de que este se presentase. Pero los gestos y las palabras son claros indicadores de que entre ellos hay algo más que una mera amistad

- No me gusta repetir las preguntas dos veces pero esta ez voy a hacer una excepción. - le digo al anciano

- Deshinsiro-san, ¿te importa vigilar para que cuando lleguen su hijo y su nieto no nos interrumpan? - añado girándome hacia el escorpión.

- Bien. Empecemos.  - prosigo centrando toda mi atención en el anciano.

- ¿Sabes si han desaparecido cadáveres antes de ser incinerados? - le pregunto.

El guardia parece dubitativo unos segundos, pero luego asiente

- Esta bien, Mikaya-sama, pero no se alejen demasiado.

Y siguiendo las indicaciones de Gareki, no tardo en preguntar una vez nos hemos alejado lo suficiente como para que él nos oiga.

- No habéis tenido mucha suerte Ranmmaru-san, ¿acaso vuestros padres eran conocidos de la familia?

Pregunto intentando buscar algo de lógica para el matrimonio de una magistrada y un simple guardia, aunque intuyo que más bien sea algo propio de plasmar en lienzos o haikus.

Sólo lo justo y necesario - respondió asintiendo con la cabeza, y tras ello reanudaron la marcha hacia las afueras para continuar su investigación.

Y de pronto la Yasuki le hizo un comentario que no entendió en absoluto - Kuzume Mura no será la capital, pero me siento muy afortunada de estar bajo las órdenes de Mikaya-sama. Y mis lazos familiares no creo que sean de vuestra incumbencia - replicó Ranmaru, aunque no se sentía especialmente orgullosa de ser la sobrina de Zaibakan-san, aunque obviamente era algo que no podía decir abiertamente.

Que arisca.

- Unicamente me compadecía de vuestro corazón. No hace falta ser tan ruda Ranmaru-san.

Intento explicarme, aunque más provablemente lo que estuviera haciendo fuera ahondar en la llaga. Seguro que cualquier espectador sabría entender lo irónica de la situación.

El anciano se sorprende ante la pregunta del Kuni

- ¡Por las Fortunas, no! ¡Que deshonra para nuestra familia que tal cosa ocurriese! Puede que nuestro trabajo sea desagradable, pero siempre lo hemos hecho con el mayor de los cuidados.

- Le creo anciano. - le digo. No obstante comprenderá que debo formularle la misma pregunta a su hijo y a su nieto cuando lleguen, ¿verdad?

Gruño por lo bajo, sin entender muy bien de que iban la Yasuki y la magistrada con eso de matrimonios, familias... no habia estado prestando atencion o se habia perdido de algo. Lo que si tomo nota fue que debia tener una charla mas tarde con su compañera. Buscarse la amistad de aquellos insectos era malgastar saliva. Cuanto antes lo aprendiera, mejor.

*Especialmente antes de que alguno te pique, muchacha...

Ranmaru se paró y clavó una mirada funesta a la Yasuki.

Tu no sabes nada de mi corazón. Y si deseas conservar esa lengua serpentina en tu boquita de piñón, esta será la última vez que lo mencionarás.

Tras ello miró al Hida para asegurarse que no tuviera que lidiar con otro Cangrejo más, dio media vuelta y empezó a caminar.

Vamos, tenemos trabajo que hacer.

En otro momento hubiera censurado o simplemente golpeado a la escorpiona, pero esta vez era apropiado... Ayudaba a que la Yasuki acabara viendo las cosas desde su mismo punto. Una circunstancia que podia volverse muy productiva luego.

Por eso, solo con un levisimo encogimiento de hombros y una mirada a Ashikako-chan que queria significar "ya ves",  siguio a Ranmaru.

Seguro que está más enamorada de él que Kakita de Doji.

Pienso ante su repentino ataque verbal pero no hago otro comentario al repecto, pues ese era el estado ideal para que combatiera si se daba el caso... además de haberle dejado probar lo que sienten muchos de mis camaradas cuando coinciden con los de clan.

La cosa parecía por fin haber quedado clara, así que llegaron sin más contratiempos* a las casas a las afueras, donde vivía el joven que les había hablado de los ataques. Ranmaru no vio a nadie, así que llamó a la primera puerta que encontró.

Soy la magistrada Bayushi Ranmaru, por favor quien esté en la vivienda salga para responder a unas breves preguntas.