Partida Rol por web

Creo que ya te hemos librado de la araña, ¿Quieres que vayamos a buscar sus restos?

Finn se acerca a sus amigos y les habla en voz baja.

Me parece mejor matar unos cuantos murciélagos que enfrentarme a él. ¿Que pensais?

¿Donde está ese kobold que hay en este nivel? Le dice al lobo.

Creo, arquero enano, que no me has entendido. Si matáis a las molestias y me traéis pruebas os dejo pasar. Si no, no. Yo no necesito probaros mi honestidad,al fin y al cabo los intrusos sois vosotros.
El pequeño lagartito se habrá escondido en alguna de las habitaciones como la basura cobarde que es. ¿Donde? ni lo sé ni me importa.

-Veremos esos bichos y lo que podemos hacer con ellos, pero te mantendremos vigilado de cerca mientras tanto, así que no hagas cosas raras.- termina Geon, cubriendo la retirada del resto mientras tanto.

Por tu propio bien, espero que mantengas tu palabra. En caso contrario, responderás ante Iomedae.

Tekdur echa mano a la espalda para buscar en su mochila.

¡Rayos! No tengo mochila. Eso tiene que significar por fuerza que tampoco tengo antorchas.

Lo siento, yo no puedo ayudar con las luces y los fuegos. Aportaré las tortas

Geon, ¿entiendes lo que pone aquí? pregunta Rumuk una vez abondanada la sala del lobo gigante al tiempo que le tiende un pergamino al montaraz enano.

-Déjame ver.- dice el enano, quitando de las manos del semiorco el pergamino.

-¿Qué demonios...?- casi protesta Geon -Es una plegaria a algún ¿oscuro señor de la fragua? Se queja de que su labor no será suficiente. ¿Pero qué clase de bastardos barbudos había en este lugar?- rezonga el explorador.

¿Podrías traducir literalmente el contenido de esta carta, Geon? Quizás en ella encontremos alguna información que nos sea útil, me gustaría conocer todos sus detalles.

Geon mira con fastidio a Finn y traduce:

-Perdóname, oscuro señor de la fragua. Mi labor jamás será suficiente.- luego levanta la vista del pergamino -Eso es todo. Por mí habría que quemar todo este lugar... escoria que no merece ni llamarse enana.- entonces se vuelve hacia el fondo del pasillo por el que vinieron y aventura -¿Y si el canijo se esconde tras esas puertas cerradas?- y se dirige hacia allí, hacha en mano.

Una vez que sus compañeros han salido de la sala del huargo Soker se hace notar.

Mirad esto, especialmente tú, Geon.

De entre sus cosas saca un hacha de mano de calidad excepcional, una bolsa llena de monedas y un libro escrito en enano.

Lo encontré en la sala de los lobos muertos.

¿Puede ser que alguno de los enanos de aquí se volviese hacia algún oscuro dios?, pregunta Rumuk con extrañeza. Busquemos a ese kobold. Es nuestra llave a los niños.

-Droskar, un dios esclavista que jamás debió de existir. Pero veré cuánto de verdadero enano queda en este lugar, o no me llamo Geon Ereoth.- sentencia el enano.

Entonces aparece Soker, y le echa un vistazo a lo que acaba de tarer, como le pide el pícaro.

Empecemos por esta puerta que está aquí al lado.

Soker se pone a examinar la puerta para ver si está cerrada o si alguna trampa los espera en la puerta o tras ella.

- Malditos dioses oscuros. No tendremos suficiente los enanos con las amenazas externas como para pelearnos entre nosotros.

Una vez más, Tekdur, se sitúa inmediatamente detrás de Soker cuando se acerque a las puertas.