Partida Rol por web

El vivero era el sitio que podía esconder las hierbas, de eso no cabía duda. Así que todos se pusieron a buscarlas, algunos también pensaron que una pala o unas tijeras podrían ser de utilidad. Nacho fue el primero que halló, abajo de la caja de jardín (de herramientas de jardinería) una bolsa de tela rústica. Cuando la abrió vio unas hebras oscuras, algunas verdes, otras rojas y un par amarillas, que además estaban al lado de unas hojas picudas (como las hojas de pino). El olor era dulce, como a manzanas.

Miguel no tuvo suerte en su búsqueda pero le alegró el descubrimiento del otro muchacho. Esa parecía ser el rejunte de hierbas usadas para el hechizo y además parecían frescas. David halló un par de tijeras de podar, de tamaño considerable y Nacho encontró una pala pequeña. 

Marta se quedó mirando las hierbas y sin decir palabra, sonrío al ver que era muy probable que esas fueran las que necesitaban...

He encontrado un saco con hierbas... dije en voz alta mientras contemplaba el interior. 

No reconocía las plantas, pero, realmente, tampoco me interesaba mucho.

Si no tenemos más que buscar aquí... Opino que deberíamos seguir. Nunca se sabe cuando se nos va a presentar la planta carnívora mascota de alguien

Venga, una cosa menos. Sé que es arriesgado volver a separarnos, pero creo que deberíamos dividirnos y tratar de peinar más rápido el edificio. Nuestro mayor temor era Goliath y parece que hemos encontrado la manera de tranquilizarlo. Hasta el momento solo hemos dado con fantasmas que o bien nos han ayudado o bien no han terminado de llevarnos con ellos. Así que si os parece bien podemos dividirnos en dos grupos, o ir cada uno por un lado. ¿Cómo lo véis? Así terminaremos antes y podremos escapar de esta casa de locos...

Me guardo las tijeras en el cinturón improvisado y me sacudo el polvo de las manos, es sólo un gesto, para poder sacarme la mugre de verdad no bastaría ni aunque me diese una paliza.

- Sí, los fantasmas no parecen ser peligrosos, de lo que tenemos que temer es de la misma casa, así que no creo que separarnos sea muy perjudicial. Pero aún así no haremos más de dos grupos, de otra forma uno tendría que ir solo y eso sigue sin gustarme ¿De acuerdo todo el mundo? Bien. Nacho, Marta y yo por un lado, vosotros dos por otro.

Puse cara de asco cuando escuché a David decir mi nombre.

¿Quiere que vaya con él? No, si en el fondo debo de gustarle... Puaj

¿Tú y yo, juntos? ¿Lo próximo una cena a la luz de las velas? Dejémoslo en buscar, ¿vale?

- No voy a mentirte, no te soporto aunque seás útil. Pero resulta que te veo tan útil como de poca confianza, prefiero tenerte cerca. Además, no me gustaría que te pasase algo y no estar yo ahí para verlo.

Digo con un sonrisa de oreja a oreja.

- ¿De acuerdo pues? Que yo sepa y me acuerde nos dejamos dos puertas sin abrir, una en el primer pasillo, por el que bajamos y otra en el segundo. Si sigo pudiendo calcular bien las distancias y suponiendo, que es mucho suponer, que la casa también lo hace, la habitación del primer pasillo es bastante pequeña. Miguel y Fred, deberían ir allí y nosotros a la otra. Vamos.

Espero a los demás en la puerta del segundo pasillo, no sigo andando hasta no estar seguro de que Marta me sigue. A Nacho le pueden dar bien por el culo, aunque prefiero tenerlo controlado tampoco voy a pararme a esperarlo.

Claro, ya se lo que quieres ver, pero te vas a quedar con las ganas dije medio riéndome mientras avanzaba tras él y le adelantaba cuando se quedaba esperando a Marta

Nacho, Marta y David van a ir al pasillo 1b, a abrir esa puerta y Fred y Miguel van a ir al 2b a la única puerta que queda abierta.

Marta junto con David y Nacho, se dirigieron al pasillo anterior, para revisar mejor la casa, abarcando más cuando se separaban, aunque no siendo tan ingenuos como para ir solos.

Encontraron, tras la puerta, un cuarto derruído. Había una cama no muy grande, podría ser para un niño o adolescente, un escritorio con los cajones abiertos, varios cuadros y una sillita también de poco tamaño.

Además, había una especie de baúl de juguetes contra una de las paredes.

Fred y Miguel continúan pero por este pasillo, hasta la puerta del final. Se encuentran con una especie de sótano. Está todo roto y la mayor parte de la pared es de ladrillo.

Hay una única ventana, en un extremo, muy alta, por la que se ve oscuridad. Además parece existir una chimenea pero que está bloqueada por sendos ladrillos. Parece que alguien quiso tapar algo allí...

Lo cierto, también es, que hace mucho mucho frío en ese cuarto, uno que cala hasta los huesos.

- Sigue ocurriendo lo que yo pienso, cuando estamos en la realidad todo es viejo andrajoso y es de noche, pero cuando pasamos al plano paralelo donde están los fantasmas todo es precioso y de día. Seguro que alguna conexión hay entre todo esto.

Cuando dijo estas palabras se puso a buscar entre los escombros en busca de algo que le pudiese servir de utilidad y luego hechó un vistazo ahí fuera para ver si podía ver algo ahi fuera.

Era de noche en esta habitación, era complicado saber cuánto seguir el paso del tiempo con tantos lugares y ambientes diferentes dentro de la casa. Helaba dentro de la habitación y la chimenea estaba completamente sellada por ladrillos, sin duda estas frías paredes echaban de menos un la calefacción.
Esta chimenea se ve interesante, no? Le dije a miguel. Porque la habrán sellado?
Me acerque  a la chimenea para revisar los ladrillos.

Cuando Marta se pone a mi lado saco las tijeras y me sitúo cerrando la marcha hasta la habitación no visitada. Aunque en un principio me pareció perfecta la idea de las tijeras me voy dando cuanta de que como arma es muy incómoda, voy con las dos manos agarradas a ella como si estuviese buscando agua en la zona. Espero que si me toca usarlas la iluminación divina me ayude para que el que acabe ensartado no sea yo.

- ¿Pero quién habrá vivido aquí? Me faltan falta gente en la historia- digo, acercándome al barril de juguetes con las tijeras preradas para lo que puede encontrar dentro.

Los cajone están abiertos, no nos costará demasiado revisarlos y no parecen peligrosos. Pero el baúl puede esconder algo, cualquiera se fía, yo prefiero quitarme la duda cuanto antes. Me pongo a un lado de la tapa y con una mano intento levantarla de un golpe, preparándome por si algo se esconde dentro.

Si lo consigo y no hay nada a lo que enfrentarse, inmediatamente me pongo a buscar el resto de ingredientes de nuestra receta voodoo para escapar de esta casa.

A saber respondo a la pregunta del mendigo

Esta casa me parece de lo más intrigante pensé más allá de la preocupación por morir. 

No dejaba de ser un hombre de ciencia, y a las cosas que no encontraba explicación me llamaba demasiado la atención.

Me puse a registrar la habitación para ver si encontraba algo que me ayudara a descubrir este misterio

Miguel miró primero alrededor, intentando notar algo fuera de lo común. No vio nada, al menos a simple vista. Luego, oteó por la ventana, subiéndose a una silla olvidada en un rincón. Afuera, lo que reinaba era una noche oscura... sin estrellas y sin luna.

Fred, por otro lado, se aproximó a la chimenea diciendo:

Esta chimenea se ve interesante. ¿Porque la habrán sellado?

Y empujó un ladrillo que notó un poco flojo. Éste se movió y se cayó hacia adentro, revelando una habitación tras la chimenea, al menos se podía ver un tipo de luz rojiza. Pero para mirar mejor habría que acercarse e intentar sacar más ladrillos.

Un frío espantoso salió de ese único hueco y sopló por todo el recinto, pareciendo susurrar un nombre.

-Lizz....

David es intrigado por el cajón que hay en un costado, ese que tiene un juguete encima. Lo trata de levantar pero la tapa parece demasiado pesada y no cede. Debería pedirle ayuda a otro de los jóvenes para hacerlo. Eso, o quizás es que alguna magia oscura lo mantiene cerrado. Después de todo en esta casa ya no hay sitio para las sorpresas.

Marta está quieta, viendo todo en silencio.

Nacho se pone a registrar el resto del cuarto y lo único que descubre está abajo de la cama. Lo saca, cubierto de polvo. Es un muñeco: un pequeño osito de felpa al que le falta un ojo, pero en su lugar, le han puesto una piedra preciosa. Eso le hace acordar al espectro que les dijo sobre la receta.

Marta, viendo lo que David intenta hacer sin éxito, se acerca para echarle una mano en abrir el baúl. Entre ambos lo logran y lo que ven adentro es un pequeño esqueleto humano, abrazando a una muñeca.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo cuando noté una corriente de aire helado por mi espalda. Cuando me giré vi que Fred había encontrado un ladrillo suelto en la chimenea y me acerqué a él para ayudarle por si encontrabamos alguno más. 

- Espera Fred, quizá entre los dos pueda ayudarte con eso. Dicho esto se acercó al muchacho para empujar algún ladrillo más.

Oh, Dios mío. No puede ser. Me caigo al suelo con un triste gemido al ver lo que hay dentro del baúl, soy incapaz de mirar ahí dentro. Es ella, no puede ser otra, mi pequeña. Suelto inconscientemente las tijeras, las lágrimas apenas me dejan ver nada. Me levanto agarrándome al borde del baúl para comprobar que no es una ilusión, que sigue allí. Acerco una mano temblorosa a ese cráneo desnudo y acaricio esa superficie fría y áspera que en nada se parece a lo que antes fue.

- Jeanine.

La luz rojiza que salía de la chimenea revelaba lo que parecía otra habitación, y el viento frio me helaba la sangre. Sabía que había algo allí y debíamos arriesgarnos a buscarlo.
Seguí removiendo los ladrillos con ayuda de miguel…

Qué poco siniestro dije cuando cogí el oso y vi que tenía incrustado una piedra preciosa en el ojo.

Volviéndome hacia los otros dos, les dije

Mirad, ¿no os recuerda esto a la...?

Me interrumpí al ver la reacción del vagabundo al abrir el baúl. Me acerqué y me llevé un pequeño susto de la impresión. 

No tardé en recomponerme, parecía que ya nada me iba a terminar por asustar. El vagabundo pronunció un nombre al ver el esqueleto. Mirándole extrañado, le pregunté

¿Quién es Jeanine?