Partida Rol por web

Robert les miró a todos y asintió.

Ya se habían decidido.

Cogió carrerilla y cargó contra la estatua sin ningún tipo de temor en la piel.

Robert se avalanzó sobre las criaturas, con el beneplácito (o al menos eso parecía) de Pharasma. Stan estaba cerca de Robert, pero aún no se había internado en el puente. El ataque fue certero y eficaz, la hoja chocó contra el cuerpo de la estatua cariátide haciendo una mella en la misma.

El arma del guerrero rebotó y transmitió a través del metal el fuerte golpe, haciendo que la mano de Robert temblara considerablemente.

Guía mi brazo, Pharasma...

Mientras dice eso, Andrej desenvaina su arma...

-¿Alguien quiere que convierta su arma en mágica?- dijo Keks, dudoso de que las armas no fueran a partirse contra las estatuas... si todo era parecido a lo que pasaba con el golpe de Robert...

Stan quedó sorprendido al ver que el poderoso ataque de Robert apenas hacía mella en la estatua. Y se preguntó si no estarían ante una estatua de verdad. miró su fino estoque y con un suspiro dio un rodea para colocarse y poder flanquear con el guerrero.

La mia ya lo es. Así que espero que aguante.

Dicho esto lanzó una estocada a la estatua pero chirrió en su dura piel.

- ¡No me vendría nada mal, Keks! ¡No sé si mi arma aguantará mucho este combate!- El guerrero esperó a que su amigo respondiese, antes de volver a atacar.

Viendo que era complicado golpear a las estatuas, Keks bendijo el combate.

-¡Vamos! A por ellas.

El guerrero se lanzó al ataque en cuanto notó la magia del clérigo recorriendo su cuerpo.

Las cariatides comenzaron su ataque. Mientras que la primera se enfrentaba a Robert, la segunda cargaba contra Stan. Pero los ataques fueron infructuosos y no alcanzaron a sus enemigos.

Andrej avanza con cuidado contra las criaturas y golpea a una de ellas con su maza. El golpe es tremendamente preciso, pero solo logra arrancar esquirlas de su superficie...

Están vio como una de las estatuas se lanzaba contra él, pero por fortuna pudo evitarla en el último momento. No obstante su situación no era nada recomendable. Aun así no podía retirarse, ya que estaba ayudando a Robert a golpear a la suya. Si era capaz de acabar con una rápidamente, la otra no sería mucho problema.

El picaro sintió como la magia de Keks le ayudaba y clavó la espada, esta vez sí, en su enemigo. Aunque el chirriante ruido de metal contra metal le sacaba un poco de quicio.

Keks, esperanzado por el inico del combate, se acercó a Andrej y le imbuyó del poder divino.

-Que tu diosa, Pharasma, te guíe en estos oscuros momentos.

Robert siguió combatiendo contra su nuevo enemigo mientras lamentaba el tiempo perdido. Tenían que seguir avanzando.

Stan, Andrej y Robert efectuaron sus ataques mientras Keks ayudaba desde una distancia un tanto más prudencial. El golpe de Robert acabó con una de las estatuas que se convirtió en un montón de polvo tras el golpe del guerrero.

Mientras, la otra, lanzaba un ataque fortísimo contra Stan. Pero el golpe fue tan lento, que el picaro no tuvo ningún problema en evitarlo.

Andrej se mueve maniobrando alrededor de la estatua para no sufrir ningún ataque por su parte, al llegar a la posición ventajosa con Stan, golpea con fuerza a la criatura. El golpe es más fuerte que el anterior, y quizá por eso una grieta se abre en la cabeza de la maza...