Partida Rol por web

Escucho las palabras de Mark que se dirigen directas a mí, de modo que lo miro. Dibujo una media sonrisa que muestra mis dientes.

¿Nervioso? ¡¡Invito a esos malditos lobos a entrar en la casa del señor a por mí si tienen lo que hay que tener!! Te aseguro que no soy fácil de derrotar, Mark. Y además, tamploco tengo miedo. Lo que tengo es... Rabia. Rabia de que me digan cómo vestir, cómo portarme. Desde que tengo las llaves siento la llamada, pero parece que la palabra de Dios no es suficiente si no vistes así.

Gruño malhumorado, no por él, si no por la situación.

Dime, Mark... ¿Hay algo que quieras confesarme? Total, es mi deber escuchar.

Bud aprovecha a relajar los músculos, y se coge una cesta de mimbre y una navaja. 

- Yo es que soy vegetariano, voy a buscar hongos. Pero teneis que estar callados. De todos es sabido que si hablas, el hongo te escucha y se va corriendo. Mirad, allí veo un par de ellos. Ah no, son piedras.- Bud le da una patada a la piedra, la cual pone en la órbita de Saturno, que para algo es Bud Spencer, y se va a buscar hongos. 

-Bueno, el nuevo confesor puede ir vastido como le venga en gana mientras haga bien su trabajo.

Busqué por la zona algún rastro que cuanquier animal salvaje pudiera dejar. Pero no vi nada que indicara lobos. No obstante, sí vi pisadas de jabalí. Se lo señalé al resto.

-Esto no nos ayuda a encontrar al asesino, pero quizá sí para encontrar algo que comer esta noche y mañana. Sugiero que sigamos el rastro.

Las pisadas iban dirigidas a una zona con matorrales.

-Vayamos con cuidado, los jabalíes pueden tener mucha mala leche.

Enseguida me coloco del lado del Sheriff Norris.

Haré mi labor como nadie la ha hecho. En cuanto a lo del jabalí... Hace mucho que no peleo con uno. Me vendrá bien quitarme algo de estrés.

Dicho esto me dispongo a ayudarle a rastrear, atento.

Richard yo tengo algo que confesar si quieres oírlo claro...

Adelante, Bubba, soy todo oídos, me guste o no.

Gruño, no por el mal humor, si no por el hecho del trabajo que me tocaba.

Mark se rie por lo espontaneo que es el chico, ante la frase directa que le lanza le dice tranquilamente:

Richard te aprecio de verás y lo único que confieso, es que me preocupo porque te pase algo, pero eso si es verdad, eres realmente duro, menos mal que hay gente como tu

Tras esto intenta mantenerse callado por si han visto un jabalí o un hongo movedizo como dice el bueno de Bud

Esbozo media sonrisa a Mark.

También tú pareces duro. Cazaremos a los lobos igual que al jabalí.

Chuck anda algo distraído de las conversaciones ajenas, buscando huellas de algo que peda ser un hombre lobo. Con lo bien que le quedaría uno disecado...pero aquí los hombres del pueblo no parecen tomarse la caza en serio. Buscan de todo menos hombres lobo.

- Venga chavales, centráos en lo que hemos venido a hacer.Y si alguien ve algo, que tenga cuidado al disparar, que me gustaría pillarlo no muy estropeao para que quede bien disecado.

PAblo sin armas en su propia casa al final salio con un palo y un silbato, según la guía scout podría ser muy útil si sabes como usarlos, el problema de PAblo era que no sabia como usarlos. Ademas de que el calor y la humedad del bosque no era buena mezcla para su pelo.

-Este sitio no me gusta...-Se arrimo al El Tio Raimundo.-Demuestre lo que vale tio y yo le regalo un vale descuento, que me dice.

Richard pues que sepas que tengo el cipote como una bombona de butano jajajajajaja, confesor..., que chorrada, yo no piso la iglesia ni jarto grifa

Escucho a Bubba y gruño.

La pises o no, la voluntad del destino es ineludible. Creo que hay alguna cabra con la que podrías desfogarte, o alguna camarera borracha... O me deben un desfogue en la casa de La Madame.

Yo soy una rata de ciudad, que esperan que pueda cazar aqui? un resfrio? les dije a los hombres mientras me llevaban a la rastra al bosque para cazar con la suerte que tenemos, nos terminaremos matando unos a los otros

Boris cerraba el grupo con su vieja escopeta. Caminaba en silencio y a medida que caía la tarde y se empezaba vislumbrar la luna llena sus instintos depredadores se agudizaban. El olor de la sangre de las zarigüeyas de Bubba, unido al recuerdo de los cadáveres que había visto aquella mañana despertaron en él una vieja pulsión homicida.

Delante de él tenía a Pablo Chorras, que por no ser capaz de seguir la marcha del grupo se había quedado un poco atrás. Lo apuntó por la espalda con su escopeta mientras un voz le decía: Este es el momento. Luego podrás decirle al resto que viste cómo se movía la hojarasca y que disparaste pensando que era un jabalí.  Pero otra voz lo refrenó: ¡Quieto Boris! Ahora eres un granjero, un ciudadano respetable. Recuerda los manguerazos y las descargas eléctricas de aquel psiquiátrico en Minsk. ¿No quieres volver allí, verdad? Entonces aflojó la presión sobre el gatillo, bajó la escopeta y le dio una palmada amistosa en la espalda a su compañero.

Una excursión agradable, ¿no cree, señor Chorras?

Sigo detrás del grupo principal sin hacer demasiado caso, no soy buen rastreador, ni buen tirador ya puestos, pero de todos modos parece que la gente está muy poco centrada

-¿pero acaso hay problemas de comida en el pueblo que están tan desesperados por cazar algo de comer? les recuerdo que tres conciudadanos han sido asesinados y por eso estamos aquí, que no digo que vaya a ser útil, pero al menos intentemoslo-

Bud se acercó al grupo y mostró su cesta cargada ya de hongos. 

- ¿Habeis visto? Se me da muy bien buscar hongos. Y vosotros ¿habeis cazado ya algo?

Edward se preguntaba porque había accedido a buscar al Hombre Lobo... Toda esta situación era desagradable, pero el no tenía ningún interés en toda esta gente ni en el pueblo en si. Además, mientras escuchaba las conversaciones del grupo no podía evitar pensar que más que un grupo de caza, esto parecía un circo...

¿Cuántos realmente saben usar un arma?

Prefería continuar sin relacionarse mucho con nadie, no quería que ninguno de estos paletos se confundiera y que cuando hubiera pasado todo esto nadie creyera que podía visitar su granja, aunque empezaba a sentir simpatía por Boris...

Esto es una completa pérdida de tiempo... Buscar a los hombres lobo a plena luz del día...

-Señores... - digo, agotado. - En vez de hablar de tonterías de... jabalíes, hongos y zariguellas... - me giro hacia el resto del grupo. - Si alguno tiene alguna información sobre lo que ha sucedido últimamente en la aldea, debería decirla. En especial si nos puede ayudar a sobrevivir a futuros ataques. Lo creáis o no, sé que en la aldea hay gente con... digamos... habilidades especiales, que podrían ser útiles. Y me niego a creer que en un grupo tan numeroso como el que formamos no haya nadie con información privilegiada. - gruño. Mi pobre barbería... te vengaré.

Reconozco que Sean White tenía razón.

-Es cierto, puede que alguien haya visto algo o sepa algo. Sería buena idea que...- unos ruidos me distraen. Apunto mi arma y disparo. Unos chillidos porcinos indican que he acertado al jabalí, al menos tendríamos cena-... que si alguien sabe algo que lo diga ahora. Puede sernos útil.

Por desgracia, no creo que los asesinos confesaran, pero quizá alguien pudiera decir algo útil. Mientras esperaba si había alguna respuesta agarré al jabalí para ponerlo en algún vehículo.

Derek escuchaba atento, todas las conversaciones. Incluidas las respuestas poco satisfactorias del alcalde. Y estaba de acuerdo en que a aquella cacería se le podía sacar provecho.

Yo me temo no se nada. A día de hoy, paso por se un simple vagabundo, sin mas pretensiones que ser parte de la aldea. Integrarme y todo eso.

El problema que le veo, y que muchos habrán calibrado ya, es que ahora mismo mi anterior comentario puede tratarse con suspicacia. Con desconfianza, porque sabemos que alguien miente. 

Pero creo que al menos todo el mundo debería de explicarse, e intentar ayudar. Total, serán las acciones y no las palabras las que nos muestren de quien se puede desconfiar, ¿no?

Derek siguío caminando. Sabia que tenia todas las papeletas para ser uno de los objetivos principales. Solo el odio que había demostrado el "bueno" de Jack Henderson había salvado a los vagabundos de ser atacados con fiereza. 

Pero ahora que este se había marchado a un mundo mejor, era probable que todos los que coincidían con el de forma velada, se oculten y ataquen medrando para acabar con las vidas de todos los sin techos. 

Lo que no podía hacer tampoco era poner la mano en el fuego por ninguno de ellos. Al fin y al cabo, no los conocía tan a fondo.