Partida Rol por web

Ciertamente es peligroso, pero no es bueno que lo dejemos aquí...

Stan miraba atentamente a Keks cómo hacía para identificar los objetos mágicos. Él tenía algunas nociones de magia, pero muy rudimentarías y sólo para ayudarle en su trabajo, pero nunca estaba de más aprender algo nuevo.

Estoy con Keks en lo del veneno, es demasiado peligroso. Diría de tirarlo al suelo con cuidado y luego taparlo. Porque en el agua a lo mejor podemos hacer un desaguisado sin proponernoslo. Aunque en esta isla quizás sea lo mejor.

En cuanto al equipo mágico no hay nada que me interese. Y del normal me quedaría con la ballesta, que tiene más alcance que la mía.

Tirarlo al suelo puede ser tan peligroso como tirarlo al agua. Si os da miedo conservarlo, yo lo haré.

-Buah, vender ese veneno solo servirá para hacer felices a unos cuantos servidores de Norgorber, que enviarán a unas cuantas almas al regazo de Pharasma antes de tiempo.

-Si lo quieres tómalo... pero yo no pienso ni acercarme.

-Nos llevamos las armaduras y las pociones... y propongo avanzar un poco hasta encontrar un sitio donde descansar... llevándonos el cuerpo de Morgana. Supongo que tu engendro podrá cargar con ella, Xan.

Tranquilo Keks.

Con sumo cuidado, Andrej abre su mochila y guarda en ella el veneno.

Robert vio las cosas que desvalijaban de los cuerpos, pero nada de ello llamó su atención. No le gustaban los venenos que acaban con la vida de cualquiera en un santiamén. Y las armaduras que veía no le llamaban su atención teniendo la coraza. Se acercó a recoger su espada de dos hojas, pero miró a los demás por si acaso querían que llevase alguna cosa, al fin y al cabo, su fuerza le permitiría hacerlo.

- Nada de todo este equipo me interesa. Y si no te importa, Keks, preferiría llevar yo el cuerpo de Morgana.

Dusan pegaba saltos a vuestro lado, sin ninguna intención de ayudaros a cargar nada. Él tenía sus objetos, no quería ni recompensas ni oro. Sólo quería salir de la isla y sabía que, para ello, tendríais que encontrar antes a los Razmiri.

- Darse prisa. Darse prisa.

-No me importa lo más mínimo Robert.-dijo Keks con tristeza. Sin volverse a mirar la cara de la mujer.

-Meted las cosas en mi mochila, es mágica. Empezad supongo con las más valiosas... y ya podemos seguir.

Mientras los demás se dedicaban a recoger el botín, el guerrero se desplazó con cara de pena hasta la pobre mujer y se arrodilló a su lado.

Sólo cuando puso la mano sobre sus ojos para terminar de cerrar sus ojos, sólo cuando la sangre de su herida manchó su mano; sólo entonces una solitaria lágrima se deslizó entre sus pestañas y fue a descansar sobre el rostro de la mujer.

Agarrándola con suavidad, Robert se levantó en un gesto de respetuoso silencio con el cuerpo de la maga entre sus manos.

Stan recogió las cosas que se habían repartido y las colocó en su mochila. La ballesta la preparó y la llevó en las manos por si volvían a tener más encuentros.

Procuraba evitar mirar al cadaver de morgana. No era la rpimera muerte que veía, en su oficio era algo más que una posibilidad. Pero por alguna extraña razón esta le afectó más de lo que esperaba.

Debe ser alguna cosa de esta maldita isla.

Cuando estuvo listo esperó tranquilamente a que el viejo loco volviera a abrir la marcha.

Emprendisteis la marcha.

Teníais especial cuidado con no tocar el agua del río. Dusan os advertía una y otra vez lo horrible que sería tocarlo, aunque Morgana, Xan y el propio Stan ya habían comprobado de lo que era capaz el agua de aquel lugar terrible.

Poco tiempo pasó cuando os disteis cuenta de que el tiempo parecía empeorar. Estabais subiendo a través de la ladera de la montaña. Esta parecía internarse dentro de las nubes negras y moradas que generaban la maldita tormenta que hacía que nunca fuese de noche en aquel lugar. La marcha era cansada, y tan sólo Dusan paracía seguir un ritmo más que aceptable. El peso de vuestras mochilas hacía cada paso más complicado y avanzabais a duras penas, con dolor en las piernas y en los pies y con menos animo del habitual al haber perdido a una compañera...

Fue entonces cuando ocurrió la segunda de las desgracias. Un destello morado surgió del cielo y uno de los rayos se estampó contra el suelo cerca de vosotros. La marca negra que dejó en el suelo fue horrible. Dusan os apremió:

- ¡Corred! ¡La tormenta es mala! ¡¡¡PELIGRO!!!

Y asi lo hicisteis, corristeis como locos en busca de un lugar seguro. Otro de los rayos cayó a unos metros de distancia a vuestra derecha. Y por fin, un tercer rayó cayó sobre vosotros.

Quedasteis esparcidos por los suelos, en varias direcciones. Era como si la honda de una explosión de pólvora os hubiera empujado, una mano de fuerza mágica invisible. Y al giraros, visteis el cuerpo de Xan (que había estado muy callado, al verse afectado por el veneno) inherte en el suelo y de un color negruzco, un olor a chamusquina y la seguridad de haber sido alcanzado por un rayo al humear su túnica y su cuerpo.

Por todos los...-Andrej está a punto de maldecir cuando ve el cuerpo de Xan...

Parece que nuestro compañero visitará a la Señora antes de la cuenta. Al menos ha sufrido poco...

La emoción en la voz de Andrej es real, pero se nota que está acostumbrado a ella.

No podemos permanecer fuera mucho tiempo con esta tormenta hay que buscar refugio ya...

Si la isla no le causaba suficiente desasosiego, la tormenta lo empeoró aun más. Miró una vez más al viejo loco que se habían encontrado y que decía que llevaba tiempo viviendo allí.

Diantres. El volverte loco es lo mínimo que te puede pasar aquí. El milagro es seguir vivo.

Se caló aun más hondo su capucha y decidió aumentar el ritmo para no mojarse demasiado, cuando empezó lo peor. Los rayos. Cada vez caían más cerca. El primero ya fue un aviso, pero el segundo era demasiado. Se giró a los demás para quejarse cuando vio el cuerpo de Xan.

Esta mierda de isla quiere...

No. No puede ser.

El picaro se acercó rápidamente al cuerpo del invocador.

Maldita sea. Maldita sea. Maldita sea.

Estaba claro que había muerto. Aun así Stan tiraba del cuerpo para tratar de levantarlo.

Ayudadme. No podemos dejarlo aquí.

Dusan se quejó.

- Estás loco. Estás loco.

Pero fue el que salió de la cobertura que tanto él como Andrej habían divisado y arrastró con Stan el cuerpo del hechicero hasta buen resguardo. Una vez allí, los jadeos y el silencio hicieron eco entre los supervivientes. Ya sólo quedaban cuatro. Cinco si contabamos al loco que se habían encontrado en la isla.

¡Blam! todos por el suelo, Dusan decía la verdad... el peligro era tremendo, a cuatro patas Keks se arrastró lleno de fango hacia la cobertura. Se dio la vuelta para mirar...

Xanfalcon había muerto, lo supo en cuanto vio el cuerpo. Todos estaban condenados, por su deber y su testarudez, por aquella isla maldita. Keks se quedó en el refugio esperando a que trajeran el cuerpo de su compañero, de su amigo, cuando llegaron no les miró a la cara.

No quería que le vieran llorar.

Robert corría y corría con el cuerpo de la mujer en brazos cuando comenzó la lluvia. Y siguió corriendo cuando comenzaron los rayos.

La lluvia se mezclaba con el sudor que se desprendía de su frente por el cansancio, y cuando al fin consiguieron algo de cobertura, se aseguró de que el cuerpo de la chica estuviese bien.

Había estado tan ocupado en seguir hacia delante, en seguir corriendo, que no se había dado cuenta de que uno de ellos no lo había conseguido.

Cuando dirigió la vista atrás y vio a Xan en el suelo ya era tarde, lo supo desde el primer momento.

Y por un momento su mente supo que acabarían así todos. Si no por la tormenta, por los enemigos, y si no, por el agua. Había infinidad de motivos para morir en esa isla, y ninguno le atraía lo más mínimo.

Maldición... No dejaré que eso ocurra.

- ¡Daos prisa, chicos! ¡No dejéis que uno de esos rayos os alcance!

Finalmente todos estaban juntos. Cobijados. Los cuerpos de Xanfalcon y de la chica junto a ellos. No sabían si era pronto o tarde, pero Dusan no tardó en hacerse oír.

- Descansad. Dormid. Es mejor dormir ahora que después dentro. Además yo os dejaré en las puertas. Las grandes puertas. Por nada del mundo entraría ahi dentro. Esa ciudad está maldita. Es mejor que descanseis ahora. Es importante descansar ahora. Y tarde, o sí. Es muy tarde. Dormid. Yo haré una guardia. La primera. Despertaré a Robert para hacer la segunda. El resto dormid.

Andrej examina el lugar y mira dónde están las posibles vias de agua y cómo colocarse para que no se les vea desde fuera. Está claro que es un hombre que sabe como moverse en territorio hostil y lo demuestra.

Está bien, descansemos, pero habrá que vigilar. No querría sorpresas desagradables por la noche...