Partida Rol por web

Cicos no había entendido apenas nada de la perorata de Dolfus, pero se quedó anonadado frente a la reacción de éste. Se dijo que tendría que hablar con él en algún momento para que se explicara. En cierto modo, Cicos estaba algo decepcionado con Dolfus e incluso iracundo: se topaban con un grupo de extraños y, en vez de asumir la responsabilidad de ser el portavoz de los suyos, había partido huyendo y dejándolos a su propia suerte... A su parecer, no era más que una traición y una vileza hacia sus sodalis y hacia la alianza.

Al menos, parecía que el otro grupo no buscaba el enfrentamiento y agradeció que, finalmente, Marlene pudiera atenderles y presentarles como era debido. Cicos estuvo atento a que Marlene hiciera las presentaciones y guardó su compostura sobre el caballo, sacando pecho y luciendo porte. Al fin y al cabo, era un magus. Que se enteraran los del otro grupo, por si acaso pretendían algo en su contra.

Señorita Marlene- Dice, saludando ostensiblemente desde su animal el juglar- Vengo en busca de historias que añadir a mi repertorio, y escuché sobre este valle y seres que podria encontrar aqui. Y entonces me encontre a su entrada a Ser Frithnand y su compaña, asi que me uni a ellos para explorarlo. La mision de mis compañeros, mejor que la expliquen ellos- Termina sonriendo esta frase, para luego continuar.

A proposito, su amigo es un poco impulsivo, ¿no?-Dice señalando el camino por el que cabalgaba el ctal Dolfus

Lenta pero inexorablemente, la lluvia empezó a aumentar su intensidad, pasando de una fina cortina de agua a un chaparrón en toda regla. Un par de truenos se oyeron en la lejanía, mientras todo el cielo cerraba a cualquier luz. Fuera por la tormenta, o por algún otro motivo, se dejaron de oír sonidos al otro lado del muro.

Dolfus empezaba ya a ascender por el camino de la izquierda, seguido por el enorme Beoval.

Desde atrás, protegido por los hombres Alberto asomó la cabeza. Parecía que la mujer llevaba la voz cantante. Cabalgó hasta el costado de su señor y con un leve toque de su codo y una inclinación de la cabeza señaló hacia la criatura verde que acompañaba al grupo. Decidió entonces dirigirse a la mujer.
-Señora disculpe mi atrevimiento pero... ¿Qué es aquella criatura que os acompaña o gnomo acaso? Y cuando habláis de alianza. ¿Con que reino la habéis forjado? No reconozco en ustedes a que corona servís y esta claro que ni mi Señor- dirigió a el su mirada -Ni quien os habla, busca provocar enfrentamiento alguno con ninguna corona. Estamos aquí por los deseos de mi señor y puedo aseguraos que no busca problemas con hombres, es sólo que fuimos atacados por criaturas extrañas. Bueno...- titubeó -No eran extrañas, eran hurones, quizás más grandes de lo normal pero lo extraño es que... portaban armas- Alberto parecía realmente alterado, quizás por la presencia de aquellos extraños armados, bien podrían estar confabulados con los hurones, después de todo los acompañaba aquella criatura verde. Quizás por el extenuante viaje.

No entiendo que ha sucedido con Dolfus...dice al juglar un poco cabizbaja, avergonzada por la reacción de su compañero. Emite un suspiro al ver a Beoval traerlo como si fuera un chiquillo regañado. Marlene se queda un segundo de más apreciando las facciones del trovador, mientras que sus pensamientos cavilan en lo más íntimo de su fuero.

Somos de una comunidad organizada independiente de cualquier reino responde a Alberto Nosotros somos eruditos en busca de respuestas, donde valoramos el conocimiento sobre todas las cosas...
Como ha visto Señor, este mundo está plagado de cosas extrañas dice señalando por donde habían venido, haciendo referencia a los hurones pero no por eso, todas son malas...y sí, nuestro compañero aquí es un componente faérico, al que apreciamos mucho...dice mirando al goblin y a Oren.

La lluvia se hacía más potente, y ellos seguían hablando. Los hurones habían parecido desistir ante la muralla de piedra.

Monta a su corcel con la destreza de un jinete versado, coloca su capucha y mira a todos...Creo que hemos hablado suficiente. El mal tiempo nos acecha y estos animalejos no tardarán en dar con nosotros. Creo que será prudente avanzar. Si su misión es la exploración del área, podremos hacer uso mutuo de nuestras habilidades...Toma las riendas mientras que su corcel resopla, ansioso por emprender la marcha...

-Señor- Dijo Alberto en un susurro -¿Se ha fijado en que es una mujer la que los lidera? eso no puede ser nada bueno. Pueden ser forajidos o incluso... algo peor. Quizás no sea conveniente unir nuestros caminos con ellos.-

Denis, visto lo visto, decidió desmontar las flechas de la ballesta y guardó su daga, ya que, en esta ocasión, el otro grupo parecía amigable, y parecían estar en la misma situación que ellos.

Cuando se pusieron delante del otro grupo prefirió no pronunciar palabra, se limitó a escuchar, ya que habían surgido en su comunidad lo que el llamaba "Lideres Naturales", lo cual no significaba que para el fuesen lideres reales. 

Escuchada parte de la conversación entre Marlene y Alberto, decidió ayudar a Beoval a traer a Dolfus de vuelta mientras esperaba la nueva transformación de su espada de madera en una de acero real.

(¿Nunca llegaria ese dia?) 

Estoy con vos,noble dama. Deberiamos seguir adelante buscando cobijo de la lluvia y de nuestros extraños atacantes.-Responde el bardo seriamente. Al parecer el unico camino disponible es el que ha seguido su compañero Dolfus. Deberiamos seguirlo, mas con precaucion por si nosencontramos mas miembros de la prole de Iemyra* Tras lo cual, con torpeza,maneja a su mula orientandola al camino.

Mirando de nuevo a tan extraño grupo,Saul moriase de curiosidad por hablar con los seres feericos que lo acompañaban ¿Que historias no podrian contarle estos seres sobre su mundo... y que fuente de inspiracion para sus relatos.

Oren no dejó de contemplar la escena con sumo cuidado analizando las palabras y gestos, a pesar de que el otro grupo no parecía hostil, no podía confiar en unos extraños. Mantuvo su arco tenso y su mirada desafiante, sin importarle la imagen de hostilidad que pudiera dar, sus compañeros parecían relajados, pero él no bajaría la guardia tan pronto, la confianza debe de ser ganada, y no en cuestión de minutos.

Las palabras del juglar le dejaron pensativo "¿Cómo es posible?, parece que se han enfrentado también con esos hurones... pero vienen por el mismo camino que seguimos nosotros y que se encontraba despejado cuando nosotros lo atravesamos"  y otra vez aquella palabra aparecía ​"Ierimyra... ¿de qué conocía el juglar esa palabra?". Aquellas alteraciones inexplicables del tiempo, que ambos grupos se enfrentasen a las mismas criaturas hostiles, y la presencia de aquella estatua erosionada del anciano hombre, todo le provocaba en él un mal augurio. 

En él creció la necesidad de transmitir sus preocupaciones a sus compañeros, quienes parecían no haberse percatado o no haberle dado importancia a tales indicaciones. Pero ahora que Dolfus se había marchado cabalgando inexplicablemente no sabía a quien se podía dirigir, Beoval había ido tras él, pero igualmente de nada serviría, Denis seguramente le escucharía mostrando una mueca de desprecio y Cicos, quien había demostrado unas pobres dotes de comunicación, jamás se había interesado por él. Sin embargo Marlene, a pesar de no haber tenido apenas trato con ella, se había referido a él, hacía escasos momentos, como alguien a quien apreciaba, como si confiase en él.

Se acercó lentamente, tenso, a la maga de cabellos pelirrojos vigilando de reojo a los desconocidos, y con una voz seca se dirigió a ésta - Necesito un momento para comunicarle ciertos detalles que me llevan preocupando desde hace un rato y que quizás tengan cierta importancia, ¿podemos alejarnos un poco?- 

Marlene se encontraba sobre su caballo, esperando la decisión del resto de los presentes, cuando se acerca Oren y se dirige a ella. Podía percibir el tono de preocupación del muchacho. En otro momento le había instado a que se apresure, pero él se había enfrentado a los hurones y había visto cosas que ellos no; además confiaba en la percepción de los seres faéricos, su magia era muy interesante, y sus destrezas aún más...

Sí querido, pero sé breve...debemos seguir con nuestro camino cuanto antes...la colorada lo mira desde la altura de su caballo. Desciende del mismo, y se ubican a una distancia discreta del resto, suficiente para no ser escuchados...

Habla sin rodeos muchacho, y dime lo que te aqueja...

La lluvia terminó tornándose tormenta sobre las cabezas de los aventureros. Marlene se apartó con Oren, mientras Dolfus se empezaba a perder por el sendero. Beoval aún lo seguía, y Denis y el bardo de nombre Saul ya se encaminaban tras él. El resto del grupo aún esperaba, observando la situación.

Entonces, la lluvia desapareció, dando paso a un inesperado y soleado día de verano. El agua que empapaba roca y tela empezó a evaporarse ante la mirada de los dos grupos.

Ahora, todos entendían por qué tanta gente había desaparecido en las Gargantas Gemelas…

-Temo que si nos quedamos por mucho rato acabaremos todos igual que aquella estatua- Dijo en voz baja señalando la estatua del anciano erosionado -Al poco de entrar aquí empecé a notar alteraciones en el tiempo, al principio eran indicaciones más sutiles, como el sol estando en una posición que no concordaba con el momento del día, pero cada vez se van haciendo más evidentes y bruscas- mientras decía estas palabras la lluvia cesó repentinamente y un sol fulgurante hacía su aparición? -¿Ves?, cada vez cambia más rápido- miró a la maga por unos instantes -Lo que me preocupa es qué significa este anciano, si tomamos este camino, ¿acabaremos igual?, ¿y si significa todo lo contrario y tenemos que tomar ese camino rápidamente?... teniendo en cuenta que la estatua de esa otra criatura tenía un significado bastante literal, quién sabe...- El joven se encontraba más elocuente de lo normal, seguramente debido a su preocupación -Sólo necesitaba contárselo a alguien y pensaba que quizás alguno de ustedes, con vuestra extraña y poderosa magia, pudiera hacer algo al respecto- una vez dicho esto inclinó ligeramente la cabeza hacia delante y se alejó de nuevo para ocupar su anterior posición cerca del muro de roca, vigilando al otro grupo, como anteriormente hiciera, esta vez sin su arco en la mano.

Marlene se queda mirando al jóven duende con un dejo de admiración. No lo conocía en profundidad y su percepción sorprendió a la maga. Eres muy perceptivo, Oren...El tiempo aquí pasa más rápido de lo usual, tiene que ser un hechizo muy poderoso...dice pensativa. Creo que lo mejor, es apresurarnos y seguir por el camino abierto, y salir de aquí...cuanto antes!!!

Marlene se encontraba hablando con Oren, cuando de pronto, monta nuevamente su corcel y mediante un resoplida y una vuelta sobre el propio eje del caballo, mira al resto de los presentes...

Es mejor que salgamos cuanto antes de este sitio, el tiempo en este sitio está alterado...Nosotros seguiremos por el camino del anciano, tomen una decisión, y rápido...

Patea el costado de su caballo, mirando a sus custos y por último a Cicos...Vamos Cicos...sigamos a Dolfus...dicho esto, comienza a galopar en dirección al mago y a Beoval...

Admirando la decision de la que hace alarde la recien conocida dama, Saul asiente y se dirige hacia el grupo al que pertenece- Señores, creo que la dama habla con buen tino, deberiamos hacerle caso
Tras lo cual, azuza a su animal para salir en la direccion indicada.
"Los hados han querido que nos encontrasemos con este vario pinto grupo. Debo tomar notas para olvidar lo menos posible."

Tirando torpemente de la brida, dirige al animal hacia el nuevo grupo de personas- Entonces, Madame, ¿Sabrian decirnos algo mas sobre esos hurones superdesarrollados? Tal vez vos, que viajais en tan extrañas- mira a los seres feericos- No se molesten por la eleccion de palabras, no es por insultar- vuelve a mirar a Marlene- Tal vez sepan algo mas que nosotros, que son solo historias oidas en distintos lugares.

Cicos se encontraba un tanto enfurruñado... Procuraba que el enfado no se le notara en la cara, pero no podía evitar quedarse callado y taciturno. En un principio, pensaba que se encontraba así a consecuencia de la reacción de Dolfus, pero cuando Marlene comenzó a hablar con el otro grupo se percató de que lo que realmente le molestaba era el hecho de no entender la conversación al completo y de no poder comunicarse con soltura. ¡Estaba cabreado consigo mismo, por no poder expresarse!

Así, ¿cómo pretendía liderar al grupo? Si no hubiera sido por Marlene, hubiera quedado delante de sus custodes como un incompetente y habría perdido todo su respeto... Cicos decidió de una vez por todas que así no podía seguir: tendría que aprender occitano cuanto antes.

¿Qué mejor manera que pegarse a Marlene, con la que podía hablar sin ninguna dificultad? Aunque fuera al hablar con un simple mundano, tenía que aprovechar todas las oportunidades posibles para ir haciéndose al acento del idioma.

- Sí, vamos, Marlene - contestó Cicos, aproximando su caballo al de ella para ir pareados. - Como ya os había propuesto anteriormente, ir por ese camino creo será la mejor elección.

Se acercó a su Señor y en voz baja ofreció su consejo

-Señor... No confío en esta gente ni el camino que han elegido.  Quizás deberíamos continuar por el otro.  No creo que sea conveniente cruzar nuestras sendas con estos hombres-

¿Qué decisión debían tomar entonces?
Las sensaciones se sucedían en la cabeza del escudero. Aquél grupo del que ahora formaban parte, tenían su propio destino y forma de llevarlo a cabo. Y hablaban de asuntos que sólo a ellos concernían. Entonces, sopesó si continuar o no con ellos era lo más adecuado.
Una vez más, correspondía la decisión al caballero.
- Ser Frithnand, ¿qué cree que deberíamos hacer? - dijo suavemente.- Si quiere mi opinión acerca del asunto, le diré que preferiría continuar el camino como antes.

Dolfus recobró la percepción de la realidad, por lo visto no estaba subido en un escenario sino que se encontraba en un camino acompañado de Beoval. Miró hacía atrás para ver quienes habían sido los valientes que habían decidido abandonar todo formalismo y seguirle en pos de la aventura. Y allí a lomos de su caballo el Dolfus ex Jerbiton esperó impaciente.