Partida Rol por web

Robert había logrado acabar con una de las estatuas, como era normal para un guerrero de su calibre, y Stan pudo evitar un nuevo ataque de la que quedaba.

No creo que vaya a durar siempre, mejor acabar cuanto antes.

Viendo que Andrej flanqueaba con él, Stan lanzó una nueva estocada que se hundio ligeramente en la piedra. Por fortuna su arma pareció salir indemne.

-¡Vamos Robert, que solo nos queda una! ¡Que Gorum, dios de las batallas, te ayude a tí!

Robert se lanzó a por la estatua que quedaba con la firme convicción de liquidarla.

Agradeció en su mente a Keks su conjuro y pasó a ayudar a sus dos compañeros.

Al ver a Andrej moverse, decidió olvidarse de Stan y se volvió hacia un nuevo oponente. El ataque con el Alfanjón que llevaba la cariátide resultó exitoso, y un fuerte golpe hizo que Andrej diese un pequeño paso hacia atrás.

Por una vez, un combate no iba demasiado mal, habían logrado acabar con uno de los enemigos y herir gravemente al otro.

Al final acabaremos por trabajar como grupo. Si al menos soportara a alguno...

Una vez las personas se hacían mayores, era más difícil hacer amigos. Y Keks no era precisamente joven, a pesar que con su vínculo habitual con el plano de la energía positiva se mantenía mejor que alguien con tres lustros menos.

Somos demasiado mayores para empezar de nuevo. ¿Eh xanf...? empezó a pensar, empezó a decir...

Mierda. Xan. Joder, pues acabaré el trabajo, aunque sólo sea por tí.

Keks avanzó y mejoró las posibilidades de Stan de golpear.

Andrej dolorido se mueve para que Stan aproveche su posición mientras lucha por cubrirse de futuros golpes.

Andrej se había llevado un buen golpe por flanquear con Stan, por lo que el picaro no podía desaprovechar la oportunidad que le brindava. Al igual que el inquisidor, Stan dio un paso para ponerse en posición y atacar.

El estoque se clavó esta vez mas profundamente, pero el arma del picaro pareció resentirse por la dureza de la estatua.

Con una tremenda estocada, el pícaro atravesó a la estatua que quedaba en pie. Esta, con un extraño alarido, se convirtió en un montón de polvo dorado.

El combate había acabado, pero no sin sus consecuencias. Tanto el arma de Andrej como la de Stan, tenían numerosas grietas por los golpes.

Keks ofreció su arma a Andrej. -Toma si quieres esta morningstar, no es mágica pero yo puedo encantártela...

Stan miró su estoque mágico. Era una de sus posesiones más valiosas, y en el último ataque contra la estatua había quedado muy dañado. Lamentandose mucho lo enfundó para poder repararlo en cuanto tuviera ocasión.

Maldita sea. Espero que no nos encontremos con bichos que sólo se les pueda afectar con armas mágicas. Porque esto ya no sirve para mucho.

-Si tienes otro yo te lo puedo encantar.-dijo Keks.

Stan sacudió la cabeza ante el comentario de Keks.

Tengo más armas, pero no más estoques. Y el del cabrón que nos encontramos antes no lo recogí porque ya iba muy cargado.
Pero bueno, que indefenso no estoy. Tranquilo.

Procuraré devolvértela en buen estado. Ya repararé la mía en cuanto pueda.

Robert miró los restos de las estatuas y las armas de sus compañeros destrozadas.

- Si alguno lo necesitáis, no tenéis más que pedirme mi arco o mi espada de repuesto, ya lo sabéis.

Su doble cuchilla no entraba en ello, por supuesto. No por otro motivo que la posibilidad de que se cortasen con ella.

Keks se acercó a Andrej y sacando una varita de su mochila, operación en la que tardó un montón a pesar de ser mágica, sanó las heridas de Andrej y de Stan.

Luego la guardó y señaló el camino. -Sigamos, ya debemos de estar al lado. No podemos perder tiempo

Xanfalcon, ésto lo haré por tí.