Partida Rol por web

La Batalla por Galdonia VI

Epílogo: Adios a Galdonia VI

Cargando editor
21/10/2015, 03:26
Director

Días despues en la Sirius Beta...

Hacia tres días que dejarán Galdonia VI, y ya en orbita, podían observar a ese maldito planeta que recordarían tanto en sus corazones. El grupo estaba mas fuerte que nunca, sus heridas en general habían sanado, o al menos las físicas. Los infantes se encontraban listos para decir adios, aquel era su ultimo momento en aquel lugar pues pronto la Sirius Beta empredería despues de tanto tiempo, su regreso a su lejano Hogar, el planeta Sirius. Algunos incluso seguirian rumbos mas lejanos viajando por el espacio infinito hasta lugares insospechados. Otros irian directo al entrenamiento, listos para entrar de nuevo en acción a la brevedad posible y así reincorporarse con su compañia.

El momento de las despedidas había llegado, para mañana, todos se habrían separado. Pero el adios era temporal, pronto volverían a rencontrarse con sus hermanos y con sus recuerdos. Y ya solo una cosa quedaría atras, aquella maldita roca helada a la que alguien había nombrado Galdonia VI.

Notas de juego

Todos: Llegamos al fin de la saga señores. Me gustaría que todos agregasen al menos un post final para despedir la historia incluyendo tanto sus pensamientos finales como lo que sus personajes vislumbran para su futuro cercano una vez vuelvan a casa.
Me despido por el momento iniciando por darles las gracias a todos por estos breves o largos años.

Cargando editor
21/10/2015, 06:06
Thomas Burnette [FOX]

Había sido la decisión más importante y difícil de toda su vida, pero ya no había marcha atrás. Se lo comunicó a sus superiores, que le obligaron a someterse a un estudio psicológico, pero estaba plenamente convencido. Las heridas que había sufrido eran muy graves, y Thomas Burnette no pensaba pasarse toda la vida en el servicio militar para poder pagar ese implante biónico. Él tenía planes, tenía las vistas en el futuro.

Y además, estaban las pesadillas. De vez en cuando, imágenes y sonidos del Nido de Galdonia VI le asaltaban en mitad de la noche. Mandíbulas chasqueantes empapadas en sangre, miradas perdidas, miembros cercenados por todas partes. Y los gritos, gritos de heridos y moribundos que le perseguían hasta que despertaba empapado en sudor.

Pero también recordaría con cariño a sus compañeros. Su valentía, su compañerismo, esa hermandad que sólo se forjaba en el fragor de la batalla. Sí, eso también se lo llevaría. Pero en otra vida.

Cargando editor
21/10/2015, 07:47
Teniente 3ra Aarón Cayce

Durante los días siguientes a la ceremonia, no puedo evitar rememorar lo emotivo del acto, los lazos que se habían forjado entre los diferentes hombres. Ahora eran más fuertes, tanto,físicamente como psicológicamente, y casi era mas importante lo segundo, pues nunca sabemos si ya lo hemos visto todo o hay mas criaturas monstruosas que quieran acabar con nuestra civilización.

Aproveche todo el tiempo que tenía disponible para conversar con cualquiera que estuviese dispuesto, principalmente con el sargento mayor Frost y el teniente Focker, que fueron poco a poco contándome lo que realmente había sucedido en ese planeta, y francamente, no era lo mismo leer los informes que oírlo de boca de aquellos que lo habían vivido. Esos momentos me permitieron conocer un poco mas a todos los infantes, pues aunque habíamos acabado, en cualquier momento empezaría una nueva batalla, y todos tendríamos que estar preparados para ello.

Tenía por delante una ardua tarea, pues tendría que prepararme para cuando eso sucediera. Si quería estar a la altura de esos hombres y querer que me miraran a la cara, debía de entrenar y estudiar. Sabiendo los puntos débiles de las escuadras debería intentar apoyarles en aquello que fuera más necesario.

Cargando editor
21/10/2015, 16:15
Sargento Sonia Ramírez

Realmente, el dejar atrás aquella puta bola de hielo resultaba reconfortante, por no decir una gran alegría, para Sonia. Ese planeta había sido a veces horrible y detestable, no sólo por todas las vidas que se había llevado de amigos y conocidos, sino por lo cansado que había sido toda esa experiencia. El frío y la nieve, día tras día... Galdonia VI se las había ingeniado para ser un lugar odiado.

Pero al menos ahora iban a dejarlo y alejarse de él, lo que no se sabía correctamente era a dónde irían. Seguramente a Sirius, su hogar, hasta que surgiera otra campaña. Porque, desde luego, Ramírez no pensaba quedarse sentada. Ser soldado era su profesión, su vida. Y estaban luchando una guerra, una que debían ganar a toda costa. La supervivencia de la raza humana dependía de ello... porque la sargento había visto lo que podían hacer los bichos, había visto uno de los mayores horrores que los dirigían...

Así que debían ganar. A toda costa.

"La pregunta es... ¿Dónde será la próxima lucha?"

Cargando editor
21/10/2015, 17:45
Cabo James O'Flaggerty [FOX]

James pasó muchos días recogido, en solitario. Hablamos de cuando tenía tiempo libre, claro. Y cuando no estaba en la cantina, que no faltaba su ratito. Bien: sus obligaciones como cabo quizá le estuvieran quitando tiempo de lo que debía preparar, pero como decía el lema de los monjes benedictinos -ora et labora-, cuando rezaba, trabajaba. Y cuando trabajaba, rezaba. Ambas caras de la moneda eran iguales. No significaba que anduviera murmurando salmos durante los entrenamientos, significaba que en ambas ocasiones trabajaba en su espíritu para que la Semilla creciera en él. No es que tuviera mucho éxito, pero andaba por ahí con el careto cariacontecido de los que van para curas católicos.

Hasta que un día, en medio de un pasillo, le entró la risa tonta. Tenía al hombro su petate, pero lo tuvo que dejar caer. Se estuvo partiendo el pecho de la risa delante de un ordenanza que alucinaba en colores, sin duda pensando que los veteranos de combate iban más sonaos que la campana de su pueblo. Cuando por fin se le pasó la risa, dijo en voz bien alta para quien quisiera oír: me cago en Dios, antes de entrar en el seminario me tengo que ir de putas. Hay que despedirse como se debe del Señor Potorro. En pocas horas salía su vuelo.

Cargando editor
21/10/2015, 18:03
Cabo Ethan "Bugkiller" White [ECO]

"Al fin...." pensó White, observando aquella roca enorme y blanquiazul que flotaba en el espacio, debajo suyo. "Cabo White. ¿Se sentiría orgulloso mi padre, si pudiera decírselo?" Tenía sentimientos encontrados con respecto a eso.

El momento de la partida había llegado y no podía si no alegrarse de haber sobrevivido a la matanza que había acontecido en aquella bola de nieve enorme, donde miles de soldados habían dejado su sangre, tripas y vida para que la humanidad pudiera seguir respirando un día más. En las bajas de los bichos ni siquiera se molestó en pensar.

Para él no eran más que xenomorfos que debían ser exterminados. El enemigo.

Suspiró y contempló el vacío estelar, mientras se ponía la mano en el pecho y acariciaba durante un momento las medallas recibidas apenas unos días atrás. En aquel momento, sintió orgullo, camaradería y lástima compartida con todos los Guardianes de Sirius por las bajas sufridas, los compañeros caídos dando lo mejor de sí para que alguien pudiera sobrevivir.

"¿Y ahora qué...me dejarán buscar a mi padre? Tengo que hablar con mis superiores por si existe alguna posibilidad...quizás haya alguna misión al planeta donde él fue y yo pueda presentarme voluntario...al fin y al cabo, era un científico de cierto renombre y sé que sus estudios tenían algo que ver con los bichos....y que la llamada de socorro de su base se cortara de golpe...."

Perdido en sus pensamientos, se giró y se dirigió hacia los campos de entrenamiento de la nave, donde seguiría practicando mientras tanto, procurando que las heridas recibidas sanaran del todo y afinar la puntería en el proceso.

Francotirador. Ése era su destino ahora. "Hay que joderse....y pensar que era un "chico de los recados" hace casi nada....si mi hermano mayor me viera ahora...."

Ironías de la vida.
 

Cargando editor
21/10/2015, 19:37
Cabo Mijail Stukov [GAT]

Al final Mijail lo había hecho. Había escrito en su propio casco de combate la palabra "Cabo" para acordarse de su nuevo cargo. Y también en la gorra que en aquel mimo momento llevaba, a pesar de estar en interior. Llevaba la bolsa en la mano izquierda, caminando por los pasillos en busca del muelle de su nave con destino a quien sabe donde. Él había entrado en el ejercito por su familia, porque unos pobres granjeros de un mundo perdido y medio congelado no se podían permitir mantener la familia que tenían. Y cuando nadie daba dos duros por él, resultar se que se encontraba a punto de embarcar para ser entrenado en un Hombre Ejercito. Las putas vueltas que da el mundo. Pensó, mientras se acercaba a uno de esos carteles de "prohibido fumar" y lo arrancaba, como había hecho con todos los que había visto por allí para poder llevarse un cigarrillo a la boca.

Ahora a echaría en falta a sus hermanos de armas, a su unidad, sus compañeros y amigos. Ahora les echaría de menos, habían sido unos buenos meses. Esperaba poder despedirse de ellos antes de embarcar. No volverían a esa puta roca helada nunca más. Y daba gracias a ello, por que a pesar de que el frio no le importaba, correr con nieve que le llegaba a las rodillas si le tocaba los cojones.

Dio una larga calada.

El tiempo pasaba y por allí no parecía nadie. Por un momento pensó que quizás habían cambiado el muelle, que los suyos embarcarian por otro lado o que Llorens estaría buscando las solicitudes de intendencia. Te las he dejado encima del armario. Encima del armario. Se que puedes oirme, Sargento. Repitió mentalmente, como broma y nota de humor mientras volvía a cargar sus cosas y marchaba hacia la terminal a paso lento.

Cargando editor
22/10/2015, 00:42
Falken Jäeger [FOX]

La exploradora se sentía decepcionada. Uno que conocía y se muere, uno que me cae bien y semarcha, una vez que puedo demostrar lo que valgo y fallo estrepitosamente (Poniéndose la mano en el costado que aún le dolía) Se sentía triste con todo. Triste consigo misma, y además ... no sabía que sucedería ahora ya que el repliegue era inminente, porque la batalla había terminado.

Al oir lo que dice el Cabo James se planta delante, y con cara picarona le plantifica un beso en los morros que deja estupefacto incluso a los que no miraban. Er auna despedida, pero sólo un "Hasta pronto" ya que jamás diría un "Adiós" totalmente. Tras esto se marcha, alicaida y con la esperanza de que pronto pudiera hacer algo bien. - No puedo fracasar siempre, y se que aquí hay buena gente. No puedo permitirme el lujo de fallarles otra vez.

Cargando editor
22/10/2015, 03:44
Sargento Steve Miller [ECO]

Sirius era el planeta de Miller, pero no su hogar. No tenía nada a lo que llamar de esa manera, salvo a esa maldita nave interestelar que les había traído hasta galdonia. La Federación era su hogar, y lo odiaba.

No partiría hacia ningún lado para ver a nadie, sólo esperaría hasta su traslado para el adiestramiento como pathfinder y seguramente cuando terminase lo mandarían alguna misión jodida, quién sabe si con la Eco. Puede que antes de lo que él pensaba llamarían a la escuadra de nuevo a filas, pero eso no estaba claro. La mayoría de la gente al menos disfrutaría de su permiso si se volvían a reenganchar. Él no, se sentiría raro en Sirius sin nada que hacer, refunfuñando y con ganas de matar algo.

Sólo sabía matar bichos y dudaba que pudiese valer para otra cosa. Tan solo necesitaba un morita, unas cervezas de vez en cuando, a sus hermanos de la Infantería Móvil y algo a lo que disparar. Era una vida sencilla, corta, pero fácil de complacer.

Cargando editor
22/10/2015, 22:02
Cabo James O'Flaggerty [FOX]

James se quedó ahí plantificado como un gilipollas, en medio del pasillo, con el macuto a sus pies como si lo hubiera puesto la Federación. Por un momento pensó (se podía imaginar cómo en su hombro un diablillo con pinta de James le susurraba): quedan dos horas para que salga el vuelo. Da tiempo para uno rapidito. Sin embargo siguió ahí clavado. Debía ser que en el otro hombro, otro James con pinta de angelote le estaba cantando las cuarenta. Era toda una encrucijada en su vida. Pasado un rato se impuso la fuerza de la costumbre, los planes, la cobardía. Tomó su macuto entre pensativo y atormentado, y salió hacia la puerta de embarque.

Notas de juego

Jojojojojo. Ninoniiiii, ñaaaanonaaaaaao (música de violines desgarrados)

Cargando editor
23/10/2015, 00:43
Cabo Jake Cooper [HEAT]

Desde la cubierta de observación podía observar aquella maldita bola de hielo, nieve y muerte que era Galdonia VI. Cuando había llegado allí, apenas si tenía algo de experiencia en el combate contra los bichos, y  siempre en condiciones favorables… ahora, tras una sola misión en aquel infierno helado, una misión que bien podía haber durado toda una vida, las cosas habían cambiado. Había sangrado, había visto la muerte en las fauces y garras de los bichos, muerte que no llegó en mi caso, pero si en el de varios de mis compañeros.

El sargento Corbec, Tesla, McNeally, Durand…- pensé, recordando los nombres de aquellos que no habían logrado sobrevivir a esos malditos túneles, recordando cómo eran en vida y como murieron. Recordando la despedida que se les dio una vez finalizado todo, despedida en la que lo único que pude hacer es saludarles con el orgullo de haber luchado con ellos. Ahora, los que habíamos sobrevivido continuaríamos en su lugar.

Pensé en mi nuevo destino, en el entrenamiento al que me sometería para poder cumplir el papel de francotirador, pues era la forma en la que pensaba que más podía ayudar a mis compañeros de armas. El chico que había llegado a Galdonia VI antes de aquellos túneles no se hubiese planteado el seguir después de todo lo que había visto, imágenes que lo acompañarían el resto de su vida. Claro que ese chico no habría sobrevivido a los túneles… y tal vez no lo había hecho. Al fin y al cabo, me consideraba alguien completamente distinto ahora. Alguien que entendía de verdad lo que significaba permanecer a la Infantería Móvil.

Y la verdad es que es un asco- pensó con una ligera sonrisa mientras se despedía de Galdonia VI, de aquel infierno de hielo que lo había bautizado en sangre.

Cargando editor
23/10/2015, 00:56
Willem Rodríguez [ECO]

Allí en el espacio a unos cientos de kilómetros del planeta helado Willem miraba por una ventanilla mientras intentaba localizar los lugares donde combatió, donde perdió a sus amigos y compañeros, y aunque le hirieron, esas heridas morales pesaban mas. la Infantería Móvil caía por que su moral caía y los pelotones se desintegraban en alocadas carreras sin plantar un frente común al enemigo. ese problema había estado desde el principio de los tiempos de la humanidad, aquel que controlaba el miedo y podía proyectarlo al enemigo tenia muchos puntos de ganar la batalla. Pero contra los bichos lo único que podían hacer es controlar el miedo, ya que esos putos bichos no tenían sentimientos, así que eran inmunes a las muertes de sus congéneres. Por eso lo tenia decidido, cuando volviera del permiso se haría Capellán, es lo que había estado haciendo y para lo que el Capellán Martinez le había estado instruyendo. El intentaría controlar el miedo que esos bichos podían producir en el corazón de los hombres y si era bueno en eso evitaría que otros compañeros y amigos murieran a cada día de combate, sino era bueno morirían muchos o incluso todos.

Luego giró la vista y miró a las estrellas, allí estaba Sirius, su hogar, donde le esperaba su mujer y su hijo, tenia ganas de verlos y de pasar el permiso con ellos, luego le volverían a llamar para el servicio, aun no era Ciudadano y no podía dejarlo a medias, debía conseguir la posición de Ciudadano para que su vida pudiera ser mejor y su hijo tuviera mas posibilidades que habían tenido ellos.

Sin mas se giro y camino por el pasillo entre la gente con una dirección fija, "La Cantina", allí ya le conocían todos, desde el primero de los camareros al ultimo, muchos le habían echo favores, y había devuelto los que había podido, se llevaba bien con casi todos, pero hoy no era un día de estar con la ECO y los Guardianes de Sirius, y al entrar allí los vio, era imposible confundirlos, impertérritos en la cuarta mesa de la pared con cuatro cajas ya vaciás de cerveza y sin esperarle, en fin!, es la ECO!

Cargando editor
23/10/2015, 01:24
Teniente 3ra Gary Focker

Las estrellas nos ven movernos a través del mar de oscuridad que es el universo como vencedores volviendo a casa. Hemos luchado, hemos sangrado y muchos han muerto pero hemos vencido. Hace ya mucho tiempo que la Federación entendió que la infestación arácnida en Galdonia era una amenaza pues lo siguiente en su expansión sería nuestro hogar. Es por eso que comenzó esta lucha en una guerra declarada por los arácnidos en un tiempo que ahora parece muy remoto.

Aún recuerdo cuando comenzó. Recuerdo la Gran K y la matanza que significó, recuerdo cuando dejé Korrus para sumarme a la ofensiva y recuerdo todas y cada una de mis misiones. ¡Mierda! ¡¿Como olvidarlas?! En ellas vi morir a grandes personas, hombres y mujeres, soldados de profesión y reclutas. He visto más sangre de la que cirujanos verían en toda su vida y la fortuna ha querido que yo haya sobrevivido a todo eso. Soy un afortunado, es lo que muchos pueden decir pero yo creo otra cosa.

"Mientras menos temes morir, más seguro estás. Me he expuesto al peligro en primera línea, siempre codo a codo con mis hombres pues soy un convencido de que la muerte es una amante caprichosa y desea a quienes la rehuyen. Yo la llamo a descaradamente y por eso ignora."

De pronto me asaltan recuerdos más antiguos. Veo cuando me enfrenté a mi padre y abandoné mi hogar para enlistarme. Recuerdo su rostro y sus palabras, coronadas por el ruido de la puerta detrás de mí. Supongo que recuerdo mi hogar porque mañana debería dirigirme a él. La verdad es que no tengo uno y me dirigiré a los cuarteles para quedarme. Ya no tengo un hogar al que ir y he aceptado eso desde el momento en que firmé el documento de recluta. No me molesta y siempre hay algo que hacer en la IM.

"Ahora que soy Teniente, podría retomar mi labor como instructor antes de la guerra. Quizás podría pedir que me trasladen a alguna otra parte de la galaxia pues sé que la guerra contra los bichos está activa en otros frentes y un rifle siempre es útil. Es algo que debo meditar y creo que tendré tiempo para eso."

Me giro dando la espalda a los ventanales de la nave y veo a algunos de los soldados mientras disfrutan de sus últimas horas a bordo. Son buenos soldados, los mejores de nuestro mundo y vuelven como veteranos. Dudo que haya algún miembro de la Infantería Móvil en esta nave que no haya derramado sangre de bichos, y probablemente la suya, en esta guerra. Todos los que vuelven es porque han sabido enfrentarse a la muerte y han prevalecido. Son los mejores y merecen el descanso.

He tenido el orgullo de servir en el Escuadrón Fox, del cual fui líder mucho tiempo. Es un grupo de soldados disciplinados y muy bien calificados, siempre cumpliendo y siempre precisos. Fue un placer dirigirlos en la batalla y ser parte de ellos en la paz. La voluntad de los mandos fue que ascendiese y que dejase atrás el escuadrón para dirigir a todos los escuadrones. Así es como he leído informes del resto de los grupos, conociendo más a cada uno y orgulleciéndome de que independiente de su estilo, todos son valientes soldados que cumplen sus misiones sin dudarlo y con gran éxito. Todos son buenos escuadrones.

Me dirijo a mi habitación a preparar mi equipaje. Es hora de salir de mi litera para dormir en otra, solo que no en una nave sino en una barraca. Como sea, sigue siendo mi vida pues soy un soldado y no hay más vida para mí que el servicio.

Cargando editor
23/10/2015, 13:26
Ian "Loco" Mkoll

Y se alejaban de aquella puta roca. El explorador había ganado poco en ella, aparte de algunas chapas que elogiaban lo mucho que le habían dado por culo, y un bonito bote de medicación que tendría que durar hasta que le echaran un vistazo unos médicos que no fueran unos putos carniceros. El estar a punto de morir en el campamento le había parecido de bastante mal gusto. 

En fin... Al menos, ahora tocaría algo de descanso. En teoría. Tomó otra de sus amiguitas azules, pues iba siendo la hora y el dolor de cabeza volvía a hacer acto de presencia. Que estuvieras a punto de ver tu cerebro licuado dos veces por dos facciones distintas durante la misma misión tenía que ser un record de algo. En fin. Adios, puta roca helada. Así te pudras. 

Cargando editor
24/10/2015, 11:11
Hightower Bockman

Salió del dormitorio con su macuto preparado para partir de aquel planeta. En su bolsa su ropa, armas y medallas. Sin familia a la que acudir, sin amigos fuera de la guerra no tenía mucho por lo que esperar fuera de aquella base. Aún así se iba, debía descansar y prepararse para la siguiente misión. Era un hijo de la federación, criado y amamantado para luchar por ella sin esperanzas de salir vivo de ella. Lo había aceptado, algunos debían dar su vida para que el resto pudiera disfrutar de la humanidad.

Era una de las grandes razones por las que había seleccionado la opción de marauder, sería un pilón básico para su unidad desde la que proteger a todos y sería el objetivo de la mayoría de enemigos. Sin duda una opción peligrosa y muy cara pues la federación no regalaba nada. Parecía el perfecto trabajo para alguien sin familia y cuya única afición era el ejercicio físico. Echó un vistazo atrás antes de entrar en la nave que le llevaría a un planeta de descanso antes de comenzar la nueva misión.

Cargando editor
25/10/2015, 19:45
Caín Rumsfeld - [ECO]

Tras recoger todos mis pertrechos de la habitación que me habían asignado en el planeta, parto hacia las naves que nos llevarían a la órbita. Esta sería una despedida de este lugar helado que tantos sinsabores me había dejado, una vez en el espacio desde las cubiertas de observación pude finalmente despedirme del infierno helado y mantener en el recuerdo a mis compañeros caídos.

Ahora era momento de pesar en el regreso a casa, volver a una vida civil y dejar las armas por lo menos durante un tiempo. Escuchar las historias de padres, familia y amigos que no habían vivido "nunca" una experiencia tan cercana a la muerte como la que nosotros sufrimos en Galdonia VI. Dudo de poder encajar en mi vida diaria otra vez. Mientras que algunos de mis compañeros seguirían con el entrenamiento para mejorar en sus aptitudes, yo mantendría mis habilidades y mis armas cogiendo polvo hasta que fuéramos una vez mas convocados.

Pero eso sería mañana hoy aun podía celebrar con mis hermanos de armas haber salido de una pieza y eso significaba terminar en la cantina donde las cervezas ya se estaban repartiendo.      

Cargando editor
26/10/2015, 00:17
Antonio Rivas "Raúl" [GAT]

Finalmente había sobrevivido a la trampa de la federación. En estos días, había empeorado, las quemaduras por frío y la exposición que había sufrido le habían dejado algunas secuelas que en los primeros días de recuperación no se habían mostrado, pero eran nimiedades y el permiso en casa haría que se recuperara totalmente.

Pensaba en sus padres y sus hermanas, sus vecinos y conocidos y tenía ganas de verlos y de contar lo que nadie les contaría de lo que había sucedido. Les podría hablar de los que murieron y por qué murieron. También disfrutaría de la buena compañía y aprovecharía los días al máximo, pues iba a ser solo algo temporal.

Sabía que cuando vieran su estado se asustarían, probablemente su madre lloraría y todos mirarían sus heridas y la prótesis con disimulo. Insistirían en que lo dejara, en que cambiara de puesto a uno con menos riesgo, pero no lo pensaba hacer.

Quería recuperarse del todo para estar cuanto antes en primera línea, luchando donde nadie quiere luchar, comiendo las raciones de combate, y dormitando con la armadura puesta, porque en cualquier momento podía empezar la acción, los bichos vendrían y la infantería móvil les patearía su trasero.

Cargando editor
26/10/2015, 01:38
Raven Sprigan

el hombre habia sido recibido por sus superiores inmediatos con promesas de acción y futuras misiones, cosa que le alegro pero le genero un cierto sin sabor.

no conocía a nadie, estaba en un sala y no reconocía ni un solo rostro, la maldita guerra le había arrebatado todo y por el momento ni la venganza estaría a su alcance, con amargura trago saliva y su mirada se perdió en la distancia mientras su maldito tic le reclamo rascarse detrás de la nuca donde las quemaduras invisibles se escocían sin piedad.

despedidas formales, se para recto como una vara y levantas la mano derecha a la altura de la cabeza con tu mano en lanza, para los mas afectivos un buen apretón de manos y una sonrisa que no parezca tan forzada, tantas caras en una sola sala y por ninguna parte aquella a la que quería ponerle una bala en la mitad de los ojos.

la gira de algunos terminaba la del apenas comenzaba.

Cargando editor
26/10/2015, 04:40
Tycho Tarcus (Gat)

Cierro mi macuto con mis pocas posesiones. Suspiro al momento de apretarlo para asegurarle pues estoy cansado. Sé que no tiene sentido, he descansado mi mente en estos últimos días y solo hemos entrenado lo mínimo para no volverme un obeso con síndrome metabólico, pero mi cansancio es de espíritu.

"Si me oyese cualquiera de mis profesores de medicina, se burlaría por creer en algo tan etéreo."

Pero la verdad es que mi experiencia en la Infantería Móvil me ha enseñado que el espíritu o como sea que se llame, esa voluntad de vivir y de luchar que mantiene en combatiendo sin cesar a soldados con heridas letales. Eso existe, es real aunque no sea cuantificable y no se pueda poner bajo un microscopio. Eso mismo es lo que ya no tengo.

Estoy exhausto de luchar, estoy exhausto de ver a mis compañeros morir y sangrar en esta guerra. Las palabras que el Teniente Focker dijo hace unas semanas me ayudaron a encontrar el sentido a la pérdida y el motivo de la contienda pero eso no aligera la carga. Por lo menos a mí, que no me considero un militar a pesar de la instrucción que me hicieron antes de venir.

Ahora volveré a mi mundo y podré descansar de la violencia. Estudiar un poco más y mejorar en mi carrera de medicina. Aún no decido qué es lo que haré pero puedo pensar con calma. A partir de mañana, tendré todo un mundo por delante.

Cargando editor
29/10/2015, 16:40
Sargento Mayor Jhonny Frost [GAT]

La guerra, cruda, dolorosa, injusta, parecía llegar a un impás. Aquella roca helada había visto demasiada muerte y sufrimiento, la ironía de que todo aquello significaba ahora una paz mental y momentánea para el planeta Sirius impregnaba a Jhonny. Lejos, como hechos de historia relatados en libros, quedaban las guerras entre humanos, entre hermanos y congéneres. El joven de familia canadiense no se sabía capaz de dedicar su vida a erradicar gente de su misma especie, pero sabía que podía ser un soldado y morir por combatir el mal arácnido que acechaba en los rincones incesperados de la galaxia.
Larga era la lista de los miembros del Segundo Pelotón de los Guardianes de Sirius que habían caído, aún más extensa si sumábamos aquellos de la infantería ligera cuya imagen llenaba los recuerdos de Frost con cuerpos calcinándose, rotos, sangrando y gritos interminables... incluso estaban aquellos a los que había conocido más de cerca, aunque sea un poco, y que recordaría por haber dejado todo en Galdonia VI.
Finalmente se despedía de aquellos parajes desolados y llenos de cruentos recuerdos, se llevaba consigo la experiencia de haber sobrevivido todo aquello, de haber logrado llevar a cabo la misión encomendada y de contar con amigos, compañeros, grandes soldados.
Antes de subir a la lanzadera para volar a la Sirius Beta, miró las interminables llanuras congeladas y luego el rostro de Mía García que lo acompañaba, respiró profundo y sonrió. No porque le alegrara partir, o porque se sintiese especialmente felíz, sino porque sentía que todo lo que había cambiado valía la pena, porque cuando la batalla lo llamase nuevamente, no sería Jhonny Frost el técnico eléctrico del escuadrón Eco quien acudría: sería el Sargento Mayor Jonathan Frost quien llegaría con el estandarte de los Guardianes de Sirius flameando en su espalda. Porque no sería el único amor atesorado el violín que le hacía recordar a su madre, sino que ahora había un amor más grande que le hacía creer en el futuro de la Federación.

"Partimos para volver, nos retiramos para retornar más fuertes.
En cuerpo y espíritu, en planear y en hacer."

Ahora tendría tiempo de visitar al viejo William Frost en los cuarteles de Sirius, hacía años que no se veían cara a cara.
Y luego, luego vería qué más le deparaba el destino.