Acepto quedarme en esa habitacion secretisima que me cuentas. Gracias, tu eres bueno no como el barbudo.
He estado charlando con Kibbo. Hemos decidido que él se va a quedar arriba esperándome. Finn, ¿me acompañas? Me vendría bien algo de compañía para la vuelta. No me gustaría que nuestra amiga aprovechase que nos hemos separado.
Claro, Soker, voy contigo. ¿Nuestro amigo te ha dicho ya todo lo que debemos saber? No me gustaría encontrarme con ninguna sorpresa... Dice Finn, dirigiéndose hacia la salida.
Será mejor, si está a un punto de vida no nos lo podemos llevar...
Regresáis arriba, vigilando que no aparezca Jeva. Al fin llegáis a la sala secreta del norte, donde dejais a Kibbo en lugar seguro.
Soker y Finn suben a Kibbo por las escaleras.
Pues bajamos de vuelta. Durante el camino de ida quiero fijarme si el enano nos sigue.
Os reunís todos de nuevo. ¿A donde os dirigireis?
Bueno, Soker. Tú eres quien ha hablado con el kóbold. ¿Qué sugieres?
Qué fuerte... se me ha tragado la página un mensaje o está por aquí, master? Lo escribí ayer a vuestra tarde.
Este pasillo nos llevará hacia las galerías de los kobold. El resto de las puertas se introducen en las catacumbas de los enanos que por lo visto están llenas de trampas. Nuestra prioridad son los niños así que deberíamos ir hacia el norte, al menos esa es mi opinión. ¿Habéis examinado la sala de las camas mientras nosotros estábamos arriba?
Vosotros diréis. ¿Mazmorreo o misión?
Mazmorreo 0
Misión 1
La verdad es que no examinamos la habitación. Estuve recitando unas plegarias a mi diosa. Lo mejor será que le eches un vistazo tú. Después, vayamos hacia los niños.
Mazmorreo 0
Niños 2
Mientras el resto opina, le voy echando un vistazo a los camastros, Nacho. Tiradita para todos.
Se lo han comido los duendes de la web.
-Bah; haced lo que queráis; yo cerraré la marcha.- responde Geon aún enfurruñado.
Bueno, pues ya no importa, porque era "mientras el resto estaba fuera", y ya no viene a cuento.
Misión 2
Mazmorreo 0
Voto en blanco 1
Mientras discutís qué hacer escuchais ruido de pisadas corriendo al norte, seguido de gritos.
Distinguís voces chillonas de niños, gritos sisesantes de kobols, y, al menos la voz de un adulto.
¡¡¡Esssstar acorralados bositassss sonrrossadasss!! dice una.
¡Acércate si te atreves maldito lagarto! respunde una niña.
Kimmi, lagartos malos, quiero ir a casa escuchaís a un voz gangosa y balbuceante.
¡Mikra, Kimi! ¡Aguantad detrás! tiene que haber algún modo de salir de esta...
Pongo fotos, tableros y demás luego, que tengo reunión, pero por si quereis rolear y planificar vuestro acercamiento. Aun no alcancáis a ver que pasa, pero tiene pinta que hay jaleo en la sala al norte.
¿Habéis oído eso? ¡Parecían los niños!, exclama Rumuk, al que, espada en mano, le falta tiempo para salir en la dirección de la que provienen las voces.
- Creo que no hay nada que decidir. Aquí hemos venido a rescatar a esas pobres crías humanas. Ya tendremos tiempo al subir de devolver el descanso a mis congeneres.
Tekdur coge su hacha y avanza con decisión por el pasillo del norte.
Tampoco me dirijo como un loco, simplemente me aproximo a los ruidos.
Finn saca un flecha de su carcaj, con un gesto casi automático, y hace una seña a Soker para que avance.
Vamos, yo te cubro, quizás haya suerte y todo acabe en unos minutos.
Parece que tendrás tu ración de sangre kobold. Susurra mirando a Geon con desdén.
Pero Geon ya no estaba allí para mirarlo, y mucho menos para atender a un comeflores besalagartijas. El sonido de la voz de un kobold era todo lo que necesitaba para despertar sus ansias de sangre.
Avanzo con Rumuk, lo más en cabeza posible, claro.
Os apresuráis hacia el norte hasta llegar a una sala con tres grandes mesas de piedra en medio, y bancos largo que en su día estuvieron junto a ellas pero ahora están rotos o tirados al suelo.
Un kobold de color verde vestido con cuero tachonado y armado con una cadena que termina en pico está tratando de tirar al suelo a un mediano mientras otro kobold trata de golpearle con su lanza. Otros dos kobolds están acorralando a una niña desgarbada con el pelo moreno revuelto que no para de insultarles. Otro niño con la cara magullada gimotea y balbucea continuamente debajo de una mesa.
Otros tres kobolds tienen sus javalinas preparadas por lo que pueda pasar.
Le toca a Geon