Partida Rol por web

Frunce el ceño levemente, y niega realizando un gesto cortante con la mano.

-Primeras cosas primero, guapo hombre. ¿Cómo ser tú? ¿eh? mmm nombre real. Nombre mmm verdad.

Sabe que no os estáis entendiendo bien, así que se señala.

-Yo Gunhilda Pelo de oro.- señala a Adolf. -Él Adolf Kommandant. Ragnar Melena negra.- te señala de nuevo. -¿Tú? ¿No tener?

Ante esas palabras Ragnar suelta una risotada. Adolf se inclina levemente hacia tí y te habla rápido.

-Ragnar Melena negra, su nombre es así por haber matado al menos a un Melena negra unos enormes lobos. Ella es Pelo de oro, supongo que por su precioso cabello. Ese segundo nombre es algo que te define y que se pueda probar, ya sea por ti o por testigos. No tener ese segundo nombre es propio de niños y adolescentes.

-¡Ahhh! Joder, mi nombre -tengo que aguantarme la risa porque definitivamente no entendía a qué se refería pero Adolf me sigue corrigiendo antes de que meta la pata y me quede con el simple nombre. Sinceramente, sus apodos no me impresionan del todo pero puedo deducir que el de Ragnar tiene mérito si mató a un lobo de la misma envergadura que nuestro colega oso.

-Yo soy Rick, Viajero de Mundos -hago una reverencia antes de volver a incorporarme. Que no me crean o interpreten algo más místico me da igual, yo lo único que quiero es llevarme a Cath de aquí y seguir reuniendo al grupo para empezar a trabajar en una salida -Podría llevarte conmigo, Gunhilda, si quisieras -intento hacerme un poco el interesante, es inevitable, pero tampoco importa demasiado porque de todos modos me pedirán pruebas conforme merecemos llevarnos a la peliazul.

Inclina la cabeza levemente, intrigada por tu propuesta. Sonríe mientras mira hacia Ragnar, que ya no ríe, y te vuelve a mirar. Cath se muerde el labio para aguantar la risa. Aunque eso se le quita cuando Ragnar pone una mano sobre la suya, en el posabrazos del asiento.

-Intrigante. Venir, hablar como invitado ante los líderes barba de hielo. Nosotros escucharte y juzgar palabras. -Sube a la pequeña plataforma y se sienta a la izquierda del trono vacío. -Hablar ahora, Viajero de mundos, ante Ragnar y Gunhilda Bjornson. Mientras padre en cama, nosotros líderes.

Muchos otros Vikingos, la mayoría altos y fuertes como robles, se acercan y te observan. Adolf se hace a un lado, pero no mucho para ayudar a traducir si hace falta.

"Y esto es lo que pasa cuando vas de listillo", digo para mis adentros mientras la vikinga anuncia que debo de hablar ante los líderes. He conseguido captar su atención pero quizá a un precio demasiado alto, por suerte tampoco he dicho ninguna mentira. La clave reside en enfocar la verdad de manera que parezca más mística e importante de lo que realmente es.

Cuando la veo tomar asiento llego a la rápida conclusión de que debe de ser la hermana de Ragnar. Eso puede facilitar que le convenza a nuestro favor así que voy a tener que seguir convenciéndola de lo insólito que soy. La cosa está difícil.

Miro de reojo a ambos lados, comprobando como cada vez tenemos a más curiosos a nuestro alrededor dispuestos a escuchar lo que tengo que contar a sus jefes. Por suerte nunca he sido tímido y tampoco creo que vayan a entender una mierda -Como acabo de decir soy el Viajero de Mundos. Éste solo es uno de los muchos en los que he estado y en cada uno de ellos he necesitado llevar a cabo una proeza que me ha permitido viajar al siguiente -cruzo los brazos detrás de mi espalda para reforzar la imagen de ser algo extraño pero para los más observadores y los que me conozcan es probable que se note que estoy rígido y tenso -Esta vez necesito la colaboración de vuestro pueblo para poder seguir mi camino y guiar a la gente de Kommandant hasta su tierra -le miro de reojo, levantando levemente una ceja -La Elegida debe venir con nosotros y estoy dispuesto a demostrarlo -mi atención se ha basado sobretodo en Hilda pero al final me centro en Ragnar, temiendo que pueda reaccionar con hostilidad a la petición.

Los hermanos intercambian unas rápidas palabras entre ellos, demasiado para que las captes...aunque daría igual sin saber su significado. Tras ellas, la mujer te mira de nuevo, pero habla a Adolf. Él confirma lo que dices.

-La elegida ser regalo de dioses. Solo ser para quien de verdad merecer.- eso de que hablen de ella como una posesión revienta a Cath, se lo notas. -Ragnar Melena negra dice serlo, Rick Viajero de mundos también. La vía para demostrar ser mejor ser un enfrentamiento. Pero Viajero de mundos no es Barba de hielo.- Ragnar dice algo y varios ríen -Por tanto...única posibilidad de celebrar enfrentamiento ser demostrar valía a clan. De tiempo, una luna.

Soy consciente de que se mofan de mí por el simple hecho de no considerarme un guerrero pero, francamente, teñirse la barba de azul con unas bayas tampoco me parece que sea un gran símbolo de poder. Supongo que solo los que lo merecen pueden hacerlo, quién sabe.

-Estoy dispuesto a pasar esa prueba y lo haré pero con una condición -probablemente no sea lo habitual, dudo que muchos se atrevan a negociar con ellos, pero tengo que intentarlo -Hasta esa luna la Elegida no pertenecerá a nadie y por tanto será respetada y libre de ir y venir por donde le plazca -me da igual que la obliguen a quedarse en el poblado pero si al menos consigo sacarle al lapa de Ragnar de encima seguro que lo agradecerá porque se le notan las ganas de pegarle un buen puñetazo en la cara a menudo. Debo admitir que me ha sorprendido demostrando más autocontrol del que esperaba en ella.

Parece darse una breve discusión entre los hermanos  pero Ragnar termina asintiendo y Gunhilda te mira otra vez.

-Mujer de pelo azul podrá elegir con quien yacer y a quien alimentar. Ser invitada. Pero, si salir de poblado, derechos anulados y ser extranjera. Ley vikinga permitir- duda buscando la palabra en tu idioma -follada con fuerza.- Gunhilda no tiene muy claro que sea la traducción, sensación que reafirma el hecho de que Cath tenga que aguantarse la risa, pero es lo que mejor le sale -y ser propiedad de quien la reclame.

Ragnar se alza y dice unas palabras, los guerreros lo vitorean mientras se marcha.

Asiento a la primera parte del trato respecto a Cath. Creo que incluso teniendo que quedarse aquí ahora podrá estar mucho más cómoda y tranquila sin ese plasta de Ragnar llevándola de un lado a otro como si fuera su perrito. Con la última aclaración me cuesta aguantarme la risa, me veo obligado a disimular con un carraspeo exagerado, pero en realidad no es gracioso. Es una advertencia con amenaza incluida -Lo comprendo y lo respeto. Estoy seguro de que ella también lo hará-la miro de reojo levantando una ceja, después inclino un poco la cabeza en señal de respeto a Gunhilda antes de retroceder para dar por concluida la "charla oficial".

No sé como pueden considerar a Ragnar como líder cuando es obvio que su hermana es mucho más inteligente y precavida pero supongo que es cuestión de género. Eso y que el resto tengan cerebro de serrín.

-Al final no ha salido del todo mal -suspiro con algo de alivio al volver junto a Adolf -¿Cuando es la siguiente luna? -algo me dice que no me darán mucho tiempo de margen y mientras hablamos intento hacerle gestos a Cath para que se acerque. Ahora es libre así que ya podremos hablar con relativa normalidad.

Por más que sea libre, más o menos, a Ragnar sigue sin gustarle que se acerque a ti. Pero poco puede hacer ya sin contradecirse o enfrentarse a su hermana. Seguramente, aparte de hijo del líder, sea un gran guerrero. A priori, en una confrontación física, sería el hermano ganador sin duda alguna.

-Bien hablado, viajero entre mundos.- sonríe Cath. -Me pregunto cual debería escoger yo...¿Devora perritos?- mientras os ocultábais en la casa esperando a que llegase Percy -sin saber que era Percy a quien esperábais- Cath hizo una demostración de sus habilidades traga-perritos calientes que puso un tanto nervioso a tu hermano. Que era la intención de Cath, por supuesto.

-La próxima luna es, si no me equivoco, en siete días. O noches. ¿Qué tienes en mente exactamente?

-Eeem... mejor no. De todas formas te has ganado el apodo de la Elegida quieras o no -soltar una broma como esa a esta gente solo les haría creer que se alimenta de perros, literalmente, y no estoy seguro de que eso les haga gracia -Siete noches, bien -asiento con algo de alivio. Aunque la tarea a cumplir no es fácil al menos tendremos margen de tiempo para realizarla.

-Pretendo matar a un oso gigante -arrugo las cejas, Adolf ya sabe de quién le hablo -No puedo hacerlo cara a cara ni con armas de fuego, necesito prepararle una trampa lo suficientemente mortal. Había pensado en electrocutarle pero necesito una ayudita para pensar en como montarlo todo -ella sabe sobre "chismes" así que espero que se le ilumine la bombilla fácilmente porque yo no sé de dónde sacar una fuente de energía lo suficientemente potente para algo así.

-¿Elec...eso es, tú ponlo fácil.- rezonga -A ver como leches...

Cruza los brazos apoyando un codo en la mano contraria y la barbilla en el puño cerrado. Camina pensativa, murmurando y descartando cosas. Parece que le llevará un rato.

Uno de sus hombres llama a Adolf, por lo que él va a ver que ocurre. Quizá un buen intercambio. Y alguien te da en el hombro.

-¿Cuando irnos? ¿Qué buscar tú?- se trata de Gunhilda.

Arqueo ambas cejas mientras veo a Cath ir y venir por la sala. También me había planteado la opción de usar fuego y pólvora pero aunque son materiales más a nuestro alcance también resultarían más inestables.

En cuanto veo quién se me acerca me sorprende bastante pero todavía más lo que me pregunta. Mierda para mí -Nos quedaremos aquí todavía un rato más, después zarparemos hacia nuestra isla para encontrar al oso. ¿Vas a ser nuestra juez...? -la miro extrañado y en realidad también fastidiado. Sería mucho más fácil si simplemente pudiéramos venir hasta aquí con la cabeza del maldito oso pero si ella nos acompaña me tocará hacerlo todo por mi cuenta sin la colaboración de los demás y eso puede ser complicado de cojones.

-¿Te refieres a eso? -entonces recuerdo que al principio la "invité amablemente" a acompañarme en mi siguiente viaje pero no creo que sea tan... ¿lanzada? No estoy seguro de qué adjetivo definiría algo así.

Cath se va hacia Adolf y se van/lo arrastra a un lado, empieza a preguntarle cosas. Gunhilda, aunque arquea una ceja por ese comportamiento, no dice nada y te sonríe.

-Querer ver mundos y no fiarme de ti. Hombres guapos mentir.- ríe -Así que yo ir contigo. Ser sombra. Ragnar buen líder. Ir a coger cosas mías. Si huir, yo cazar.- por la sonrisa que te lanza antes de girarse se diría que la idea de cazar no le desagrada sino que la divierte.

Cath parece haber solucionado un problema, pero ahora se encuentra con otro ¿cómo va a haceros unos planos sin papel para dibujarlos?

Más o menos se me queda la misma cara que a Gunhilda cuando veo a Cath arrastrando a Adolf, por su bien espero que no le espante -Vaya, menuda fama -sonrío de lado cuando me deja claro lo poco que se fía de mí -Ya veremos quien caza a quién -me limito a decir mientras se aleja, acercándome entonces a mis aliados.

-¿Tenéis el plan maestro? Porque resulta que la princesita se va a pegar a mi culo y aunque en otras circunstancias no me molestaría... -me callo de golpe al ver la cara que se le pone al comandante -Hay que darse prisa, ¿podemos memorizarlo? -empiezo a mirar a ambos alternativamente -Espero que me digas que con un agujero lleno de agua basta.

Se rasca la cabeza, pensándolo.

-Pues...en teoría sí, pero no creo que vayas a poder hacer un agujero lo bastante grande para que el oso no salga, impermeabilizar fondo y paredes y llenarlo de agua, todo eso en el territorio del oso y en siete días. A mi se me ha ocurrido otra cosa, Adolf y sus hombres tienen hilo de cobre de todo el cableado de sus barcos y submarinos. Con eso se puede hacer una red conductora y una bobina.Solo...necesitaremos dos cosas. Atraer a Yogui a la trampa...y un pedazo imán lo más grande que podamos.

Se encoge de hombros.

-El imán es la clave. Y lo único que no sé donde conseguir. Puede que tu ligue sepa algo.

-Cobre, vale -la señalo momentáneamente a modo de aprobación. Hacer una especie de jaula con esos cables parece más fácil que cavar un hoyo hasta China, probablemente lo más arriesgado de ese plan sea hacer de cebo y salir de la propia trampa antes que el animal pero eso ya lo pensaré mejor luego -¿Cómo se hace una bobina? -para ella parece muy obvio pero para mí no tanto, entonces recuerdo algo -Adolf me habló de un mineral extraño que hay por aquí y que conduce la electricidad, eso puede ayudar pero el imán... -lo dejo en el aire, frotándome la barba pensativo antes de girarme hacia la dirección por la que desapareció Gunhilda. No creo que sea del tipo de chica que necesita un baúl para transportar el equipaje.

-Mientras estés aquí intenta averiguar todo lo que puedas sobre el árbol gigante, ahí es donde está Alex pero los alemanes no han podido llegar hasta ahí nunca -muevo las cejas para dejar claro lo raro que me parece ese detalle.

Asiente, investigará eso.

-Puede que ese mineral sea magnetizable. Si tenemos un trozo lo bastante grande podría bastar con colocarle encima parte de las brújulas que tiene Adolf. Con eso terminaríamos la parte sencilla. Pero vayamos paso a paso. Encuentra ese mineral.

Comienza a darle a Adolf algunas especificaciones de tamaño. Gunhilda regresa, espada al cinto y escudo a la espalda. Lleva también una cota de maya y ropa algo más ajustada, algo nada desagradable aunque al ser pantalones pierda algo de...acceso fácil.

No acabo de entender como demonios vamos a fabricar un imán con unas piedras y unas brújulas así que no me extraña que se lo explique mejor a Adolf para que el invento no acabe siendo un desastre. Por el momento me toca fiarme de él y si lo hago es sobretodo porque sé que me necesita pero si conseguimos llegar hasta ese maldito árbol... Entonces no me sorprendería que sus prioridades cambiaran pero espero equivocarme.

-Ya veo que te has preparado por si tienes que cazar -dejo escapar aire por la nariz en cuanto Gunhilda aparece preparada para una posible batalla y le indico el barco en el que puede subir si le apetece.

Después de eso me despido de Cath con un abrazo y la promesa de que volveré a por ella con la cabeza del oso Yogui. Sé que es más dura de lo que ella misma cree y después de haber conseguido el trato de libertad no debería serle muy difícil aguantar aquí un par de días. Espero que no necesitemos más para acabar con todo esto porque Alex también nos está esperando pero considerando que se encuentra en un palacio tal vez sea la más afortunada de todos.

Termino subiendo en la misma embarcación que la vikinga, espero que el comandante se decante por la misma y tengamos la suerte de no toparnos con nada raro durante el trayecto -Gunhilda, necesito hacerte una pregunta -sé que en breve me tocará colaborar con los remos así que voy directo al grano -Buscamos unas piedras un poco extrañas, quizá os hayan provocado un calambre o una quemadura al haberlas tocado. ¿Te suenan? -no se me ocurre una mejor manera de describirlas siendo que tampoco las he visto pero quizá Adolf tenga alguna muestra por el refugio que facilite el reconomiento.

Frunce el ceño, pensativa, y coloca su escudo en la cubierta. Saca un pergamino, probablemente piel de cabra o ciervo, y lo extiende.

-Nosotros ahora en Midgard. Komandant y gente suya en Hel. Isla azul ser Jotunheim, hogar de gigantes de hielo. Entrada prohibida pero...jóvenes traviesos ir. A veces problemas, quemaduras. Cuentos de piedras extrañas. ¿Eso servir?

No parece conforme con sus palabras.

-Necesitar mejores palabras.

El barco zarpa y, de momento, no se te necesita en los remos.

Cuando la veo sacar ese mapa no puedo evitar preguntarme si esconderá una catapulta entre las tetas o algo peor, vete a saber.

Me cruzo de brazos y observo las islas con el ceño fruncido. No soy experto en geografía pero puedo afirmar que es una distribución de lo más extraña -Supongo que no nos queda más remedio que comprobarlo - que esté habitada por supuestos gigantes no suena muy prometedor pero espero poder recoger las piedras cerca de la orilla -¿Y dónde se supone que está el árbol?, ¿lo has tocado alguna vez? -la miro con curiosidad, preguntándome si ellos habrán tenido más "suerte" que el grupo de Adolf.