¿Está montado ya el campamento, o hay que hacer alguna tirada más?
Lo montáis sin problemas con la ayuda de los elfos.
A parte de todas las tareas relacionadas con pasar la noche allí (y de poner la oreja ante la interesante conversación entre Nathall y la elfa), Samuel no hace nada más digno de mención hasta que llegue la hora de dormir (si el tiempo lo permite). Como convinimos, las guardias serán las mismas de la noche anterior.
Nathall ¿das la conversación por terminada? ¿pasamos la noche?
La noche pasa sin incidentes y llega el día, otra caminata, otra búsqueda de comida y refugio, otra noche, otra guardia y un nuevo día. Una dekhana os separa del momento en que conocisteis a los elfos y la verdadera razón del viaje.
Hago avanzar esto para que no se haga pesado. Ponedme un resumen de vuestro comportamiento/pensamientos/actitudes....y seguimos
Cada día que pasa se me hace más y más duro el viaje. Soy un hombre de cuidad y no estoy demasiado acostumbrado a la vida a la intemperie. Sin embargo, la actitud abierta de Rhiann y el carácter despreocupado de Samuel me levantan el ánimo. La profesionalidad de la pareja de elfos que escoltan a la dama me inspiran la suficiente confianza como para esperar un buen resultado en nuestra empresa. Incluso la exhacerbada curiosidad de Nathall sobre los elfos y la magia hace que mi mente se relaje, olvide las inclemencias y pelanidades del camino y se remonte a aquellas leyendas que me contaba mi abuelo al calor de la chimenea en las frías noches de invierno. ¡Cuanto se perdío tras la caída de la sombra! ¡Cuanto conocimiento perdido, cuanta libertad para pensar y para vivir se perdió en aquellos aciagos días! Levanto la cabeza y miro a mi alrededor; y lo que veo me conmueve: Un grupo de dispares criaturas de distintas razas, de distintas culturas y maneras de pensar, pero todas ellas con una idea común; recuperar lo que se ha perdido. Con esa idea rondándome doy el siguiente paso, subo la próxima pendiente, trepo sobre la roca caída y sigo hacia delante espoleado por el deseo de seguir avanzando hacia un futuro incierto, pero a fin de cuentas, nuestro futuro.
La actitud hacia sus compañeros iniciales,no cambia demasiado. Quizá con Nathall ahora se muestre más amistoso. Samuel admira su curiosidad y su educación. Aunque no lo diga, él mismo sabe leer y considera de gran importancia preservar los antiguos conocimientos. Si La Sombra prohibió los libros es porque sin duda pueden ser un arma tan valiosa como las espadas.
Con los elfos mantiene un trato correcto pero distante. No es desconfianza ni xenofobia (aunque a un observador podría parecérselo). Lo cierto es que se siente cohibido ante su presencia y no sabe cómo dirigirse a ellos. A fin de cuentas son seres míticos. ¡Es como caminar junto a una leyenda!
Espero a Nathall hoy y si no contesta mañana avanzo
El último día de vuestro viaje discurre por un sendero paralelo a un río encajado entre montañas y elevados a uno 15 metros sobre su corriente. El terreno es accidentado y la vegetación casi inexistente en las rocosas paredes que os rodean. Al atardecer el sendero termina en un pequeño valle separado en dos por un lago que se nutre de una cascada de unos 60 metros de altura. Se divisan los restos de varios edificios y un puente de piedra cruza el río en su salida del lago.
Perdón, tormento me dijo que estaría unos días out
- Pues hemos llegado, espero que no demasiado tarde.
-¿Llegado a dónde? ¿Demasiado tarde para qué? -replico con una impaciencia ya crónica-. Hablarás claro por fin o seguirás teniéndonos a oscuras.
Aquel lugar parece abandonado. Me adelanto un par de pasos y oteo el valle colocando una mano sobre los ojos a modo de visera. ¿Se ve algún movimiento? Los edificios se ven en mal estado. ¿Su estado parece debido al simple paso del tiempo o más bien se diría que han sido destruidos?
Intentando que el sol no te de en los ojos oteas el otro lado del lago y descubres un camino que asciende por la montaña de enfrente. Medio ocultas por unos árboles distingues tres figuras bajas o arrodilladas.
Tirada oculta
Tirada: 1d20(+1)
Motivo: Avistar Samuel
Resultado: 19(+1)=20
Con una actitud indiferente, hago como que sigo observando el valle.
-No mireis todos a la vez, pero en ese camino de ahí enfrente, al otro lado del lago, el que asciende a la montaña, he visto a tres figuras entre los árboles.
En ningún momento señalo con la mano, aunque la curiosidad me obliga a centrar la vista en las figuras del modo más disimulado que pueda, intentando distinguir su raza o qué hacen.
Cuando miráis no veis nada, parece que se han ocultado
- yo también los he visto pero mejor esperar a ver qué hacen.
Me acerco a Wendell.
¿A quien se supone que esperamos? ¿Quien vive aquí?
Preparo mi honda por si se avecinase algún combate
Cuando los "merodeadores" desaparecen de mi vista lanzo un bufido de contrariedad. Por si acaso retrocedo unos pasos y busco algo de protección contra la pared de roca.
-No os expongáis mucho, podrían dispararnos desde el valle. Y tú, Wendell, se supone que eres el experto y el que sabe de qué va esto. ¿Quién podía ser esa gente?
El gnomo se encoge de hombros.
- Yo que sé, había quedado con un enano llamado Dukin Durgis. A esta distancia y casi sin luz cómo quieres que sepa si es él.
- Deberíamos intentar entablar conversación con ellos antes de que se produzca un malentendido.
Le dedico una mirada furibunda a Wendell.
-Tú nunca sabes nada, y cuando lo sabes no sueltas prenda -le replico agriamente-. No sé, señora -continúo dirigiéndome ahora a la elfa con una voz dubitativa y respetuosa-. Si tenemos que encontrarnos aquí con ese enano, quizá lo mejor sea simplemente dejarnos ver y esperar.