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La Batalla por Nuevo Crisol

Misión 3: La Batalla por Nuevo Crisol

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19/07/2018, 01:28
Director

A pesar de la férrea defensa de los marines, el enemigo estaba a punto de arrollar todas las posiciones y entrar en el perímetro de la base. A pesar de que caían a docenas, su número era demasiado elevado, y el de los federales demasiado escaso. Los valientes intentos de los defensores se quedaban en nada al ser abrumados por la potencia de fuego desplegada por el Imperio, decidido a barrer todo rastro de otra presencia que no fuera la suya en persona.

Pero aquello no quería decir que los marines perdieran el ánimo, ni por un momento. Seguían combatiendo hasta el final, haciendo pagar caro al enemigo cada paso que ganaba. La derrota parecía inminente, de modo que si había que morir, que al menos fuera llevándose la mayor cantidad de cabrones posible. Johanssen encabezó una carga desesperada con las últimas unidades que quedaban, gritando a pleno pulmón y devolviendo el golpe a los legionarios, que sorprendidos por tal acto suicida, estuvieron desconcertados y sorprendidos en los primeros momentos.

La última carga, sería como se conocería aquel acto tan heroico como fútil. A pesar de cayeron tres legionarios por cada marine, al final estos fueron sobrepasados. La mayoría murieron, como el soldado Lombardi, apodado cariñosamente "Piñata Lom", un sobrenombre que le vino demasiado al pelo, pues acabó reventando en pedazos al ser alcanzado de pleno por el proyectil de un cañón electromagnético. También cayó el Coronel Quaritch, sangrando por una docena de heridas, con un brazo casi arrancado y las tripas apenas sujetándose en su interior. En ningún momento dejó de disparar su ametralladora con el brazo sano, ni tampoco dejó de gritar y reírse como un poseso, segando fila tras fila de imperiales hasta que un escuadrón completo llegó a él desde atrás y puso fin a su vida a base de martillazos.

La base fue tomada, el General Castellanos y los pocos marines supervivientes hechos prisioneros. A pesar de que la 3ª División todavía contaba con dos Regimientos casi completos en el planeta, sin un lugar en el que guarnecerse ni aprovisionarse, la campaña estaba abocada al fracaso. El Imperio iba a conseguir la victoria en Nuevo Crisol, haciéndose con su primera colonia en el espacio, lo que le permitiría, a la larga, rivalizar con el poderío de la Federación, que tras aquella derrota probalemente se viera plagada de problemas internos. Eran pensamientos que pasaban por la mente de los desanimados marines, cuando no los comentaban en voz alta. Sin embargo, algo habría de cambiarlo todo.

Notas de juego

[Peligro de Batalla 0; Peligro restante de Misión 0]

Fin de la Misión

  Estado Armadura Droga Muertes CC CD LD
Bryant Hecho un desastre   X     X  
Johanssen Sano     9   X  
Rudin Hecho un desastre     17   X  
Lombardi Hecho un desastre         X  
Augusto Sano     3   X  
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19/07/2018, 01:52
Director

Epílogo

Al final, la Batalla por Nuevo Crisol no se decidió en tierra, sino en el espacio. Al tiempo que la XV legión tomaba a sangre y fuego la Base de Operaciones de los marines, la 2ª Flota de la Federación se enfrentaba a su contraparte imperial. Aunque la Armada Imperial se había retirado tras un breve enfrentamiento al comienzo de la campaña, ahora atacó con todo su poder, jugándoselo todo a una carta tanto en órbita como en la superfície. Y aunque en tierra la agresiva táctica tuvo efecto... la superior tecnología y experiencia naval de la Federación logró que solo tres naves imperiales sobrevivieran al conflicto, siendo capturadas poco después.

Con toda su flota completamente perdida, imposibilitanto cualquier tipo de refuerzo o protección frente a otras naves a sus tropas de tierra, y seis mil marines todavía rondando por la superfície, dispuestos a dar guerra, el Imperio no tuvo otra que firmar la paz. En dos semanas se llegó a un acuerdo: la liberación de todos los prisioneros, y el traslado de todas las fuerzas imperiales a su territorio. El planeta pasaría a control de la Federación. La alternativa, un bombardeo incesante sobre los legionarios contra el que no tenían manera de protegerse, unas bajas y una mala propaganda que el Imperio no podía permitirse.

De modo que, cuando llegaron las noticias, y los marines capturados se vieron libres de nuevo y entre los suyos, mientras que los legionarios eran forzados a deshacerse de sus armas y a embarcar en trasportes federales, modificados para parecer prisiones masivas, que los llevarían hasta su hogar, los vítores y jubilos de los que habían participado en la campaña y sobrevivido se alzaron en el aire.

Por su excelente desempeño en batalla, al pelotón de Bryant, del que solo quedaban Johansse, Augusto, Rudin y el propio Bryant, se les concedió el honor de plantar la bandera de la Federación sobre el planeta, en el lugar donde con el tiempo se alzaría un gran monumento conmemorando la victoria y recordando a los caídos.

Fin de la Partida