Partida Rol por web

Me percato de que la reacción de la honorable dama es casi de alivio tras lo sucedido. Parece casi complacida de la muerte de uno de los dos prisioneros y la confesión del otro. Se podría pensar que siente satisfacción con los progresos tras la declaración del preso, pero parece como si la situación en si misma le fuese favorable. Como si hubiese ganado. ¿Ganado el qué exactamente?

Sin variar la expresión de mi rostro, decido esperar a ver como se desarrollan los acontecimientos. A partir de ahí, una vez que salgamos de esta sala podremos ver que es lo que podemos hacer. Pero me resulta muy sospechosa la reacción de la dama.

Me mantuve callado ante el ir y venir de opiniones, tenía muchas dudas, sin embargo, una mala palabra acabaría con la confianza que habían depositado en mí.

Observé como uno atacaba al otro con la única parte del cuerpo que tenía libre. Eso era cuanto menos curioso, esta ciudad era de lo más pintoresca, algo que no me desagradaba judgando mi entrada a la sala con Thegren, con una cabeza en un saco incluida.

Todo aparentaba que quería confundirnos, ¿quien era el bueno y quien el malo?, quizá dijera la verdad, y su familia Le preocupaba. En cualquier caso la familia de un asesino no debía pagar por los daños, por muy cruel que sea. El deber de magistrados y protectores es, como su propio nombre indica proteger a los inocentes. Y la familia de ese chico no había hecho nada. Observé con curiosidad a la mujer magistrada que había tomado las riendas, parecía tener cabeza, aunque en mi interior daba por hecho que protegería a esas gentes por muchas amenazas que pusiera sobre la mesa. Si no sería una decepción. 

El chico acusado, y a este paso futuro cadáver dijo una serie de cosas que llamaron mi atención, dejando a un lado los pensamientos que me hacían evadirme, todo aquello me importaba poco, gente que ataca, magistrados que deben ser defendidos por otros. El hombre hablaba de la corrupción, así que en esta ciudad hay políticos y protectores Íntegros. Eran dos al menos, la chica que hablaba, Ammatam, y el extraño protector, Thegren. Se les veía Intenciones dignas. El resto habría que esperar para descubrirlo. Tenía todo un viaje ahora que el protector de mi clan me había dado su confianza. 

Con toda la información, simplemente esperé a ver como toda esta gente solventaba la situación. 

De repente Morome era dulzura y compasión, y el hombre desembuchaba, Ammatam se mantuvo en silencio escuchando, observando.

¿Tanto miedo tenía de Morome como para justificar ese salvajismo? ¿Sería Taramo un cabeza de turco u otro jugador de este juego? Merece una visita, como mínimo.

- Que suerte que ese hombre sea un necio y haga las cosas en persona. - Dijo Ammatam.

Alguien les pagaba, eso se podía investigar, sobre todo al de la espada si era un demonio con ella, tendría una reputación y saldría caro.

- Claro.... protegeremos a su hermano y su madre, vuestra verdad se debe equilibrar adecuadamente. - Le concedió.

Luego carraspeó.

- Senca, espero una respuesta. - Le recordó con amabilidad - Sentiros libre de decir no, no me ofenderá.

-Deno, creo que mañana visitaremos a Taramo. Voy a necesitar poder caminar -le dice con una sonrisa a la sanadora, la cual lo mira con icredulidad. -El resto os habéis comprometido a Kelda no podéis faltar a vuestra palabra, la situación emergente ha sido controlada gracias a la oportuna acción de los siempre ocultos Gatos. Gracias honorable. Y también a la colaboración de este estimulante ciudadano que parece determinado a acabar con todos los males del reino.

-Si ilustre, creo recordar que Hokelsa consiguió que sanaran de forma sorprendente a Onekal cuando sufrió heridas de semejante gravedad, voy a buscarlo, quizás puedan favorecer su recuperación. -dice Deno.

-No será necesario, confío en que con calmantes y vaso constrictores podré desplazarme lo poco que lo necesito.

-Parece entonces que todo vuelve a la normalidad, mandaré el comunicado de que mañana se reanuda la sesión a los mayordomos. -Morome se marcha de la sala.

No ha sido nada, solo hice lo que consideré que debía hacer para continuar con nuestra misión principal. A propósito, sé que cerrar completamente este embrollo es muy necesario pero... ¿Podemos dar comienzo de una vez por todas al cometido que recientemente se nos dio? -Al ver que la mujer se marcha de la sala me apresuro a llamar su atención con un grito. -¡Dama Morome!Espero haber sido de utilidad, confío en que puedan sacar la información necesaria a este criminal, espero su beneplácito para dar comienzo a nuestro viaje de inmediato.

Miré con calma a Ammatam, me caía bien esa mujer, era la que más estaba haciendo por descubrir la verdad, e incluso la única que había sacado una conclusión acerca de mi posible complicidad con el crimen, no era culpable, pero un puñado de personas que deben decidir el futuro y la seguridad de sus gentes habían dejado pasar que un ciudadano había participado en la muerte de un posible culpable. 

Ilustre magistrado, acepto sin dudar ser una espada a su servicio, sin embargo, no quiero favor ni gloria, y en la medida de lo posible me gustaría permanecer como simplemente eso, una espada a su servicio. Está visto que es peligroso formar parte de según qué estamentos, y mi fuerza puede ser usada para el bien común, pero no necesito fama, he vivido toda mi vida entre las gentes, y es donde mejor me desenvuelvo. 

Dicho esto, acepto y Le ofrezco mi protección, así como mi obediencia. Puede hacer uso de mi espada y los dones que los dioses me han otorgado para acabar o apresar a cuantos quieran romper el sistema en el que vivimos. 

Miré detenidamente al reo, me parece de oficio querer desentrañar mi posible o no asociación, entiendo las sospechas, simplemente podría pedir una referencia en mi ciudad al herrero, que corrobororará mi trabajo para él. 

Si es usted una mujer de acción, simplemente podrá ver con el tiempo mi verdadero rostro, y comprobar que mi único fin es sobrevivir en estos tiempos y ayudar al bien común tanto como sea posible. 

Estaba cediendo mi vida a posibles corruptos del sistema, sin embargo, ni Ganisuki ni Ammatam parecían ser ese tipo de personas, el primero me aceptó en un principio, ingenuo, pero con las razones que Le daban los resultados que tenía en la sala, Ammatam por su parte había tomado su posición e intentaba a toda costa saber la verdad. Quizá fueran este tipo de personas sobre los que el maestro hablaba. 

Ahora sólo queda decidir el destino del preso y así poder centrarnos en nuestros deberes mas próximos.

Le hago un gesto de aprobación a Deno, me gustaría marchar con el para poder apretar las clavijas al magistrado Táramo, pero al parecer mi camino no va en esa dirección.

Excelente Ammatam ¿Cómo le gustaría proceder?

Digo aún sujetando al atacante.

-El gato tiene fama de ser sutil y enigmático, pero ante mi tengo a un forestal que no tiene reparos de decir lo que se le pasa por la cabeza. Por mucho que desees partir ahora, no puedes, al menos no con autoridad para hacer lo que se ha pedido y a lo que te has comprometido, sin la celebración de la vista no posees la potestad para ello. Ve a descansar, hoy te has ganado un gran renombre, creo que es merecido el reposo - notáis que elige renombre y no fama, y es que Morome parece siempre lanzar besos envenenados, y el hecho de pasearse con la cabeza, aunque impactante no ha sido de su gusto.

Morome se va al fin.

-Es cierto, id a descansar, solo os pediré que llevéis de camino al prisionero a calabozo, por lo demás Dagio y yo nos ocuparemos del asunto. -dice Deno.

-Ammatam quédate un momento y dime tus impresiones por favor, prometo no robarte tiempo, solo quiero que emitas un juicio, sé que es precipitado e irresponsable, te doy mi palabra de que no me influenciará más allá del simple conocimiento. Pero maána partirás por la tarde y por la mañana estarás ocupada, no tendremos otra ocasión. -Dagio parece recobrar fuerzas por momentos, como si la perspectiva de estar más cerca de poner fin a este asunto le cerrase las heridas.

Senca al final se pronunció. Como esperaba no dijo que no. Escucho paciente y atenta sus palabras.

Ilustre magistrado, acepto sin dudar ser una espada a su servicio, sin embargo, no quiero favor ni gloria, y en la medida de lo posible me gustaría permanecer como simplemente eso, una espada a su servicio. Está visto que es peligroso formar parte de según qué estamentos, y mi fuerza puede ser usada para el bien común, pero no necesito fama, he vivido toda mi vida entre las gentes, y es donde mejor me desenvuelvo. 

Dicho esto, acepto y Le ofrezco mi protección, así como mi obediencia. Puede hacer uso de mi espada y los dones que los dioses me han otorgado para acabar o apresar a cuantos quieran romper el sistema en el que vivimos.

- Y yo me comprometo a no abusar de vuestro ofrecimiento,  y velar por vuestros intereses en tanto y cuando no interfieran con mis obligaciones. - Añadió en respuesta.

Luego escuchó la petición del magistrado y contestó con un leve asentimiento. Espero que los demás se fueran retirando.

Por supuesto, concluí a Ammatam, para después escuchar atentamente a Deno. 

Con su permiso, iré a descansar. ¿Dónde debería personarme mañana?, pregunté a Ammatam mientras caminaba despacio a la puerta, ahora estaba a su servicio, y estaba además bastante seguro que llevar al reo al calabozo no era una orden hacia mí. Salvo que las responsabilidades de trabajar para un magistrado así lo dijeran. 

Tras oír la respuesta, puse ritmo firme a la habitación del lugar que me habían dado para descansar la cabeza, había sido un día duro y suponía que mañana lo sería aún más si comenzaba ese viaje que habían planteado. 

Ammatam le dio las indicaciones de donde descansaban los enviados de la Nutria. Luego le hizo una reverencia al extraño hombre que acababa de acoger bajo su mando.

Luego se quedó con el magistrado tal como había solicitado.

Todos menos Ammatam salís de la habitación, Gaaru como protector del Loto, se ofrece a llevar al prisionero hasta el calabozo del palacio de justicia donde esperaría a su sentencia.

Todos volvéis (menos la magistrado) volvéis a vuestras respectivas residencias.

-Hoy ha sido un día inacabable, casi no puedo creer que la primera vez que nos hemos visto fue este mediodía en un restaurante. -dice Deno con la voz cansada, casi como una reflexión para sí mismo.

- Azares del destino, yo no me imaginaba acabar así el día. - Reconoció Ammatam sin saber a donde quería llegar. ¿La evaluaba acaso? - ¿Os habéis dado cuenta de la actitud de los actores que acabamos de ver, verdad?

-Eso es lo que quiero, oír sus impresiones, no me atrevo a decir las mías, no quiero contaminar su criterio. Mañana pondré fin a esto, o comienzo, no lo tengo claro. Pero ahora no nos van a sorprender. Insisto en no robaros más tiempo del necesario (una tos violenta se apodera de él y una sanguinante flema le cae en el regazo) Disculpad esta asquerosidad, maldita la hora. Pero me han atendido bien, yo no habría apostado nada por mí, y aquí me tienes... Te ruego me digas cuanto consideres oportuno.

Ammatam se movió por la habitación para alcanzarle una toalla o paño y un vaso de agua con los que lidiar con la tos y las flemas. Le sonrió con amabilidad indicandole que las excusas no eran necesarias.

- Empecemos por lo eviedente: El superviviente de los reos reaccionó a unas amenazas veladas en previsión de que su compañero cediera a mi oferta. Miente. La dama está complacido con ello, probablemente  nos lleve a un enemigo de la dama y no al perpetrador, pero si esta premisa es cierta, la dama sabe mas de lo que me dijo originalmente, pues ya sabía el nombre que iba a dar, eso implica una conexión. - Dijo

- Desconozco como de involucrada está la dama, pero es impensable que se mantenga al margen, aunque es pronto para ver en que lado está, sin duda todavía no tengo claros los bandos y si era cierto que no sabía nada hasta que usted habló antes(cosa que es irrelevante), debe estar moviéndose para posicionarse en el bando que mas le favorezca. Así que ya está en el ajo, puede que en un momento dado quiera tirar de la oferta que le hice antes de colaboración, si se ve acorralada o si le beneficia a sus planes, realmente me da igual si se alinea con nuestro deber a la Corona- Admitió

-Nos quiere lejos, por eso creo que quiere fabricar un culpable y si acaso librarse de un enemigo o de alguien incomodo, pero es muy oportuno que alguien como ese Taramo contrate en persona para una traición tan grande. - Reconoció. - Si nos quiere lejos, algo deberemos estar haciendo bien....

-Es algo preliminar y se basa en conjeturas arriesgadas. La verdad - Le dijo

Yo salgo y voy al "hostal" donde tengo la habitación. Intento ir por donde ha surgido la trifulca por si hay alguien mirando el lugar o hablando por la calle del evento. Será de noche y habrá poca gente por lo que si hay algo supongo que no será difícil de ver. Eso antes del amanecer.

Al amanecer, me pongo mi ropa de viaje, paso por donde la zona de baños y el lugar de venta de trajes, devuelvo el traje de gala, me doy un baño para limpiar la sangre, y voy donde me ha dicho Ammatam si es pronto. Si es tarde voy al lugar de la reunión. 

Además vuelvo a intentar pasar por el lugar de la trifulca en el camino. 

No se si lo querías en modo roleo, pero como has dicho eso en el último post he deducido que querías saber solo el destino. 

Perdón la tardanza que ha sido un fin de semana algo extraño. 

Te despiden deseandote un sueño reparador y un buen viaje. Al llegar a la residencia donde te alojas te asaltan a preguntas los delegados comerciales, pero enseguida perciben que vuestra amistad fraguada en dos semanas no es lo bastante sólida para permitir ese tipo de indiscrección y te dejan ir a dormir.