Partida Rol por web

Humpf... hum... - tose levemente el anciano -. Habla usted muy rápido querida ... je je je humpf - su leve risa acaba en otra carraspera sin importancia.

Este no es un lugar donde pueda encontrar mucha gente, je je je - Gratius intenta ser amable a su modo -. No conozco a la persona de la que habla y si supiera de él tampoco se lo diría...

El hombre empieza a señalar las distintas alas por las que podrías acceder a las diversas secciones de la biblioteca a todas se accede por un gran arco con un letrero indicando la categoría de los libros que alberga tras él.

Las secciones de Historia, Geografía y General puede que contengan algo de lo que busca. Le deseo suerte, je je...

No ignoras las últimas palabras de aquel hombre. La biblioteca era inmensa y debía albergar millones de libros. Reducir la búsqueda a la mitad de ellos tampoco era nada alentador.

Miró fijamente a aquél hombre¹, que parecía de fiar, al menos con aquellos que se ganaban su confianza; si Mizaab hubiera sido una de esas personas, significaba que le protegía. Tal vez, incluso, creyera que estaba en peligro si alguien le buscaba. Debía hacer que la ayudara, o jamás encontraría nada allí por su propia cuenta. Ya fuera con información sobre el mago, o en la búsqueda de los libros que necesitaba, sola no podría tener éxito.

—¿Está seguro de que no puede ayudarme? —Sonrió, esperanzada, mientras se recostaba aún más sobre el escritorio y, sutilmente, posaba su mano sobre la del bibliotecario; tuvo que contener una mueca de asco ante su propia actitud, pero se había dado cuenta en seguida de que ese hombre tenía debilidad por ella, y debía aprovechar sus innatas cualidades—. Tal vez podría ser más específico. Seguro que es usted sabio y conoce bien todos estos vastos conocimientos, estoy convencida de que podría dirigirme mejor por estas enormes salas, y yo... —Le miró de reojo, haciendo una caída de ojos—. Le estaría muy agradecida.²

- Con tus conocimientos en los bajos fondos puedes buscar a algun miembro, Raff?, dijo Barakanar pensativo, Otra opcion es, hizo una pausa mientras observaba el edificio, es intentar entrar por el tejado y buscar dentro del edificio, pero siendo el gremio estara lleno de trampas magicas y alarmas.

- Asi que puede ser peor el remedio que la enfermedad, miro a Ser Talasek, Ser, vale que vos o Eritai no podais entrar, pero quien podria conocer quien es miembro del gremio.

- ¿ Igual nuestro estupido capitan de la Guardia ?, dejo caer el druida

—Conozco gente en los bajos fondos, solo que no en los bajos fondos locales. Es la primera vez que vengo por la ciudad y apenas si conozco a un tipo con pintas raras con el que compartí un par de cervezas la semana pasada. Por preguntar no pierdo nada, pero no tengo amigos asique puede ser caro. Entrar por una ventana es una locura, queremos hablar con alguien que está dentro, no sacar algo sin ser vistos. Si fuera lo segundo hasta tomo el riesgo, pero así...— Raff se cruzó de brazos y se rascó la barbilla, tratando de pensar otra solución.— No creo que ese zoquete vaya a ayudarnos, pero mejor no descartarlo. Lo único que se me ocurre es esperar a que alguien más esté por entrar y abordarlo para pedirle que nos permita pasar, o que nos de una cita para otro momento. Pero tampoco se cuanto cuesta sobornar a un mago que puede transformar el plomo en oro con un giro de muñeca...

Ejem ejem humpf... - el anciano trata mantener su carraspera lo más discretamente posible -. Señorita, tengo mucho que hacer y como puede comprender mi tiempo es limitado - dice con un susurro - Ya le he indicado en qué áreas puede encontrar la información que busca... - Gratius queda pensativo por un instante - Ahora que lo menciona, puede que en el ala de la ciencia también pueda encontrar algo... - el anciano deja su pluma sobre su escritorio y cruza los dedos, pensativo de nuevo - Mmm... sí, descarte las alas de arte y poesía...

Quizá no sacarías mucho más en claro del bibliotecario, incluso ahora tenías un ala más para investigar.

El paladín no puede evitar esbozar una sonrisa ante vuestra conversación. Evidentemente no estaba dispuesto a infringir ninguna ley para entrar en el Gremio.

No, no... descartemos eso - responde finalmente con amabilidad -. No penséis que Néstor pueda ser de ayuda. Ese impertinente preferiría vernos entre rejas que ser de ayuda para cualquier cosa - sentencia indignado.

Creo que lo mejor que podemos hacer es volver a hablar con Eritai. Quizá ella conozca a algún miembro o nos pueda dar alguna clave para entrar.

Por el sagrado... Evitó resoplar y, en su lugar, dejó escapar un leve suspiro de decepción y, resignada, dio las gracias por la "ayuda" que el bibliotecario había ofrecido. No tenía ni idea de que tan ocupado podía estar aquél hombre, pero aparentemente la única razón por la que no accedía a acompañarla en busca de libros que fueran de relevancia, es que no quería; o bien los años habían vuelto perezoso al anciano o simplemente su intención era poner trabas a la investigación sobre Mizaab. Como fuere, no podía seguir perdiendo el tiempo en un vano intento por convencerle, y no había visto a ningún otro ayudante por allí que fuera a servir de algo más.

Decidida a descubrir algo, cualquier pista, pero bastante incapaz de escoger un ala por la que empezar, se encogió de hombros y se encaminó hacia el primer pasillo que la habían señalado: la sección de historia. Si a quien buscaba llevaba años por la ciudad o por la zona, podría ser que ya se le mencionara en los libros relativos a Greyhawk o Flaenia en general. Cualquier tomo dedicado a los magos más importantes y relevantes en ambos lugares valdrían a su propósito, o eso esperaba.

- Si no hay nada que hacer por aqui, volvamos a la mayor prontitud, necesitamos la encontrar la informacion cuanto antes, dijo el druida mientras se giraba para volver al templo a la mayor velocidad

Raff, distraido, pateó una piedra que había en el suelo.

—No perdemos nada con preguntar. Si ella no conoce a nadie, ya veré a quién podemos consultar.

Tras un buen golpe en toda la cara y los ojos vidriosos del dolor, Hodrum pudo confirmar que en realidad era piedra y no una alucinación.

Empezaba a estresarse y dar vueltas de aquí para allá sin encontrar una respuestas. Inspeccionaba el edificio en busca de algo que se le hubiese podido escapar pero no daba con la clave.

- ¿Podría ser que para acceder sea a traves de otro plano? ¿O unas palabras clave? - Hodrum respiró ondo intentando concentrarse, repitiendolo un par de veces más. - ABRETE SESAMÓ - Pero no hubo ninguna reacción a las palabras. Cabreado empezó a gritar pidiendo ayuda de algún alma caritativa, y antes de esperar respuesta decidió lanzar un conjuro para detectar la mágia de la zona.

El ala de Historia poseía alrededor de cinco mil volúmenes, aunque el resto de alas tampoco tenían mucho que envidiarle.

Comienzas a ojear los lomos de los volúmenes, algunos muy antiguos. Tu intuición te dice que debes buscar concrétamente en las áreas dedicadas a la magia o las biografías de los magos y, casualmente, tras unos minutos de búsqueda, extraes un tomo llamado Contribuyentes al Mundo de la Magia de Greyhawk. El autor menciona que no se le consideraba tan poderoso o famoso como algunos de los magos más conocidos, como Tenser o Zagyg, pero lo cataloga como un experto en vuelo mágico. El libro informa que es un poco solitario y errático, factores que pueden haber afectado su credibilidad. Al parecer sus teorías y experimentos con el vuelo fueron notables y podrían haber sido mejor recibidos entre sus compañeros si hubiera sido un individuo más confiable.

Algo desilusionados por tener que volver al Templo, lideráis la ruta hacia el mismo, dejando unos pasos atrás al paladín que anda tras vosotros pensativo.

Las calles del Barrio de la Ribera son angostas y mugrientas, repletas de los efluvios del agua del río y el lodo húmedo arrastrado por las lluvias recientes, cargadas con el polen que el viento ha traído de los campos vecinos a la ciudad y el tufillo de una gran problación que vive y suda en cercana proximidad. Las calles están atestadas de gente: estibadores y barqueros, golfos y rufianes, guardias aburridos y ciudadanos normales.

Cuando bajáis por una estrecha callejuela alejándoos de la multitud, oís el grito de sorpresa de una mujer. El sonido proviene de un hueco entre dos edificios.

Cuando os asomáis al callejón, veis movimiento y el reflejo de la luz sobre el acero. Varios matones han rodeado a dos mujeres. Una de ellas es una pelirroja muy guapa; la otra una anciana vestida de seda roja. Parecen desarmadas e indefensas.

Estaba claro que la Universidad no iba a ser un lugar fácil de penetrar.

La petición de asistencia por tu parte no dio absolutamente ningún resultado, ni si quiera tus "palabras mágicas". Al escudriñar la torre ayudado por tu magia, te das cuenta de que el edificio emana magia de todas las escuelas. Como si una fuente expulsara un arco iris de agua a borbotones.

Quizá no haya sido una gran idea venir hasta aquí solo y sin ninguna invitación o alguna pista de cómo acceder.

La suerte la había sonreído de manera casi increíble. Entre tanto libro, había dado en apenas unos minutos con un volumen que había servido a sus propósitos, y que aunque no parecía contener demasiada información, ésta tal vez podría llegar a ser valiosa llegado el momento.

Confiando en su buen sino, y sabiendo que tampoco debía de tentar demasiado a la fortuna investigando en el mismo lugar otra vez, decidió memorizar aquellos párrafos y, a continuación, dirigirse a un nuevo pasillo. El ala elegida, casi por azar, fue la General; casi, pues en su mente, tras el temprano descubrimiento, empezó a descartar las demás. Si en el libro de historia se le mencionaba debido a sus conocimientos sobre vuelo mágico, era muy probable que cualquier tomo relacionado con él en el ala de Ciencias simplemente se recreara en posibilidad de volar mediante objetos y otros inventos. Del ala de Geografía no estaba seguro de que fuera a conseguir nada; Mizaab no habría sido tan descuidado —por sus enemigos— ni tan desconsiderado —por la Biblioteca— como para hacer anotaciones de interés sobre el culto al Halcón y su guarida. Por tanto, cualquier cosa que habría sacado de ahí, habrían sido mapas, posiblemente a vista de águila —como se mencionaba en el diario de Sir Talasek— y nada más. Con Arte y Poesía descartadas, solo quedaba un paso obvio. Esperaba que aquél ala, que contendría conocimientos de lo más variados, sirviera de algo, así que decidida decidió gastar el resto del tiempo allí.

Una vez más, ante la gran cantidad de información que habría allí almacenada, decidió empezar por lo seguro, y al igual que había buscado temas relacionados con magos famosos en la sección de Historia, hizo lo propio allí.

Hodrum pudo observar como la mágia que despedía el sítio pertenecía a cada una de las escuelas de mágia, pero con el rato que estubo inspeccionando no pudo averiguar nada. Podría intentar lanzar conjuros agresivos contra el edificio pero temía una repuesta peor por parte del edificio o los magos que se suponía que estan dentro.

Como último intento volvió a dirigirse al edificio con la esperanza de que alguien estubiese mirando al exterior y se estubiese fijando en él. - Queridos magos de la Universidad, soy Hodrum el mago - Aunque dudaba que ni siquiera alguien de allí lo conociese. - Necesito ayuda para poder proteger la ciudad de un antiguo mal que vuelve a acechar, y el único que sabemos capaz de pararlo no sabemos donde está escondido. -

Hodrum esperó mientras intentaba localizar alguna pista por los alrededores.

Uno de los asaltantes os ve llegar por el callejón, lanza un silbido y otra decena de matones aparece desde los tejados cercanos y entre las sombras de las esquinas.

El cerebro del pícaro comienza a acelerar. No es brillante, pero va a tomar decisiones rápidas. Debo estar loco.

—Si tienen algún truco mágico, éste es el momento— dice a sus compañeros implorando porque tengan algún conjuro que lo defienda.

Raff se lanza hacia la faena desenfundando su espada.

—¡Corran!

El pícaro trata de dar una apertura a las mujeres distrayendo al enemigo que les tapa el escape más facil, pero no lanza un ataque.