Partida Rol por web

- Brunhilda deberíamos volver, las plantas de esta zona, aunque están mejor, yo al menos no me arriesgaría a comerlas; casi todo aquí parece enfermo. De lo malo, hemos encontrado estas ocas no es mucho, pero servirá y no creo que nos dé tiempo de encontrar algo mejor antes del anochecer, además que por esta zona debe de haber un oso o al menos eso puedo deducir por las huellas de mas atrás y ahora mismo somos lo único rico del menú salvo estas ocas.

En cuanto oscurezca esto se llenará de animales hambrientos y teniendo a esta enferma es un suicidio, volvamos.

Me giro y voy regresando lentamente para no dejar atrás a Astrid.

No se que demonios ocurre, vomito sobre uno de los arbustos, cada vez me encuentro peor. Al llegar al campamento me desplomo contra el suelo quedándome cerca de la hoguera.

Pues no pinta muy bien la cosa Floki, pero tendremos que confiar en ti. 

Un momento Finn, ven acércate, lo tomo por el antebrazo y lo siento a un lado. Oigo su preocupación y voy asintiendo con la cabeza a cada frase que dice mientras observo a Floki y sus manías. Casi no lo dejo terminar la última frase y le digo, no lo recuerdo, pero puedo seguir estando bajo los efectos de aquello que estaba en la torre; pero una cosa si te puedo decir, no se ha ganado mi confianza aún. Hay que ponerlo a prueba joven granjero, tu y yo lo pondremos a prueba.

"Floki, puedes ir a buscar al resto? ...este fuego está listo, sólo falta la caza..."

Le susurro a Finn, si sale a buscarlos síguelo de cerca y escudriña sus actitud, ¿cómo lee las pisadas, si usa su oído o su vista, si su caminar es errático o no, cosas así... y si te descubre dile que quieres aprender de él lo que sea que se te ocurra... Luego hablamos.

En ese preciso momento veo que sale al claro Astrid, deambulando y con los hombros caídos...da unos pasos más y cae frente a nosotros. Cojo arena del suelo y me froto las manos con ella, luego me levanto rápidamente y llego a ella; me agacho y le doy la vuelta. Paso mi mirada primero por todo su cuerpo y cabeza para intentar localizar el problema, saco de mi bolsillo unas runas blancas y negras y las dejo caer sobre su vientre... 

Al tocarla notas que está ardiendo, tiene muchísima fiebre, al instante después empieza a tiritar de frío.

¿Padre? Creo que me muero padre, no me deje sola por favor.

Volvía siguiendo a Astrid, cuando veo que se desploma y va Rio a socorrerla.

- Creo que el ejercicio no es lo suyo.

Hecho una risotada y me acomodo en un tronco mientras empiezo a desplumar las aves que traigo.

Miro al cazador con cara de pocos amigos.

Necesita hoja de caléndula hervida, si le añadís algo de alcohol mejor que mejor, ¿Habéis bebido agua desde que estáis aquí? Suspiro pausadamente.

Sí, lo habéis hecho, por lo menos ella, es evidente. Miro al cielo

Este sitio lo infecta todo, hay que andar varios kilómetros hasta el paso de nieve para poder beber algo que no esté contaminado. Toma. Le doy a Fynn un saquito marrón de piel.

Pon a secar cuatro o cinco hojas en una piedra cerca de la hoguera. Saco un cuchillo y le hago una herida de poco más de un centímetro en el brazo a Astrid. Astrid se mueve inquieta, con cara de dolor.

Todavía siente dolor, parece que llegamos a tiempo. Pongo el cuchillo en el fuego y quemo la herida para que no sangre, miro los ojos de Astrid y la quito la ropa del torso, las muñequeras, collares, todo de cintura para arriba. me sorprende ver el cuerpo fibroso de la hembra que tengo delante, a pesar de las cicatrices es preciosa. 

Fynn pásame las hojas. Me meto las hojas en la boca y las escupo ya masticadas en un pequeño cazo, vierto algo de agua y un líquido extraño que saco de mi odre y lo pongo en el fuego.

Fynn dame una tela que tengo en mi mochila, esa misma que sobresale. Rompo una manga y la meto en el cazo con el agua hirviendo, comienzo a frotar la tela húmeda en el torso desnudo de Astrid, cuando ya no queda líquido en el cazo la vuelvo a vestir con su ropa.

Ahora no tenemos más que esperar, si pasa de esta noche se recuperará casi seguro, si no lo logra... Bueno, digamos que ya hay tres tumbas ahí cerca, hacer otra no cuesta demasiado.

No me separé de la chica mientras Floki la atendía, miro su trabajo y me reconforta saber que sabe lo que hace, pero cuando dice la última frase suelto el brazo de la chica y cojo con fuerza el chaleco del curandero, lo acerco a mi cara y le digo ...nunca más hables así de ninguno de nosotros... cuida tus palabras necio... y acto seguido pongo una sonrisa amistosa y digo... muchas gracias por tu rapidez en atenderla y que Eir te recompense por esto, y lo suelto.

Las horas pasan mientras cenamos y nos reconfortamos en la hoguera. He estado observando a Astrid desde las curas de Floki, pensando en si de verdad fue una buena idea dejarla en sus manos, sin embargo, ¿Que otra opción teniamos sino confiar en que eso pudiera curarla? Astrid ha estado descansando por un buen rato ya y yo me acerco a ella para ver como está, le toco la cabeza, me acerco un poco y le digo susurrando: "Astrid..¿puedes oirme..te encuentras mejor?"

- Por supuesto regresemos pronto y tenderé cuidado de las hiesbas y agua que poamos tomar en estas tierras - Respondió alerta Brunhilda al cazador, a quien le confiaba por sus habilidades y conocimiento, pero cuando llegaron juntos al campamento de vuelta y vieron desplomarse a Astrid y reaccionar a Floki la reacción de la joven pelirroja fue diferente, acercándose a él viendo sus habilidades para tratar a la joven envenenada por el agua y le susurró :

- De que manera puedo ayudarle para que nuestra camarada reaccione y mejore?

Pídeselo a Eir la Ásynjur, ella como valkyria ya conocía las propiedades medicinales de las hierbas y era capaz de la resurrección, quizás vuestra amiga la necesite de su parte.

Saco el laúd de la mochila y me pongo a tocar.

„Hljóðs bið ek allar 
helgar kindir, 
meiri ok minni 
mögu Heimdallar; 
viltu, at ek, Valföðr! 
vel framtelja 
forn spjöll fíra, 
þau er fremst um man.

Ek man jötna 
ár um borna, 
þá er forðum 
mik fœdda höfðu; 
níu man ek heima, 
níu íviði, 
mjötvið mœran 
fyr mold neðan.

Ár var alda 
þar er Ýmir bygði, 
vara sandr né sær 
né svalar unnir, 
jörð fannsk æva 
né upphiminn, 
gap var ginnunga, 
en gras hvergi.

Þar kemr inn dimmi 
dreki fljúgandi, 
naðr fránn neðan 
frá Niðafjöllum; 
berr sér í fjöðrum 
— flýgr völl yfir — 
Niðhöggr nái. 
Nú man hon sökkvask.

Fuente: Voluspá Edda

Me pongo a cantar también.

-Esta bien, eso haré! - Dijo Brunilda antes de acomodar se entre England y Floki para cantar la canción y pedir ayuda a Eir como las otras Valkirias

¿Padre? Sigo mirando a Rio

¿Padre, te lo prometí, te acuerdas?

A medida que acabo de desplumar la primera, la destripo y la preparo para poner al fuego para que se vayan haciendo; continuo hasta terminar de preparar las 6 ocas que he cazado.

-Bueno, espero que aproveche es lo mejor que podía encontrar en la zona, lo bueno es que están migrando así que no son de este habita; lo que nos libra del posible veneno de la zona o eso espero.

Corto un cacho de carne con mi cuchillo y me lo como.

Agarro la mano de Astrid y se la aprieto fuerte. Aquella no era manera de morir para ella, aquella mujer había demostrado ser una auténtica valquiria merecedora de respeto.

Cuando Astrid dice eso miro a Rio, suspiro de impotencia y digo: "Uff joder... la pobre sigue delirando". Agacho la mirada e intento darle un poco de mi agua no contaminada, necesitará hidratarse. "Recordad que hay que racionar la comida, no sabemos si allá arriba escaseará, acordaos de que por eso hemos parado" cojo lo justo de carne para cenar hoy y termino diciendo: "Me ofrezco para la primera guardia nocturna, esta noche hay bastante por lo que velar."  miro a Astrid...     

Astrid descansa, me quito las pieles que me cubren los hombros y la arropo con ellas. Cierra los ojos y descansa, mañana debemos seguir y tu con nosotros.

Muy cierto Finn, hay que racionar y embalar comida para la travesía, le hago una marca de sanación con el dedo en la frente a Astrid y me levanto a preparar la zona del campamento. Marco un círculo grande con más hogueras para protegernos de los lobos, recojo más madera para las fogatas, coloco dagas y cuchillos cerca del fuego, armo dos trampas en lo que considero la zona más expuesta y analizo cual podría ser nuestra vía de escape; les expongo todo esto a los demás y me siento a comer...hoy no hay hidromiel para nadie...entendido... 

Ver a Astrid con los ojos cerrados y tiritando me pone de muy mal humor, me acerco a ella y la digo algo al oído sin que nadie pueda oírlo.