Partida Rol por web

 Horan avanza en silencio durante la marcha, atento ante cualquier signo.

 Estando en territorio hostil se espera cualquier cosa, murmulla algo para si, sin llegar a pronunciar palabras audibles.

 Comprueba las correas de la armadura y del escudo; así como que sus armas estén al alcance in impedimiento alguno par ausarlas, en caso de ser menestar.

 Mira a su guía, Dunkin.

 - Para cuando se quedó? Tenemos que quedarnos aquí y esperaro? O hay una fecha y hora límite?- Comenta en tono bajo, pero sin llegar a ser nu susurro.

Me preparo para ir a buscar comida, y siguiendo indicaciones de Horan me adentro un poco más en el bosque, encontrando al final unas bayas, que aunque no creo que nos quiten todo el hambre que tenemos, sí que serán más suculentas que las raciones de viaje.

Al volver, les enseño la cosecha. Mirad, he encontrado estas bayas.

No os cuesta mucho trabajo localizar varias fuentes de alimento y poder diversificar los sabores. La jornada pasa tranquila, a mediodía tomáis un sendero que discurre entre montañas y a media tarde llegáis a un punto del mismo en el que a la izquierda se divide subiendo por la montaña.

El viejo enano camina farfullando acerca del frío que le cala los huesos. Parece concentrado en el viaje y casi no participa de la conversación hasta que llegáis al desvío.

- Por fin hemos llegado, a la izquierda ese sendero lleva a una vieja torre de vigilancia que servía para controlar el acceso al puesto comercial. Está hecha una ruina pero en su momento supongo que fue útil. Si seguimos este camino llegaremos al puesto comercial en breve.

Entonces Horan realiza una serie de preguntas a las que Dunkin contesta sin reparo.

- Pues tiene que estar al llegar también, si no están ya allí. Hoy es el día de la cita por lo que esperaremos por lo menos hasta mañana por la mañana si no aparecen antes.

 El rudo Horan, asiente con gesto hosco, parece ser que le incomoda un tanto esta misión, tan lejos d esu pueblo y sus recios muros.

 - Que así sea, hojalá los encontremos esperándonos y podamos emprender el camino de vuelta al poblado cuanto antes.

Pues ahora a esperar. Sigo estando atento a cualquier incidencia que pueda pasar.

Continuáis el camino principal que comienza a descender por la ladera de la montaña, cada vez se hace más fuerte el ruido de una cascada y cuando llegáis a verla descubrís un lago que divide un pequeño valle en dos. Al otro lado del río que sale del lago divisáis varios edificios ruinosos que una vez formaron el antiguo puesto comercial.