Partida Rol por web

En la primavera del año 2946 de la Tercera Edad Esgaroth vive un momento de gran prosperidad. Han pasado cinco años desde la Caída de Smaug y la Guerra de los Cinco Ejércitos es motivo de próxima celebración. Los Pueblos Libres han recuperado sus territorios, vuelven a levantar sus ciudades y vuelven a abrir rutas comerciales con otros pueblos. Esta es justamente la razón por la que Esgaroth, la Ciudad del Lago, ha visto recuperar su esplendor. Prácticamente arrasada cinco años atrás a manos del viejo gusano de la Montaña Solitaria, ha renacido de sus cenizas para convertirse en un enclave de vital importancia para comerciantes y aventureros.

A pesar de que quedan unos meses para la celebreación del quinto aniversario de la Batalla de los Cinco Ejércitos, los preparativos han empezado a hacerse notar en la ciudad. Las mercaderías llegan a Esgaroth día sí, día también. Cada vez es posible ver más y más extranjeros en sus calles y nuevas edificaciones empiezan a prepararse para las celebraciones. El grueso del festín tendrá lugar en Valle, al Norte, pero obviamente Esgaroth no va a perderse la oportunidad de obtener algunos beneficios de la situación.

Las cálidas tabernas de la ciudad atienden tanto a vecinos de Esgaroth como a visitantes extrangeros, como es habitual en una ciudad de paso. Son lugares de reunión donde se comparten noticias. Una de las más amplias y socorridas es "La Flecha Negra" donde un grupo de aventureros comparte una jarra de cerveza con Niping, un joven comerciante enano provinente de la Montaña Solitaria. Niping es el primo de uno de los aventureros, Thror, al cual dirige casi en exclusiva sus palabras.

- Thror, primo, te digo que llevo días subiendo y bajando de Erebor. En Valle están organizando una celebración por todo lo alto. No están escatimando en gastos. Llevan días recibiendo caravanas de madera, ¡y licores!. La madera es para montar gradas. Y el licor. Bueno ya sabes para qué se quiere el licor. - dice Niping dando un largo trago a su jarra de cerveza.

Holdin bebe de su copa un sorbo pequeño, para hablar tras Niping.

- Haz caso a tu primo, Thror. Esgaroth está bien, pero en Valle es donde se está haciendo dinero. Y bien, Niping. ¿De veras ricos y gordos mercaderes llevan a Valle sus riquezas? ¿Gentes gustosas de pagar por una buena canción y una buena historia? Porque eso suena a negocio para mí. ¿Has estado en Valle alguna vez, buen Brann? ¿Y tú, Sarunniel? ¿Conocéis la ciudad de Bardo?

Sarunniel, que parecía ensimismada en sus propios pensamientos, reacciona al ser mencionada por Holdin.

- No, mellon nin, no conozco la ciudad. El infortunio quiso que Smaug el Dorado la destruyera décadas antes de nacer yo, y no he tenido ocasión de visitarla después de que el afamado Rey Bardo y su gente la reconstruyera. He oído historias de la riqueza que atesoraba y el apogeo de la ciudad de Valle en los tiempos en que Thrór y su linaje habitaban en Erebor, pero nunca he estado allí.

- Cuidaos amigos, si es vuestro deseo visitar la ciudad y tantas riquezas están llegando a ella como decís, pues allá donde va la riqueza siempre va acompañada de canallas con viles intenciones. 

Asiento divertido a la palabras de la elfa.

- No es del todo cierto lo que dices, mi bella amiga elfa, y con tus palabras muestras que poco conoces la nueva Valle. No es tanto el peligro, os lo aseguro. Hace cinco años que la ciudad de Bardo es mi hogar y nada hay de lo que preocuparse, pues los bardicas son honrados de corazón y honestos de espíritu.- Bebo, sonriendo, divertido por mis propias palabras.- Entonces, mi buen Niping, ¿aconseja tu agudo olfato para los negocios que nos acerquemos a Valle? O al menos yo, pues con mis "artes" puedo conseguir algún dinero extra que se me puede escapar en Esgaroth. Y recuerda, buen amigo: dinero para mí significa dinero para ti.

Brann disfrutaba tranquilamente de su jarra de cerveza cuando en la mesa salió el tema de Valle y la celebración por el aniversario de la Batalla de los cinco ejércitos.

¡Claro que he estado! Contestó el hombre a Holdin. Mi padre era mercader y cuando iba a Valle solía llevarme con él. Además, después de la muerte del dragón escupe fuego, muchos estuvimos ayudando en la reconstrucción de la ciudad. Comentó Brann recordando el estado en el que se encontraba antes.

- ¡Esta sí que es buena! ¡Un par de mozalbetes recordando a un enano cómo ha cambiado la vida en el valle desde la llegada de Thorin Escudo de Roble! - Niping da un último y largo trago a su jarra de cerveza - Realmente ha sido una tarea impresionante la que han llevado a cabo los hombres de Bardo para reconstruir la ciudad. Bardo es un hombre valiente y sabe lo que quiere, por eso le siguen tantos hombres. No creo que sea un lugar peligroso, amiga, sin embargo en todos lugares se esconden seres de oscuras intenciones, vaya que sí. - Dice Niping dirigiéndose a Sarunniel y dejando un significativo silencio.

- Estimado Holdin, si es dinero lo que buscas, no creo que estés interesado en acercarte a Valle, al menos por ahora. Están preparando la ciudad. Eso significa: gradas, tiendas y edificios. Allí arriba buscan buenos carpinteros y picapedreros. Los bardos los buscarán en otoño, cuando se acerquen las fiestas. Sin embargo, déjame pensar... he oído algo. Un rumor. Esta mañana mientras venía a Esgaroth. Creo que alguien está dispuesto a pagar una buena bolsa a quien pueda encontrar a un par de enanos perdidos.

Thror escuchaba la conversación entre su primo y el entusiasta Holdin, sobre negocios y mercaderes, como quien oye caer la lluvia. No era eso lo que había venido a buscar la Ciudad del Lago. Su corazón anhelaba salir del hastío en el que se hallaba sumido, tras un largo periodo de trabajo y amasamiento de riqueza. Deseaba saberse vivo y no verse asentado en un lugar viendo crecer su bolsillo al mismo tiempo que su panza.

Se levantó de la mesa y se dirigió a la barra para volver pocos minutos más tarde con cinco pintas de cerveza de mantequilla. Habría preferido que fuesen cuatro, ya que no disfrutaba de la presencia de Sarunniel en su mesa. Pero sabía que salir de la montaña implicaba verse obligado a tratar con el resto de razas, incluidos los elfos. 

Llegó, con las manos cargadas, justo cuando su primo mencionaba algo sobre unos parientes desaparecidos. -¿Khazâds?. -Dijo soltando las jarras sobre la mesa. -¿De quien habláis, primo?. ¡Por el martillo de Mahal, el Hacedor! Escupid lo qué habéis oido.

El exabrupto de Thror me pilla algo por sorpresa... ¡pero comparto en parte su excitación!

- Concuerdo con las palabras de tu primo. ¿Quién necesita ayuda? ¿Quién está dispuesto a pagar por ello?

¿Enanos desaparecidos dices? Preguntó Brann sorprendido, desde hacía mucho tiempo no solía pasar nada por estas tierras y la vida era bastante tranquila. ¿Sabes quienes son los desaparecidos? Se interesó el hombre.

Ante el ímpetu mostrado por los miembros de la Compañía, Niping dio un respingo en su silla.

- Ciertamente no estoy seguro de quién ha desaparecido, sólo me han llegado rumores en el camino. Parece ser que Hraf hijo de Hrabin, un cuervo de la Montaña, ha llevado a Erebor noticias siniestras: dos mensajeros enanos que partieron de la Montaña Solitaria con un encargo, han desaparecido. En Reino Bajo la Montaña está inquieto, y el propio Gloin ha hecho saber que quien proporcione noticias sobre los enanos desaparecidos será ricamente recompensado.

Sarunniel parece cobrar interés por lo que cuenta el enano, ante la perspectiva de poder abandonar la ciudad durante un tiempo y tal vez aventurarse en la espesura, donde más cómoda siempre se siente.

Amigo enano, por lo que cuentas, parece que la empresa que se les había encomendado a los mensajeros desaparecidos no era de poca importancia precisamente. ¿Se sabe cuál era la naturaleza de dicha empresa, o hacia dónde se dirigían cuando desaparecieron? Tal vez ese cuervo de la Montaña que mencionas tenga más detalles sobre este asunto.

- O tal vez ese Gloin del que hablas pueda darnos más información. Por cierto, ¿no será ESE Gloin, verdad?

"Pobres enanos. Nadie merece desaparecer. Ayudaré, ¡pero mejor si me pagan!"

- Por supuesto que es Gloin, muchacho. Gloin, hijo de Groin; veterano de la batalla de los Cinco Ejércitos, compañero de Thorin Escudo de Roble y del bueno del señor Bolsón! Desde hace unos años trabaja como emisario del Reino Bajo la Montaña aquí, en Esgaroth. No sé más detalles sobre el caso, ya os digo que solamente es algo que oí viniendo hacia aquí esta mañana. Lo mejor que podéis hacer, si os interesa la idea es acercaros a su mansión en la ciudad, cerca del Ayuntamiento.

¡Maldición, Niping! -Rugió. -Dos de nuestros parientes han desaparecido. El mismísimo Glóin, descendiente directo y representante del linaje de Durin, organiza su búsqueda... y lo contáis con esa tranquilidad. ¡Por supuesto que iré!. -Bramó golpeando con el puño en la mesa haciendo que algunas de las bebidas salpicaran. -¡Y cuanto antes!. Un enano de los de verdad no abandona a sus parientes a sabiendas de que algo no marcha bien. -Dijo mirando de soslayo a Niping. -El oro os ha acomodado, primo.

Y vosotros... -Dijo mirando al resto, aunque no a los ojos de la elfa. -Si el propio Glóin está buscando a esos enanos, tened por seguro que se trata de algo muy importante para mi pueblo. Si los encontraramos, no solo obtendriamos una mera recompensa. Somos un pueblo generoso, creedme si os digo que tendríais más riquezas de las que podáis imaginar. ¿Os interesará a alguno acompañarme?

A Sarunniel no le pasa desapercibido el gesto de Thror. Se dirige a él, mirándole fijamente con sus cristalinos ojos de elfa.

Templad vuestro ánimo, maese enano, hablo por mi, pero creo que a todos los presentes nos interesa saber más de este asunto y colaborar en la búsqueda para esclarecer el paradero de vuestros parientes. No me interesan las riquezas, pero si me intriga la naturaleza del cometido que se les había encargado. Y me vendría bien volver a respirar el aire de la naturaleza después de tanto tiempo encerrada en la ciudad - Se dirige al resto del grupo - ¿Qué tal si acudimos a la mansión de Maese Gloin y le presentamos nuestra disposición a colaborar?

Termino de tragar el sorbo que tengo en la boca, para dejar terminar al enano y la elfa.

- El buen e impetuoso Thror y la sabia Sarunniel han dicho todo lo que me podría interesar de este asunto. Salir de la ciudad estaría bien, pues mis piernas se anquilosan y mi barriga se relaja si no hago algo de actividad. También me interesa ayudar, pues nadie tiene por que desaparecer y al menos no tener una batida a su espalda. Pero la generosidad enana, amigo Thror... Siempre es bienvenida. 

Si hay gente que necesita ayuda, no dudes en que iré a su encuentro. Respondió Brann a Thror.

La recompensa no era algo que le preocupase mucho, aunque en verdad no le venía nada mal, pero poder ayudar a otras personas sí era algo que le reconfortaba. Desde muy pequeño había desarrollado un afan, a veces excesivo, por ofrecer su ayuda a quien la necesitase, de hecho era capaz hasta de resultar algo molesto cuando insistía.

Niping apura su última jarra de cerveza y da un fuerte golpe al dejarla encima de la mesa.

- Bien pues, vayamos a ver Gloin. Os acompaño hasta su mansión. Una vez allí os lo dejo en vuestras manos ya que mis negocios me impiden acompañaros hacia al sur.

Gloin, tal como os indica Niping mientras recorréis las atestadas calles de Esgaroth, trabaja como emisario del Rey Dain de la Montaña Solitaria. Pasa  varias semanas al año viviendo en Esgaroth, y es por ello que reside en una rica mansión cercana al Ayuntamiento. A decir verdad, cuando la veis, no os sorprende en absoluto la riqueza que ostenta, la comunidad de enanos de la Montaña Solitaria es muy próspera, y Gloin, además de un importante cargo de dicha comunidad, es considerado un héroe.