Partida Rol por web

Se encogió de hombros. El señor Hammer me preguntó si le pasaba algo, en realidad. Y es que no lo se bien, no tenía trato con él, así que he intentado decir de Baxter todo lo que recordaba. Le dio un mordisco a su bollo. Oh, Dios, esto está delicioso. Se lo pensó un poco. Al final no será nada. Seguro que aparece en Arkham, o en Boston.

Viendo que William no viba a aportar mucho más, Mike se dispuso a salir, pero antes se giró hacia sus amigos dejando a William con Francine.

-Bueno el Sheriff me ha dicho que le haga de ayudante, pero no me ha prohibido que nadie me acompañe. Además, ocho ojos ven mejor que dos -añade con una sonrisa- Así que... ¿queréis acompañarme a hablar con la señorita Fristienne?

Y esperó la respuesta de Jimmy, Amanda y Fawkes.

- Estaba pensando que podríamos separarnos, unos ir a ver a la señorita Fristienne y otros revisar el lugar en el que apareció la barca. Así cubriremos más terreno. Además puede que la mujer se asuste si ve aparecer a cuatro personas.

Jimmy siguió a Mike y al resto, y escuchó lo que decían tanto él como Amanda.

-Creo que Amanda tiene razón, no estaría de más echar un vistazo al lugar a donde llegó la barca, por si se les hubiera pasado algo. Aunque temo que quede poco, dado como estaba el mar anoche. 

Pero, ¿no van a tomar ni un te? Francine estaba hecha un mar de lágrimas. No es que le faltara clientela. Es que ella era así, sentimental. Sin embargo, pronto se encorajinó. ¡Un minuto! Mientras se sorbía las últimas lágrimas preparaba unos paquetes a la velocidad del rayo. Oh, soy una egoista, si tienen que encontrar a ese muchacho. En la bolsa de rafia que les tendía había un termo y varios paquetitos de papel de estraza con aspecto de contener cosas con alto contenido en calorías. La grasita aromática goteaba, plic, plic, y subía un olorcillo que quitaba el hipo.

No cojan frío. ¡Cuidado con el hielo! Y no dejen sola a la señorita Hope, ¿me oyen?

Sin embargo, suspiró de alivio al ver que entraban unos clientes antes de que salieran el ayudante y sus muchachos. Se veía que no deseaba quedarse sola.

Permanecí callado y atento durante toda la conversación, a excepción del momento en el que saludé a William, a quien estuve a punto de decir que aquí todos me llaman Gordi, pero preferí mantenerme en silencio por la importancia del asunto que teníamos entre manos.

Coincido con Amanda en que deberíamos abarcar el máximo terreno posible. También creo que el compañero de piso de Charles podría explicarnos si le vió alguna conducta sospechosa en los últimos días, aunque también pienso que probablemente no piense mudarse esta semana y podremos visitarle con más tranquilidad en otro momento. Miro a mis compañeros y analizo la situación, analizando cualquier situación que mi paranoica mente de escritor me lanza.- Mike va a ver a la señorita Fristienne y Jimmy, obviamente, irá al puerto. ¿Quién de ellos me podría defender mejor si esto resulta ser más peligroso de lo que pensamos? - Veo la chapa de ayudante de sheriff temporal de Mike. Yo voy a acompañar a Mike a ver a la señorita Fristienne...

Francine me interrumpe entre lágrimas y nos ofrece una bolsa con cómida. Acepto su ofrenda con una sonrisa y, nada mas verlo, empiezo a desenvolver uno de los suculentos manjares mientras me dirijo hacia la puerta de la salida.

- Muchas gracias, Francine. Tendremos cuidado.

Me siento aliviada al ver que entran clientes. Si el asunto no hubiera sido tan extraño y no hubiera despertado mi curiosidad no dejaría sola a la mujer.

- Entonces Jimmy, vamos tú y yo a la playa, si no te importa. No quiero quedarme sola, la verdad. Chicos, - digo refiriéndome a Mike y Fawkes, - ¿nos reunimos después?

Jimmy sonrió con amabilidad al ver lo que Francine les tendía.

-Que dios la bendiga, señorita Francine. Desde luego es un tesoro para Kingsport-dijo, y habría cogido la bolsa de no ser por que Fawkes se le había adelantado.

-Bien, pues iremos a donde quedó la barca tú y yo. Nos reunimos aquí cuando acabemos, ¿de acuerdo?-dijo, pues tampoco le hacía gracia dejar a la pobre Francine sola en un momento como este. 

El único ser vivo en el viejo embarcadero del barrio de Haborside era Denny O'Herlihy.

La Cabeza de Kingsport dominaba esta pequeña cornisa entre el acantilado y el mar que había sido el pueblo original. Todavía quedaban recuerdos en él de las antiguas casas coloniales, casi enterradas en líquenes y gastadas por la sal y los elementos. Descollaban algunas construcciones modernas, miserables entre ellas. Ahora todo aquello solamente lo podíais ver con el ojo de la mente, porque en la penumbra todo eran siluetas indistintas, bultos informes, quizá subrayados por el brillo de algún cristal roto. No había iluminación ni asfaltado, excepto a lo largo del muelle, y eran unas viejas farolas de gas.

El antiguo muelle Cabott degeneraba entre algas y viejas embarcaciones. Era peligroso caminar por las viejas piedras. La tormenta había hecho que las olas mojaran toda la superficie y, después, ese agua se había congelado, haciendo extrañas formas en los postes y los mástiles, de manera que los hielos pegados a cada uno de ellos los hacían parecer viejas banderas hechas jirones ondeando al viento. A la luz del gas, aquello ejercía un efecto en el ánimo que despertaba fantásticas visiones de increíbles arquitecturas pétreas, de innominados bosques de plantas exóticas en inimaginados bosques torturados por los elementos.

¡Puede que todavía tenga arreglo! Comentó Denny. Se encontraba frente a su caseta, serrando animoso algunos trozos de una vieja barca maltratada por el temporal. Buenas noches. No había nadie a la vista, y Amanda y Jimmy andaban merodeando por ahí, así que supuso que querrían hablarle a él.
 

La vivienda de Corla estaba en un pequeño apartamento en la Calle Jefferson. Se accedía a él por unas escaleras oscuras y húmedas. Aunque en ese barrio había iluminación nocturna, esta no era suficiente como para no tener que cuidar mucho dónde ponía uno los pies. Varias veces estuvieron a punto de venirse a bajo los dos camaradas estando en camino.

Las escaleras llevaban a un tercer piso con aspecto de miserable y viejo, aunque la construcción no parecía antigua. Todo el edificio olía a col, a te pasado y a manteca rancia. Había una campanilla en la puerta que destacaba poderosamente a la luz de la antigua lámpara de petróleo que tililaba con luz amarilla y vacilante: era de latón labrado con bonitos arabescos, esmaltado en verde y negro. Daba un sonido puro y agudo.

A la llamada acudió una joven que, desde la puerta apenas entreabierta no dejaba ver más que un rostro terso, de expresión fúnebre, y unos dedos manchados de pintura.

¿Qué desean? Pronto vio la placa de ayudante en la solapa de Mike. Oh. Vaya.

Denny achinó los ojos. En la penumbra reinante no había podido distinguir los rostros. ¡Diantres, Jimmy! ¿Cómo va todo? Denny se dedicaba a alquilar botes. Toda la pasarela que nacía a partir de la zona del muelle adyacente a aquella caseta era suya. Era una de esas pasarelas que están montadas sobre cualquier cosa que flote, y que suben y bajan con el oleaje. Había ahí lo menos diez botes de tamaños variados.

-Buenas noches, Denny, aunque sea por decir algo-dijo el marinero, acercándose a estrechar la mano del hombre, observando el bote que se afanaba en arreglar.

-No sabría decirte, desde luego esa barca ha visto lo suyo. En cuanto a como me va todo, bien, más o menos. El temporal de esta última noche ha sido digno de recordar. Si sufrimos unos cuantos más así, puede que todo el pueblo acabe en el fondo del mar-dijo, como una especie de broma macabra-de todos modos, me temo que parte ya ha acabado ahí... ¿Has oído lo que ha pasado con Charles Baxter?-añadió, con un tono más serio y apesadumbrado. 

Mike y Fawkes llegaron sin mayores contratiempos a la casa de Cora. A la llamada de la bonita campana que presidia la entrada, aparecio al momento la susodicha señorita.

-Buenos días señorita Fistienne. Estamos aquí por la desaparición de Charles Baxter. Según tenemos entendido, fue usted la última que lo vio antes de echarse a la mar no? Usted le vio coger un bote y llamo a su compañero de piso, el señor Minot, ¿es correcto?

Mike se froto los brazos debido al frío matinal.

-Le importa si hablamos dentro señorita Fistienne? Hace un poco de frío aquí...

Interrumpo la pregunta de Mike con una carcajada.

Pero Mike, amigo mio, ¿Cómo nos va a permitir entrar a su acogedora vivienda si ni siquiera nos hemos presentado?

Me coloco bien mi chaqueta y le tiendo la mano a Fistienne, sin dejar de sonreir. -Buenas noches, soy el renombrado escritor Gordi Fawkes, y él es el famoso detective y ahora ayudante del Sheriff Mike Hammer. En efecto, venimos a preguntarle por el señor Baxter, estamos investigando su desaparición. Disculpe la hora de nuestra visita, pero como usted convendrá, es un asunto de vital importancia, sobre todo para Charles. - Me viene a la nariz un aroma a té rancio. Intento en vano mirar al interior de la vivienda por el hueco semiabierto de la puerta. - ¿Está usted haciendo té?... -Noto como empiezo a salivar pero intento mantener la compostura - ...Bueno, Ahora que ya conocemos nuestros nombres ¿Le importa si entramos? Mi compañero está muy delgado y le afectan las bajas temperaturas.

Miro a Mike sonriéndole, sabiendo que lo que acaba de aprender sobre modales le servirá en un futuro.