Partida Rol por web

El doctor Mendez, se transforma en el mounstro nuevamente y alarga su monstrosa mano hacia el cuello de la bestia. Aquellos que tal vez observen el rostro desfigurado del doctor pueden tal vez notar un signo de concentración. La mano se cierra en el cuello de la criatura y pueden escuchar un crujido en los huesos y al mismo tiempo  ver como se desgarra la carne. El hueso expuesto, extrañamente deformado y sangrante es una visión desgradable y horrible. La arteria carótida rota y desgarrada lanza sangre a borbotones manchando la ropa de todos (por lo menos los que aun tienen ropa).

Ese grotesco espectáculo desconcentra a Ivan quien dispara pero no da al blanco. La bala de plata queda incrustada en la pared cercana a la cabeza de la bestia.

La criatura gime, y muere casi inmediatamente. Una muerte espantosa sin lugar a dudas.

Los papeles que tiene la bestia en el cuello  caen de la bolsa y el hombre herido comienza hacer unos sonidos como de alegría... si se pudiera decir, con su garganta destrozada.

Sin decir palabra comienzo a bajar las escaleras deslizandome hasta el suelo, una vez alli miro a mi alrededor, comprobando si no hay nada sospechoso, después espero a que Amparo baje para seguir la calle hacia el este.

Miró al hombre herido con una mirada extrañada, como si una parte de mi intentará comprender su alegría y otra tratará de asimilar mi propia rabia. Aunque tratase de controlarme, aunque sabía que ponerme molesta no iba a solucionar nada, no puedo evitar que mi puño se agitará de la rabia. ¡Mi ropa estaba manchada de sangre! ¡Por los mil demonios...!

¡Coño!... No, calmate, no tienes que ponerte histérica... ¡pero sí, ropa de marca manchada de sangre! ¡Seguro que esto no sale!... Sí, sí que sale, sólo un poco de agua...

Podía sentir que mientras aquellos pensamientos circundaban mi cabeza, mis ojos brillaban con una rabia histerica, y que estaba entre el límite del control y de gritarle a quien sea hasta del mal que se iba a morir. 

Tenía que controlarme de alguna manera, hacer que aquel sentimiento de rabia se apagará por algún medio. Con ojos fúricos barró la zona en busca de la bolsa con los papeles que tenía el lobo al cuello sólo para toparme con la figura desnuda del doctor. No es que aquello me causará pena, pero eso era como la gota que derramaba el vaso de lo que significaba mi calma.

Como que le voy a buscar algo de vestir - digo en una voz susurrante y aguda, muy lejos de aquella calmada que uso normalmente -, tomen... para que se limpien - hurgó en mi cartera de manera violenta hasta alcanzar un paquete de toallas, que lanzó a los pies de Iván.   

Miro la reaccion de Beatriz al lanzarme el paquete de toallas mientras maldigo en ruso mi falta de punteria y como el Medico habia logrado lo que yo no ...En otra ocasion no hubiera fallado un tiro como este... Miro mi revolver y lo guardo en mi cinturon.

El espectaculo no es el mas agradable para la vista pero no me es lejano. Doy algunos pasos hacia adelante y recojo las toallas, le paso una al medico percatandome de su desnuda situacion Interesante jejejeje

Luego me dirijo a Beatriz y me paro a unos centimetros de ella Siento que hayas visto esa faceta mia..Beatriz...no quiero que tu impresion de mi cambie Mi voz es calmada y suave.

Simplemente sublime...

Tras unos breves instantes observando el ahora cadáver del hombre lobo sin prestar atención a Beatriz e Iván, me agacho y recojo los papeles. Les pego un vistazo (seguro que es algo interesante ;) ) y vuelvo mi vista hacia el cadáver.

Debería comprobar si este lupino es como el otro. Últimamente parecen huevos Kinder con tanta sorpresa dentro...

Señores, les agradecería que se ocupasen de llevar a nuestro moribundo amigo al vehículo. - digo en tono neutro, sin girarme - Igualmente, necesitaría mi maletín, así que si alguno pudiese acercármelo sería de gran ayuda. Está en el maletero del coche.

Dicho esto, miro mi mano ensangrentada y la lamo, probando la sangre que se ha salpicado en ella.

A pesar de estar sumamente molesta, y a pesar de mi histeria y rabia, las palabras de Iván me calman tal cual un sedante, y por unos cuantos segundos me quedó mirando a un punto fijo de la habitación, mordiéndome el labio inferior asombrada del poder que ese hombre tenía sobre mí. Aunque mis ojos no dejan de tener aquel brillo producido por la molestia que me había cegado, mi voz se hace calma, hasta sumisa al hablarle:

No se preocupe, señor Grad... Iván... 

Mi boca se tuerce en aquel intento de llamarle por su nombre. Si bien aquel hombre me causaba estupor y hasta cierto miedo, no podía negar que ese carácter suyo, su seriedad, incluso su crueldad me parecía cautivante.

Este no es el mejor momento para hablar de... - hago un movimiento de las manos, como diciendo: "de nosotros". - Cuando lleguemos al refugio, si quiere ahí hablamos... usted elabore las circunstancias, y yo le acataré...

En eso escuchó la petición del doctor, y digo:

Yo puedo buscarle el maletín, pero ha de ponerse algo. Y tendríamos que limpiarnos como podamos la sangre, llamaríamos mucho la atención.

Extendió mi mano hacia Iván.

¿Me da las llaves? 

Puedo sentir la ira de Beatriz y bajo la cabeza. A pesar de haber acabado de dispararle a un maldito Hombre Lobo (sin dar en el blanco) me sentia culpable ante ella. Asiento con la cabeza como quien aprende la leccion.

Como tu digas... Es lo unico que se me escapa entre los labios mientras que lanzo una mirada al doctor.

usted no esta al mando, Doctor Le digo en voz alta mientras camino hacia el pobre idiota herido Creo que lo unico que este hombre haria en el automovil es estorbo y carga, si es necesario interrogarlo yo puedo hacerlo aqui y ahora mismo

Camino directamente hacia el tipo sin prestarle atencion a ninguno de los dos

Por supuesto, Herr Gradsky. No pretendía poner en duda su liderazgo. - digo girándo la cabeza para ver como se hacerca ahora a mi posición para llegar al cainita herido.

Me acerco a los restos de mi ropa y los recojo.

Claro que sí, señorita Trewell. Gracias por su ofrecimiento, mi intención al pedírselo era evitar llamar la atención al salir de aqui. - respondo.

Claro señor Gradsky, saque pecho delante de la señorita. Faltaría más... Espero que sepa usar su disciplina de Dominación, porque sino no se como logrará hacerlo hablar en ese estado.

Cuando Gradsky se acerca al hombre y Beatriz sale en busca de mi maletín, saco del bolsillo de mis pantalones el bisturí. Sostengo ahora la ropa sobre los papeles en mi mano izquierda y el bisturí en la derecha.

A ver que tal corta esto aquí.

En cuanto esté solo, practico una incisión a la altura del corazón al "paciente" lupino.

Al revisar los papeles pareciera que todo tiene sentido. Hay dos tipos de papeles, el primero concuerda con las letras misteriosas, el segundo parece ser algún tipo de publicidad de un museo acorde a la imagen que se había encontrado en el desafortunado herido.

El doctor Mendez une los pedazos de papel mientras esta cerca al hombre herido. Evidentemente al parecer nuestro hombre herido trato de una u otra forma de raparle al lupino esta información ahora uniendo los pedazos tiene sentido el misterioso.

TA DE

NO

Al unir los papeles sale lo siguiente

EL MALDITO SACASANGRE TIENE

SU DOMINIO EN LA QUINTA DE

SAN PEDRO ALEJANDRINO.

CREO QUE YA ES HORA DE ATACAR.

ATT. F

El segundo documento parece algun tipo de publicidad  de un museo. Unes los pedazos y sale lo siguiente.

Durante el período Tairona los destinos de la comunidad eran regidos por una poderosa élite de chamanes que decían tener control sobre las fuerzas esenciales de la naturaleza, el ordenamiento del cosmos y las acciones humanas. Eran los encargados de velar por el bienestar material y espiritual de la comunidad. En múltiples objetos se los ve representados en el trance de la transformación, como en la emblemática figura del hombre-murciélago, señor de la noche y el inframundo.

La figura del hombre transformado en murciélago puede verse en pectorales, colgantes y campanas metálicas, en remates de bastón tallados en hueso y en objetos de cerámica. Pero también se encuentran en las tumbas de los personajes importantes del período Tairona los atuendos que les servían para simbolizar esta transformación. Los adornos de sus viseras metálicas aludían a las membranas internas o tragus de la oreja del animal; las narigueras cilíndricas levantaban la nariz como la hoja nasal de algunas especies y los adornos sublabiales imitaban las carnosidades de su labio inferior.

Por otra parte abres el torax y el corazon del lupino. No encuentras nada de interés.

La situación se torna un poco extraña, el doctor Mendez en su forma mounstrosa recoge los papeles y  de repente los mira. Las personas que están mirando notan que hace un gesto de interés sobre el hallazgo y tras responder a Ivan va hacia el hombre lobo y comienza con un escalpelo de cirugía a abrirle el Torax  llegar al corazón.  Un poco decepcionado termina su labor pues al parecer no encontró nada de interés.

Ivan por su parte camina hacia el hombre herido. Es evidente que fue victima de un ataque del lupino. El hombre mira de reojo asustado a Beatriz, pues es lo único que puede hacer. Su garganta tiene una herida visible que no le permite hablar.

Beatriz mientras tanto se asoma sin salir de la habitación al lugar donde esta todo desordenado. Curiosamente encuentra algo que le puede ser útil al doctor Mendez, parece ser una de las ropas típicas  de los indígenas de la cierra nevada de santamarta *. En el supuesto maletin no hay ropa.

Beatriz, JEFE, - aviso haciendo especial énfasis en la palabra JEFE, para disipar cualquier duda que hubiese - creo que tenemos cosas interesantes en estos papeles. Por un lado una nota que dice así (leo en voz baja):

Cita :

Mientras que el doctor habla, le acercó las ropas que encontré, haciéndole una expresión con el rostro como de "disculpe, pero fue lo único que halle". El primer detalle me llama la atención es la imagen que enseña el médico.

Disculpe, pero, ¿esa no era la misma imagen que nuestro compañero aquí presente - y con la cabeza indicó al cainita herido - tenía en la mano antes de que comenzará la batalla con el lobo? 

Aquella tal Quinta de San Pedro Alejandrino me hacía recordar algo vago, como si supiera de que se trataba, mas mi recuerdo no pudiese develarlo del todo.

Debe estar aquí en Santa Marta, sino ¿por qué alude el que escribe esa carta a "que ya es hora de atacar"? ¿No es aquí donde los lobos han encontrado el sitio perfecto para comenzar su guerra?

Miró a mis compañeros con la creciente idea de que debíamos salir ya de allí, para averiguar más sobre aquellos papeles, qué significa ese dibujo, y otras muchas informaciones que se debían confirmar.   

Ante la palabra Jefe del Medico muestro una fria sonrisa y niego con la cabeza para mi mismo mientras que escucho al demonio leer su hallazgo

No me suena para nada todo eso...lo de la quinta de san pedro alejandrina me es indiferente, sugiero que nos vayamos con esa informacion...nos encontremos a los demas y miremos si tienen alguna informacion que pueda relacionarse con esta...ademas los de aqui de esta ciudad deben saber mas acerca de ese lugar y todos estos hallazgos me siento un poco relajado al pensar que nos vamos a ir de este sitio y no espero la hora de poder hablar con beatriz

No imaginas como me siento...debo hablarte Pienso mirandola fijamente, menos mal mis gafas ocultan mis ojos

Hay que bajar? vale, ya voy.

Bajo las escaleras cuidadosamente y llego al lado de Samuel, y le digo: listo, ahora hacia el este. Ojala los podamos alcanzar pronto.