Partida Rol por web

Hogar del Principe Vencel, Señor de Buda-Pest.

Vuelves al palacio del principe corriendo como alma que lleva el diablo, te cuesta correr y reir a la vez ante el absoluto acierto de tu plan, pero aun asi lo consigues.

Una vez te aproximas a las puertas, unos sirvientes te las abren. Permitiendote el paso.

Tras recorrer los pasillos esta vez llegas a una sala no tan decorada y mas pequeña, mas intima, se nota que la sala no es tanto para recibir visitas como para tratar de temas mas importantes.

Puedes ver, dos estanterias repletas de libro. La habitacion carece de ventanas, la unica salida es por donde entraste.

Una amplia mesa de madera de roble sirve como mesa para escribir, quizas las memorias del principe. Y tras el un enorme tapiz en tela que representa la escena de Icaro cuando volo demasiado cerca del Sol.

En el centro de la estancia, puedes ver a un hombre de unos 30 años arrodillados y un cuenco plateado bajo el, el principe Vencel sostiene un puñal con decoraciones a priori Egipcias y al verte sonrie.

Vencel sonrie y balancea la daga de un lugar a otro con su mano izquierda mientras te habla.

-Bienvenido de nuevo joven monje. Como veis aqui tengo vuestro refrigerio preparado. ¿Preferis beber directamente u lo sirvo en una copa? Alimentaos y contadme lo que sea que me tengais que decir.

- Hola, príncipe Vencel!!! Gracias, gracias por tenerme preparado un refrigerio!!! Espero que Máximus no se entere que no he cazado como dios manda hoy, pero en fin...ese brujah me ha tenido bastante ocupado...y Vâsile también (mira fría y asesinamente a su espalda, donde sólo está la puerta)...menuda estancia que tenéis, es magnífica!!! Ciertamente, os envidio.- No hay atisbo alguno de zalamería en Sach, sino un sincero comentario.

- Tomaré el refrigerio tal cual, gracias...y gracias!!! (dice también al dominado del príncipe) Sach comienza a beber la sangre, mordiendo delicadamente, y bebiendo pausada y taimadamente, con educación...como Máximus me enseñó que hay que hacer en estas circunstancias.

Tras dejar delicadamente el cuerpo inconsciente del hombre, Sach toma el asiento que Vencel le ofrece, sentándose cerca del príncipe, y admirando por un segundo la magnífica daga que baila en sus manos. Acto seguido comienza a hablar: - Milord, os preguntaréis qué hago aquí de nuevo, y estoy seguro que querréis una buena explicación. Tranquilo, pues no tendréis que soportar más balbuceos como suele ser costumbre al tratar temas peliagudos entre los de mi clan...

Sach por un segundo, y dejando que el príncipe asimile sus palabras, se concentra poderosamente, y comienza de nuevo a hablar, esta vez de manera diferente:

- Mi señor, Sach va a hacer un esfuerzo notable por ser el mejor interlocutor posible durante un rato, así que por favor, dejadle hablar: Hoy he venido a varias cosas, pero la principal y más importante, seguro que la sabéis. Vengo a hablaros sobre el pintoresco caso que se ha venido produciendo con Thorkell.

Sach sabe mejor que nadie que posee la maldición del clan de la Luna en un grado más que notable, como el esfuerzo que va a realizar por exponeros de la mejor manera posible lo que piensa; pero no por ello soy más digno o menos que cualquier otro cainita, supongo. Pero empezaré por el principio: confesándoos algo. Si en algún momento os lo habéis preguntado, y como aunque esté mal decirlo, un servidor es inteligente...de seguro sabe que vos conocéis la identidad del "dementor" que anda por la ciudad, y no es otra que la mía, milord.

Las razones? ciertamente las tengo, y muy poderosas para producir tal agravio al brujah; os las comentaré: - Desde que he llegado a la ciudad, he tenido visiones acuciándome...visiones en las que no tengo claro si interviene el factor de que mi sire ande por estos lares, o si es por vuestra causa, o la del resto de cainitas...puede que por todas a la vez. De eso no estoy seguro. Pero de lo que sí que estoy seguro es que tengo una misión, y tal misión me pide que pase por vuestros dominios haciendo amistades, ofreciéndome a otros vampiros en sus quehaceres y abriéndome paso en la sociedad de los Vástagos. El mejor ejemplo es la conducta que tengo hacia vos, la cual espero que no encuentre reproche. Si fuera así, por favor, hacédmelo saber.

Tras un suspiro, continúa: - El problema es que tal camino que he escogido, y la viabilidad de mi misión se ha visto en peligro desde el primer momento con el brujah Thorkell. Sé de buena tinta qué clase de cainita es. He visto a su lady, y cómo le trata. Sé perfectamente qué senda sigue, y no la comparto. El ser poseedor de esta locura me condena a la vez que me da la luz en ciertos aspectos, pero bajo ningún concepto, Albertus Sach debe permitir que su marca, su maldición, le haga convertirse en un "bajo clan", un individuo detestable, por debajo de otro. Y menos a ojos de un bárbaro inculto que su mayor suerte en toda su existencia fue encontrar alguien lo suficientemente piadosa como para otorgarle la vida eterna.

Desde el primer encuentro, he intentado ganarme su confianza, haciéndolo lo mejor posible. Fracasé, al igual que mi compañera de clan, e incluso que la bella y lasciva Tzimisce. Intenté mantenerme por debajo de él, pero fracasé igualmente. Quise entablar confianza hablando por él y los demás en un pequeño encuentro con el sire Gangrel. Igualmente fracasé y fui maltratado y puesto en ridículo. Mi única salida ha sido urdir un plan en contra de ese cabeza de chorlito, aunque jamás pensé que fuese a salir tan bien que produjese tales consecuencias, tensión y alboroto en tus dominios.

La mirada de Sach brilla de manera diferente a la normal en él...taladra directamente con las palabras al príncipe, arrojando tanta luz sobre ellas como sea posible.

- Por todo ello, mil disculpas. Sé que juego a un juego peligroso, y que otros pueden salir heridos y vos desobedecido como príncipe. Pero por el momento es la única vía que tengo para demostrar que ese hombre no sólo no merece llevar un séquito consigo, sino tampoco convertirse en príncipe o formar parte de nuestra sociedad. No es apto, y hasta el momento, lo que he hecho es abrir los ojos de los demás para que vean tal cosa. Me aprovecharé de él, le sacaré las entrañas si me valiesen como collar, pero una vez que no me sirva ni a mí ni a vos, pienso darle su merecido de la manera más dolorosa posible.

- Por tanto, y como primeras palabras, ya habéis escuchado mi confesión. Tomad la decisión que creáis pertinente. Os he avisado que no cejaré en mi empeño, pues aunque mis Ojos hayan visto que vos tomáis el milenario enfrentamiento con los brujah, y particularmente con el neonato Thorkell de un modo mucho más diplomático, su odio hacia usted es irrefrenable. Ésa es otra cosa que detesto. Os he jurado lealtad, y ya sabéis lo que piensa un cainita de mi naturaleza cuando da una palabra sincera.

- Como última cosa que debo deciros, y lamentando mucho volver a importunarle, he de dejar zanjado el tema de la misión que nos habéis asignado. Por todas las razones que os he dado, y viendo que los demás vampiros carecen del suficiente juicio crítico y visión de futuro que yo, vengo personalmente a tratar con vos el tema de la reconstrucción de la fortaleza. Sabida mi opinión de que Thorkell es un inútil que no sabe realizar una suma, y siendo consciente del agravio que os he hecho padecer con el malentendido con sus siervos, si decidís perdonarme tal cuestión, me ofrezco para ser maestro de obra, y dirigir personalmente vuestra empresa. Los demás cainitas del grupo carecen de mis conocimientos de base, y mi ansia por conseguir más...por eso os solicito la displicencia principesca a la hora de proporcionarnos los medios para realizar una construcción fiable, siguiendo los nuevos métodos: papel y útiles de pintura y delineamiento para fabricar planos, libros sobre arquitectura y construcción, diversos tratados que pudieran ser útiles para vuestra construcción, y el equipaje que ya de seguro habréis preparado para ayudarnos.

Sé que es demasiado pretencioso por mi parte contaros primero tal cosa y luego solicitaros un esfuerzo más, pero pienso que así podremos matar varios pájaros de un solo flechazo: demostraré que Thorkell no merece ser considerado un cainita, demostraré que como siervo y empleado vuestro un servidor hará sus veces, y vos podréis tener vuestro encargo a tiempo. Como garantía y por mi parte, me ofrezco a mediar en mi pequeño juego con el brujah para que no ocurran demasiadas desgracias, innecesarias por otra parte...ninguna de ellas en vuestra ciudad. Recordad que ante todo, soy vuestro nuevo amigo y leal seguidor. Sin acritud, príncipe. Me caéis bien, y he podido ver que no sóis como la mayoría de antiguos, demasiado remilgados y aposentados en sus tronos como para ver el mundo que le rodea. Os felicito por ello, aunque ahora mismo ordenáseis mi muerte Definitiva por tamaña confianza, he de deciros que ojalá más vampiros hiciesen las cosas...como vos.

No ten...go más que...decir, por...suerte.... (Albertus se duele de la cabeza) Me...nos mal...ya he acabado...de hablar...por ahora....agghhh!!!

Sach parece que pierde momentáneamente el conocimiento, apoyando su cabeza contra el respaldo del asiento, para momentos después, despertar a la vez que dice:

- Si, sí siiii!!!! Un gran esfuerzo ha hecho su servidor Sach!!! Ouch!!! A Albertus le duele la cabeza (se golpea con el puño la cabeza) Por dentro, no por fuera!!! Ahhh, el dolor de la incipiente cordura ha quedado en los resquicios de mi mente fragmentada, por favor...ahhhh

Después de unos momentos sin hacer caso a nada salvo a sí mismo, Albertus se vuelve para preguntar a Vencel: - Quedó todo claro, milord?! le gustó cómo le habló Sach, con franqueza??! Ese era Bastian, no Albertus...no no no!!! Ufff qué dolor volver a negar la Visión, ser como antes...uffff!!! ¿Qué decís entonces?

El príncipe se sienta en su escritorio mientras te alimentas y deja a un lado la daga, cuando le dices que quieres hablar seriamente la sonrisa se borra de su cara y te escucha atentamente. Entrecruza los dedos frente a su cara atendiendo tus palabras. No te interrumpe y espera a que acabes para comenzar a hablar.

-Agradezco tus esfuerzos para que podamos dialogar de una manera mas civilizada. No me sorprende que vos seáis el artífice de tales actos, admito que ya lo sospechaba, pero mientras que el jaleo no llegue a estados superiores no me importa que los juegos que os llevéis.

No se en que consistirá tu misión, amigo Sasch, ni cuales serán vuestras visiones, pero lo que si que os puedo decir es que yo tengo mis propias visiones y cometidos. Y no puedo permitir que disputas entre neonatos lo echen a perder, mientras tus juegos no se interpongan en la misión no ahí problema en que continúes con ellos.

Veamos, yo soy el primero en castigar a los necios y a los incultos que solo se sirven de prejuicios para “perseverar” en sus planes…Que supongo que los tendrá como cualquiera. Es normal que no queráis quedar por debajo de tal no-muerto, en mi opinión no creo que nadie quisiera, excepto sus pobres ghouls, que tan solo le siguen por culpa del vinculo. Por otro lado el echo de que tu seas un bajo clan y el sea de “la clase alta” es lo que a motivado que se convierta en el hazmerreír de la ciudad, mis arpías ya han dado fe de ello.

Tras una breve sonrisa continua.

-Podéis recoger los libros y escritos que necesitéis de mi biblioteca que os puedan ser útiles para la construcción de la torre. Pero precisamente por que no ahí demasiados antiguos como yo, y tu perteneces a un clan considerado como bajo no te puedo nombrar jefe de obra, siendo que vas acompañado por dos altos clanes y una joven noble de la familia Vykkos, imagina como se pondrían los demonios si se enteraran que e delegado sobre ti antes que sobre alguien de su sangre en sus propios dominios. No puedo acceder a esa petición me temo. Aun así lo que si que puedo encargaros mas personalmente es la segunda misión, encargaos vos personalmente que los tratados mas antiguos de la torre lleguen a mis manos.

Bien indicad a mis ghouls, que tipo de libros necesitáis, y los cargaran en el carruaje, también llevareis materiales y un guía.

Se levanta saliendo de tras su escritorio

-Y bien, ¿Algo más que comentar?

- Tan sólo una cosa, milord...Sach sigue temiendo algo (su rostro se tensa ligeramente): los perros. Le persiguen, y le gustaria que le diéseis como cainita mas antiguo y más sabio algún consejo de cómo evitarlos, o lograr eliminarlos de manera más o menos efectiva...sabed que no quiero ser un atraso o representar un problema para la compañía, pero los lupinos han tomado a un servidor como enemigo, y desean hacerse un bolso de cainita con mi piel. Temeroso estoy ante la visión de que me capturen para darme el fin, no sin antes haber atacado a todos los demás...alguna idea de vuestra cabeza que diluya mi preocupación?

-Los licantropos son una amenaza, no solo para ti, buen Sasch, si no para todos nosotros yo...Por suerte para mi no e tenido ningun encontronazo con ellos por lo que no poseo demasiada nformacion sobre ellos. Tan solo puedo compartir contigo que la plata es su anatema como para nosotros lo es el fuego. Y que son mucho mas violentos en las noches de plenilunio.

Abre la puerta del pequeño estudio invitandote a que salgas.

-Mi consejo es que no te detecten, y que te equipes bien con lo que necesites pues mañana comenzara vuestro viaje.

- Gracias, príncipe sabio y bueno y guapo y...y...y pulcro!!! Bwajajaj!!! Sach tendrá muy en cuenta todo lo que ha parlamentado con usted esta noche. Entiende que le haya dicho que perteneciendo al clan de la Luna, y gracias a sus tratos con los Demonios, no le dejen a uno ser Maestro de Obra, aunque usted sepa que mis conocimientos serán los que levantarán sus muros. Estad tranquilo al respecto...jijiji!!!

Antes de salir de la estancia, como el príncipe le invita, el monje se toma la licencia de coger un par de pergaminos, doblarlos y echárselos al bolsillo, así como la pluma más desvencijada que tiene Vencel sobre su escritorio. - Siento tomarme tantas confianzas con vos, príncipe, pero ciertamente voy a necesitar escritura esta noche. Prometo devolveros la pluma. - Sonríe Sach mientras que sale apresuradamente de la estancia.

Acto seguido, se despide de Vencel con un apretón de manos...seguido de un abrazo; justo después de golpearle como un hermano la espalda al príncipe, se arrodilla delante de él esperando su bendición, la cual llega en una titubeante palmada en la cabeza.

- Gracias por todo, mil gracias!!! Señor de Budapest, antiguo más simpático y mejor vampiro...Sach promete volver a verle pronto, trayéndole buenas nuevas! Hasta más ver, milord. Que su estancia en sus dominios sea todo este tiempo tan fructífera como dulce y reposada!!!

Sach se lanza entonces escaleras abajo, cantando y danzando...haciendo piruetas: - Sach Sach Sach...Albertus es el mejooooor...amigo de un príiiiincipe y señor de un gorróooooon...Sach Sach Sach!!! A dónde tú iráaaas?!! A construir-la-más-hermosa caaaaatedraaaaaaaaal!!!! Uy, no...que es una fortaleza!

Acto seguido, el malkavian tropieza y cae un par de escalones, perdiendo los pergaminos y palidulces, los cuales se apresura a recoger; - Puñetero Vâsile!!! Ojalá ardas en el infierno!!!

En cuanto recompone la compostura habitual, el monje sale por la puerta que entró y en la calle se encuentra a los ghouls de Vencel, los cuales le esperan para tomar instrucciones sobre lo que requieren. Sach se dirige al ghoul de aspecto más espabilado, y le llama:

- Chambelán...pudiérais vos hablar conmigo en lo referente al equipaje y material que necesitaremos para mañana al partir? Sach tiene peticiones que haceros, chambelán...ya que ha quedado encargado de tal tarea!!! Hagamos inventario, pues!!!

Mi nombre es Vincent señor -Dice con un tono educado- decidme que es lo que necesitais y si esta en virtud del gran principe, lo tendreis dispuesto mañana.

En esos momentos aparece caminando por la plaza que lleva hasta el palacio la buena de Evangeline, como siempre mirando a un lado y a otro con curiosidad.

Tales son los designios divinos que el monje Sasch se encuentra en la puerta del palacio junto a 3 ghouls del principe.

Y asi la casualidad quiere que los dos hijos de la Luna se encuentren.

Buena noche tengan, señores - se dirige a los ghouls y a Sach - pues antes de tal misión, siempre es bueno conocer la opinión de algunos de sus participantes.
Antes de nada, me gustaría preguntarle, mi fiel monje, pues el señor Palidanoche dijo que vendría usted mismo, mandado por él mismo, a descubrir algo sobre mi persona.
Puesto que dudo que haga eso por lealtad, me ofrezco a un exámen, sangre por sangre, vida por muerte, luz y oscuridad, pues los extremos opuestos no siempre tienden a la destrucción, así que, aquí estoy, puede que está noche ambos aprendamos algo el uno del otro.
¿Y bien, quiere preguntarme algo, monje Sach?

- Eva!!! EvaEvaEvaEva!!!! Mi querida y dulce compañera de clan!!! (Sach se arrodilla delante de Eva, le pide la mano y la besa con galantería) Designios divinos son los que mezclan a dos hijos de la Luna a solas, con tan educado y buen horrible criado!!!

Naturalmente que quiero hablar con vos!!! Mi corazón palpita sólo ante la idea de mantener la tan necesaria conversación con vuesa belleza!!! Bueno, no...mi corazón palpita casi siempre, todavía...en fin...da igual...Quería hablar con vos, preciosa dama!!!

Pero por favor, antes de entablar nuestra conversación, la cual tendremos que mantener a solas (mira a los ghouls y al hueco vacío a su espalda) hagamos una cosa: estaba a punto de organizar el inventario junto con este displicente ghoul, del cual si cumple su labor fehacientemente, hablaré muy bien a nuestro milord Vencel! (le guiña un ojo a Vincent) Por qué no me ayuda a apuntar lo que necesitamos para nuestro viaje? Mañana partimos, y necesitaremos cosas. El príncipe nos ha ofrecido la posibilidad de solicitar recursos para hacer más llevadera su misión...Ahora más tarde hablaremos del examen, mi querida compañera :D

Sach, después de erguirse ante Eva, saludarla y hablar con ella, toma asiento en el suelo, con las piernas cruzadas, e invita a Vincent y a Eva a hacer lo mismo. Acto seguido, saca su nueva-vieja pluma, y un pergamino doblado. Se pincha en el dedo de la otra mano con la pluma, y comienza a escribir con su propia sangre:

- Inventario para mañana. Peticiones de Albertus Sach y Eva, Lunáticos. Para el príncipe Vencel a través de su bello servidor Vincent.

+ Una caja de herramientas sencilla y completa: practicar ebanistería, alfarería y construcción.
+ Unos cuantos listones gruesos de maderas flexibles, para fabricar arcos.
+ Complementos para las herramientas y para la fabricación de arcos y otras cosas: cuerdas, poleas y ganchos. Clavos. Plomada.
+ Venenos ETIQUETADOS. Que la mayoría no sean mortales, sino paralizantes. Uso de caza principalmente.
+ Lote de puntas de flechas y láminas de metal para fabricar cuchillos y dagas.
+ Lote de escritura: plumas, tinta de 3 colores y pergaminos. Reglas y un transportador de ángulos.
+ Lote de libros, a saber: matemáticas, herbolaria, leyes humanas y cainitas, construcción, teología, ocultismo, biología, filosofía, sabiduría y refranero popular, medicina e historia humana y cainita. Al menos 1 volumen de cada tema, por favor.
+ Mantas. Nos harán falta.
+ ¿He escrito ya venenos? mmm...Un hacha. He perdido la mia.

...Cuando finaliza de escribir, Sach lee en voz alta lo que ha puesto, y pregunta a Vincent tanto la disponibilidad de todo aquello como si se le ocurre algo más que necesitásemos, como a Eva si se le ocurre algo más. Se mete posteriormente un palidulce en la boca, y ofrece sendos palitos a Vincent y a Eva.

Despúes de examinar la lista, se da cuenta de que puede existir una ligera relación entre arco, flecha y veneno, pero confía en que son para cazar, aunque en tal caso no habría elegido venenos paralizantes sino venenos mortales.
No, gracias... no creo que me sentara bien... o si... Eva coge un palidulce y se lo mete en la boca Cuanto tiempo sin apreciar el sabor de... ¡Bahhh! Escupe el palidulce Ahora recuerdo por qué no comemos...
Creo que no falta nada más, ya que supongo que conseguiremos los venenos - sonríe a Sach - ¿no crees?
Si hiciera falta, puedo hacer una infusión de cicuta o candelaria si no nos dan los venenos.
Esto... ¿quien limpiará esto? Bueno... da lo mismo. Escuche, monje Sach, no se qué opina de esta misión, pero estoy interesada en los escritos que mencionó sir Vencel, al menos me pica la curiosidad quien los escribió y con qué propósito. Creo que es mi deber estudiar lo que pone, pues quizas tenga que ver con... - se acerca más al monje y baja la voz - los indicios de aquellos que no deben ser despertados, aquel que no sabemos donde está, qué fue de él... hablamos de ellos... hablamos de Malkav.
Un silencio abarca la conversación. Pocos vampiros se atreverían a tentar la suerte de un antediluviano, pero las historias del sire de Eva hablaba sobre ellos, y nadie sabía donde estaban realmente. Era el misterio más secreto de su era, y era algo que le llenaba de curiosidad, aún alejándose de su misión, debía resolver ese enigma.

Sach tenía pensado decirle unas cuantas cosillas a Eva, pero en el momento en que menciona al Padre de los malkavians, se le corta la respiración.

- Ha...ha dicho...Mal-kav??? Ha mencionado el nombre de Padre??!! Ohhh Eva, ya sabía yo que no érais como la mayoría de nuestros hermanos, que vos SÓIS especial!!! No te cuesta hablar de Padre!!! Pero ya discutiremos esos asuntos de camino a nuestro destino...ya que va a haber tres vehículos...aunque sea precipitado, me gustaría poder hablar con vos de todos estos temas, y tutorearnos algunas noches (Sach se pone rojo)...claro, si vos lo deseáis...Pienso igual que vos: en esos escritos hay algo, y precisamente Vencel me ha pedido que sea el encargado de apropiarme de ellos. Me vendría bien alguna ayuda para ocultarlos del brujah, la demonio y el asesino...

- Respecto a lo de los palitos, lo siento, milady...Sach a veces olvida su extraña condición. Sach es capaz todavía de saborear alimentos, de llorar, estornudar...y esas cosas que hacen los mortales...por eso como palitos dulces...mire Eva...si hasta mi corazón late sin hacer esfuerzo!!! (coge delicadamente la mano de la malkie y la pone en su pecho, para que note que dice la verdad)

Acto seguido, Sach se levanta, y se dirige a Vincent: - Señor vincent: horrible y bello ghoul...vos que sóis inteligente y prudente, intentad proveernos de todo lo que hay en la lista. Si por algún casual no pudiérais conseguir todo, añadid un sustituto que creáis conveniente. Recordad asímismo despediros de nos mañana, si estamos despiertos. Ahora debo partir en dirección al mercado con esta bella señorita (le tiende la mano a Eva) para encontrarnos con el estúp....con el valeroso Thorkell (risitas)...debemos hacer unas compras de última hora...no todo es darle trabajo a un disciplente ghoul...Buenas noches, señor.

Sach le da la lista a Vincent, y se dispone a ir calle abajo, hablando con Eva, asegurándose que tienen un momento a solas, para hablarse los dos francamente.

Espero que Eva sea mi mejor aliada...no quise que le pudiera pasar nada, pues la gente de mi clan es importante, y más la gente ESPECIAL de mi clan...

¡Oh! Su carazón aún late. Puede que aún haya esperanzas de salvar esta tierra apestada por el odio y la injusticia
*¿En serio debemos ver al brujah? Es posible que no nos reciba de buen grado...
¿Debemos ver ahora al señor Palidanoche? Es posible que no desee vernos hasta la hora de la partida. No se por qué pero parece mosqueado por algo que se le ha perdido, y que por lo visto soy la principal sospechosa. Aunque por otra parte... aún quedan algunas horas hasta que amanezca...
*o hasta que se larguen los del osito...
Eva toma la mano de Sach con mucho gusto y le sigue de nuevo hasta el mercado.