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La Conspiración del Halcón: El Maestro Halcón

Capítulo 2: Un Misterio Ancestral

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31/01/2019, 14:29
Raff

Raff guarda su arma, extrañado.

Bueno, eso fue... algo—dijo encogiendose de hombros. No se iba a quejar mucho, no tenía ganas de recibir más puñaladas.

Volteandose hacia las mujeres les pregunta

¿Qué estaba pasando?

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31/01/2019, 18:51
Élise

Si con la primera orden sospechó que algo raro ocurría, con la segunda no le quedó la más mínima duda de que allí pasaba algo fuera de lo normal. Con magia de por medio, muy probablemente. Alerta, se centró en la mayor de las dos, analizando y buscando una respuesta1, hasta que los rufianes se fueron.

Bajó la espada, que apuntó al suelo, pero en ningún momento envainó ni guardó el escudo. Tampoco cortó la conexión con Heironeus, por lo que las bendiciones otorgadas por su fe permanecieron sobre ella, protegiéndola; no se fiaba de aquellas mujeres y, por supuesto, menos aún de los bandidos, por muy sumisos que parecieran.

Con paso decidido y gesto contrariado, alerta, se acercó hasta las dos aparentes víctimas a las que sin duda no habían salvado de nada, y observó con atención, clavando en ellas una mirada entre acusadora e inquisitiva.2

¿Quiénes sois? —exigió saber, más que preguntar—. ¿Qué estaba ocurriendo aquí?

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Conocimiento de conjuros

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+3)=23

Notas de juego

1. Conocimiento de conjuros a ver si sé que ha hecho.

2. Averiguar intenciones para saber si mienten y cuales son sus intenciones.

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02/02/2019, 21:23
Hodrum

Hodrum no comprendía que estaba pasando allí, pero Barakanar le pidió que no las vaporizase lo que quitó emoción a la situación.

- Está bien Barakanar, pero si actuan raro les meto un virote en el cuerpo. - Guardó la bola de guano y el azufre que tenía preparado de nuevo en la bolsa para componentes pero no dejó de apuntar a las dos mujeres, prestando mayor atención a sus movimientos y gestos cuando Élise se acercó a ellas.

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03/02/2019, 10:09
Jallarzi Sallavarian

Una vez que se han ido los asaltantes, la anciana se quita el sombrero para descubrir una hermosa mujer vestida con sedas dignas de un noble y brazales de cuero rojizo, de alegres ojos azules y na hermosa mata de pelo que cae en dorados bucles.

La pelirroja sonríe, revelando un par de hoyuelos en su cara -. ¡Estabais intentando salvarnos! ¡Qué valientes sois!

- Perdonadnos - interviene la rubia -, No era nuestra intención atraparos en nuestro deporte favorito. Mi nombre es Jallarzi Sallavarian y ésta es mi amiga Marial.

Reconocéis el nombre de Jallarzi como uno de los miembros de la Casa del Gremio, además de alto rango.

- ¿Cómo podría agradecer vuestra intervención? Hacen falta más personas nobles como vosotros en la Ciudad Libre.

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03/02/2019, 12:49
Raff

Si de agradecer se trata, explicaciones son un buen lugar para empezar— dijo Raff mientras saludaba con una leve inclinación de cabeza—Soy Raff. pero volviendo a lo anterior ¿Deporte? ¿Buscan ser asaltadas para enviar presos a los maleantes?— preguntó un tanto incrédulo, y quizás algo ofendido. Él personalmente no había asaltado a nadie con violencia, siempre se limitaba a cortar bolsas, o a entrar en caserones de gente pudiente sin ser visto. Pero había tenido amigos que si se valían de amenazar gente, y él sabía que no eran malas personas. Sus cuchillos eran solo para hacer show, aunque no fuera ese el caso de los bandidos que se acababan de retirar —¿Incitar al crimen no es también ilegal? No conozco la ley de Greyhawk...

El pícaro adquirió gesto pensativo, mano en la barbilla y todo, como tratando de recordar algo—Sallavarian... me suena el nombre, pero no se de dónde—mintió a medias. Sabía más o menos quien era la persona que tenía en frente, pero era verdad que no recordaba en cual de todas sus borracheras de la última semana habría escuchado el nombre por primera vez—¿Son famosas?

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03/02/2019, 13:22
Hodrum

Hodrum bajó el arma aunque todavía no la guardó. Ese nombre le sonaba, y haciendo memoria lo recordó. Pertenecía a la casa del gremio, donde se supone que se dirigían Raff, Barakanar y Sir Talasek.

Tenía intención de hablar, pero Raff se adelantó y al escucharle decir que no sabía quienes eran decidió acercarse hasta llegar al lado de Raff. - Jallarzi pertenece a la casa del gremio, donde vosotros os dirigiais. - Dijo susurrando para que no lo escuchasen las mujeres.

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03/02/2019, 20:14
Director

Notas de juego

Supones que el conjuro pertenece a la escuela Encantamiento. Probablemente ha utilizado algo parecido a Hechizar a las Masas, se te antoja una maga muy poderosa.

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04/02/2019, 10:27
Barakanar

Barakanar se acercó a Ser Talasek y le dió un leve codazo al escuchar a Hodrum. Igual hasta los dioses son propicios, deberiamos presentarnos y preguntarles por Mizraab.

- Saludos, mi nombre es Barakanar y limpiando un poco de sangre de la boca de su fiel compañero, y este es Findar.

Mis disculpas, se agachó y examino a su amigo siempre se pringa del todo, y luego va ensuciando las casas de los amigos dijo sacando un pañuelo y conjurando algo de agua para utilizar el pañuelo para limpiar los chorretones de sangre del Leopardo, mientras hacia un gesto a sus compañeros para que hablasen ellos.

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04/02/2019, 15:09
Élise

No la costó identificar los nombres de las dos mujeres, y por si alguna duda la quedaba acerca de su propia convicción, no tardó en despejarlas gracias tanto a las palabras de Hodrum como a su propia percepción; la magia que habían usado con aquellos hombres no era un simple truco de prestidigitación, sino un verdadero poder arcano. No cabía duda de que estaban ante dos grandes arcanas, no solo con renombre sino también con fuerza para respaldar cualquier cosa que se dijera de ellas. En cuanto se dio cuenta de ésto, se inclinó en una estudiada reverencia de corte marcial antes de hablar.

Siento el malentendido, mis señoras. Disculpad el atrevimiento y si os he ofendido con mis formas, no era mi intención. —Carraspeó, mirando de reojo a sus compañeros—. Nuestra intención. —Aunque tal actitud era no solo comprensible en aquella situación, sino adecuada dado el carácter del peligro al que perseguían y se enfrentaban, era necesario hacer ver el error que habían cometido al tratarlas como criminales, o siquiera haberlo pensado; en cierto modo, ella habría llegado a usar las armas contra ellas de haber desconfiado durante más tiempo, y en cierto modo se sentía culpable por su arrojo, por mucho que supiera que estaba excusado y que podía significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Sin embargo, el límite de la honra no exigía más de lo que ya había dicho. En seguida se irguió en el sitio y, pensativa, evaluó a las dos magas con la mirada, no de manera inquisitiva, sino valorando las posibilidades y, sobre todo, hasta que punto era aquello casualidad. A todas luces parecía serlo, pero en verdad tampoco importaba. Una coincidencia o no, los dioses parecían favorecer aquél encuentro y, por ende, su misión.

Lo cierto es que, si tuvieran a bien, si que podrían hacer algo por nosotros —comenzó, sin arriesgar—. Buscamos a alguien y creemos que podría formar parte de la Casa del Gremio. Tal vez hasta le conozcáis. Si pudiéramos hablar en privado, tal vez puedan ayudarnos. Es muy importante —quiso remarcar.

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07/02/2019, 10:56
Jallarzi Sallavarian

Talasek permaneció en silencio, la figura de Jallarzi le era conocida, no personalmente, pero sin duda gozaba de cierta fama.

Sí miró fijamente a Raff con la intención de censurar sus palabras pero, no era su momento. Jallarzi sabría cómo gestionar esa pequeña falta de respeto.

¿Provocar? - pregunta retóricamente la maga a Raff - No, no señor... ¿Raff? Es un curioso nombre. 

No, no hemos provocado a nadie. Estos rufianes han asaltado a dos supuestas desvalidas y me he servido de mi arte para encausarlos - Jallarzi hace una breve pausa observandoos a todos mientras os reunís -. No se si usted ha estado algún tiempo en la Ciudad. Las calles no son seguras y los asaltos se suceden cada noche. Además, para bien o para mal, gozo de cierta fama y atraigo los problemas como la miel a las moscas. Por eso prefiero usar mi sombrero mágico y aparentar otra persona, simplemente es más seguro.

Dando un respiro, concluye su alegato -. Volviendo al tema, ¿Se apiada usted de unos vulgares asalta ancianas? Son criminales y merecen ser juzgados.

Después hace un ademán para saludar a Barakanar y a Findar para finalmente dirigirse a Élise.

Nada que disculpar, corren tiempos oscuros y estamos agradecidas de vuestra intervención.

- Lo sentimos - continúa Mariel -. Solemos buscarnos problemas y, aunque sabemos defendernos, muchos desvalidos en esta ciudad no tienen tanta suerte. Nos dirigíamos al Fénix Dorado.

- Os gustaría acompañarnos - Comenta Jallarzi - Vuestra compañera tiene razón, es mejor no seguir llamando la atención aquí. Es un lugar agradable y quizá podamos invitaros a algo de beber por las molestias.

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07/02/2019, 18:40
Élise

Rápido, antes de que ningún otro decidiera responder primero y decir —como era demasiado habitual— algo fuera de lugar, intercedió la primera, respondiendo con educación y respeto al ofrecimiento de las mujeres:

Sería un placer acompañaros, mis señoras. Aceptamos con gusto la oferta, sabiendo el honor que hacéis a unos simples aventureros. —Con una sonrisa, envainó definitivamente la espada, se colgó a la espalda el escudo y realizó una leve inclinación, extendiendo el brazo en el proceso, invitándolas a ir delante—. Si pudierais hacer el favor de guiarnos.

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11/02/2019, 00:47
Hodrum

Hodrum no tuvo más remedio que guardar el arma ante las respuestas que dieron las mujeres. Élise se adelantó ante el ofrecimiento de acompañarlas, y la verdad es que en el punto que se encontraban quizás serían la mejor ayuda que podrían obtener por ahora.

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11/02/2019, 09:00
Barakanar

- Limpio, dijo Barkanar una vez acabado de limpiar los restos de sangre. Ahora nos dejaran pasear juntos, acaricio el pelaje de su amigo.

- Me gusta la idea de beber brevaje de raices, os seguimos, dijo el druida sonriente, por una rara vez

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12/02/2019, 12:40
Director

Jallarzi lidera la comitiva por las calles de la Ciudad Libre. Parece entusiasmarle la idea de tener un familiar como Findar y no duda en sonreirle y regalarle alguna carantoña durante el camino.

El Fénix Dorado tiene todas las cosas que hacen que las posadas de Greyhawk sean las mejores de toda Flaenia. El bar es enorme, y está lleno de juerguistas bien vestidos. Las ventanas se abren a las terrazas del jardín de la posada, permitiendo que el aroma de las flores se entremezcle con el fuerte olor a lúpulo y vino.

Una muchedumbre de clientes, muchos de ellos estudiantes del cercano Colegio Gris, se han arracimado cerca del centro de la habitación donde un hombre se sienta sólo en una mesa de madera broncínea. Todas las miradas están fijadas en una dragona, diminuta y bastante regordeta, que se sienta a la mesa, chillando alegremente y engullendo pedazos de un pegajoso pastel casi tan grandes como su cabeza.

- ¿Edwina? - exclama Jallarzi.

Al oír su voz, el hombre de la mesa se levanta y hace una reverencia. Sabedores de que el espectáculo ha finalizado, la multitud se disuelve.

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12/02/2019, 19:40
Élise

Mmm. Por supuesto, aquellas dos mujeres debían conocer a mucha gente; haber esperado que llegaran a la taberna y disfrutaran de un momento de intimidad para hablar del asunto que se traían entre manos había sido una necedad. Además, ellas no parecían —a juzgar por el trato afable y la actitud extrovertida que habían demostrado con, por ejemplo, Findar—, de las que iban a pasar desapercibidas en un lugar como aquél. En seguida quedó patente que así era, y Élise tuvo que aguantar las increpaciones que se le venían en la cabeza, conformándose con una mueca contrariada que, rápidamente, se apresuró a intentar ocultar bajo una máscara de educación no del todo sincera.

¿Deseáis que os dejemos, mis señoras? —A todas luces, no parecía agradarle la idea de que la respuesta pudiera ser un si. No tenían tiempo que perder, como para posponer aquello ahora que al fin habían logrado un avance—. Podemos vernos más tarde, si están ocupadas o tienen asuntos que tratar.

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15/02/2019, 09:55
Jallarzi Sallavarian

El hombre se sienta a la mesa, parece bastante educado y desprende un aura de cierta armonía. Es un hombre guapo de unos sesenta años. Mantiene su cabello plateado corto y lleva una barba gris bien recortada. Por su poderoso andar, uno podría decir fácilmente que se encuentra en excelentes condiciones físicas. Viste pantalones añil, una camisa poco ceñida y gafas con montura de alambre.

Ohh, disculpad a Edwina, es mi... compañera - dice Jallarzi señalando a la psudodragona que, por un instante se había quedado quieta para volver acto seguido a engullir diversos pasteles -. Es algo rebelde.

Os presento a Connery, miembro de la Casa del Gremio y un buen amigo. Espero que no os moleste que nos acompañe.

Connery hace una reverencia y se mantiene en silencio. Vuestros asuntos parecían más urgentes.

Disculpa querida-, dice de nuevo Jallarzi dirigiéndose a Élise - ¿Cuál era tu nombre? No encontraríamos mejor momento que este para charlar. ¿Hay algo que os inquiete?

Talasek devolvió la reverencia a Connery y se sentó tranquilo, aguardando en silencio.

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15/02/2019, 19:28
Élise

Habría preferido mantener aquello en secreto, y de no ser posible, al menos involucrar a los menos necesarios. Debían no obstante encontrar alguna pista, un camino que recorrer. El tiempo apremiaba, se acababa incluso, y aún no habían avanzado. Si así tenía que ser, adelante.

Con su permiso —dijo educada antes de sentarse también a la mesa, tal como había hecho el paladín. Mantuvo igualmente el silencio, como él, aunque aguardando con menos calma mientras todos los demás hacían lo propio. Una vez todos estuvieron acomodados, carraspeó y retomó la palabra—. Antes que nada, mis compañeros aquí presentes son —alzó el dejo y fue señalando uno a uno mientras les nombraba—: Barakanar y su fiel compañero Findar, quienes han abandonado los bosques temporalmente por el asunto que nos trae aquí. Hodrum, mago de profesión y siempre ávido de conocimientos. Raff, un hombre con diversas habilidades y buen... rastreador. A Sir Tasalek, renombrado miembro de ésta comunidad y destacado seguidor de St. Cuthbert, es posible que ya le conozcáis, aunque sea de oídas. Y yo soy Élise de Sable, fiel devota de Heironeus. —A lo mejor era excesivo, o incluso les podía dar igual. Pero cada palabra era importante por si misma, no solo para que se hicieran una idea de que grupo formaban, sino para que entendieran que jamás se habrían unido de no ser importante. Tanto que muchos habían muerto por ello, y pronto serían más. Consciente, bajó la voz—. Veréis, mis señoras, buscamos a un hombre que tal vez pueda ayudarnos en la misión que tenemos. No, tal vez no. Es el único que puede hacerlo, y es extremadamente urgente que demos con él. —Miró a Jallarzi directamente a los ojos y, con firmeza, simplemente lo soltó sin más—. Su nombre es Mizaab. ¿Le conocéis?

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19/02/2019, 11:18
Connery

Al oír el nombre de Mizaab, Jallarzi da un pequeño respingo mientras mira de reojo a Connery. La maga jamás hubiera pensado que un grupo como vosotros pudiera estar interesado en su leyenda. Al mismo tiempo, Edwina deja de engullir pasteles mirando fijamente a Jallarzi, sólo para comprobar que no era ella el objeto de su furibunda mirada.

Manteniendo un tono bajo y vigilando que nadie en la taberna os oiga, Connery responde a la mirada de Jallarzi:

Quienes estamos en esta reunión nos hemos dedicado a la búsqueda de la magia. Que ningún hombre entre, que solo desea ganancias personales, buscamos solo a los hermanos de nuestra causa. ¡Ay de quien nos engaña, los espíritus de mil magos, vivos y muertos, perseguirán su alma!

Tras recitar esta pequeña conjura, Connery se vuelve hacia vosotros. Su discurso ilustra claramente su gran inteligencia, pero tiene un brillo en los ojos que sugiere una naturaleza traviesa y juvenil.

Queridos amigos, la información que buscáis es confidencial de la Casa del Gremio y no debería salir de allí. Sin embargo, si tengo vuestra palabra de que os haréis miembros del Gremio, Jallarzi y yo os recomendaremos, podría compartir esa información con vosotros. Siempre que dispongáis de los recursos claro - aclara finalmente intentando mostrar confianza - Las tasas son de cien piezas de oro anuales y debéis pagar por adelantado un año.

Dando por hecho que sois gente confiable y que haréis lo que consideréis correcto, Connery continúa hablando con cautela de que nadie os escuche:

Debéis haber trabajado mucho y duro para conseguir esta reunión. ¿A qué atribuye esta motivación y determinación?

 

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21/02/2019, 00:27
Élise

Una repentina esperanza se truncó rápidamente, y la mueca de su rostro se tornó primero en duda y, por último, en simple estupor, tal vez mezclado con una ligera indignación. Por un lado, entendía lo que aquél hombre quería decir, La Casa del Gremio era una asociación, y los secretos que guardaban no debían ser para todos; como miembro de una Iglesia como la de Heironeus, comprendía aquello. Empero, sus condiciones eran algo que no podían permitirse, algo que estaba claro a la vista por el aspecto que daban. El mago debía haberse dado cuenta, y por ello no sabía hasta que punto sus palabras eran una verdadera oferta o, en cambio, se trataba de una burla. En caso de ser una broma, no le veía la gracia.

Era sin embargo su única pista, una que no podían desperdiciar ni pasar por alto. Muchas cosas estaban en juego como para que permitirse ignorar esa información fuera una opción. ¡Por los dioses! Cien piezas de oro eran algo que no podían reunir ni siquiera entre todos, mucho menos si se requería tal cantidad por persona. Y debía ser así, pues no quería pensar en que serían capaces de hacer aquellos arcanos si un miembro reciente contaba aquello que le confiaban a otros.

Su mirada se paseó primero entre sus compañeros, corroborando que solo era un sueño. Se detuvo momentáneamente en Sir Talasek, pero en seguida negó, ruborizada; no podía pedir al paladín que prestara aquél dinero, y aunque Eritai había ofrecido todo su apoyo en aquella empresa, no veía bien endeudar al Templo con algo así. Era algo que debían hacer ellos, solo que no se le ocurría ninguna forma de hacerlo. O tal vez... Suspiró, resignada. Era la única manera.

No podemos pagar eso —dijo en voz baja, casi en un susurro—. Pero puedo conseguirlo, para todos. Yo... —Había luchado toda su vida para conseguirla, desprenderse de ella era difícil. Pero su misión era salvar vidas inocentes. Si debía hacerlo desnuda y luchar con los puños, lo haría. Poco a poco, su voz fue tornándose más decidida—. Daré mi armadura como pago. Vale mucho más que lo que pedís, valdrá para todos. Os la entregaré, como prueba de nuestra completa implicación en esto, de la importancia de la misión que debemos acabar. —Clavó la mirada en Connery—. Es todo lo que tengo, no puedo ofreceros más que eso, o mis servicios si eso sirve en pago.

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23/02/2019, 21:11
Raff

No respondió de vuelta a la maga. Asaltar ancianas con violencia era un acto indefendible, asique se limitó a cerrar la boca. Caminó las calles en silencio, hasta llegar a la posada. No la recordaba por el nombre, pero si había pasado por en frente un par de veces en la semana pasada. Demasiada gente, demasiado ruido, en su momento había decidido no entrar, pensando que el tipo de información que pudiera conseguir en el lugar no sería de la barata.

Y tan lejos de la verdad no estaba, viendo quienes eran los que frecuentaban el lugar. Hasta habían permitido que la maga entrara (y dejara sin vigilar) un ¿Dragón? Se parecía, aunque tuviera el tamaño de un gato y no el de un edificio.

Raff miró a Élise levantando una ceja. Sabía que era la última en llegar al grupo, pero había supuesto que a estas alturas lo conocería mejor. O quizás no. El guardar todo dentro de su morral hacía siempre dificil el saber en qué consistían las pertenencias del pícaro.

Es cierto que no es barato... pero yo puedo pagar una admisión— afirmó— o dos si es necesario— agregó con un gesto de dolor

El pícaro nunca se dejaba ver con lujos extremadamente caros, principalmente porque sabía que ostentar riqueza era una forma muy facil de perderla. Pero una infancia de vivir en las calles lo habían hecho precavido, y siempre tenía un colchón de oro para las emergencias o los matones con ganas de romper piernas.

El problema es el secretismo. Todos necesitamos hablar con él sobre su trabajo... —dijo con rostro preocupado, pero luego continuó con una medida sonrisa socarrona.—O que quien hable con él pierda accidentalmente las notas que pueda tomar de tan magnánima conversación—dijo como si no fuera nada del otro mundo implicar que uno pretende deliberadamente entrar en una organización para filtrar sus secretos— En el hipotético de que alguien rompiera esa norma ¿De cuanto es la multa?— eran magos, quizás el castigo consistiera en un destierro a un plano inhospito, pero era mejor no sugerir nada desfavorable— ¿Y si fuera para evitar una catástrofe de proporciones cósmicas? ¿Hay posibilidad de indulto?— mezclar una broma exagerada solía hacer que la gente no se ofendiera tanto a causa de alguna insolencia escondida. No pretendía engañar a los magos, pero quizás pudiera hacerles gracia.