Partida Rol por web

Según van subiendo los viajeros a la cubierta los observo detenidamente. Mi mirada se centra en una de ellos.

Un Templario a bordo? Qué estará tramando esa Orden de herejes y viles traidores?

Intento alejar esos pensamientos de mi cabeza. Miro al que ha hablado, doy un paso al frente y me dirijo a él.

Mi nombre es Frey Ramiro de Urgel, Caballero de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Asuntos internos de la orden me traen a tierras Venecianas. Considéreme un emisario del Gran Maestre.

Vuelvo la mirada entonces al Templario, y mirándole fijamente continúo hablando.

De todas maneras hace bien en registrar todos y cada uno de los barcos; nadie desea que su ciudad se llene de gente indeseable.

Observo detenida y fijamente a cada uno de los presentes. Mi mirada siempre es directa y fija, pero ahora destaca por ello. Estoy acostumbrado a poner nerviosa a la gente con esta actitud, pero se ha convertido en costumbre desde que aprendí a hacer uso de la vitae de esta manera. Hay peores formas de ofender a la gente, y siempre cuento con mi espada para respaldar mi actitud.

Un principe...? Sera mejor no revelar mis verdaderos objetivos o me las vere muy complicadas...

Miro a los demas escuchando bien quienes eran y para ver si alguno valia la pena... - Yo soy Edward Gotrich, Señor Feudal de Citeaux, un gusto conocerlo - Dijo mientras hacia un ademan en muestra de respeto - Mis asuntos son propios de mi feudo. En todo caso si quiere saber mas, con mucho gusto hablare con usted a solas... Las palabras aqui no han de ser proninciadas sin cuidado.

Volvio a su postura erguida mirando a los demas pasajeros

- Mi nombre es mihali de los Cuatro Vientos, lider de la Famila y segundo al mando de la Kumpania de los Cuatro vientos - Menciono el que se encontraba detras del resto - Que voy hacer en Venecia? pues quien sabe solo las cartas pueden decirlo o lso espiritus del Viento qeu guian cada uno de mis pasos.- Sonrio por unos segundo para luego recostarse sobre el mastil y exponer unas melosdias par alos presentes....

Simulando tomar aire desdeño la mirada del español, dirigiéndome a aquel que se ha nombrado Attilio Giampiero

-Bienvenido a este barco, emisario. Veo que os habéis tomado por la fuerza vuestra aceptación.- Mientras miro a los marineros.- Había escuchado muchas historias sobre Narses, y en todas se habla de
su sutileza. Mi nombre es Guillaume del Loira, soy conocido en las tierras bárbaras como el León Carmesí y, como no podía ser de otra manera, viajo a Venecia para influir en los acontecimientos relativos a la Cruzada. Los tiempos están cambiando, las estructuras de poder pronto serán otras, los humanos luchan por lo que creen, y yo hago lo mismo. No so preocupéis noble Attilio, no soy una amenaza para vos ni para vuestro señor, pero si desearía hablar con el de modo mas privado.

Tras decir esto doy un paso atrás y espero a que el resto de pasajeros, que en casi todos los casos veo por primera vez, y ahora veo que son todos hermanos míos en la ordalía de Cain, hable y exponga sus razones.

Observo a los presentes según van hablando, con total atención y descaro. No se aún qué espero ver en ellos, pero lo más importante parece ya haber sido desvelado. El recién llegado es emisario del Príncipe, y cuestiona nuestros motivos para acudir a sus dominios. Por tanto, todos hemos de ser hijos de la misma sangre.

Me doy cuenta de que varias miradas se centran en mí. Eso hace que me sienta incómodo. Estoy acostumbrado a ser yo quien cuestiones y observe a otros, y no al revés. Supongo que no queda más remedio que dar algún tipo de explicación, aunque no hay demasiado que decir.

- Mi nombre es Kristóf Vlaszy -Mi pecho se hincha al pronunciar mi nombre y, especialmente, el de mi familia- guerrero magiar y caballero del Reino de hungría. Acudo a la llamada de la Santa Cruzada papal. Creo que eso es todo.

Compruebas como Tyriael, Mihali, Attilio (siervo del principe), Frey y Guillaume son cainitas lo perceibes en la tonalidad de sus aureas.

Observas que el capitán es un humano en alto estado de melancolía. Notas como en el fondo de su aurea se percibe cierto miedo, quizás debido a un acontecimiento de hace pocas horas pues no parece ser un tipo miedica.

Por otro lado, el soldado dos en un ghoul, su aurea indica un estado entre la tranquilidad y el nerviosismo. Tirando mas hacia la tranquilidad.

Frey y Guillaume:

Percibes en Fray gran seguridad en si mismo mientras que en Guillaume parece mas suspicaz.

Tras los fracasos que has ido cometiendo tu percepción se ha ido reduciendo, te ha costado mas visualizarlos y ahora que has concluido tus sentidos se encuentran algo aturdidos, te sientes embotado durante el resto de la conversación.

Attilio escucha con muchísima atención. Mientras os presentáis os observa detenidamente. Durante un momento Attilio le devuelve la mirada a Kristóf Vlaszy el cual parece quedarsele mirándolo.

No parece darle gran importancia y continua escuchando vuestra palabra, parece hacer gestos de aceptación con su cabeza cada vez que se pronuncia la cruzada y permanece mas escéptico frente a las respuestas menos explicitas. Antes de volver a tomar palabra prefiere oir las presentaciones de los dos caballeros restantes...

Parece que el Templario y el caballero... centroeuropeo puede ser? viajan hacia las Cruzadas. Pu4ede que nos encontremos más adelante...

Mientras, observo al resto de presentes, a ver si puedo averiguar algo más sobre sus intenciones según su forma de vestir, actuar, hablar...

*Mis botas resuenan en el suelo de la cubierta de madera, miro a todos los presentes y cuadno veo al capitan del barco asiento la cabeza, luego suspiro y continuacion digo...

Tyriael Bosaigne, ese es mi nombre, de mi amada Francia, era y soy un templario por supuesto, mis servicios aqui son necesarios, porque estoy aqui???, mis razones son..., anh y la señorita que esta a mi lado, es mi compañera, es Violet Lasoigne, mi compañera de batalla y leal escudera, tambien estara al servicio de las cruzadas, cual es su plan de ataque, capitan???

*Mis ojos brillan y arden en fuego, desmostrando que tengo sangre azul antes sus ojos, y se me debe comunicar de todo.

Attilio se rascó la barbilla de forma perezosa mientras terminaba de hablar Tiryael. Al parecer se sorprendió un poco ante sus ultimas palabras y permaneció un momento con un gesto de duda en su cara.

Rápidamente reacciono y volvió a articular palabra.

Esta bien, de ser así os he de informar que en un día llegareis a Venecia, la próxima noche se celebrara un concilio por parte del Príncipe, donde todos los cainitas debatirán los temas que conciernen a la cruzada. Os enviare un emisario que os recoja en el puerto y os lleve ante el Príncipe, seria de interés que asistieran al Concilio.

El emisario mira a todos los presentes en silencio una vez mas y acto seguido ordena al capitán del barco que le siga. Este reacciona inmediatamente y le sigue.
Mientras se marcha se gira y añade:

Bien hermanos, ahora he de marchar, descansare durante un par de horas en mi embarcación antes de volver al trabajo. Si alguien desea conversar conmigo en privado este es el momento y no cuando este preparando el viaje.

Los dos centinelas se giran y caminan tras el hacia la borda. Comienzan a tender una escalera de cuerda que baje hasta la embarcación del emisario mientras este espera diciéndole algo al oído al capitán del barco quien parece despertarse un poco de su estado melancólico aun que parece bastante aturdido.

Antes de que Attilio regrese a su embarcación me dirijo a él.

Será un placer acudir al Concilio del Príncipe; pues conocer todo lo que haya sucedido, suceda, o vaya a suceder en Tierra Santa me será de gran ayuda.

Dicho esto vuelvo a centrar mi atención en el grupo de cubierta.

Asi pues, todos los viajeros de este barco somos vampiros. He de andarme con mucho más ojo; no son inofensivos humanos.

Me giro hacia Kristóf Vlaszy y entablo conversación con él.

Un honor conocerle caballero Vlaszy. Siempre es agradable conocer a alguien que comparte una meta común. Yo, como vos, también me dirijo a la Cruzada; y en estos tiempos que corren es mejor tener alguien en quien poder confiar en esas tierras lejanas.

Percibo las palabras del caballero algo distorsionadas. Mis oídos parecen estar embotados, quizás por el salitre del mar, al que no estoy acostumbrado. De hecho, tampoco logro oler nada en estos momentos, y mi mirada está ligeramente borrosa. Me ha sucedido en alguna ocasión, cuando un esfuerzo de atención prolongado ha resultado extenuante.

Me froto los ojos como si fuera un hombre anciano, aunqu los achaques de la edad están muy lejos de alcanzarme. Ya nunca llegarán, aunque me hubiera gustado haber recibido la inmortalidad a una edad más joven.

- El honor es sin duda mío, Frey Ramiro. Supongo que seremos muchos los que acudamos a la lamada papal. Una Cruzada es un acontecimiento importante, capaz de encumbrar o arruinar a nobles y caballeros.

- Es bueno tener en quien confiar, pero ¿En quien depositar dicha confianza? Yo suelo confiar mi destino a ésto -señalando mi sien- y a esto otro -mostrando la empuñadura de mi espada-, pero supongo que no bastará con eso en Tierra Santa.

Al entablar conversación con Frey Ramiro, nos separamos unos pasos de los demás, manteniendo nuestra conversación con una mayor... discrección.

No llegas a escuchar lo que le dice, Attilio le susurra algo muy bajito al oído del capitán. La distancia y el ruido del oleaje impide que escuches sus palabras.

Por supuesto, como va a haber una cruzada sin la humilde y noble presencia de los caballeros del hospital, creada para una noble tarea..-Dirijo estas palabras hacia la cubierta del barco, sin buscar un objetivo en particular.

No se preocupe joven Atilio, supongo que podremos hablar todo lo necesario con su señor, y así evitar las posibles confusiones y malentendidos que surgen al tratar con emisarios. Puede retirarse si lo desea.

Tras esto comienzo a vagar por cubierta, acodandome finalmente mirando hacia la barca que trasportará a Attilio

Cuando me siento lo bastante solo en cubierta como para que una persona con un oido normal no me pueda oir pero si alguien que este usando Auspex digo:

-Asi que don Frey Ramiro tiene mucho interes en saber los planes para la cruzada.Demasiado tratos con sarrcenos provinieron del Hospital para estar comodo con ellos, por otro lado, que buscaria deslizandome esa nota por debajo de la puerta momentos antes del abordaje de Attilio? Tendre que esperar a volver al camarote para enterarme.

La barca donde viaja Attilio es una pequeña embarcación de vela, lo suficientemente ligera y rápida para tener bien controlado la zona marítima a no mas de 2 días de Venecia. En su cubierta esperan dos guardias mas que recogen la escalera lanzada por sus compañeros y la sujetan con fuerza.

Hay varios hombres mas atando cabos y preparando las velas, estos hombres no van con armadura ni van armados, son marineros...

Attilio deja de hablar con el Capitán y este se da media vuelta y sube por las escaleras en busca de su camarote.

El emisario se gira, observa como dos de los presentes se retiran para hablar y antes de bajar espera unos segundos por si alguno de los presentes desea algo mas de el antes de bajar a su embarcación.