Partida Rol por web

Al acceder a la cubierta superior, Urtzi pudo ver al hombre de llamativas vestiduras junto a la dama y el hombre de la máscara. Por un momento pensó en la posibilidad de unirse a la conversación para abordar al mayor número de personas en el menor tiempo, pero la mujer pronto se levantó para dejar solo a su interlocutor. En aquel mismo instante, el señor Homron contactó con su grupo con buenas pero preocupantes noticias. Preocupantes por un intento de atentado; buenas porque el artefacto trampa no llegó a detonar. El adepto tragó saliva con cierto nerviosismo al sentir el peso del evidente peligro. O bien alguien era consciente de su verdadera identidad o simplemente se trataba de una estratagema para eliminar competencias. Ambas posibilidades comparten consecuencias similares. 

La voz de Heinrich y el breve informe de Orionus lo hicieron centrarse nuevamente. -Sí, eso parece.- Respondió al guardia imperial. El intento de ataque seguramente despertaría más de una alarma en el grupo de acólitos, quienes mirarían a su alrededor buscando potenciales amenazas. -Puede que debamos dividirnos nuevamente para controlar lo más posible a nuestros compañeros de viaje.- Habló hacia el grupo en voz baja. ​-La señorita que se acaba de ir parece que tiene la intención de hablar con todo el mundo, aunque todavía no lo ha hecho con nosotros. Puede que debamos mantener cierta vigilancia sobre ella.- Expuso manteniendo un tono de confidencialidad. -Las habilidades de Taikel pueden ser las más adecuadas para vigilarla desde la distancia. Uno puede quedarse conmigo en esta cubierta y los otros encargarse del seguimiento.- No se atrevió a asignar tareas ni puestos del mismo modo que habría hecho el arbites. Ni tenía ni se sentía con tal autoridad. Urtzi se limitaba a ofrecer sugerencias, pero no pudo evitar mirar brevemente a Gianna cuando propuso separarse nuevamente. 

Heinrich recordando las indicaciones de Hieronymus, se dirige al grupo.

-Lo cierto es que ni en la guardia, ni en la eschola progenium me enseñaron a tratar con gente de tan baja estofa. Urtzi, yo te cubrire alla donde vayas. Taikel y Gianna, podriais hablar con la dama Octavia y su acompañante de la mascara plateada, quiza Taikel sea capaz de descubrir si es lo que pensamos que es. En cuanto a ti, Orionus, podrias intentar relacionarte con Quill y Vymer, parecen tu tipo de persona.

Termina con una media sonrisa.

A pesar de ser sargento, no esta acostumbrado a dirigir a un grupo de civiles. Las ordenes, que en la cadena militar son claras y se obedecen con disciplina y sin replica, en un grupo mixto tan variopinto como el que son el y sus compañeros, no son bien recibidas y hay que manejar egos y perspectivas encontradas.

Heinrich tenia una manera muy peculiar de ver la vida, pero no tenia ni la empatia ni la paciencia para intentar lidiar con los arranques pueriles de ninguno de sus compañeros.

En lo mas profundo de su alma deseaba que el viejo volviera de una vez, al menos parecia que respetaban sus canas.

Orionus contesto en voz baja a Heinrich pero lo suficiente alto para que pudieran escuchar la conversación todo el grupo "Por quién me has tomado" "¿por un salvaje?" "Quill y Vymer parecen sacados de mundos salvajes, barbaros o interpretan esos papeles y a mi me criaron en un planeta civilizado del imperio" "no dejan entrar a cualquiera en la escuela de asesinos, incluso más de uno fue obligado a formarse y por eso muchos cayeron". Al asesino no le gusto la comparación de Heinrich pero sabía que todos tenian que colaborar en la misión.

Como Orionus no quería crear conflictos comento "ya sabéis que no se me da bien tratar con la gente pero hare lo pueda". Entonces el asesino echo un vistazo a Quill y Vymer para saber que: armas, objetos o detalles podía observar para comenzar una conversación con ellos sin que pareciera sospechoso o no le pegaran un tiro porque ya se les veía bastante nerviosos e incomodos en ese lugar.

Je, hemos llegado y ya han encontrado un dispositivo diseñado para matar. Supongo que lo suyo sera descubrir quien a parte de nosotros ha estado ahi, pero supongo que esa es uan tarea mas adecuada para un arbitrador que para mi. Yo sigo a lo mio, echando un ojo lo que tengo a mano y vigilando a cualquiera que no seamos nosotros.

 Uno puede quedarse conmigo en esta cubierta y los otros encargarse del seguimiento.

Sonrio. No se me escapa la mirada de Urtzi, y aunque no hubiese ninguna sugerencia velada me autoinvitaria a acompañarle. - Si no te supone ningun inconveniente, mi señor, me quedare contigo y vigilare que no te pase nada. - La parte de mi señor la digo con tono ligeramente divertido, aunque sin sarcasmo, como si fuese una especie de broma privada. Sera divertido jugar a guardaespaldas del gran señor representante de una importante compañia comercial. De todos modos me cae bien, y tampoco me gustaria que le pasase nada. Aqui nos jugamos el cuello, es mejor hacer bien las cosas. Heinrich es tan agradable que acabaria haciendo que los matasen a los dos.

Lo cierto es que ni en la guardia, ni en la eschola progenium me enseñaron a tratar con gente de tan baja estofa.

Veo la reaccion del asesino al comentario de Heinrich, y si no he dicho nada es porque se me ha adelantado. Yo tambien uso un tono de voz bastante bajo- No te ofendas, Bolder. Los demas si somos de baja estofa, por lo tanto somos mas adecuados para tratar con chusma que su señoria- Le lanzo una mirada a Heinrich, siempre con la mirada escondida detras de ese visor tan irritante- ¿No es eso lo que estas tratando de decir? Porque con esas palabras es lo que nos ha parecido.- ​Basta que el viejo le diga que esta al mando para que empiece a darse aires de gran mariscal.
Llamar de baja estofa a alguien cuya especialidad es el asesinato... El viejo puede ser a veces tambien algo irritante, pero tiene bastante mas seso.

Veo que Bolder menciona a los salvajes, asi que comparto con el lo poco que he averiguado de mi vistazo anterior.- Vas a hablar con los salvajes ¿No? No he averiguado gran cosa, pero esto es lo que se: Llevan armaduras antifragmentacion con aspecto de haber visto bastante accion, al menos llevan varias reparaciones encima. Uno lleva un cañon de mano con pinta de ser bastante peligroso y el otro algo parecido a una escopeta. 

De todos modos... No se si es buena idea separarse demasiado. El viejo ya ha visto un dispositivo en nuestra puerta, eso me dice que puede que si intenten algo aqui dentro despues de todo. - Me rasco la cabeza, dandome unos segundos para pensar- Creo que lo mejor sera ir como minimo en grupos de dos.

Ahora si me disculpais... Hay un par de cosas que me gustaria comentarle al viejo, no tardo nada lo hare con esto. - Señalando el comunicador con el dedo, me alejo unos pasos, y hablando en voz muy baja hago mi llamada.

Hay dos cosas que quiero comentarte -No hago ningun saludo ni me pongo ninguna sigla, entro directamente en materia porque se que reconocera mi voz. No tengo nada asignado en el canal de radio y prefiero abreviar- . La primera es que mas tarde vamos a tener una conversacion privada sobre ti y tu amigo... Pero ahora no, no es el momento ni el lugar.

La segunda... Esto no es mas que un palpito, instinto personal si lo quieres llamar asi, pero hay algo en el sujeto de la mascara que me ha hecho saltar la alarma. Lo comparto contigo porque probablemente tengas mas ojo para estas cosas- Me cuido mucho de designarle como arbitrador. Incluso decirlo para uno mismo en un lugar como este, seria un gesto mayusculo de estupidez.- El tio de la mascara tose mucho y parece bastante debil, casi como si no pudiese con su propio peso, sin embargo he visto que lleva una espada de energia semioculta entre los pliegues de su tunica.- No hace falta que diga el poco sentido que tiene que una persona que parece poco mas que un despojo lleve un arma cuerpo a cuerpo, una acojonantemente cara ademas.- Haz memoria ¿Donde hemos visto hace poco a un hombre que no deja de toser y parece estar en las ultimas, y con compañia bastante similar a la del despojo este? ¿Y porque el hombre de la mascara necesita cubrir su rostro con una? ¿Podria quizas alguien reconocerle? - Me tomo unos segundos- Repito, es solo un mal palpito, no tengo nada concreto. Pero crei que seria buena idea compartirlo contigo, seguro que se te dan mejor estas historias que a mi.

Corto y cierro.

Despues de no mas de un minuto, vuelvo a acercarme al resto, situandome al lado de Urtzi. - Ya he terminado, podemos ponernos en marcha cuando querais.

Orionus escucha el discurso de Gianna que suele ser rebelde y malhumorado aunque sea una buena soldado y siga las instrucciones generales para cumplir la misión, la respeta ya que ha trabajado con ella y es una buena compañera de armas. El asesino mientras escuchar hablar a Gianna, él expresa una cara combinada entre la extrañeza y la molestia como si sus gestos dijeran (¿Qué me está contando?) (¿de qué va esta?). Luego Gianna le pregunto, a los segundos se apartó del grupo y a los pocos minutos volvió con el grupo.

En ese momento Orionus contesto a Gianna "yo no he dicho que sean de baja estofa" "no se puede comparar una persona educada, culta, con una cierta ética y al servicio del Imperio que a esos barbaros que aparentan ser mercenarios, salvajes, mediocres intelectualmente, con una dudosa ética y al servicio del dinero". El asesino no recordaba si Gianna conto su procedencia natal pero podía intuir que ella nacio y se crio en un planeta de barbaros a cargo del Imperio y se sintiera ofendida por sus comentarios. Ella estaba generalizando y Orionus toleraba a todo humano que acogiera las costumbres del Imperio sin darle importancia su tierra natal.

El asesino intento recordar todos los datos que les describió Gianna sobre Quill y Vymer. La sugerencia de ir por parejas no le parecía mala idea por eso Orionus le propuso a Gianna "se agradece la información Gianna , ya que parece que te identificas en algunos aspectos con ellos" "¿quieres venir conmigo a sondear a Quill y Vymer?".

-Quizás podríamos intentar que Orionus lo pusiera en otra bisagra. El individuo la activa, intenta entrar y, de pronto la puerta está cerrada o abierta y nosotros dentro esperando. Podríamos saber quién intenta averiguar algo de nosotros -razonó la mujer. Quizás ponerla en una puerta al lado o en cualquier otro sitio. 

Tanto Heirich como Gianna se mostraron como voluntarios para hacer el papel de guardaespaldas. -Gracias a los dos.- Le dijo con una sincera sonrisa. -Entonces serán Orionus y Taikel quienes se encarguen de la dama.- Continuaba hablando en tono confidencial. No podían demorarse mucho más en confraternizar con el resto de los pasajeros. 

Sin más que discutir, Urtzi se dispuso a conversar con el señor Lanus. 

Urtzi se tomó un segundo para centrarse y respirar profundamente. Trató de eliminar el nerviosismo y así interpretar el papel que le había sido asignado. Después de todo, no era una tarea muy diferente a lo que ya había hecho en Desarbolada. Y ocuparse de los asuntos de un comerciante no distaría demasiado de otras tareas administrativas que seguramente ya había realizado. Con una expresión mucho más tranquila, el adepto se acercó hacia Lanus. -Saludos, ¿le importa si me uno a la mesa?- Trató de mostrarse cordial y educado. ​-Va a ser un viaje largo y mi guardia no ofrece muchos temas de conversación.- Añadió intentando bromear aunque de un modo comedido. Miró fugazmente a sus dos compañeros esperando que no se tomasen a mal el comentario pues no estaba haciendo más que rendirse a la necesidad de establecer contacto. Sin anticiparse a la respuesta, Urtzi esperó a que su futuro interlocutor le concediese el asiento. De nada serviría forzar una situación de dialogo. 

- Buena idea Inés. Se me ocurre algo especial. Si alguien destruye nuestra puerta es porque carece de buenas intenciones. Lo justo es... - miró hacia el techo y luego a Arcturus - ¿vuestro servocráneo sería capaz de colocar esto justo delante de nuestra puerta?

El arbites imaginaba que si alguien detonaba el dispositivo de su puerta para abrirla debería encontrarse justo frente a ella, dispuesto a aprovechar para irrumpir con sorpresa y violencia en la estancia. Si el servocráneo lograba colocar el dispositivo en el pasillo, los asaltantes recibirían sobre sus cabezas el contenido del irascible dispositivo.

La primera es que mas tarde vamos a tener una conversacion privada sobre ti y tu amigo

- Maldita sea - masculló el arbites. Aquella mujer apenas abría la boca, pero parecía que ultimamente sólo lo hacía para quejarse. Desde luego no había despertado del viaje con buen pie - pensó con fastidio. Sin embargo la soldado siguió hablando

Alabado fuera el Emperador, no había abierto la comunicación sólo para quejarse. Tenía información útil y bastante preocupante. El tío de la máscara... El arbites hizo memoria, sólo había alguien así en el piso de arriba, uno de los supuesto guardaespaldas de la señorita Nile. No era sorprendente que en otros grupos hubieran optado por ocultar al VIP como uno de los guardaespaldas y emplear a uno de estos como supuesto VIP, pero lo que sugería Gianna... Sin duda debía subir a echarle un ojo. 

Después de que Gianna terminara se limitó a responder

- Recibido. Cerró la comunicación un instante despúes de que Gianna lo hiciera.

Estaba cansado, cansado y viejo y tan sólo deseó, por un instante, que la soldado fuera siempre tan profesional y deseó, con todas sus fuerzas que no tuvieran que repetir la escena del deslizador. Divino Emperador.

En el momento en el que centráis vuestra actividad en el exterior de las habitaciones comenzáis a sentir como si el resto de ruidos, y vosotros mismos, fueran más escandalosos. Probablemente fuera simplemente porque ninguno estabais acostumbrados a llevar a cabo actos especialmente sigilosos y disimulados, pero sentíais la necesidad de vigilar constantemente a vuestra espalda, creyendo equivocadamente haber sentido una presencia.

Al acercaros Lanus se da la vuelta exhibiendo una amplia sonrisa en el rostro, pero rápidamente se transforma en una expresión de decepción.

- Oh. Claro, claro. Siéntese y disfrute. Aunque el paisaje no es el mejor, las bebidas ayudan a matar el tiempo. - dijo levantando de forma elocuente la suya propia. - Honestamente, un planeta de esta categoría debería ser capaz de proporcionar un transporte más rápido y fiable. No es que me queje, son piezas casi únicas; pero que sean útiles o incluso adecuadas para un evento como este es algo que pongo considerablemente en duda. -

Por su forma de expresarse y su elección de palabras, quedaba sobradamente claro que era un hombre culto, o quería hacerse pasar como tal a vuestros ojos. Su acompañante se giró para observaros un segundo, se ajustó unas gafas de cristal y volvió a centrarse en sus asuntos frente a la montaña de papeles.

Arcturus se volvió, como sus compañeros, y miró un poco a todos lados. Luego musitó, como sitiéndose constreñido a hablar de forma velada:

-Podemos usar el servocráneo, pero también podremos hacerlo nosotros mismos sin ninguna dificultad. Sin embargo, y aunque entiendo su secuencia de pensamiento, Hieronymus, no sé si lo que propone sería adecuado, seguro y/o recomendable.

Y miró un momento a ambos, esperando una decisión definitiva al respecto que él, dese luego, no iba a tomar.

El arbites se volvió con violencia a uno y otro lado con el ceño fruncido, había notado algo extraño al salir al pasillo. Como si su voz y el sonido de sus pisadas resonara con más fuerza. Había sido algo sutil, pero no le había pasado desapercibido. Aquello sólo podía significar dos cosas, un dispositivo de espionaje o peor aún, un psíquico.

El arbites encendió el enmudecedor, tosió y volvió a apagarlo. Quería comprobar si el efecto de "amplificación" se veía afectado por su propio dispositivo. Si no era así sus peores sospechas se verían reforzadas. Quizás lo mejor fuera obedecer las indicaciones del tecnoadepto y deshacerse de aquel dispositivo explosivo cuanto antes. Sin embargo el arbites deseaba saber quien pretendía amenazarles con ello e incluso cobrarse justa retribución.

Echó un vistazo al suelo frente a la puerta, quizás si encontraba una rendija o un agujero suficente podía colocar ahí la esfera. Tendría menos posibilidades de ser descubierto y aunque menos dañino para sus potenciales asaltantes aún tendrían éstos cierta "sorpresa".

El arbites encendió el comunicador y habló en voz muy baja.

- Taikel, aqui sentimos algo que podría ser actividad psíquica, como si nos estuvieran observando o escuchando. ¿Eres capaz de percibir algo? ¿Qué puede ser?

El arbites no dijo que también podía tratarse de un mal presentimiento y nada más, pero él no era ningún experto en el tema y quizás los poderes psíquicos se basaran en presentimientos, corazonadas y un sexto sentido más que en ninguna otra cosa. Divino Emperador. Ojalá no fuera nada.

- ¿Algún cambio en los presentes respecto a lo que hablamos? - dijo, recordándole al psíquico cuando le había interrogado sobre el potencial psíquico de los demás séquitos comerciales.

-Creo que estamos precipitando las cosas. Deberíamos de comentárselo a Orion, al fin y al cabo, él es el especialista en sigilo, ¿no cree? -comentó de nuevo la sororita, pues ella era bastante torpe y más aún desde que perdió uno de sus brazos.

Acompaño a Urtzi a charlar con los dos comerciantes. Parecen bastante civilizados, pero no me fio de nadie, especialmente aqui.

Les dejo hablando de sus cosas sin participar en la conversacion, pongo la tipica pose que pondria un guardaespaldas que permanece en un plano secundario. A estos dos pollos no pude verles muy bien porque se habian ido, asi que aprovecho para echarles una ojeada a fondo ahora que los tengo enfrente. Ademas de una ojeada genera, intento fijarme en el acento para ver si puedo hacerme una idea de donde vienen, si llevan algun arma a la vista o escondida... Esa clase de cosas que nunca se puede saber cuando puede ser util saber.