Partida Rol por web

Alicia mira a su hermano primero disgustada y después con comprensión cuando le arrebata la jarra de cerveza, suspira profundamente y finalmente dice:

- Vale...vale... Pero tampoco exageres no es para tanto.

La velada continua de forma parecida, no tardaron demasiado en llevar la comida que todos habían pedido, Alex pidió una hamburguesa con doble de queso ya que según dijo le encantaba el queso y de hecho la hamburguesa tenía una gran cantidad de este. Tras la cerveza que había pedido Sandara por él estuvo tomando cola light. Por su parte Sandara pidió un sandwicht vegetal del que apenas comió la mitad y algo de la guarnición de ensalada, estuvo animando casi toda la noche y bebió bastante cerveza, al final se notaba que estaba un poco borracha. Y así fue como transcurrió la pequeña fiesta de bienvenida, al terminar Sandara se marchó con quien quisiera acompañarla y unas chicas a las que llamó por teléfono a una discoteca, Alex por su parte se disculpó y dijo que estaba algo cansado.

Ya a la mañana siguiente el día había despertado con lluvia, era un día gris y algo deprimente, además de que hacia bastante frio, más que en septiembre parecía que era noviembre por el frio y la lluvia, solo faltaba ver tiendas preparándose para la decoración navideña para crear la imagen del mes de noviembre. Todos tenían un mensaje en sus móviles

No tenéis que pasaros por la oficina si investigáis, pero los que os paséis el jefe quiere veros

Para ser de Sandara era un mensaje bastante formal y sin decoraciones de ningún tipo.

Bebí unas cuantas cervezas anoche pero como lo acompaño un buen plato de carne no me emborrache. Por suerte lo que dijo antes Alicia de salir con Sandara de fiesta no fue mas que una de sus bromas para molestarme me había dado cuenta desde el principio por que ella ya tenía novio. Cuando acabamos le ofrecí a George llevarle a su casa. Cuando llegue a casa no puede evitar sonreír al ver que Alicia se había dormido en el coche, solía hacerlo mucho cuando era pequeña. Me costo un poco conciliar el sueño debido a que andaba dándole vueltas aún al caso.

Céline comió y bebió, habló, rió e interactuó con el resto de compañeros con los que tuvo oportunidad, antes de ser arrastrada por Sandara a "la juerga", según ella misma lo denominaba. Céline lanzó una mirada a Jon de quien ni siquiera pudo despedirse en condiciones debido a que la chica tiraba de su brazo mientras canturreaba algo así como "Fiesta, fiesta, fiesta".

"¡Mañana nos vemos!" Dijo Cel al ruso y al inglés antes de perderlos de vista.

Fue una noche extraña, Sandara se empeñó en dejarle algo de ropa para salir, luego llamó a unas amigas y se la pasaron de pub en pub, bebiendo, bailando y ligando. Ligando ellas claro, porque Céline se limitó a ver cómo los chicos iban y venían sin cruzar demasiadas palabras con ellos.
Sandara la dejó en casa de madrugada, Cel estaba muerta, y lo estuvo aún más cuando al mirar el reloj vio que apenas restaban un par de horas para que la alarma la sacara de la cama y tuviese que ir a clases. Ag, mierda... Trasnochar no estaba nada bien.

Se dejó caer en la cama con ropa y todo y se quedó dormida antes de que su cabeza tocase la almohada.

Tras las sobrias despedidas me dirijo a la puerta del local con la chaqueta en la mano. En la calle el frío me golpea la cara. Me subo las solapas tras abrigarme y giro a la derecha en busca de mi coche. Sentado en mi asiento golpeo la cajetilla de tabaco para sacar un cigarrillo. No fumo mucho, pero de vez en cuando... Sandara pasa a mi lado y me saluda. - Le queda mucha fiesta aún. Me digo sonriendo mientras levanto la mano para saludarla. Enciendo el mechero del coche y arranco hacia mi casa. En el primer semáforo me llevo el encendedor a la boca y doy una calada profunda. Bajo la ventanilla y enciendo la radio.

Suena Benny Golson mientras acelero por las eternas calles de la ciudad, ahora vacía. Tamborileo con los dedos en el volante el ritmo de los bajos.

Ya en casa me dejo caer en la cama tras desnudarme. Pongo el despertador pronto. Me duermo tarareando los acordes de alguna de las canciones que escuche camino a casa. El despertador sonará a las 6.00. Si no me vuelvo a despertar yo antes...

Al final había resultado una noche bastante agradable, lo suficiente para hacerme olvidar durante unas horas lo sucedido. Una agradable conversación, comida basura y unas cervezas eran lo mejor para animarse. Me había extrañado comprobar que Dean no había aparecido, estaba convencida que había llegado al pub detrás de Alex y de mí, pero por lo visto en algún momento se había despistado y no había hecho acto de presencia.

Las horas pasaron y sabía que no podía tomar más cervezas si quería llegar a casa en condiciones con la moto, así que decliné amablemente la invitación de Sandara prometiéndole ir toda una noche de juerga en otro momento. No sería por falta de días en el calendario.

Cuando salí del pub, despidiéndome del resto, sentí el aire fresco en la cara, algo que agradecí y que me hizo sentir de maravilla. Me quedé sentada en la moto sin ponerme el casco durante unos largos minutos, pensando en lo sucedido ese día. Esperaba que Thomas me llamara dándome buenas noticias.

Llegué a casa con ganas de meterme directamente en la cama, pero sabía que una rápida ducha con agua caliente me relajaría lo suficiente para dormir de un tirón. Y eso fue lo que hice. Ni siquiera tenía recuerdos de haberme quedado dormida cuando el despertador comenzó a sonar

Me levanté con la esperanza de que ese día fuera mucho mejor que el anterior en cuanto al caso se refería, aunque el día no acompañaba, pues la lluvia no ayudaba precisamente a animarse ese día. Decidí ir en metro a trabajar y dejar la moto aparcada ese día.

La fiesta no se había dado mal del todo... no es que hubiera podido hablar con todos para darse a conocer como era debido... pero la sidra estaba buena y los aperitivos también. Necesitaría compartir aventuras para llegar a establecer amistad con sus compañeros, pero de momento no podía quejarse... estaban todos en el mismo barco.

Finalmente cada uno se retiró para descansar, dado que su domicilio habitual estaba en Inglaterra, Jon se dirigió a su hotel... un hotel ni demasiado hostentoso ni demasiado malo, con una habitación confortable y limpia donde pudo comprobar que el servicio estaba bastante bien.

Tras desvestirse y ducharse se sumió en un profundo sueño casi de inmediato, sin embargo durante la noche el rostro de su mujer hizo que se desvelara... no había sido más que una ilusión, pero le resultó tan vívido que el corazón se le aceleró en exceso por lo que tuvo que ingerir una de las pastillas que llevaba siempre con él... se la colocó debajo de la lengua y se obligó a tranquilizarse, finalmente volvió a dormirse para despertar con los primeros rayos de sol.

A pesar del pequeño episodio nocturno, Jon dio un brinco de la cama, encendió el móvil, puso el Spoty y procedió a realizar sus ejercicios matutinos con el brio que lo caracterizaba a ritmo de Jimmi Hendrix. Se aseó y se vistió con uno de sus trajes... volvió a escoger uno negro, una camisa limpia de chorreras y su capa... ¡Ya estaba listo para el combate!

Cuando volvió a coger el móvil descubrió el mensaje de la agencia... si el jefe quería verlo... pues iría, así se verían las caras... si, era mucho mejor así.

- Acudiré a la oficina en una hora. Un saludo. Jon

Tecleó rápidamente mientras bajaba al vestíbulo para desayunar y leer el periódico local.

Disfrute de la cerveza que me esperaba y con la compañía de mis nuevos compañeros; todos parecían buena gente. Esa noche sólo me tomé esa cerveza, tenía que conducir para ir a casa, y mejor no hacerlo borracho. Me pedí el plato más picante de toda la carta… pero meh, no era lo suficiente para mí y mis raíces mexicanas.

Después de la velada y de que Sandara arrastrará a la joven Celine a su fiesta particular, yo cogí el coche y me dirigí hacia mi casa. Nada más llegué, me quité el traje y me tiré en el sofá a descansar y ver la tele un poco antes de irme a la cama a sobar. Después de una horita de relajación, me fui derecho al sobre a dormir hasta que la alarma me despertara.

La alarma me despertó a la misma hora que ayer, y más o menos repetí la misma rutina: ducharme, vestirme (esta vez algo más informal que un traje) y desayuné unas tostadas. Mientras desayunaba, recibí el mensaje de Sandara -Que poco decorado para ser de ella… estaba de resaca- me dije a mi mismo con una ligera sonrisa pensando en eso. Iba a pasar de todas formas para darle a Alex las pruebas, ¿porque no también hablaba con el jefe?. Cogí mi libreta y busque donde deje la bala que encontré “Bolsillo interior del traje”, fui a por el traje y allí estaba… menos mal que tengo la libreta, ya iba a meter el traje en la lavadora son sacar la prueba. Cuando terminará de desayunar, cogería el coche y me dirigiría a la oficina.

A Emily la comida americana le resulta en exceso pesada, por suerte siempre puede acudir a la famosa ensalada césar que pide sin salsa cesar, sin picatostes, sin queso parmesano y sin bacon, únicamente con salsa italiana si no pueden proporcionarle aceite. Es su menú en las contadas veces que sale por ahí, y así fue en este caso.

Después de la cena tuvo que poner mil y una excusas de todo tipo a Sandara para poder irse, pero la dejó ir convenciéndola que la próxima vez se apuntaría seguro, aunque desde luego eso no era lo que tenía en mente, cuando ya se iba por la puerta se le acercó la muchacha con aspecto de estudiante que le preguntó si se iba ya con cara de pena y le dijo lo mismo.

Se iba a coger el transporte público pero por suerte un compañero que vivía cerca la acercó para que no anduviera por la noche sola, cosa que no le importaba mucho, pero esa era otra historia. Al llegar a casa revisó el despertador para que no se le hiciera tarde al día siguiente. Había sido un día con muchas emociones y le costó conciliar el sueño, el perro que anda, ¿hombres lobo?..., por suerte la cantidad de emociones que había vivido pronto hicieron mella y se durmió.

Sorprendentemente, Ray se lo pasó bien en la fiesta. Comió mucho, habló un poco y rió otro tanto, pero llegado el momento, fue uno de los primeros en irse para casa.

No tenía cuerpo ni edad para irse de fiesta como Sandara y además el caso no estaba aun cerrado, así que el día de mañana tenía que estar descansado. Así pues, después de cenar y hacer un poco de sobremesa, se disculpó, y se fue para casa donde le esperaba su mujer.

Al día siguiente se levantó pronto y leyó el mensaje de Sandara que era la mar de formal teniendo en cuenta de quien procedía. Tras una ducha y un buen desayuno a base de huevos y beicon se dirigió hacia la oficina.

Dean notó que había bebido de más cuando se percató de que estaba en la cama y no recordaba haber concurrido a la fiesta.  Evidentemente se había pasado con las copas.

Ya hacia una semana desde que había hecho aquella entrevista personal. El entrevistador un hombre de muy corta estatura le miraba todo el tiempo serio y le hizo las preguntas clásicas para cualquier puesto de trabajo, y algunas un poco más extrañas, pero nada que no pudiera ser preguntado en una entrevista normal. Por fin había llegado el día en el que comenzaría a trabajar en la agencia de investigación “S” la cual como su propia publicidad indicaba se ocupaba de casos imposibles y sin explicación.

Era una mañana lluviosa y con una temperatura algo desagrdable, la Ciudad de Nueva York como siempre era todo un maremágnum de personas que iban de un lado a otro, a sus trabajos, a sus escuelas etc. etc. Y entre todos ellos estaba el nuevo trabajador de la agencia. El edificio en donde estaban las oficinas estaba en una de las zonas más prosperas de la ciudad en una pequeña calle pegada a Central Park, era cierto que para entrar en el edificio había que entrar en un pequeño callejón, pero después las vistas desde la oficina compensaban aquello.

La oficina estaba medio en penumbra, los escritorios parecia que habian empezado a usarse aunque no demasiado y en una mesa con la cabeza hundida entre sus brazos habia una chica que parecia estar de resaca

No estaba seguro pero parecia que era la secretaria que hacia una semana le atendio (tenia el aspecto del avatar), la chica al escuchar el ruido alza la cabeza y le mira:

- Si? digame, en que puedo ayudarle

El sonido de la alarma del móvil se mezclaba con la voz de un vendedor de teletienda. Marty se incorporó del sofá desperezándose, el sonido ahogado del vaso cayendo sobre la vieja y sucia moqueta le confirmó que se había vuelto a quedar dormido viendo la tele.

Aún sentado, se apretó fuerte con las palmas de las manos en los ojos, mientras se centraba en el día que le esperaba. Hoy empezaba en un trabajo nuevo, al menos tenía claro que las cosas mejorarían. Peor era complicado que se pusieran, echó un vistazo a su piso, un salón con cocina americana, lo más nuevo en aquel piso, era por lo menos de segunda mano, una tele de tubo de 17", un sofá-cama, con los muelles estropeados que había perdido el nombre de cama (aunque no su función). Tapó la botella de Whiskey que había en el suelo y se levantó para dejar el vaso en el fregadero. Se tuvo que conformar con dejarlo al lado, pues no había sitio en el minúsculo fregadero para otra pieza más. Se tapó las fosas nasales recordándose mentalmente que debería fregar más a menudo.

Un poco más despejado, se dedicó a buscar algo de ropa que pudiera pasar por decente para su primer día de trabajo. El sonido del recordatorio de la alarma le ayudó a localizar el teléfono. Por fin encontró algo pasable y se metió a la ducha.

Salió de la ducha más despejado, aunque le dolía ligeramente la cabeza por el Whiskey de anoche, era su somnífero particular, se miró al espejo, se había afeitado hace dos días, así que no sería necesario afeitarse hoy. Se vistió perezosamente, se puso sus gafas de sol en la cabeza, encendió un cigarro y salió del apartamento. Llevaba la camiseta azul, los vaqueros y la chaqueta más limpios que tenía.

Bajó los cuatro pisos de escaleras hasta la calle, fumando y meditando distraído por como sería su primer día, a pesar de la oportunidad que representaba para él, se mostraba algo apático. Llegó a la calle, vio su coche con el cepo puesto, como debía estar. Cruzó para encontrarse con Jack, Jack tenía un puesto de café ambulante, aunque lo usaba como tapadera, el café era bueno. - Hola Jacki, ¿Como va el día? - La luz del Sol que empezaba a salir, cegaba a Marty, así que opto por ponerse las gafas de sol. Jack o "Jacki" era un hombre negro de unos 26 años, muy delgado para haber podido entrar como matón en una banda, lo cual era de las mejores opciones para alguien como él en Queens, así que hizo lo que podía, dedicarse a dar información a todo el mundo, a las bandas, a la poli, a cualquiera que pudiera hacerle un favor o darle algo de pasta. Aunque Marty y él se llevaban bien, Jacki sabía que tenía que andarse con ojo, Marty sabía que era informador de la policía y eso era peligroso en este barrio. - Marty, COLEGA! - Jack preparó rápidamente un café para llevar, un capuchino - Bueno, ya sabes, el día acaba de empezar. Por ahora nada interesante - Le ofrecía el capuchino para llevar mientras le regalaba su mejor sonrisa, carente de tres dientes, pero era la mejor que tenía.

Marty miró el vaso con suspicacia, mientras tiraba el cigarro y cogía el café - ¿Que es esto? ¿donde está lo mio? -

- Vamos colega, hoy no lo he podido conseguir, mañana lo tienes aquí te lo juró por mis tres hijos - 

Marty relajó la expresión, mientras daba un sorbo del café y lo paladeaba, realmente estaba bueno. - Tienes dos, y si hubieras perdido un dedo de cada uno por cada vez que has jurado en falso sobre ellos, no tendrías ninguno - Le dio 5$ mientras se giraba hacía el coche - Te veré mañana, Jacki -

- Hasta mañana colega -

Marty, llegó al coche, quitó el cepo falso de la rueda delantera y al tercer intento lo puso en marcha.

Como el limpiaparabrisas no funcionaba desde hacía años, Marty solía restregar una patata en la luna delantera cuando parecía que iba a llover, por suerte todavía quedaba del último día, así que la lluvia se alejaba del cristal lo suficiente para permitirle ver las calles atestadas de gente. 

Después de un largo trayecto, llegó a las oficinas. Al entrar se sentía un poco raro, como si estuviera fuera de lugar, le recordaban a su época de policía una época mejor.

Reconoció las consecuencias de una noche de excesivo alcohol en el rostro de la joven secretaria, la reconoció sin muchos problemas (Percepción 9, advertir 3 + 2 [perspicaz]), a pesar de tener eso en común, se sentía fuera de lugar, oficinas impolutas en una zona de la leche, el alquiler de un día es más que el alquiler de su apartamento durante un año. Una joven avispada aunque fiestera de secretaria, con toda la vida por delante, no hace mucho el era así, hasta que lo mandó todo al traste.

Marty realizó un poco de ruido para avisarle sin molestarla demasiado, entonces la joven le miró

- Si? digame, en que puedo ayudarle -

De pronto, no sabía bien por qué parecía nervioso. Quizás esta fuera la última posibilidad de enderezar su vida... aunque quizás la última ya pasó...

- Disculpe, soy Marty Dawson, se supone que tenía que venir hoy... espero no haberme equivocado de día -

La chica le observa unos segundos y entonces parece que se da cuenta y da un saltito en su asiento para ponerse de pie mientras ofrece la mano a Marty:

• Ah sí, buenas… perdona, soy Sandara, hablamos antes… bueno, ha llegado antes de lo que pensaba… ahí no… es ya la hora… bueno, no se preocupes, ahora mismo puede pasar a hablar con el jefe un momento.

La chica usa su teléfono para llamar, tras unos segundos dice mientras mira unos documentos:

• Si… jefe… es el nuevo… Dawson… si, Marty… muy bien, le diré que pase.

La chica cuelga y con una amplia sonrisa dice mientras le da una tarjeta con su número de teléfono y una tarjeta que le identifica como investigador de la agencia:

• Pues puede pasar, el jefe le está esperando… y nada, que vaya bien la cosa, para cualquier cosa soy Sandara, la secretaria y con esta tarjeta sabrán que trabaja con nosotros.

Cuando Marty pasa al despacho puede ver que es un lugar espacioso y muy funcional, unas estanterías, un escritorio con un ordenador y unas sillas, además de unos sillones alrededor de una pequeña mesa y justo detrás del escritorio se encontraba Aarón, el jefe de la agencia, un hombre bajito que aun así emitía un aura de autoridad y seriedad, al ver llegar a Marty se acerca tendiéndole la mano:

• Buenos días… espero que haya podido llegar con facilidad a las oficinas, soy Aarón McArting director de la sede de EEUU de la Agencia S.

El hombre examina unos instantes a Marty pero sin resultar demasiado evidente, el hombre se movía con movimientos seguros y precisos, se notaba que era una persona con una gran seguridad en sí mismo, hace un gesto para que se siente en uno de los sillones y el hace lo propio.

• Supongo que andará deseoso de comenzar con su trabajo… y su presencia nos resulta realmente bienvenida ya que tenemos varios casos entre manos en estos momentos a los que les vendría bien una ayuda como la suya.

Marty estrechó la mano de la ayudante, le agradeció la tarjeta y pasó al despacho.

Aaron le recibió, le gustaba aquel hombre, la mejor palabra para describirle, sería sin duda: eficiente, o eso parecía.

- Buenos días… espero que haya podido llegar con facilidad a las oficinas, soy Aarón McArting director de la sede de EEUU de la Agencia S.

Marty estrechó con firmeza aunque algo nervioso la mano de Aarón. 

- Si, ningún problema para llegar - se giró ligeramente como si quisiera ver las mesas de fuera y se volvió hacia su interlocutor - Parece un sitio fantástico -

Marty se sentó cuando se lo indicaron. Aarón se comportaba con seguridad y con la naturalidad del que ha dado la bienvenida a muchos investigadores antes.

- Supongo que andará deseoso de comenzar con su trabajo… y su presencia nos resulta realmente bienvenida ya que tenemos varios casos entre manos en estos momentos a los que les vendría bien una ayuda como la suya. -

Las contradicciones se agolpaban en su mente, por una parte se sentía bienvenido y útil por sus palabras, por otro lado estaba temeroso de no alcanzar las expectativas, parecían muy profesionales y si sus "compañeros" lo eran, no tardarían en saber de su pasado. No sabía como reaccionarían pero poco bien.

- En primer lugar, me gustaría agradecerles la oportunidad de trabajar aquí. Estoy a su entera disposición y deseando coger el ritmo. Estoy para colaborar donde considere que mejor puedo ayudar. -

El hombre asiente a lo que le dice Marty, parecía que le gustaba, abre una carpeta que había en la mesa, en esta podía verse la fotografía de una chica de color y varios documentos y fotografías más:

• Se lo resumiré… tenemos a dos investigadores investigando este asunto… la chica apareció muerta y no se sabe nada… la víctima estaba en su habitación en una residencia que en esos momentos estaba vacía salvo por una de las residentes que por lo visto tiene agorafobia y no sale, pero no ha visto nada. A parte sabemos que tuvo una fuerte discusión con una tal Aremi

El hombre observa la posible reacción de Marty y añade:

• Los dos investigadores están investigando el asunto en estos momentos y han ido a un pub en donde la chica solía ir muy a menudo. Es un caso complejo y creo que les vendría bien tu ayuda.

El hombre le pasa un par de números de teléfono mientras dice.

• Estos son los números de teléfono de los dos investigadores que están ocupándose del caso ahora mismo.

Cuando Aaron empieza a describir el caso el semblante de Marty se relaja, como si la parte de profesional en él tomara el control, entrecierra ligeramente los ojos con gesto concentrado mientras absorbe los detalles que le cuentan. Coge los números de teléfono - Bien, ¿ Hay alguien que pueda investigar los temas económicos?. Entiendo que nuestro objetivo es no desdeñar ninguna posibilidad, pero eso implica también las más mundanas. Me gustaría saber si alguien podría salir beneficiado de la muerte de esta chica, ya sabe, seguros de vida, herencia...-

Entiendo que los compañeros habrán analizado la escena del crimen, me pondré en contacto con ellos enseguida. Muchas gracias.

Off: Le dejo a él la iniciativa para irme y llamo a los teléfonos.

El hombre escucha atentamente lo que le dice y asiente:

• Si, ya Sandara se ha encargado de hacer un estudio económico, lo cierto es que todas las implicadas son chicas normales de clase media, no tienen ninguna dificultad económica importante, Stefany parece que se mantiene gracias a la publicidad que hace en su canal de Youtube, y las otras dos son chicas normales de universidad sin ninguna clase de seguro de vida excesivo.

Tras esto en su móvil Marty puede ver que sus compañeros van a volver a la oficina, al parecer tenían intención de usar unos de los ordenadores. Aarón le indica que puede irse sin problemas.