Partida Rol por web

Se posiciono a cierta distancia del nido, incendio ambas flechas, y se dispuso a dispararlas para destruir el nido y a sus habitantes, tenían que terminar el trabajo bien, cuanto mas profundas llegasen las flechas mejor, era consciente de que podrían salir algunas a por él, pero era el único que estaba casi intacto, tenia que ser él, después de todo era el único arquero.

Aguardó unos instantes más para reunir algunas fuerzas y finalmente levantó a Lydon. Para su suerte el ladrón apenas pesaba, así que incluso con el veneno en su cuerpo Madelia fue capaz de moverse, aunque eso sí, lentamente y cuidando cada uno de sus pasos para no dejar caer por error al mediano.

Mientras avanzaba la hermana vio cómo Tandas se estaba preparando para lanzar sus flechas incendiarias hacia el nido. También logró distinguir desde lejos a las pequeñas arañas, sin embargo ni siquiera entonces sintió compasión por ellas; desde su perspectiva esas criaturitas estaban destinadas a volverse monstruos como las que los habían dejado tan débiles y peor aún, seguramente continuarían siendo una amenaza para Farton si nadie las detenía. Los enemigos del orden y de la paz debían ser eliminados sin importar la edad, ese principio se grabó a fuego en su alma durante la estadía en el convento de la orden.

Madelina rezó por la buena puntería del arquero, por su seguridad y porque mantuviera sus fuerzas, ya que necesitaría ayuda para llevar a Magni y tanto Timel como Brom parecían estar esforzándose con lo suyo. La pelirroja siguió moviéndose en dirección al enano paralizado.

Tímel daría una mano a Madelina o a Brom para transportar a los heridos y terminar de irnos de este bosque maldito.

me siento ligero... como si volara... ¿o acaso es un ángel que me transporta?

Aunque su cuerpo estuviera inmovilizado por el veneno, la mente de Lydon "el Poeta" seguía despierta...

Magni y Lydon están paralizados, pueden escuchar y ver a sus compañeros, pero ni tan siquiera pueden hablar, el veneno de las arañas ha paralizado sus cuerpos por completo.

Madelina comienza a llevarse a Lydon, el mediano no es muy pesado, pero la clérigo se mueve más despacio y con cuidado de no lastimarle. Mientras que Timel y Brom se acercan hasta la posición donde yace Magni, y le agarran para comenzar a llevárselo de allí. Tienen que regresar a la posada, tienen a dos compañeros paralizados y todos excepto Tandas, se encuentran afectados por el veneno de las arañas, que hacen sus movimientos más lentos y difíciles.

Tandas dispara las dos flechas que ha encendido y pega fuego al gran nido. Este arde rápidamente, acabando con muchas de las pequeñas arañas que allí había. Otras huyen hacia diferentes zonas del bosque, perdiéndose en la espesura. Pero un grupo ataca al arquero, mordiéndole, lo que le ocasiona varias pequeñas heridas. Las aparta como puede, matando a muchas de ellas, mientras que el resto se pierden en el bosque.

Vuestro turno.

Mientras cojo dos ramas gruesas y ato sobre ellas mi manta, par hacer unas parihuelas, veo como Tandas prende fuego a algo que hay al final del claro. Supongo que son los nidos de las arañas, donde tienen a la descendencia. Me afano a conciencia en mi trabajo, dado que tiene que soportar el enorme peso del barrigón de Magni.

-"Madelina, haz lo mismo que yo y fabrica otras parihuelas para Lydon. Él no es tan pesado como este orondo enano, pero así se le podrá transportar con más facilidad. Después, entre los cuatro, los llevaremos de vuelta a la posada. Aquí ya no tenemos nada que hacer y no estamos en condiciones para investigar o avanzar en nuestras pesquisas." Le dije.

Una vez terminadas las parihuelas, las pondría al lado del enano y le empujaría encima. Después le diría a Tandas que me ayudara a auparle y empezar el camino de vuelta a Farton.

Magni percibe como sus compañeros se acercan hasta él por lo que intuye que todo ha terminado. Aún no puede moverse y quizá le tome días recuperarse, y cuando lo hiciera volvería a aquel bosque a cobrar venganza.

La elfa se ríe, primero una sonrisa que casi desapercibida se dibuja en la comisura de sus labios, luego un siseo que termina en una carcajada risueña.

Da algunas palmadas en la barriga de Magni, aunque inmóvil casi podía adivinar las pupilas del enano moverse cuando se acercaron.

-Ánimos precioso que nos vamos de regreso a la posada.

Ayudaría en lo que pudiera en la preparación del transporte, llevando algo del equipo o sujetando lo necesario. Claro que sí Tandas echaba una mano con el pesado enano ella iría a con Madelina para transportar al mediano.

Guardo su arco, soltó aire por la boca viendo como ardía el nido -Se acabo, ahora tendrán que limpiar este bosque de telarañas, pero ya no serán atacados- se volvió hacia sus compañeros y fue hacia Brom -Es hora de irse, te ayudare ocn Magni, parece pesado- miro a las chicas -¿podréis con el pequeño?- sonrió, sabia que podrían de sobra, el pequeño era peso pluma.

A Madelina le pareció ver un brillo inusual en los ojos del mediano mientras avanzaba con él, algo que le sorprendió bastante debido a que lo creía demasiado afectado por la parálisis, ¿acaso el alma de Lydon había sido alcanzada por la Luz Divina y ahora se regocijaba en consecuencia? Convencida de ello la pelirroja le sonrió al bribón. Pese a todo aquel había sido un día bueno para la fe.

—Ya vamos de salida, todo estará bien —también le murmuró.

Tras unos cuantos pasos Brom hizo una sugerencia que la hermana no había pensado ya que nunca tuvo que cargar a alguien antes. —Tienes razón, y creo que de paso así irá más cómodo —observó. Ambos saldrían ganando.

No mucho después escuchó a Tandas llegar y suspiró aliviada de que siguiera con suficientes ánimos para bromear —Somos fuertes, ¿verdad Timel? —así que respondió. Cuando la elfa se acercó, Madelina se movió para poder encontrar un punto donde ambas pudieran estar cómodas sin a la vez molestar mucho a Lydon. Quizás sin el veneno en su interior podría haberlo cargado ella sola todo el camino, pero ahora realmente no podían arriesgarse, además así podrían volver más rápido para tratar las heridas de todos…

ligero como una pluma... pero inmóvil como una estatua... oh, mi dulce diosa ¿cómo permites que tu siervo sufra esta maldición?

Tras un duro camino, no exento de problemas, aun más al tener que llevar a dos de vuestros compañeros debido a su parálisis. Al filo de la noche, alcanzáis los lindes del bosque y pronto salís a las afueras del pueblo. Aunque no hay mucha gente por las calles, menos aun estando anocheciendo, algunos vecinos os ayudan, lo que agradecéis, ya que hay un buen tramo hasta la posada del alcalde.

Donde sois recibidos como héroes, los paralizados son llevados a sus habitaciones, el resto tras cenar os retiráis agotados a descansar. Pasan un par de días antes de que Magni y Lydon puedan levantarse de sus camas. Que al resto también os vienen muy bien para recuperaros de las heridas recibidas. Con los cuidados de Madelina y Timel, todos estáis totalmente recuperados, bien alimentados y descansados, tras tres días en la posada.

El pago que era de 200 monedas de oro, os lo han aumentado un poco hasta las 240 monedas de oro, de tal forma que os tocan a 40 monedas para cada uno.

Y habéis terminado la primera de las tareas, aunque al parecer era la más sencilla, no lo ha sido en absoluto, y habéis estado muy cerca de perecer en el intento.

Vuestro turno.

Después de mucho esfuerzo, al fin llegamos a la posada. El maldito Magni debía de bajar de peso de inmediato, ¡no iba a cargar con él de nuevo! Estábamos todos heridos y bajos de moral, por lo que descansar unos días nos vendría de perlas. A tenor de lo visto, debíamos de tener una buena charla antes de proseguir con la limpieza del bosque de Farton. Pero lo primero era lo primero: dejar a los paralizados en sus habitaciones, mientras Madelina y Timel se ocupaban de ellos, y yo me emborrachaba en el bar. ¡Me pasaría los tres días así!

En uno de ellos, cuando estábamos ya los seis comiendo algo en la sala comunal, me decidí a hablarles:

-"Bien, creo que es el momento de la charla. Ya estáis más o menos recuperados y podré daros voces sin que os mareéis por el ruido. ¿Pero en qué narices estabais pensando durante el combate? ¡No hemos muerto de milagro! Hay que conjuntarse bien a la hora de un combate y ninguno ha sabido hacerlo: Madelina lanzó su Bendición cuando ya estábamos casi paralizados y muertos, en vez de echarlo nada más comenzar; Tandas disparaba a varias arañas, en vez de concentrar los disparos sobre una sola, para acabar con ella cuanto antes; Magni rompió la formación, dejando la vanguardia desprotegida; y un largo etcétera... ¡Eso se va a acabar! A partir de ahora os daré nociones de combate enano, para que mi culo peludo no vuelva a besar la hierba otra vez, y todo porque no sabéis luchar. ¡Hummm! Haré de vosotras y vosotros unos buenos guerreros. ¡Como me llamo Brom, que lo haré! ¡Hummm!" Refunfuñé, con la cara colorada por el cabreo que iba in crescendo.

Ya recuperado completamente Magni acepta de manera humilde el jalón de orejas que pega el molesto Piedrarota y se disculpa por poner en peligro la misión y en especial la vida de los demás.

—Lo primero que debo hacer pedir disculpas por ponerlos en peligro gracias a que emocionado por la victoria del puerto no medí el peligro que suponía un grupo numeroso de arácnidos gigantes. En el futuro no tomaré decisión alguna sin antes contar con el aval de la compañía.

—Por otro lado agradecer que lograran vencer a las arañas y mantenerme con vida mientras estuve paralizado. Les debo mi vida y de ahora en adelante esta les pertenece.

El joven enano toma asiento y espera las nuevas directrices, pues aún empezaban los trabajos para aquel desdichado poblado.

Menuda resaca... pensó Lydon cuando por fin pudo levantarse de la cama una vez que el veneno poco a poco fue abandonando su cuerpo. Tras un par de días, el mediano recuperó su vitalidad y buen humor habitual y, lo que es más importante, el apetito.

- Eh, eh... tranquilo Bromm. ¡Que te van a salir canas en la barba si no vives con más tranquilidad! - respondió después de que su compañero enano soltase toda la furia que llevaba acumulada dentro.

Luego de volver del bosque Madelina repartió sus horas entre recuperarse ella misma y atender a los más heridos con la invaluable ayuda de Timel. Quien creyera que el trabajo de los sanadores era fácil era porque nunca había estado de ese lado, sin embargo la pelirroja lo hacía con gusto y devoción pues ella misma eligió dedicar su vida a eso, además, debido a lo que aprendió en sus días como novicia tampoco estaba muy de acuerdo en entregarse a los excesos y por lo mismo no tenía tentaciones que la alejaran de lo que había ido a hacer allí.

Ya cuando pudieron todos reunirse de nuevo la hermana se sintió aliviada de ver que el tratamiento había servido. Magni y Lydon eran duros, eso se los debía reconocer, pero ciertamente las cosas en el campo de batalla podrían haber salido de forma distinta. Brom fue el primero en señalarlo a viva voz.

—Tiene razón —luego de tomar un sorbo de su taza con agua Madelina respondió al enano. La experiencia del mismo no era algo para tener en duda —Sin embargo no olvide mencionar al escudo que se quedó tozudamente plantado en su lugar antes incluso de que le afectara el veneno o las arañas nos alcanzaran… —pero también quiso puntualizar. —Lo que digo es que imperó el caos de diferentes formas de proceder, de diferentes prioridades, y en general pudimos tener mayor coordinación, todos —volvió a señalar con firmeza pero sin perder los modales.

—Y por lo mismo lo más importante es aprender a comunicarnos entre nosotros en todo momento, confiar y concentrarnos en lo que somos buenos, dejando que cada quien haga la parte para la que sirven sus habilidades, pero pensando en el resto no como en un séquito personal sino como iguales… o esto volverá a pasar hasta que nos maten. Todos estamos aquí para trabajar por la gente de Farton, eso es lo más importante.

—Dicho eso, yo también quiero disculparme por no haber llegado a tiempo a los más heridos. En ese momento solo pensaba en mantener de pie a los que seguían luchando, pero de no ser por el señor Tandas y su puntería yo también habría terminado sucumbiendo al veneno, incapaz de hacer otra cosa. Contar con la ayuda de la señorita Timel a la hora de curar también fue una bendición —reconoció sin reparos.

Como no estaba buscando pelea Madelina guardó silencio luego de su intervención. No se creía alguien con la autoridad de intentar disciplinar al grupo, pero tampoco quería que quedaran incompletos los puntos que debían refinarse.

Las voces de Magni y de Lydon ayudaron a relajar el ambiente al menos desde la perspectiva de la pelirroja.

Estuvo bastante tranquilo mientras los demás se recuperaban (raro en él), él se recupero muy pronto, alguna herida, pero nada grave, más bien el cansancio, eso si, cogió con ganas la cama y después de un apurado aseo bajo finalmente de su habitación. Sonrió ampliamente al verlos a todos bien -Pequeño escurridizo- dijo a Lydon -Lydon más veloz que la muerte- y le guiño. Luego miro al enano (Magni) y le palmeo la espalda -Me alegra ver que te mueves amigo- miro a las chicas, y alzo ambas cejas, varias veces mirando a Madelina y se sentó, luego miro esta vez, serio a Brom -creo que todos tuvimos culpa, así que tu tampoco te libras amigo, tu y Magni sois la primera línea y fallasteis en eso, aun así no busco culpables, ni voy a crucificar a nadie por sus actos, lo importante es que salimos y que salimos todos, no todo el mundo puede decir eso- dijo refiriéndose a los anteriores aventureros -y no te lo tomes a mal, igual soy un humano y obviamente tengo menos años que tu, pero fui instruido desde muy joven y no voy a dejar que se ponga en duda, si dispare a varias en vez de centrarme en una, fue para salvar a quien más lo necesitaba en ese momento- nada de lo que dijo lo dijo a malas, ni enfadado, simplemente quería que el enano entendiese su posición, que igual no fue la correcta, pero fue lo que mejor le pareció en ese momento -Igualmente, por supuesto, esto no puede volver a pasar, los orcos son harina de otro costal, no les valdrá con dejarnos "paralizados"-

Una vez las fuerzas vuelven a vuestros cuerpos, os recrimináis unos a otros la poca coordinación en este vuestro primer combate juntos. La posadera, mujer de bien, que se preocupa por vuestro bienestar y que no os falte de nada durante vuestra estancia, se acerca preocupada. Y os sirve unos pastelitos calientes de bizcocho y chocolate, y unos vasos de leche.

-No discutan ustedes, haber si van a caer enfermos, que aun se están recuperando de la gran proeza de librarnos de esas molestas arañas. Les he traído algo para que coman un poco mientras conversan.- Con aquella mujer, estáis todos en serio riesgo de terminar con muchos kilos de más, como no tengáis un poco de cuidado. Tiene muy buena mano en la cocina, y siempre esta dispuesta a sacaros algunos de sus exquisitos platos.

Un rato más tarde llega el alcalde, que se pone a merendar con vosotros, tras pediros permiso para sentarse a vuestra mesa. Tras un rato de conversaciones triviales, os dice. -Como me temía, los orcos han vuelto a destruir lo poco que se había salvado del embarcadero, seguro que han dejado trampas y algo más. No tiene sentido hacer ningún esfuerzo allí, hasta lograr acabar con esos malditos.- Os mira a todos un momento, y luego continua. 

-Estos orcos podrían ser un enemigo terrible, es mejor que vayan ustedes con mucho cuidado. Ya les estamos muy agradecidos por haber acabado con las arañas, pero aun quedan las dos peores amenazas para este pobre pueblo, y hasta que no sean eliminadas, todos estamos en peligro.-Luego, tras hablar otro rato, se levanta y se dirige a continuar con sus muchas tareas, de alcalde y de posadero.