Partida Rol por web

Los pocos supervivientes se van poniendo en pie, buscando entre los restos a sus compañeros, llamándolos a gritos, pero apenas se producen respuestas. Por la radio podía oírse varias voces de otras unidades, preocupadas - ¡Eh! ¿Queda alguien con vida? ¡Respondan!

Entonces, por encima de todas se escuchó la del Coronel Quaritch - ¡Mantengan la posición, muchachos! ¡Vamos para allá todo lo deprisa que podemos! - la realidad era que apenas quedaba una posición que mantener. Las defensas imperiales habían quedado barridas y sepultadas por el bombardeo, y lo único que podía servir como protección eran los cráteres que las bombas habían dejado por todas partes, eso y lo que quedaba de la carrocería de los blindados.

En una desesperada búsqueda por parte de los marines de su oficial al mando, cada uno de los tanques es revisado concienzudamente. No hay ni rastro del Comandante Rico y ya se estaba a punto de dejar correr, cuando, de repente, algo se mueve debajo de una plancha de blindaje suelta...

Al retirar la plancha de blindaje, la maltrecha figura del Comandante sale a la luz. Su armadura está averiada en numerosos puntos y seguramente tenga heridas internas, pero Rico levanta un brazo para cubrirse de la repentina luz mientras tose y escupe tierra por la boca. Cuando los Centuriones habían disparado, se había librado de la muerte saltando en el último momento del tanque al que estaba subido. Aun así la explosión lo había enviado lejos y dejado aturdido, cuando llegó el bombardeo solo pudo arrastrarse debajo de uno de los blindados destruidos y esperar que fuera suficiente protección.

- ¿Qué...? ¿Qué ha pasado? - el Comandante parece perdido, pero al menos está vivo - ¿Sois vosotros, muchachos? ¿Cómo hemos sobrevivido a esto...? - a pesar de que va volviendo en sí, el hombre parece estar en estado de shock, y sin duda va a necesitar un tiempo de recuperación antes de poder volver a dirigir tropas en el frente.

Alrededor de los que han rescatado a Rico se van acercando todos los que pueden tenerse en pie, de los seiscientos hombres que formaban parte del 1º Batallón apenas queda medio centenar en condiciones de seguir adelante. Pero de repente, se oye un gran ruido de motores y hélices aproximándose por detrás.

No se tarda en divisar a un buen número de APCs, tanques y demás vehículos, seguidos en las alturas por algunos turbocópteros. El resto del Regimiento por fin se había reorganizado bajo las directrices del Coronel y avanzaba para establecer una sólida posición en el terreno ganado a tan duro coste.

Los refuerzos federales rápidamente forman una larga línea ocupando la zona que antes había dominado el Imperio. de uno de los APCs baja el Coronel Quaritch, que se pasea un poco entre los cráteres observando la situación - ¡Magnífico! - exclama - ¡Un gran trabajo! Habiendo limpiado esta zona de enemigos, podemos lanzar el asalto final ahora que nuestros turbocópteros tienen el control de los cielos. ¡Cargad a los heridos para enviarlos a retaguardia, y todo el que todavía sea capaz de sujetar un arma entre las manos que se suba a un APC y se prepare para expulsar de una vez por todas a esos cerdos imperiales!

Rudin escucho por su intercomunicador a Publio y observo al teniente el cual parecía agitado, Rudin no pudo entender nada de la oración más que “Comandante Rico, Calavera, tanque.” Se quedo pensativo por unos segundos, que podría significar, vio que el Teniente apuntaba a las carcasas que quedaban de los tanques aliados, y ahí fue cuando Rudin recapitulo y salió corriendo a estos.

En el camino escucho que el apoyo venia en camino de igual manera por el intercomunicador,  y vio a su alrededor y unos cuantos marines se sumaron a su tarea de buscar al Comandante Rico, sin embargo nada parecía tener fruto, hasta que vio como una placa metálica empezó a moverse y el comandante salió de esta, sorprendido de cómo este aun seguía vivo Rudin y los Marines alrededor lo ayudaron a levantarse, sin embargo Rudin prefirió no decir una palabra y observar, se dio la vuelta y como por arte de magia había un gran puñado de Marines que se acercaba a estos.

—Tranquilo Comandante, la hemos liado con el flecha rota, pero al menos hemos logrado cargarnos a esos cabrones del imperio.— Dice Rudin mientras tranquiliza al comandante y al mismo tiempo lo ayuda a mantenerse de pie junto a los demás marines y en la distancia fue cuando se observo grandes columnas de arena, efectivamente el apoyo había llegado, los turbocopteros pasaron a baja altura y levantaron grandes cantidades de polvo de estos, Rudin bajo la mirada y dejo al Comandante junto a los demás Marines para volver con lo que quedaba de su equipo, luego de unos minutos finalmente encontró al teniente entre la multitud, el brazo de Publio era un poco mas disgustante de cerca.

—Y… Que dice Teniente…— Dice este mientras suspira y se encoge de hombros para luego agregar —¿Seguimos en la pelea?...

me acerco corriendo hacia donde van todos los marines, mientras corre y mantengo presión en mi brazo para que no me duela, aunque no se si sirve, me tropiezo con un cadáver, "que cojone..." exclamo al caer,  pero me quedo mudo al ver los restos de McKiller, "seguramente el resto ya lo sepan", sigo mi camino hacia los restos de un tanque, que era el mismo que dijo el teniente que era el de comandante Rico, llega al momento de ver como sale el mismo de los restos, "estas son buenas noticias", a la vez que busco a Obsidiano para que me mire el brazo, al verlo me acerco, "Teniente, no creo que me haya oido, pero como ve tengo el brazo jodido y no creo que salga de esta batalla, ¿tiene algo para que pueda volver al combate?, ya luego me ocupare de pedir una monada como la suya" señalo a su brazo mecánico, mientra llegan los refuerzos, "genial, ya volvemos a la acción, pues manos a la obra". 

El teniente no sabía que habría sido del comandante y esperaba alguna novedad de parte de Rudin, mientras se acercaba a su posición. Dentro del tanque habían cuerpos carbonizados a causa de la explosión y Bryant se temió lo peor. Aún así, buscó por los alrededores aunque su esperanza iba apagándose, después de todo, era un hombre realista y sabía que después de un impacto de un proyectil de ese calibre y una explosión enorme, difícilmente nadie podría salvarse. Un operador trataba de establecer contacto con el coronel Quarich pero la respuesta se entrecortaba y no era nítida.

Entonces se produjo el milagro, una plancha metálica se movió y rápidamente un grupo de marines ayudaron a levantarla. El comandante Rico estaba maltrecho pero milagrosamente vivo. Bryant no pudo evitar comentar.

- Con su permiso señor. Es usted el hijo de p... con más suerte del imperio y estoy encantado de poder seguir a sus órdenes. Le daré un informe de lo ocurrido...los tanques enemigos, los jodidos centuriones que tanto hemos hablado y temido estos dias mientras planificabamos la acción, nos tendieron una emboscada imposibilitándonos la retirada e impidiendo que pudiésemos hacer un ataque efectivo. Se me ocurrió que la mejor opción fuese usar el flecha rota para evitar nuestra total exterminación.  Hemos salido malparados pero algunos seguimos con vida, y cómo puede ver, sus unidades ya no son una amenaza... Le comentó señalándole la ladera con los tanques enemigos destruídos. Espero haber hecho lo que debía, señor.

Justo entonces llegaron las unidades dirigidas por el coronel y los felicitó por la acción. No podían relajarse en esos momentos, esa posición había costado sudor y sangre, pero debían emprender nuevamente un contundente ataque si querían minar la moral del enemigo definitivamente. Bryant miró a sus hombres y suspiró, estaban todos maltrechos y con múltiples heridas, Publio le estaba solicitando atención médica puesto que le colgaba el brazo,...y el cabo McKiller, ya nunca volvería a estar entre ellos. Solo recogió su chapa.

- Solicito unos minutos para tratar como pueda las heridas de mis hombres, un buen soldado para suplir la baja del cabo McKiller y un APC en buenas condiciones. Esta unidad estará lista para eliminar legionarios y vengar tantas muertes, señor.

Mientras esperaba una respuesta por parte de sus superiores, revisó el brazo derecho de Publio. Tenía un aspecto lamentable y lo suyo sería enviarle para casa. Sin embargo, sabía que no podría impedirle seguir en acción por lo que trató sus heridas con esmero, protegiendo los nervios para un implante posterior nuevo. Había logrado que no perdiese todo el brazo, pero debería elegir que quería hacer en un futuro...regenerarse la mano o implantarse un brazo mecánico.

- Legión, su vida ya no corre peligro pero necesitará tomar una decisión próximamente...un brazo como el mío o que le regeneren la mano. No sé hasta que punto volvería a ser como antes pero he impedido que pierda el brazo. Le comentó tras suturar y vendarle todo el brazo, inmovilizándolo con una tablilla. Sinceramente, debería regresar con los heridos, pero se que me enviará al cuerno y no me lo perdonará si hago eso, ¿Cierto? Aunque resulte increíble, sigue teniendo en perfecto estado el dedo para disparar el gatillo y le he vendado de forma que pueda disparar, aunque no podrá usar la torreta de un APC. Si nos facilitan un vehículo, usted estará a mi lado de copiloto, y daré permiso para que Johanssen o Rudin se hagan cargo de la torreta. Lo dejo a su elección mientras sigo atendiendo heridas.

Se sentó en un parapeto cerca del Teniente, preparando a su rifle para la siguiente batalla y remendando sus heridas cuando le escuchó sobre McKiller y los demás caídos. La muerte de McKiller era un palo, eso desde luego, pero no había tiempo a ceremonias, no mientras estuviesen aún de mierda hasta las trancas. Entonces, el Teniente habló de él usando una torreta.

- Teniente, si me permite la observación, lo mio es comparado al uso de la torreta como el arquitecto al capataz de obra. Yo soy un artesano de la Muerte, los mato suavemente, con precisión, zas! y ticket al valle de la sombra de la muerte. Quizás Lom Piñata sea bueno con la ametralladora, o Rudin haya decidido convertirse en artillero. - Dijo riendo Johanseen.

La figura del soldado que había conseguido desenterrarse asimismo escapando así a su sepultura en vida apartamentos la imagen del sol. Con el CIF y apoyada en el hombro avanzada firmemente hacia dónde se habían agrupado sus compañeros. Fue entonces cuándo yo el vehículo.
-Esta vez paso de conducir - dijo asqueado al ver el asiento del conductor vacío. Y se subió a la parte de atrás. - veremos quién es el guapo con conduce ahora - pensó Lom.

Entre el ataque inicial que ha resultado en casi un desastre, y el asalto del 1º Batallón que ha acabado barrido por la trampa enemiga y el bombardeo, el Regimiento ha pedido demasiados vehículos terrestres como para proporcionar un APC a los pocos combatientes que quedan de la tropa de Rico. De hecho, buena parte de los marines que queda tiene que seguir a pie a los tanques y transportes que han conseguido sobrevivir hasta esa parte de la batalla, lo que hace que se muevan con más lentitud de lo normal para poder cubrir a los desprotegidos infantes, que a pesar de todo se esfuerzan  en mantener el paso.

Por suerte, os espera algo mejor que un APC. A los cinco marines del grupo se os ordena subir a uno de los turbocópteros que ya había descargado a sus marines durante la batalla y que necesita una nueva tripulación. Mientras las fuerzas de tierra empiezan a avanzar, las helices de la aeronave empiezan a girar a gran velocidad, alzando una gran polvareda a medida que levanta el vuelo, junto a docenas más. Sin naves enemigas para detenerla en el aire, la flota de turbocópteros está preparada para traer la muerte desde el cielo a los enemigos de la Federación.

El piloto enciende la radio y una melodía motivadora a más no poder empieza a sonar en los cascos de los marines. La aeronave pronto coge velocidad, y en poco tiempo se acerca a la última posición de los imperiales. Salen volando algunos misiles y demás artillería, pero queda claro que la potencia de fuego del Imperio ha quedado bastante tocada. Los legionarios apuntan sus armas al cielo y un torrente de balas choca contra el turbocóptero, algunas rebotando y otras haciendo agujeros en el blindaje. Los marines no pierden el tiempo y también dispararan desde las alturas, contando con la ventaja de que desde allí los legionarios no tienen cobertura alguna. Por encima del rugido del motor se oye el atronador sonido de las potentes ametralladoras rotatorias del turbocóptero, causando muerte y destrucción allí dónde las dirige el piloto. Sí señor, por algo así era por lo que valía la pena luchar.

una vez subidos en el tubocoptero, me pongo a disparar hacia el enemigo, pero la velocidad del vehículo y mi brazo herido no ayudan nada "Quieres estarte un poco quieto, algunos heridos queremos reventar cosas también" saco un nuevo cargador, pero un volantazo hace que se caiga con el usado, "me cago en..., ha tomar por saco, me hecho una siesta", me recuesto sobre mi asiento y me pongo algo en la cara, "Avisarme cuando lleguemos, yo me quedo aquí por un rato", mientras me duermo, "Putos marines, como se nota que no hacen nada bien, me pregunto como leches no han muerto todos"

- Tómatelo con calma Publio, debes acostumbrarte a disparar con el vendaje. Cuando lo vuelvas a intentar levanta más el brazo para tener mejor sujeción, ya verás que cuando le pilles el truquito serás incluso más letal que antes. Le sonrió Bryant al ver que el soldado no terminaba de acostumbrarse. Era comprensible.

Justo entonces sobrevolaron cerca de un campamento enemigo y se pusieron a disparar con ímpetu. Algunos de sus hombres eran muy precisos y múltiples cadáveres eran abatidos. Bryant también alcanzó a un soldado con un bazooka que finalmente disparó su proyectil alcanzando a otro que estaba tumbado a escasos metros.

- Vamos chicos, seguid así. Esto son "free kills" para todos ¡Disparad!

Rudin se fijo que el equipo estaba finalmente reunido, a excepción de Mckiller, luego de unos segundos se dio cuenta de lo que sucedía al ver al Teniente con una chapa en la mano, suspiro y decidió no decir realmente nada, no había tiempo para ello.

Al llegar los Turbocopteros Rudin se agacho y subió junto al resto del equipo, se abrocho el cinturón y se sintió vivo de nuevo. La música clásica inundo sus oídos y lo relajo un poco mientras se dirigían a la posición de los imperiales, aunque la calma se fue poco a poco cuando el blindaje de los turbocopteros empezó a sonar y el cielo se lleno de explosiones y ráfagas.

—¡Ahora se viene lo bueno! ¡Estas van por Mckiller! ¡OORAH!— Grita Rudin en el acto que dispara su cargador contra los imperiales, sin embargo el Turbocoptero se mueve demasiado intentando esquivar los disparos evitando que pueda darle a alguien.

Johanssen tomó posición en una de las aperturas del aparato, sujeto por un amarre para no caer al vacío. A sus pies pasaba el paisaje en su brutal totalidad, cráteres, colinas quemadas y devastación. Tenía que elegir cuidadosamente a sus objetivos por dos razones: El traqueteo del transporte aéreo y la distancia cambiante entre objetivos. Con una mezcla de paciencia y técnica, seleccionó a oficiales, enlaces de comunicaciones o posiciones artilladas. Uno a uno, sus diez objetivos fueron cayendo:

- Teniente, diez objetivos prioritarios abatidos. Por Mac. Ahora bien, empiezo a pensar que voy a necesitar un asistente solo para cargarme munición, jefe.

Lombardi se dispuso en la gran parte del viaje a disfrutar de las vistas. Pero solo con los disparos de los compañeros lo hicirron salir de su enseñamiento. Lo acontecido en la batalla anterior había hecho mella en el soldado. Se había dado cuenta de la distancia que había entre su realidad y la creación conjunta que conformaban.

Sacó su fusil mejorado y por primera vez en todo el día iba a disparar. Se dejó llevar por la música de Wagner y apunto. La facilidad con la que nuevo arma arrancaba las vidas de sus enemigos le dejo pasmado. Disparando al ritmo de las valkirias murieron 8 soldados enemigos.

Los turbocópteros sobrevuelan la zona, haciendo pasadas y barridos que despejan secciones enteras de terreno y acaban con todo legionario que no consigue cubrirse a tiempo, atravesando las armaduras limpiamente con el gran calibre de la munición que emplean sus ametralladoras.

Las constantes sacudidas dificultan la precisión al apuntar, algunos como el Teniente Bryant disponen de un arma que les permite llenar el aire de plomo, y aun así solo consigue abatir un par de enemigos. Otros, como Johanssen o Lombardi, que por fin se estrena en aquella batalla con una buena racha de muertos, se toman su tiempo en calcular cada tiro y asegurarse la baja, en especial "Iceman", que hace honor a la reputación que le precedía.

Limpiada la zona de aterrizaje y acercándose las fuerzas terrestres de la Federación, las aeronaves descienden por turnos para desembarcar con seguridad a los marines que llevan, mientras son cubiertas del fuego enemigo por las que se quedan en los cielos.

Aquello les da a los federales tiempo para organizarse y atacar de manera coordinara. Por la radio solo se oyen los gritos del Coronel Quaritch, que no para de vocear "A la carga" y derivados. Frente a aquél nuevo intento de romper sus defensas, los imperiales también lanzan todo lo que tienen contra los atacantes, y una marea de legionarios y vehículos sale a responder a la ofensiva. La última batalla por la Llanura de Pravia acaba de comenzar.

El viaje en turbocoptero había permitido acabar con múltiples objetivos y Bryant veía cerca la victoria de los imperiales. Jahanssen y Lombardi habían hecho gala de una gran puntería y parecía que Publio se iba haciendo a la idea de que su brazo no volvería a ser el que era, pero que podía seguir siendo útil. En un momento de desconcierto, el turbocoptero realizó una maniobra extraña y varios fueron alcanzados quedando Johanssen gravemente herido.

- Johanssen, ¿estás bien? Te han dejado perdido, camarada. Despues miró al resto y en realidad no había nadie ileso, por lo que comentó. En verdad estamos todos bastante tocados pero este es el último esfuerzo, muchachos. Destrocemos a esos sucios legionarios y regresemos a la base sanos y salvos, prometo invitaros a unas buenas cervezas, joder!

Necesitaba infundirles ánimos. No podían flaquear ahora aunque temía por Johanssen, realmente estaba jodido y no dejaba de sangrar. Pero en la situación en la que estaban, en pleno vuelo y con tremendas sacudidas era imposible atenderle.

Justo al bajar del turbocóptero observó a cierta distancia una unidad enemiga que se les aproximaba. No habría tiempo de descansar.

Johanssen estaba bien jodido, pero aun así intentó ayudar al equipo hasta el final eliminando posiciones RPG y de ametralladora. El Teniente intentaba parchearlo, pero iban a necesitar algo más que eso para salir de ahí enteros.

- Teniente, nada que un par de parches no puedan solucionar. Je, diría que hay otros diez hijoputas extra desparramados por la zona. Pero no sé cuanto más puedo hacer...

Volver a tocar tierra y disparar acto seguido, ja. ¿Cual era la probabilidad? En esta nueva vida mas bien alta. - Piensa Lom

Tras tocas suelo e hincar rodilla, el soldado oye a Johanssen disparar. Lo normal sera dar cobertura al equipo mientras bajan del helicóptero. De forma instintiva, saca su arma para disparar. 

- 9 menos. Bajar con cuidado, todavía quedan enemigos en la zona ¿Indicaciones Obsidiano? - Grita Lombardi con la rodilla en tierra, apuntando al horizonte, mientras espera al resto del equipo.

Maldito turbocoptero deja de moverte, se dijo Rudin a sí mismo mientras los casquillas y la sangre llenaban el piso de este. A pesar de estar casi muriéndose Johanssen no se detenía ni tenía intensiones de hacerlo mientras el Teniente intentaba parchearlo.

Rudin cambio el cargador y procedió a disparar de nuevo, cada vez quedaban menos imperiales en el suelo, pero el turbocoptero solo atraía más el fuego de estos.

El ruido del turbocostero, me levanto y veo como sucede el tiroteo, igual que en deflik IV, recuerdo la voz del teniente gritar, mis amigos de la infancia, Castor y Graco, disparan con su fusil de asalto, de repente, Graco cae con un potente grito, todos me gritan que dispare, pero Castor es el siguiente en caer, con mis amigos muertos, no dudó en sobreponerme, pero no solo disparo, sino que también salto, y corro hacia el enemigo, me doy cuenta de que no llevo munición, pero si granadas y con mi último cargador rompí su formación, "ahora o nunca, por Castor y Graco", cargo hacia el enemigo.