Partida Rol por web

Despertaron.

De a poco la penumbra que los rodeaba comenzaba a desvanecerse. Estaban atados a unas sillas de madera antigua, alrededor de una mesa redonda, grande, que tenía un montón de cartas desperdigadas sobre la misma. El mantel que cubría su superficie era amarronado y tenía un dibujo de soles y estrellas, algo estelar.

Había seis sillas, y en cada una, una persona se encuentraba sentada, con cuerdas alrededor.

El cuarto estaba a oscuras, excepto por un enorme ventanal que dejaba atravesar hermosos rayos de luna.

Se veían cinco puertas en el cuarto, varios cuadros en las paredes y una biblioteca llena de libros.

Las cartas sobre la mesa asemejaban a una tirada y, cerca de ellas, se encuentraba una bola de cristal bastante oscura, como si estuviera hecha de vidrio negro.

No es que mis despertares hayan sido muy agradables de un tiempo atrás hasta ahora, pero hoy parecía ser ligeramente distinto. Es cierto que persistía ese engrudo asqueroso que se me había ido formando en la boca y que sabía a verdadera mierda, la postura no era la más cómoda tampoco y sentía el frío en los huesos, pero me faltaba algo. El zumbido de la cámara del cajero, eso es lo que fallaba, no se lo oía por ningún lado. Escupo hacia un costado y cuando voy a limpiarme con la mano, es cuando me doy cuenta realmente de la situación. Estoy atado a una silla en un lugar totalmente desconocido rodeado de más gente igual de desconocida.

-¿Qué cojones es esto?- gruño todavía atontado por el sueño mal dormido y el alcohol- ¿Esto es cosa de Pietro verdad? Grandísimo hijo de puta, sólo estaba esperando el momento… lo sabía… lo sabía…

Intento soltarme de las cuerdas, tirando fuerte intentando abrir un hueco entre las ataduras para que las manos puedan escurrirse entre él. Sigo forcejeando con las ataduras mientras doy un amplio repaso al árbol genealógico de Pietro. Estoy convencido de que él está detrás de ésto, sea lo que sea.

¿Que había pasado? Estaba siguiendo a aquel hombre, lo segui fuera del bar, depués en el aparcamiento, juraria que llego a su casa, a la esposa no le faltaba razón, su marido se lo estaba poniendo, pero las fotos no revelaria lo que ella creia, no sería con su secretaria como ella creia, sino con su socio. Eso era algo dificil de decir a esa escentrica mujer, su mario le engañaba con un hombre...

Pero no recordaba como había llegado alli, me quede en el coche, vigilando...¿me habría quedado dormida? Pero no sabía quien o como podía haber llegado a ese lugar...¿y quienes eran esas personas? Los gritos de una de las personas que se encontraba como yo atadas me hizo salir de mis pensamientos y verificar que ya se había despertado uno.

Intente mirar si el nudo estaba hecho con fuerza, si lo había hecho un aficionado quizas pudiera soltarme...

Desperté. Mis ojos se demoraron un poco en adaptarse a la poca luz, intente frotar mis ojos como cuando despertaba en las mañanas después de una noche de trabajo.

- Pero  qué? Que está pasando aquí?.  Fue lo único que pude decir al ver que mi cuerpo estaba atado a una silla. La silla parecía antigua al igual que el mobiliario de la habitación.

Lo único que iluminaba la habitación eran los rayos de la luna que entraban por la ventana y le daban un tono azulado a las paredes. No estaba solo, conmigo se encontraban 5 personas más.

Me esforcé por recordar cómo había llegado allí. Lo último que recuerdo es haber estado tocando la otra noche, pero era un recuerdo vago, no recordaba haberme dirigido a casa.

Trate de librarme de la silla, moviendo mi cuerpo para con suerte aflojar las cuerdas.

Me desperté y noté algo que jamás creí que me pasaría, parecía que me habían secuestrado...

Estaba atado a una silla intenté forcejear para ver si conseguía deshacerme de los nudos, entonces vi como otros cinco más estaban a mi alrededor y en la misma situación que yo.

Para colmo todos estabamos alrededor de una especie de mesa de alguna pitonisa.

¡Estupendo! Con todo lo que tengo que hacer y me meten en este berenjenal... Espero que no pretendan sacarme un duro, porque lo llevan claro...

Cuando vi a uno de ellos que parecía vestir un poco andrajoso me di cuenta que no sería precisamente dinero lo que buscaban.

Entonces, ¿qué sería?

 Me desperté con dolores. Había tenido otra vez ese sueño sobre el choque de un planeta con la Tierra. Increíble no haberlo determinado pensé.

Cuando quise estirarme, noté que no podía

¿Pero qué narices pasa? Dije mientras notaba como estaba atado

Miré a mi alrededor y vi a varias personas más en mis mismas condiciones.

¿Alguien me explica que ocurre aquí? ¿Y quién demonios ha hecho esa tirada? ¿Qué quiere decir… Empiezo a preguntar, pero me callo. Las cartas del Tarot siempre me habían llamado mucho la atención, y me quedé observándolas intentando descifrar su significado

 Nacho se concentra en ver esa tirada que aparece sobre la mesa. La misma se conoce como tirada de la vida, refleja el pasado, el presente y el futuro. La carta central representa a una persona joven, alguien en la plenitud de su vida. Cerca a ella hay tres cartas más que hablan de su pasado: una de ellas es la abundancia, otra es la autoridad, y la última es el equivalente a la Torre del horóscopo de Marsella, la representación de que las cosas deben ser destruídas para volver a construirse.

Del otro lado hay cuatro cartas que representan el presente. No son fortuitas: está la carta de la indecisión, la desesperanza, los dos caminos y el diablo.

Finalmente, hay una última carta que representa el futuro y es la muerte.

 Marta y los demás intentan soltarse y lo logran con éxito. Las cuerdas estaban flojas, los nudos eran fáciles de deshacer. Incluso Nacho mientras está mirando las cartas, estirándose un poco, se suelta sin querer y cae de boca al suelo. Por fortuna no se ha hecho nada.

Ahora todos ven mejor la habitación. Es un cuarto grande.

Hay un ventanal por el que se ve la luna y una cortina, púrpura, tapa parte de él. Están las seis sillas donde estaban atados, la mesa con su mantel estrellado, sus cartas y su bola de cristal; también hay una biblioteca llena de tomos antiguos. Varios candelabros alumbran la habitación y una serie de cuadros decoran las paredes.

Hay cinco puertas.

Y ellos, personas totalmente desconocidas, traídas a éste sitio ¿por qué? ¿por quién?

Nada de eso es conocido.

 Conseguí soltarme, pero en vez de preocuparme por salir de la sala, me acerqué más a la mesa. Conocía esa tirada y lo que significaba… Nada bueno para alguien

Espero que no sea una tirada sobre mi vida, porque entonces no tardaré mucho en morir dije en voz alta, aunque no se si alguien me estaría escuchando

- Vaya, curioso... parece que esto ya lo he vivido yo en alguna peli...

Entonces se puso a mirar a todos sospechando de aquellos que les rodeaban...

La estantería parecía un buen lugar, y después había cinco puertas pero antes... ¿se oía algo? ¿alguna cosa?

Sin duda, se decantó por acercarse al muchacho que había decidido acercarse a la mesa.

- Parece que entiendes lo que ves? Yo siempre sentí curiosidad por el Tarot, pero nunca antes había visto una lectura de estas... Mi nombre es Miguel, y parece que alguien nos quiere gastar una broma pesada, sino dime porqué a dado la casualidad de que todos hemos despertado a la vez y que las cuerdas estuviesen tan sueltas...

En fin, miremos esto, echemos un vistazo a la estantería y salgamos de aquí, tengo muchas cosas que hacer y no puedo estar perdiendo el tiempo con muchas tonterías...

La cuerdas ceden rápido pero yo sigo recorriendo la casa de Pietro mentalmente. Rápidamente evalúo la situación y me veo rodeado de caras desconocidas que no me dan ninguna confianza, busco en mis bolsillos la navaja que siempre me acompaña. Lo más probable es que me la hayan quitado, pero quién sabe, muchos no se atreverían a meter las manos en los bosillos de un mendigo. Si la tengo la agarro sin sacarla del bolsillo de momento pero preparado para cualquier eventualidad.

- ¿Quiénes son y qué hacen acá? ¿Es cosa de Pietro, verdad?- les pregunto de modo brusco mientras me voy acercando a la puerta que tenga más cerca para comprobar si se puede abrir.

Esta tirada es una tirada de la vida. Habla, básicamente, del pasado, del presente y del futuro de alguien. Y actualmente esta persona se podría decir que esté en una encrucijada… Pero parece que elegirá el camino peor. Va a morir. O al menos eso dicen las cartas

Dije en voz alta, mientras seguía mirando obsesionado las cartas

- Yo no conozco a ningún Prieto, asi que no creo que sea cosa del él. Sea quien sea. No hagan caso a esas cartas, quien las haya puesto solo tenía una intención asustarnos

Me acerco a la ventana y miro con ella, con suerte reconocería el lugar

- Hay algo que no me gusta, ¿por que atarnos y no apretar las cuerdas? Creo que estaremos en medio de la nada, en caso contrario nos habrían amordazado.

Me dirigi hacia la puerta que estaba al norte (o al ssur, dependiendo de como se mire), esperando que fuera la salida

Para mi tranquilidad pude librarme de las cuerdas, al parecer no estaban bien atadas, pero para que se tomaron la molestia de traernos a todos?, quienes son estas personas? Tendremos algo en común?

No me podía ir de ese lugar sin averiguar qué estaba pasando. El hombre con aspecto de vagabundo parecía molesto. Hablaba de un tal prieto en tono agresivo, busque en mi bolsillo mi libreta de apuntes para ver si aun la tenía mientras me dirigía al tipo.

Señor cálmese por favor, yo tampoco sé cómo llegamos aquí. Me llamo Fred, solo quiero regresar a casa.

Revise mi cuerpo, mis brazos para buscar pinchazos. Era extraño que no supiéramos donde estábamos, tal vez hayan utilizado algún tipo de droga. hice una revisión general para ver si tenía algún dolor en el cuerpo o residuo que pudiera indicar con que nos habían dejado inconscientes.

 Miguel revisa las estanterías. Encuentra un libro rojo que se titula "El Camino a la Felicidad", de éste cae una carta.

29 de Enero

Querido Jonhatan:

El tiempo pasa tan despacio cuando estoy lejos de tí... Cada día, cada hora, cada momento se me hace más angustiosa la espera. Espero que pienses en mí aunque sea la mitad que yo lo hago respecto a tu persona. ¡Si pudieras saber cómo te amo! Sé que cuando vuelvas de tu viaje a Louissana podré hacer la pregunta a mi padre.

Pero todavía faltan varias semanas. He de enviarte esta carta mañana temprano, cuando el cartero pase se la entregaré a mi esclava personal: Bantha, sé que ella no dirá una palabra. Es una segunda madre para mí, realmente su cariño me ha llenado esas tardes de soledad desde pequeña, el infortunio de tener padres adinerados, con demasiado qué hacer y poco tiempo para su niña.

Pero ahora te he encontrado.

Espero que me cuentes muchas cosas del folcklore local, sé que el Mississipi guarda sus historias.

Te espero, amor, vuelve pronto.

Siempre tuya

Elizabeth

 Mientras Miguel revisa las estanterías, Marta se acerca al cortinado que cubre parte del enorme ventanal y lo descorre. La luna asoma, plena, redonda, como ojo de muerto. Afuera se divisa solamente un campo al descubierto, y más allá, el comienzo de un bosque. 

Los otros dos hombres miran mejor la habitación. Está decorada a la antigua, de forma exquisita. Realmente sea quien sea el dueño de este sitio y cualquiera fuese el motivo por el cual los ha llevado allí es seguro que no le falta nada de dinero. Todo parece antiguo sin embargo ni una mota de polvo cubre la superficie.