Partida Rol por web

35 de 40 con el descanso incluido.

A ver, azote de los kóbolds, dice Rumuk acercándose a Geon.

Si vas a seguir en tu cruzada (con nosotros a tu lado), habrá que curar alguna de esas heridas tan feas.

Sin esperar una respuesta o protesta, el semiorco invoca el poder de su diosa y sana parte del daño recibido por el enano.

jijijiji azote de los kobolds rie Mikra entusiasmado.

MEdio desperezándose tras la noche que ha pasado dormido a plomo, el enano aún nota una cortina roja de dolor ante sus ojos al despertar. Por ello, Geon apenas si nota el contacto de Rumuk sobre sus heridas abiertas y la chanza de Mikra al comentario del semiorco, cuando la energía positiva comienza a disolver la pantalla carmesí de sus pupilas. Cuando por fin se le aclara la vista, un medio-orco le está metiendo mano y:

-¡Eh! ¡Que demon.!- dice Geon recogiendo su barba, justo antes de advertir que ese costado no le duele al girarse violentamente.

Al observar que los cortes más profundos de garfio kobold han curado, mira con agradecimiento al clerigo y dice:

-Ah, eh... bien, sí. Échale un vistazo al humano blandito. Hacen falta muchas lagartijas más para tumbar a este enano.- mientras se incorpora, coge sus hachas y añade -Bueno, pues a matar kobolds entonces.- termina dirigiéndose hacia el caldero.

¿Me dejareis ir con vosotros? Edgrin es el bardo más aburrido del mundo. Y seguro que os puedo ser de ayuda.

Geon escucha la propuesta de la chavala y se encoge de hombros sin darle mucha importancia. Bien saben el resto lo que opina sobre la educación de los pequeños y la posesión de armas...

- No, vosotros os quedareis aquí. Suficiente tenemos con mantener con vida a los masacradores de kobolds como para hacer de niñeras.

Y dicho esto comienza a preparar de nuevo el descenso.

- ¿Vamos?

Vamos. Acabemos de una vez con esto.

Hay que hacerle caso al señor enano, nosotros estamos más seguros aquí arriba

Descendeis de nuevo a las, ahora silenciosas, cavernas kobold