Partida Rol por web

Los kobolds siguen luchan de forma rabiosa dando golpes sin ton ni son. Uno de los lanzazos hiere la pierna de Rumuk.
Finn lucha con su espada larga, pero no tiene mucho éxito.

Tekdur vuelve a adelantarse y suelta un tremendo mandoble de arriba a abajo sobre uno de los últimos kobolds en pie. La sangre mana copiosamente, haciendo disfrutar al Enano.

Finalmente Geon desenfunda el hacha de Druinga, mientras avanza hacia el kobold que acosa al arquero:

-Estúpidas lagartijas incapaces de rendirse... Llegó tu hora.- dijo el enano con expresión frenética, mientras se echaba encima del kobold. El bicho, atemorizado por el decidido enano, trató de retroceder moviendo la lanza sin mucho fundamento, pero ya era tarde. Geon avanzó hasta él y cortó el palito de un tajo, hundiéndole el hacha de batalla en la caja torácica. EL kobold cayó mientras el enano tiraba en dirección contraria, extrayéndola del esternón del humanoide.

Los dos enanos acaban con los útimos kobolds sin muchos problemas.

Desde luego..., exclama Rumuk más bien para sí mismo, no se puede decir que las palabras sean el fuerte de algunos... No queda muy claro si la recriminación es hacia los kóbolds o hacia alguien que no sea kóbold.

Finn lanza una amarga mirada a sus camaradas.

Podemos haber perdido unos buenos aliados, los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos. Recordad que los niños van a ser sacrificados en honor al rey, y estos tipejos eran sus rivales.

-¿Sus rivales? Eran ratas traicioneras y tú un crédulo si te has tragado la más mínima palabra.- dice Geon mientras recoge las flechas salvables y revisa los cadáveres sin muchas contemplaciones -Besalagartijas...- murmujea para sus adentros.

En cualquier caso, no ha sido digno de nosotros el atacarles sin más. Debemos demostrar que somos más civilizados que esos pequeños bichos con escamas, recrimina Rumuk.

-No los atacamos. Hicimos un disparo de advertencia y les dijimos que depusieran las armas para poder hablar. Esta claro que no quisieron, porque planeaban matarnos.- replicó el enano con una lógica un tanto retorcida.

Ah, sí. Ahora lo entiendo, replica sarcásticamente Rumuk. Está claro que le preocupa más rescatar a los niños que comenzar una discusión con un enano más terco que toda su estirpe junta.

El enano asintió con una especie de carraspeo ronco, haciendo caso omiso al sarcasmo de la declaración del semiorco, mientras se acercaba a examinar las pertenencias del lider, dispuesto a aprovechar lo que fuera que pudieran encontrar. Cuando se dio por satisfecho con la revisión del muerto y los cadáveres aledaños, se giró hacia el resto y añadió:

-Bueno, en marcha, ¿no?- devolvuiendo sus hachas al cinto de armas, mientras empuñaba su arco de nuevo.

- No sirve de nada dialogar con estos bichejos, no me fiaría en absoluto de ellos.

Tekdur sacude la mano, como dando por zanjada la discusion.

Sigamos.

Los kobolds no tienen nada de interes entre sus pertenencias. Salvo unas botas enanas que llevaba el jorobado y que le estaban grandes.

Geon miro al kobold con descprecio y comenzo a sacarle las botas mientras murmujeaba:

-Te creias lo bastante bueno como para vestir como un enano, eh, rata? Asi aprenderas lagarto inberbe.- insulto mientras lo descalzaba.

- Habíamos hablado de bajar... pero no estoy tan convencido. Quizás influya que estoy un poc odbil y algo mareado.