Partida Rol por web

Durante el viaje de vuelta al gremio,los aventureros han decidido descansar en un poblado cercano a las montañas de Kardhû. Después de que  el posadero el atendiese como es debido y  la mesa fue dipuesta,  los aventureros se dispusieron a planear su viaje.

Aunque la noche ho había caido todavia, el frio de las montañas  se notaba en el ambiente. Un pobre fuego, avivado constantemente por un jovenzuelo , conseguia a ratos  hacer olvidar el gélido tacto de la nieve. En la posada, pocos eran los que  disfrutaban de un descanso. El posadero, un tipo barrigon calvo y un gran mostacho se dedicaba a limpiar las jarras y a colocar barriles. Un joven elfo, sentado  lo mas cerca posible a la chimenea, rubricaba varios pergaminos,mientras ojeaba algunos  pesados tomos de lomos oscuros. El jovenzuelo con el atizador, se separaba lo justo para  degustar los bollos dulces que, una joven pelirroja con  la piel blanca cubierta de pecas, preparaba en la cocina...

Los aventureros habian visto como uno de sus camaradas, el tiflin llamado Mahel, recibía una misiva especial  de manos de un  elfo. Dicho elfo  se presentó como un integrante mas del gremio  de la espada y la vara, y argumentó que los altos cargos del mismo habían encargado la misión de sustituir al tiflin.

La cara del tiflin tras leer la carta, se entristeció. Acostumbrados a una sonrisa de oreja a oreja y a chascarillos, los aventureros entendieron la trágica noticia que portaba la misiva.

Esa misma noche, el tiflin  partió a su reino natal mientras el elfo  se presentaba como es debido y el resto de aventureros le informaba  de la misión que tenian entre manos.....

Luego de haber "despedido" al tiflin miro al grupo de aventureros con una sonrisa en los labios y hago una leve reverencia ante ellos.

- Mi nombre es Itzala, soy un Bardo por profesión y porque es mi destino. Ustedes tendrán la enorme suerte de continuar su misión conmigo. Mi misión es salvarles el trasero cada vez que lo necesiten y por eso es lógico que el gremio me haya enviado a mi a suplantar a ese tiflin. Deben ponerme al tanto de la misión que llevaremos a cabo, no deben omitir detalles, los Bardos disfrutamos de los buenos relatos.

La presentación del elfo no causó ningún tipo de efecto en el mago oscuro, quien no se digno a levantar los ojos de su libro de hechizos, la única respuesta que obtuvo el nuevo acompañante fue el sonido que hacia al pasar las páginas.

Aquel contacto tan cercano a la muerte tras su última misión había cambiado al shadar-kai, no solo era su carácter sino que también sus conjuros parecían haberse moldeado acorde a sus retorcido ser. Sin embargo había algo que no cambiaria por mucho que pasara y eso era malgastar su tiempo de estudio en cháchara innecesaria.

Estos últimos días Isabella no había abierto mucho su boca. Era una alegría la recompensa por golpear a ese enano viejo, pero a parte de esas moneda no habían sacado nada de valor. Se sentía como... una vulgar asalariada.

La posada no mejoraba su humor. Estaba vieja, polvorienta y era cutre. Ella se merecía paredes de mármol, ostentosas hogueras que obligaban a los presentes a abrir las ventanas en las noches de invierno y delicados manjares, tan atiborrados de especias que nadie era capaz de adivinar qué tipo de carne estaba consumiendo.

Pero la aparición del elfo podría cambiarle los ánimos. ¡Y además era bardo!
-Sed bienvenido, caballero Itzala, a nuestro cometido. Sabed que buscamos liberar el mundo de un mal horrendo (y ya de paso a ver qué rascamos), pero sentaros y comed algo... ¡No! Algo mejor, Sentaos y cantad algo

Uriel se despidió de Mahel, esperaba volver a verlo algún día y así lo expreso. Mientras realizaban las presentaciones con aquel elfo tan orgulloso.

- Soy Uriel, Mago de la Espada. – Por primera vez desde alcanzar aquel lugar se desplazó la capucha hacia atrás. A pesar de ello miro al elfo. – Parece que ahora nos apoyaras en nombre de Mahel y el Gremio, esperemos ver si estas a la altura. – No le agradaba la actitud de este y aún menos que hubieran hecho volver a Mahel, aunque comprendía los motivos personales de este.

¡No! Algo mejor, Sentaos y cantad algo

- Sólo toco para quienes me pagan, no soy el payaso de la corte. Soy un artista. 

esperemos ver si estas a la altura.

- Espero que ustedes estén a la altura. 

Diciendo esto tomo asiento y comienzo a tomar algunos bocados de comida.

- ¿Cuánto tiempo deberemos permanecer aquí? - pregunto en general, sin hablar con nadie en particular.

La drow se despidió de su compañero, deseandole lo mejor y al presentar al que seria su sustituto no le costo demasiado captar su forma de ser.

-Yo soy Nhyria, Nhyria Rayne ¿De donde decís que sois Itzala? Debe ser un curioso lugar en el que las costumbres están invertidas y es el nuevo el que exige respeto al grupo que se une y no al revés, como suele ser en el resto de lugares.

Sin mas, dirigió la mirada hacia sus compañeros dejando al nuevo elfo a sus espaldas con toda la intención.

-Compañeros, debemos continuar debatiendo la tarea que nos ocupa, debemos llegar a Crall... ¿Tal vez el posadero tenga un mapa de la zona o pueda darnos información?

Justo en el momento en que la drow pronunciaba sus palabras, el tabernero  se habia acercado para atender al recien llegado.  Al llegar a la altura de  la mesa donde los aventureros se deleitaban con las frugales viandas que habia servido anteriormente, el Tabernero  habló:

- Buenas tardes ,viajero,¿ desea refrescar su gaznate con alguna bebida? ¿ O prefiere saborear las carnes en sazón tan caracteristicas de la zona?- señaló a los aventureros sin apartar la vista del elfo.- Veo que vuesa merced forma parte de tan distinguido grupo de aventureros.... Si asi lo deseais, puedo ofreceros lo mismo que ellos.-

Dicho esto, el tabernero dejo que su mirada se clavase en la de la drow. La expresión de su cara imploraba cautela en las ultimas palabras de la drow.......

 ¿De donde decís que sois Itzala?

- Soy de todas partes... y de ningún lado. Fui criado por un grupo de Comerciantes del Arte, nómadas que viajan en caravana de un sitio a otro, verdaderos artistas diestros en las habilidades más extrañas que podrían imaginar.

En ese momento llega el tabernero a ofrecer comida.

- Por mi está bien, puede traerme lo que guste siempre y cuando sea sabroso.

Vuelvo a dirigirme a la drow:

- ¿A dónde dice que debemos llegar? Agredecería que me pongan un poco más al corriente de los asuntos que nos incumben a todos. Sean dignos o no, se me contrató para un trabajo que pienso cumplir.

Lentamente, mientras el tabernero  se volvía a su cocina en busca de un nuevo refrigerio para el recien llegado; el joven elfo que se escondia entre libros y pergaminos en la mesa cercana a la chimenea se acerco a los aventureros. Con cierta cautela interrumpio la conversación con un dulce y suave hilo de voz:

- Anha Velore, aventureros, no he podido evitar oir vuestra conversación acerca de...- miró a ambos lados de la mesa,escrutando por si alguien mas estaba escuchando:-... Crall...- Susurró entre los aventureros.

- Entiendo que sois de tierras lejanas  y no sabeis las costumbres de por aqui,mas..- sonrio pesadamente:- Crall no es un asunto que se pueda hablar a la ligera.- Señaló al tabernero y a varios de los alli congregados.-... esta gente teme las represalias de aquela quien buscais, hace mucho tiempo que este pueblo sufrió el poder de ese ser...Ahora las malas lenguas aseguran que ha regresado de entre los muertos.... por eso os sugiero que midáis vuestras palabras.-

Por primera vez en un buen rato el shadar-kai levantó los ojos de su manuscrito y rompió su silencio.

-Ilustradnos pues, señor. -Espetó el mago a la vez que cerraba su libro. -Cada cual aquí tiene sus motivaciones para encontrarlo, decidnos pues porque no deberíamos seguir, siendo que cualquier cosa que hagamos en contra de "él" favorece a este miserable pueblo.

Se notaba que el elfo era rápido para expresar las palabras, pero lento para entenderlas, pues bien poco le importaba a Nhyria de donde fuese mas que para hacer su juego de palabras. De todas maneras la drow seguía decidida a no parlamentar mas de lo necesario con el, mientras no mejorase sus modales. Por lo que ignoro de nuevo la pregunta y presto atención a la nueva aparición.

-Doy fe que a regresado, o al menos alguien que utiliza ese mismo nombre, lo vimos cara a cara unos días atrás y nos desafió a que lo encontrásemos de nuevo, por ello necesitamos toda la ayuda posible.

El mago elfo aceptó de buena gana las palabras de ambos conjuradores ,presentes en el  grupo de aventureros. Asintió a las palabras del shadar-kai y miro con cierta indiferencia a la drow cuando esta habló.

-  No seré yo quien os impida continuar con vuestra alocada gesta, aventureros. Aunque puedo ofreceros algo de conocimiento en relación a vuestro cometido. -Volvió a mirar por encima del hombro en busca de oidos indiscretos y continuó:-  Malas lenguas aseguran que aquel a quien buscais  ha regresado a sus antiguos aposentos ,en el interior del ponzoñoso barrizal que tiene por nombre el pantano de la locura.- encogió sus hombros:- desconozco el porque del nombre,aunque se de buena tinta,que los lugareños le tienen un terrible respeto.-

El elfo cerró sus labios y gesticuló  con una de sus manos ,ofreciendo información a cambio de unos pingües beneficios para su persona...

El mago se mezo la barba, algo recordaba de aquel nombre. En ocasiones, cuando aún era discípulo, Akvahn ojeaba los libros de magia avanza de su mentor. En aquel entonces las complejas fórmulas resultaban incomprensibles para un iniciado, pero en su lugar aprovechó para devorar la información de los libros de historia cada vez que limpiaba el despacho del archimago.

-¿Quien nos garantiza que lo que vayáis a decir sea cierto? O puede que digáis algo que ya sabíamos. Compartid primero lo que sabéis y quizás después le demos un valor monetario.

¡Al fin parecía que tenían algo de suerte! Isabella no tenía ni la más remota idea de cómo tropezarse con ese Crall (¿o era esa?), y de repente viene una elfa hablando del Pantano de la Locura.
Claro que no tenían ni las más remota idea de dónde se encuentra tal lugar ni cómo acabar con ese bicho... La última vez no estuvieron muy brillantes.

-Perdonad nuestra falta de tacto, a veces no somos conscientes de que no estamos en casa... Pero parece que vos os sabéis mover por estos lares. ¿Sería mucho pedir que nos indiquéis dóndo podríamos hallar un guía? Uno que no le tenga miedo al pantano ese, claro.

Quizás el nombre de Crall no ayudase a convencer al guía, pero tenían a su favor una bolsa llena de monedas y al nuevo llegado, Itzala. Seguro que con su don de gentes podría convencer a cualquiera... Y si se trata de evitar acabar de barro hasta los codos, seguro que el bardo le pone esmero.

El elfo observó con cierto desprecio al shadar-kai cuando este  le espetó sus preguntas.Se disponñia a responderle con la misma moneda cuando  la suave voz de la humana apaciguó el animo del elfo. Con coerta sonrisa en el rostro, el elfo,habló:

- Mago...- comenzó con cierto tono arisco:- ...Puedo jurar por los dioses que lo que mis educadas palabras intentan advertiros es cierto, mas ; como persona necesitada que soy, no seré tan estupido de ofrecer gratis mis conocimientos.- su rostro se inclinó hacia la muer humana y con un tono mucho mas amable,respondió:

- Mi señora, cualquiera de los habitantes de este pequeño pueblo sería un perfecto guia para adentraros en ese pantano, mas creo que ninguno esté tan loco  o desesperado como para acceder a guiaros.-

El elfo enmudeció durante unos segundos mientras escrutaba con detenimiento a los aventureros, finalmente  explicó:

- Si teneis a bien  a contratar mis servicios de cartógrafo puedo  ofreceros mapas de la zona, lo suficientemente detallados como para que cualquiera pueda interpretarlos...-

Uriel se quedo observando al mago que se había presentado ante ellos.

- Perdonad mi indiscreción Maese. Pero que os hace a vos ser tan diferente de los demás. – Comento el Espadachín Arcano. - Si es cierto que los lugareños respetan el nombre de quien ya sabéis, sobre todo le temen, ¿Por qué vos no? – Pregunto mientras miraba con fijeza a este personaje que se había acercado a ellos.

La curiosidad marcaba las palabras del Arcanista, mas sobre todo tenía unas dudas sobre el lugar que debían seguir para alcanzar a aquel que había acabado con el enano.

El elfo giró su rostro para pntestar a las preguntas realizadas por el espadachín. Un rostro afable se cruzó con la mirada de este ultimo mientras respondía:

- Por suerte o desgracia, aventurero; yo soy un viajero no muy distinto de vosotros. En lugar de buscar riquezas y aventuras, mi búsqueda se centra en el afán de conocimiento. de ahi que sepa  bastante del tema que nos atañe.- sonrió:

- Durante mis viajes me he topado con un millar de leyendas semejantes a esta que os relato.- gesticuló   con sus manos  como si quisiera restarle importancia:-  Lugares impios, cuevas donde yacen dragones y demás habladurias sobre criaturas de ultratumba..todo ello ha sido recogido por mi humilde persona en varios tomos. Así como la leyenda de Crall,que parece ser cierta...-

-...para después vender ese conocimiento. -Añadió el shadar-kai después del mago, sin importar demasiado el poco tacto. -Puesto que no vais a parar de hablar hasta que lo preguntemos... ¿Cual es vuestro precio?

Nhyria volvió a tomar la iniciativa en la conversación, pues ya conocía lo suficiente a su compañero Akvahn, como para saber que sus comentarios no harían mas que aumentar el precio de la información y buscar problemas.

-Lo que el buen mago quiere decir, aunque no lo parezca -Dijo mirando de reojo al Shadar-kai- es que es de agradecer que haya gente que se preocupe de ese tipo de estudios, y por supuesto merecéis ser compensado por ello. Mas mi buen elfo, espero seáis compresivo con el precio, somos un grupo de aventureros al que mueve librar de ese mal a la zona, no unos mecenas. Que mas quisiéramos.