Partida Rol por web

El druida acabo de lanzar su invocacion y delante suyo aparecio un Tejon salvaje que partio a toda velocidad hacia el Oitylugh más cercano.

Rapidamente Barakanar y Findar recorrieron el camino, alcanzando a sus compañeros

Las criaturas se mueven hacia vosotros, el combate está a punto de empezar.

Dando de si todo lo que podía, siguió corriendo, dando pesados pasos sobre el fango, con cuidado de no resbalar pero sin miedo, dispuesta a no dejar a Sir Talasek solo ante aquella abominación. Y al fin, llegó junto a él, espada en mano, el escudo presto, lista para el combate.

—Demostremos a estas criaturas que no somos su cena —dijo al paladín, con una sonrisa de ánimos.

Todavía se encontraba lejos de donde se iba a llevar el combate, pero los dardos no ayudaban a avanzar y el último le había dolido bastante. Intentó ignorar el dolor y acercarse más a Élise y Sir Talasek, esperando que el segundo bicho se acercase a ellos y poder llevar a cabo su pequeña estrategia, aunque desconocía si funcionaría.

Ante las palabras de Élise no pudo evitar sonreir. - A esta marcha me voy a convertir en un pincho moruno si no consigo esquivar los dardos. -

Los dardos vuelan de nuevo desde los diversos agujeros de la caverna, con especial acierto esta vez.

Talasek avanza en el fango para encontrarse por fin con la horrible criatura del sur. Sin embargo su ímpetu y rabia le hacen fallar estrepitosamente.

Algo decepcionado por su actuación, el paladín se prepara para el contraataque de la criatura.

Barakanar ordeno al tejon que fuese a por el Otilugh del norte mientras se acercaba al del sur, mejor acabemos de uno en uno con las criaturas, penso mientras sudaba por la carrera.

Raff sigue corriendo hacia sus compañeros, arrancándose los dardos del cuerpo. El pícaro está asustado, pero el resto de la compañía no flaquea ante los monstruos, por lo que no irá a dejarlos solos.

Las horribles criaturas por fin alcanzan a los invasores de la caverna.

Sin embargo, la recia armadura de Talasek es suficiente para anular los intentos de agarrarle por parte de una de las aberraciones. La otra criatura se aproxima lentamente al tejón que esquiva su único golpe.

Con Talasek trabado en combate, no quedaba otra que acabar rápido con la aberración. Élise imploró el don de la Ley de los dioses, y cuando sintió como la fuerza sagrada potenciaba su cuerpo, cargó contra la criatura, a la que intentó dar un potente tajo que, sin embargo, resbaló en aquella piel.

Los dardos producían cada vez más heridas que sangraban y al parecer debía de ser el objetivo de la gran mayoría de ellos porque lo estaban dejando como un queso emmental.

Hodrum intentó avanzar pero los últimos dardos le habían producido demasiados daños y tan solo dar un paso le dolía. No tuvo más remedio que quitarse de nuevo los dardos clavados y sacó de su bolsa una poción que se bebió de golpe. Tiró el frasco a un lado y notó enseguida como las heridas dejaban de sangrar y empezaban a cerrarse, remitiendo a la vez el dolor. - Si salgo vivo de esta será mejor que repose durante un rato en un sitio que no salgan disparados dardos. -

Los dardos vuelven a volar desde los diversos agujeros, incomodando considerablemente vuestra permanencia en la estancia.

Con un grito de rabia, el paladín asesta una brutal estocada a la criatura que empieza a sangrar profusamente, dejándola malherida. 

Sin embargo, su segunda embestida no logra rematar a la bestia que se revuelve dolorida.

—¡Agh! ¡A este ritmo nos van a acribillar!— se quejó el pícaro, tomando otra vez carrera. Para su mala suerte, parecía que la poción que había bebido estaba en mal estado porque ya se le habían reabierto los pocos lugares en que había sanado.

El tejon se abalanzo con furia contra la criatura mientras Barakanar y Findar se resguardaban y esperaban a que sus compañeros acabasen con la otra criatura.

- Venga, que no le vamos a poder entretener mucho tiempo más, apremio el druida a sus compañeros

El gran tejón se encara a la criatura asestando un fuerte garrazo y un mordisco algo menos potente. La feroz batalla entre ambos está servida.

Una de las criaturas trata de agarrar a Talasek, probablemente con la intención de deglutirlo. Sin embargo, a pesar de la edad del paladín, éste aprieta sus músculos para evitar los tentáculos del otyugh.

La criatura del otro lado de la caverna trata de hacer lo propio con el tejón convocado por Barakanar.