Partida Rol por web

La edad oscura

Primer curso, capítulo III. Retazos de magia

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16/12/2014, 11:20
Jarek Cerny -Slytherin-

El joven Cerny estaba en mitad de su segundo hechizo cuando comenzó a oír ruidos, no dejó que eso lo desconcentrase y, sin apartar la mirada de su objetivo, siguió con los movimientos de varita. Para su desgracia, el que uno no quiera no significa que no le ocurra. Salida de la nada, una taza apareció volando y aterrizó sobre el resbaladizo animal que el chico tenía delante. El sonido, mezcla de "crash" y "chop", que salió de debajo indicó claramente que su encantamiento había bajado de dificultad: el animal ya no estaba vivo. Como donde debería haber habido un caracol ahora había una taza, cuando la varita acabó su recorrido la taza se combó ligeramente y salió 'corriendo'. Después de la primera reacción de sorpresa, con el consiguiente retroceso del cuerpo, el chico no pudo hacer nada para evitar que la 'taza andante' comenzase a subir por la espalda de su compañera, ni se dió cuenta que Eugene había roto la suya a raiz del mismo susto.

- Joy, cuidado...

Medio susurró las palabras, no quiso gritar aunque en realidad no hubiese importado dado lo que ocurría a su alrededor, pero el chico no era consciente de nada mas que de su 'caracoltaza' desapareciendo por detrás de la cabeza de su amiga, o mas bien por delante dada que la perspectiva que él tenía era la inversa. No sabía si levantarse, pues no tenían permiso para ello, e ir a ver qué pasaba y en qué podía ayudar, cuando empezó a oír un pitido y el humo comenzó a salir por encima de los hombros de Joy.

-Esto no es bueno, esto no es nada bueno...- Fué lo único que pudo pensar mientras algo salía volando de la mesa de la chica y todos comenzaban a toser por culpa del denso humo. Jarek sacó un pañuelo del bolsillo de su pantalón y se lo puso delante de la boca y de la nariz, estaba intentando no seguir respirando eso que hacía que los ojos se le llenasen de lágrimas y le impidiesen ver por dónde se acercaba la 'T.A.D.E.V.R.A.'* y se agachó por el lateral del pupitre en espera del fin.

Por suerte, o mejor dicho por la buena intervención de la profesora, todo estaba a punto de acabar. Un grito y las siguientes palabras dichas por McGonagall le indicaron que ya había pasado el peligro. Se sentó ergido de nuevo y dirigió su mirada por la sala para ver a quién tenían que llevar a la enfermería, el apellido le sonaba al del chico de las apuestas pero se había referido al herido como "señorita". Y allí estaba, una chica morena de bonitos ojos azules y con el uniforme de Ravenclaw -Ravenclaw... ¡Rox!- de inmediato dirigió su mirada hacia el pupitre en el que su amiga se había sentado. Por suerte estaba perfectamente, pero Jarek constató con consternación que estaba sentada sola. La saludó y le hizo un gesto dando a entender que menuda se había liado, esperaba sacarle una pequeña sonrisa -Tengo que encontrar un momento para hablar con ella-.

Se propuso practicar en serio para la siguiente clase, aunque no sabía qué poner en la redacción -Permití que una taza aterrizase encima de mi caracol, eso no solo lo mató sino que al hacer la transformación de un ser vivo en uno inanimado sobre un objeto inanimado, lo animé y salió corriendo- pensó con incredulidad, la retaíla de casualidades que había habido en aquel momento no debería repetirse en bastante tiempo. El reparto de puntos le sacó una mueca al chico, estaban los últimos, no quería ni pasar cerca del prefecto perfecto -Verás la que nos cae como no lo arreglemos-. Con esa idea en mente recogió sus cosas en la cartera y la cogió saliendo de la clase, una vez en el pasillo se paró y esperó a la llegada del resto, no tenía intención de ir solo.

Notas de juego

*Taza Ahora Donut En Vuelo Rasante Asesino   XD

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16/12/2014, 11:18
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

- ¿Por qué? - Preguntó el chaval, extrañado cuando le dijo que no discutiría con él sus métodos de enseñanza. ¡Pero si él podría mejorarlo, seguro! Aunque claro, hasta para un limitado social como él, aquella mirada de McGonagall tenía significado. Retrocedió ligeramente, intimidado por la severa mirada de la mujer, quedándose quieto y tieso como un palo. El suave temblido del labio revelaba el deseo total y absoluto de hablar, de decir, de comentar.

¿Para qué engañarnos? De corregirle.

Y aunque no era común en él, se dejó llevar por aquel deseo. Pensándolo bien, de otra manera, habría estado todo el día pasando un mal rato ante la no-posibilidad de discutir en vivo y en directo con la Jefa de la Casa Gryffindor, Subdirectora, Profesora y Recepcionista Minerva McGonagall. - No sabría decirle si me alegro o no. - Contestó con total sinceridad y sin malicia. - La idea de pasar una o más tardes con usted no me gusta, pero la idea de discutir con usted si lo hace. Ahora mismo no se cual de las dos tiene más peso. - Fue totalmente sincero, y, por la cara que puso, ya había comenzado a meditar sobre que tenía más peso. Una decisión de lo más difícil que se vio interrumpida cuando habló de quitarle puntos.

Todo debe decirse, y es que en aquel momento, en la cara de Alexander no había miedo, coacción, intimidación o lamento. Había desconcierto, frunciendo ligeramente el ceño en una mueca cómica donde se podía ver que no había entendido lo que le había dicho la profesora. Además de equivocarse, había sido inexacta. Las dos cosas que menos le gustaban a Alexander Weir.

Bueno, las dos cosas que menos le gustaban si restamos los pájaros, las abejas, los ruidos fuertes, la gente, la suciedad y los lápices con la punta rota. Que por cierto, en este último caso, era un autentico crimen contra el orden y el buen gusto. Pero volvamos a lo realmente importante, estaba Alexander mirando a McGonagall con desconcierto. - No comprendo la relación entre la magnanimidad y un teórico escenario futuro donde debe retirarme más puntos. No sabe qué sucederá, no sabe si la retirada o no de puntos se deberá a la magnanimidad o a otros elementos. - Esperó unos segundos, y entonces, para sorpresa de los presentes, abrió la boca en un gesto de clara sorpresa, como si hubiera comprendido algo totalmente trascendental.

- Ah... ¡claro! - Sonrió, con total inocencia infantil y cierta alegría. Una sonrisa un tanto grotesca en un rostro poco habituado a ello. - Además de Jefa de la Casa Gryffindor, Subdirectora, Profesora y Recepcionista es usted la profesora de Adivinación. ¡Es increíble! Que brujilla, que bien se lo tenía callado. - comentó, sin malicia alguna, pero si con una risilla ilusionada. Lo peor -si, lo peor- es que no solo por el tono usado, también por su expresión corporal y facial realmente pensaba que lo que acababa de decir, era verdad.

Y allí llegó a la acción, Violet. No nos vamos a engañar, pero fue una autentica sorpresa para Alexander que alguien se quisiera sentar con él. Miró a su alrededor, confuso y buscando una explicación. Además, había dejado allí su mochila en un claro indicativo de que no quería que nadie se sentara con él.

Pero aquella chica -¡aquella chica!- le estaba pidiendo permiso para sentarse. Las evidencias no se pueden negar, y aquello le fastidió. Porque si simplemente se hubiera sentado, la podría haber echado. Pero le había pedido permiso, así que nuestro pequeño y rarito amigo, se encontraba en una situación de lo más complicada. ¡Por favor! ¡Debía respetar lo socialmente especulado como correcto! Nervioso como estaba -No era por tener una chica cerca. Era por tener a otro ser vivo cerca.- intentó articular palabra. Esto quedó claro por la forma torpe de mover los labios, donde intentaba decir algo, pero no le salía.

¿Y por qué no le salía? Bueno, ya que se pregunta, habrá que contestar, como bien diría Weir. La primera razón era porque Alexander Weir no gustaba de tener compañeros. La segunda razón era que a Alexander Weir no le gustaba tener a nadie a menos de dos metros de él, y ya suficiente lejos estaba de su zona de confort como para tolerar, además, que alguien se sentara con él. La tercera razón era que desconocía si la niña se había lavado las manos. ¡Quién sabe que podría haber tocado antes de entrar en clase! Como... un pájaro. O el suelo. O su propia ropa. ¿Y si no se había lavado las manos después de comer? ¡Solo la idea le aterrorizaba! Y con tanto pensar, llegó la cuarta razón: la chica había cogido su mochila -¡¡su mochila!!- y la había dejado a un lado. Ahora tendría que lavar la mochila en el mejor de los casos y quemarla en el peor. Ya lo valoraría más adelante. La quinta razón era... era irrelevante. La chica ya se había sentado, así que en virtud del correcto protocolo social, de la educación y de las buenas maneras, forzó una sonrisa que intentaba ser amable -y posiblemente, uno de los gestos más amables que jamás alguien haya visto por su parte en el colegio.- y dejó que se sentara... sin quejarse.

- Claro, siéntate. - Acabó por decirle. Y allí comenzó un hermoso despliegue de movimientos tácticos propios de un genio militar. No movió su silla. Su sitio, aquel sitio exacto era el mejor. Debía valorar el buen gusto de Violet al saber que el segundo mejor sitio era el que ella había escogido. Bueno, los movimientos tácticos precisos y exactos se redujeron a uno. Colocó el tintero en el margen exacto de la mediana de la mesa, que separaba el terreno de Violet del suyo.

Toda una obra maestra de la señalización escolar en cuanto a la división de mesas, cabe decirse.

Después intentó sonreírle -una vez más, aquella mueca poco entrenada en la que se dejaba entrever un fútil intento por la integración social mal logrado- y después rebuscó en su mochila en busca de unos pergaminos cuya cabecera decía: "Normativa de seguridad para compañeros de mesa". Por desgracia, no le dio tiempo a entregárselo, pues la clase práctica había comenzado.

- Oh, ya lo he decidido. - Soltó, para la sorpresa de todos los presentes. Pero sin venir a cuento, mientras leía tranquilamente el libro. - Tenía usted razón, Jefa de la Casa Gryffindor, Subdirectora, Profesora y Recepcionista Minerva McGonagall. Si que me alegro. - Con toda la dureza del mundo, se refería a lo de pasar las tardes con ella y poder discutir sobre lo buen estudiante que era. - Discutir con usted ha ganado tan épica batalla. - Comentó, con ese gesto inocente en el cual se dejaba ver que si había verdadero gusto en poder discutir con ella sobre ciertos temas.

Y llegamos al punto en el cual Alexander comienza a transformar cosas. Parece ser que, por algún extraño motivo, la mente ordenada, metódica, extraña y distante del chaval consiguieron aislarlo de su entorno lo suficiente como para que no le se viera afectada por el caos que ocurría a su alrededor. Algo que, seguramente, lo habría perturbado hasta límites insospechados.

Y quien dice perturbado, dice haberlo obligado a huir cual rata de allí, por supuesto. Por eso realizó sus tres transformaciones al dedillo y sin problema ninguno. Cabe decir que aquí, no solo fue gracias a la inteligencia, método o capacidad de omisión de la realidad que le saliera tan bien las cosa. También influyo la sabía elección de su sitio, y el buen gusto de Violet por sentarse junto a él.

Miró de reojo a Violet cuando realizaba las transformaciones, cual ave rapaz -aunque esta comparación jamás la habría realizado Alexander, por supuesto- esperando a un error para corregirla, cuando vio aquel objeto diabólico marchar hacia la cabeza de Violet, golpeándola.

Reparó entonces en el trayecto, ángulo y fuerza del objeto. De no ser por Violet, le habría dado a él. Aquello hizo que se quedara callado una décima de segundo. ¡Su heroína! ¡lo había salvado del brutal ataque del disco de la muerte! ¡Eternamente agradecido hasta la hora de comer! ¡Bien le valían dos puntos en el Alexametro!

Pero como bien dice el dicho, jamás conozcas a tus héroes. Pues lo sucedido a continuación le quitó todos los puntos del Alexametro de un solo golpe. Literalmente, un solo golpe, de verdad.

La rata explotó.

Sí. La Rata. Explotó. Lo que quiere decir que la velocidad a la que se expandió era superior a la velocidad del sonido. Un dato más que interesante si no fuera porque hablábamos de una rata. ¡Peor aun! ¡De una rata que estaba relativamente cercana de él!

Todo pasó a cámara muy lenta. Fue uno de esos momentos en los que ves que alguien ha hecho algo mal, y a partir de ahí, las cosas solo van a hacer que empeorar. No le dio tiempo a reaccionar. Ni a moverse. Ni a gritar. Ni a tirarse al suelo. Bueno, al suelo tampoco se habría tirado, que asco, seguro que nadie lo barría, aquel sitio parecía en general muy sucio.

Bueno, volvemos al momento en cuestión. Violet hace un mal gesto y Alexander se da cuenta de ello. Todo va a cámara lenta y nuestro pequeño chaval sabe que las cosas solo irán de mal en peor. En ese momento, algo se rompe dentro de él. Si, esa sensación de "Mierda, estoy vendido, voy a pillar y no puedo hacer nada". Y pasó lo que tenía que pasar.

Vísceras.

Vísceras por todas partes. Justo un segundo después de que la piel de la rata cediera ante la presión interna en una imagen más que desagradable y que impediría comer carne a Alexander durante el resto del mes, todo fue mucho más rápido de lo normal. Según su percepción, todo aquello iba a cámara superrápida, salpicándolo de sangre y vísceras.

Cuando todo el mundo esperaba que el chaval se pusiera en pie, gritara, llorara, pataleara, corriera o algo infinitamente peor, el chaval solo se quedó quieto. Pero quieto-quieto. Pero ni respirar. La voz de McGonagall sonó algo distorsionada, algo lejana. Apenas podía comprender lo que decía, hasta que habló de la enfermería. Y en un susurro, Alexander soltó lo único que alguien en su situación podía.

- A mi también. Pero no me toquéis. - Y dicho esto, se desplomó en el suelo a peso muerto. Se había desmayado.

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16/12/2014, 13:55

Había sido un desastre total. No sabría decir qué había hecho mal - posiblemente todo- pero la clase se convirtió en una batalla campal de destrozos, mordiscos y golpes. ¡Y pensar que todo había sido ocasionado por él! El dedo le sangraba dolorosamente y mientras se lo apretaba para que la sangre fluyera para sacar las principales bacterias como su padre le había enseñado, observó cómo el movimiento en cadena fue causando más y más incertidumbre y "pánico".

No obstante, tras haber escuchado de nuevos las pedantes palabras del tal Weir, Troy mantenía cara de estar aguantando las ganas de responderle. Mientras el caos continuaba, el chico le habló a Megan haciéndose oír.

- No sé cómo podréis aguantar a ese idiota. Es un maleducado.

Al final la profesora habló calmándolos a todos. La peor parada parecía claramente Violet que necesitaba ir a la enfermería cuanto antes. Troy miró a Megan como diciendo "ups", pero no le dio mayor importancia. Se levantó cuando la profesora dio permiso, al menos contento porque había logrado puntos para su casa, lo que le provocaba una sensación de lo más agradable.

- Voy a acompañar a mi hermana a la enfermería. ¿Te parece si te llevo las cosas a la siguiente clase? Como trabajo de elfo doméstico, por supuesto*.- le comentó con amabilidad. Quizás también deberían de verle el dedo.

Sujetó a su hermana por la cintura para que pudiera ir apoyada en él y pudiera caminar con más facilidad y justo cuando pasó por al lado de Alexander, no pudo evitar decirle algo que obviamente no escucharía en su estado de inconsciencia.

 - Tienes lo que te mereces, maleducado insoportable.

Menudo pringao. Va y se desmaya.

Dicho aquello y sin tener intención de ayudar a ese desagradecido creído, se dirigió a Violet mientras intentaba caminar junto a ella poco a poco.

- Vamos, Violet. 

Notas de juego

* si dices que sí me llevo tus libros y tu mochila ^^

Edito porque no me había enterado de que Alexander se había desmayado y como está desmayado imagino que no escucha las palabras de Troy, por lo que no lo marco.

Tercera vez que edito XDDD sorry, es que me he hecho un lío con tanto salto hacia atrás y hacia adelante.

 

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16/12/2014, 18:31
Megan Faulkner

No es idiota ni maleducado, solo un tanto peculiar... Si lo conocieras te caería mejor, seguro - se apresuró en contestar a Troy con una sonrisa, ignorando el tremendo desastre a su alrededor. Megan siempre había sido una experta ignorando las cosas obvias cuando le era conveniente.

Al ver a Troy tomándose las cosas con tanta calma tras el accidente de su hermana, se levantó de su asiento en cuanto se lo permitieron, pensando que sería ella quién tendría que acompañar a Violet a la enfermería. Aparentemente, eso había sido un malentendido, porque su compañero se levantó al mismo tiempo y le informó de sus intenciones.

Me parece una excelente idea. ¡Ni que hubieses nacido para ser elfo! - dijo riendo - ¡Y más te vale dejármelas en el mejor puesto! - bromeó

Vio a Troy partir a buscar a su hermana, sujetándola con suma delicadeza. Debían de quererse mucho... Se notaba que confiaban mucho el uno en el otro, y que esa confianza no era en vano. No se imaginaba un caso dónde uno de ellos necesitara del otro y este le negara su ayuda o apoyo. No, ellos eran buenos hermanos. Luego miró al desmayado Alexander. Iraida no estaba allí, no podría llevarlo a la enfermería. Ella tampoco, claramente, pero sus padres le habían enseñado desde chiquitita sobre primeros auxilios, así que se arrodilló frente a donde estaban los pies de Alex, los tomó con cuidado y sentándose, los puso sobre las piernas de ella, para que el chico quedase ahí echado pero con las piernas levantadas. Normalmente hubiese puesto una mochila bajo las piernas del desmayado, pero siendo Alexander, seguro que si le ensuciaba la mochila se desmayaba de nuevo. 

Notas de juego

¡Yay! ¡Elfo doméstico!

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17/12/2014, 02:18
Erik Gallaway

Sonrío cuando Caliope decide sentarse conmigo. Me alegraba de que no hubiese decidido dejar de ser amiga mía por estar en casas diferentes. Si hasta se había ofrecido a que practicásemos las Transformaciones más tarde.

-Sí. Supongo que habrá que hacerlo.- digo, encogiéndome de hombros. Pero no me da tiempo a añadir nada más, pues un mal gesto del chico de las apuestas desencadena una serie de catadtróficos eventos. Cuando veo todos esos animales, o mutaciones de ellos, volando por los aires y correteando por ahí, no puedo evitar subirse a la mesa de un bote, evitando su cercanía y el riesgo de contacto. Incluso me veo tentado a cerrar los ojos, pero eso podría provocar que alguno de los "ataques" me pillase desprevenido.

Por fortuna, cuando el caos acaba, estoy ileso. So y de los pocos que pueden decirlo. Pues los otros miembros de mi casa no han salido tan bien parados. Sobre todo la niña que también es melliza: Violet. Cuando la profesora elimina el peligro, me acerco al lugar para comprobar que están bien. La chica no parece estarlo, pero su hermano ya se está ocupando de ella y de llevarla a la enfermería. Así que termino acercándome a Alexander, que está desmayado en el suelo, con Megan levantándole las piernas.

-También hay que ponerle la cabeza hacia el lado para que no se ahogue con su propia lengua.- comento al llegar junto a ella, haciéndolo yo mismo. Los bomberos habían venido a darnos una charla de Primeros Auxilios al colegio, que me había parecido muy interesante. Le tomo el pulso- sabía que Alexander no estaba muerto, pero por algún motivo sentía que tenía que hacerlo- y miro a Megan.
-¿Crees que está bien?- A juzgar por su aspecto tan solo había acabado regado de jugo de rata. Pero no parecía tener ninguna herida.- ¿Qué hacemos? ¿Lo llevamos a la enfermería?- pregunta, volviéndose a inclinar junto al chico y sacudiéndole un poco, cuidando de no entrar en contacto directo con su piel.- ¡Alexander! Despierta. No pasa nada.

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17/12/2014, 22:27
Lizbeth Moore

Sucedió demasiado rápido. Durante los primeros segundos en los que ese asqueroso roedor ascendía por su cuerpo Lizbeth no pudo mover ni un músculo. Lo único en lo que podía concentrarse era en aquel animal que subía por su cuerpo como si de una travesía montañera se tratara. Estaba tan bloqueada que ni siquiera se dio cuenta de las consecuencias que tuvo su siguiente acción. Hasta que el caracol de Jason se convirtió en esa viscosidad gigante. Imaginarse que una copia de ese animal estaba en su cabeza fue la gota que colmó el vaso.

Lizbeth empezó a moverse de forma frenética, gobernada por unos espasmos que le recorrían de pies a cabeza. Solo la voz imperante de Minerva McGonagall consiguió que volviera a quedarse inmóvil. Cuando la mujer llegó hasta donde se encontraba ella, la niña temblaba más que un cachorro desvalido. Al ver cómo acercaba la mano a su cabeza cerró los ojos, deseando que el momento pasara lo antes posible.

Notar cómo el peso del animal se separaba de su cabeza fue toda una liberación. Exhaló el aire acumulado en sus pulmones todavía con miedo a abrir los ojos. ¿Por qué le daba la impresión de que, al hacerlo, se encontraría con una manada de ratas delante suyo?

Les aconsejo que practiquen y para la próxima clase me tendrán que entregar una redacción explicando los errores que cada uno cometió.

Próxima clase... Pensar en ello le provocó un escalofrío. ¿De verdad habría una próxima clase? ¿No deberían echarlos directamente del colegio y ahorrarse disgustos? Estaba claro que se habían equivocado... ella no pertenecía a ese lugar. 

Escuchó con desolación cómo iban felicitando a sus compañeros y como, claramente, su nombre no estaba en la ecuación. Buscó con la mirada a Jason intentando pedirle algo de apoyo, pero se contuvo. ¿Qué iba a decirle más que lo desastre que había sido?

Estaba tan ensimismada en sus propias paranoias que le costó mucho tiempo darse cuenta de que Alexander se había desmayado y que la hermana de Troy había sido enviada a la enfermería. Observó cómo los demás niños hablaban sobre lo ocurrido o intentaban animar a su compañero. Pero ella no se movió. Estaba aterrorizada. Y no fue consciente de ello hasta que empezó a notar cómo las lágrimas se resbalaban por sus coloradas mejillas.

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17/12/2014, 23:16
Violet Knight

Violet había permanecido seria en su sitio, sujetándose la manga de la túnica contra la sien, algo que parecía ser insuficiente para tapar la herida pues había un hilo de sangre corriendo por su rostro y empezando a descender por la blanca piel de su cuello. Sus ojos azules estaban un tanto vidriosos y entrecerrados pero ni lloraba ni había emitido sonido alguno tras el quejido producto del golpe, de hecho parecía que ni siquiera había seguido respirando.

Se puso en pie cuando su hermano se acercó a ella y por la forma en que cerró los ojos estaba claro que la estabilidad de su equilibrio estaba bastante comprometida en ese momento. Arrastró todo el contenido de su mesa hacia el interior de su mochila con la mano libre y luego, sujetándola con la misma, empezó a caminar un tanto tambaleante al lado de su hermano en dirección a la salida.

Notas de juego

No marquéis ni a Troy y a Alexander a partir de ahora

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17/12/2014, 23:23
Violet Knight

No bien hubieron dado cinco pasos fuera del aula, Violet tuvo que detenerse, descendiendo a nivel de suelo y tapándose el rostro con las mangas. Troy la conocía lo bastante como para saber que el dolor por fin le había arrancado las lágrimas que había contenido en el aula pero que no le gustaba recrearse en ese tipo de exhibiciones sentimentales. Además, al destapar la sien quedó visible la fea herida que había en ella y que seguía sangrando sin parar, hasta el punto de dejar el cuello de su camisa teñido de carmesí.

- Menudo golpetazo - dijo con la voz amortiguada por las mangas. No sonaba llorosa, lo había dicho con calma un tanto forzada. Momentos después apartó las mangas de su rostro sin que hubiera rastro de las lágrimas que, Troy estaba seguro, había derramado -. ¿Me llevas a caballito como en los viejos tiempos? Estoy un poco mareada - confesó.

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17/12/2014, 23:35
Minerva McGonagall

Megan y Erik socorrieron a Alexander bajo la atenta mirada de McGonagall, que al ver que dos compañeros habían decidido hacerse cargo del niño había preferido no entrometerse. Al fin y al cabo, estaba claro que se había desmayado por el impacto, en concreto por el impacto de verse bañado en jugo de rata recién exprimido. Entendía que no era algo agradable pero no sería ella la que juzgara si era adecuado o no desmayarse por aquello.

- Dejadle espacio - amonestó a los demás cuando intentaron acercarse al chico desmayado. Más que porque realmente lo necesitara era porque tal y como había ido a la clase no las tenía todas consigo respecto a lo que pasaría si, por ejemplo, Alexander despertaba y vomitaba por el asco. Ya habían tenido una clase accidentada, tener una clase sucia por un efecto cadena de vómito no era en modo alguno la manera ideal de empezar el curso.

Fue entonces cuando las atenciones de los dos Ravenclaw tuvieron efecto sobre Alexander, que abrió los ojos lo justo para sentir su piel todavía húmeda y pegajosa por la sangre. el movimiento de uno de sus párpados hizo que un pedacito de víscera resbalara por el lateral de su cara y aquello fue todo lo que necesitó para volver a desvanecerse.

- Por el amor de Dios - masculló la mujer sin poder reprimirse -. Limpienle la sangre o llévenlo a la enfermería pero háganlo ya. si no se apresuran llegarán tarde a su siguiente clase.

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18/12/2014, 01:10
Maebh Connolly

Daba la impresión que el fin del mundo se había desatado en aquella clase. Una vez terminadas las transformaciones, de las cuales no me sentía especialmente orgullosa, me dediqué a contemplar el caos producido a mi alrededor, abriendo los ojos como platos ante el desastre en que se había convertido aquella clase. Vísceras de rata, tazas baboseantes que se paseaban impunes por el cuerpo de mi compañera, llegado a este punto no pude evitar soltar un grito de asco cuando vi el rastro en la cara de Joy, y aquel disco volador que no tenía ni idea de dónde había salido pero que estaba consiguiendo que se me lloraran los ojos y me diera un ataque de tos por el humo que soltaba.

Pero el ataque de tos se transformó en un ataque histérico de risa. Aquella clase se veía devastada por el cúmulo de desdichas que se habían ido sucediendo en cadena y, a pesar de que el espectáculo era un tanto dantesco, no podía dejar de pensar que, para ser la primera clase, había sido toda una experiencia.

Me llevé la mano a la boca en un vano intento de aguantar la risa, pero ésta explotó sin remedio al ver al repelente de Ravenclaw caer desplomado. No lo pude evitar, no es que quisiera que al niño le pasara algo malo, pero su reacción había sido tan desproporcionada, eso sin contar con su cara asquerosamente pringosa, que el conjunto me resultaba de lo más divertido.

Por fortuna para evitar males mayores, en mi caso por desgracia porque se acababa la diversión, la profesora puso punto final a la hecatombe. Sólo conseguí dejar de reírme cuando vi como se llevaban a una niña a la enfermería, desde luego aquello sí que no tenía gracia así que mi diversión particular cesó tan de repente como había venido.

La clase había tocado a su fin y nos esperaba la siguiente así que sería mejor largarse de allí cuanto antes y así evitar que la seria profesora McGonagall pusiera más castigos o nos quitara los pocos puntos ganados por los Slytherin.

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18/12/2014, 01:28
Caliope Thonks

Todavia no tengo muy claro qué paso. En mi mente fue algo asi como: estabamos en clase. Todo iba mas o menos bien. De repente, comenzaron a volar cosas de un lado a otro sin saber muy bien por qué. Una rata explotó. Alexander se desmayó. Troy lo insultó. Todos se pelearon. Troy se marcho con su hermana. Y McGonagall lo miró todo, con cara de compungida.

Creo que fue en ese orden... más o menos.

El caso es que estaba tan alucinada que me dediqué a mirar de un lado para otro, totalmente boquiabierta, con una expresion incluso divertida en el rostro, al menos al principio.

Luego la cosa cambió y dejo de tener tanta gracia, basicamente porque Alexander estaba inconsciente. Abri los ojos como platos y mi pelo cambio a un color marron oscuro, fruto de la preocupacion. - ¡Madre mia! - exclame, reaccionando por fin, al parecer mucho despues que mis compañeros que, sin tener muy claro cómo, ya habian llegado hasta el chico- Esperad, esperad...  dije, rebuscando en mi mochila en busca de uno colorido pañuelo de cuadros, que fui enarbolando, de camino al desvalido Alexander- Yo puedo limpiarle... ¿Por que se ha desmayado? - pregunte a los demas, sin tenerlo demasiado claro.

Y, con cierto aire de duda, como esperando a que de un momento a otro me echara la bronca por acercarme, como en el callejon, acerque lentamente mi pañuelo hasta las sanguinolientas manchas de su cara, en un intento por limpiarle, tal y como la subdirectora habia pedido.

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18/12/2014, 14:14

Vaya brecha que se había hecho en la cabeza. Lo raro era que no se hubiera desplomado al lado de Weir; si bien Troy se sentía orgulloso de su hermana por haber aguantado. Era como debía ser. Aunque hubiera estado justificado en su caso, para el chico siempre era importante la fortaleza, y aunque ahora mismo Violet estuviera llorando de forma disimulada, se había comportado como una auténtica Knight.

Esperó sin hacer comentarios sobre lo ocurrido en clase, de pie mientras miraba hacia el fondo del pasillo para darle privacidad a su hermana en aquel momento. Después no pudo más que sonreír ante la petición de la chica. Aquello demostraba que seguían siendo los mismos, hermanos gemelos que se apoyaban no importaba en qué casa de Hogwarts hubieran caído.

- Claro que sí.- se colocó las mochilas a ambos lados para dejar la espalda al descubierto y se agachó dándole la espalda a Violet para que subiera.- No te importe si me manchas y agárrate bien. ¿Lista?- esperó a que los brazos de Violet rodearan su cuello y sujetó sus piernas antes de incorporarse ya con ella encima.- ¡Arriba!

Aquella era una de las ventajas de Troy. Tenía buen físico y era fuerte. Lo suficientemente fuerte como para llevar a su hermana a espaldas sin ningún problema. Empezó a caminar por el pasillo a buen paso.

- ¿En qué piso estaba?

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18/12/2014, 13:46
Jarek Cerny -Slytherin-

Mientras salía, y una vez en el pasillo, el joven Cerny pudo escuchar y ver parcialmente lo que ocurría en el interior de la clase. El chico impertinente se había desmayado, Jarek supuso que de la impresión de lo que había sucedido y sonrió ligeramente -Me pregunto lo que hará esta tarde con los ingredientes de las pociones-, y vió como salía Troy acompañando a la que no podía ser otra que su hermana melliza.

- ¿Estáis bien? - les preguntó cuando pasaron por su lado.

Incluyó a ambos en la pregunta pues se había dado cuenta que el chico tenía algo de sangre en una mano, aunque parecía que eran cortes superficiales.

- Espero que os dé tiempo de llegar a la siguiente clase. -dijo de verdad.

A él no le gustaría faltar precisamente el primer día de cada clase.

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18/12/2014, 14:21
Jarek Cerny -Slytherin-

Por las puertas abiertas pudo observar como varios de los alumnos se acercaban al ravenclaw caído, supuso que para tratar de despertarlo -Lo podríais dejar así, al menos no hay que soportar sus comentarios impertinentes-, y que una de las niñas gryffindor se ponía a llorar -¿pero esa no es la casa de los valientes? supongo que en todos hay un poco de todo-. Alejó esos pensamientos cuando vió a Maebh salir por fin, le hizo un gesto con la cabeza señalando el interior con una mueca y sacudió la mano dando a entender que la que se había liado en la primera clase era de traca.

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18/12/2014, 14:31
Jarek Cerny -Slytherin-

Cuando la chica estuvo a su lado se permitió añadir unas palabras en voz baja.

- ¿Crees que hemos sido el peor comienzo de curso de la historia de Hogwarts? A lo mejor nos dan un premio.

Le había sorprendido escuchar su risa en la clase pero había conseguido rebajar la tensión que se había apoderado de Jarek al ver lo que le había pasado a su segunda transformación, la verdad es que había sido un sonido que había agradado al joven.

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18/12/2014, 14:38
Jarek Cerny -Slytherin-

Jarek miró hacia dentro de la clase de nuevo y comentó a su compañera.

- ¿Esperamos a los demás o vamos yendo?

Obviamente se refería a Joy y a Simon, aunque también esperaba que saliese Rox y así poder presentar a las chicas e intercambiar unas palabras.

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18/12/2014, 14:43
Maebh Connolly

Eran demasiados los que rodeaban al caído Alexander así que, haciendo caso a lo que decía la profesora, dejé espacio suficiente para que el niño respirara, toooodo el que pude y lo mejor que podía hacer era alejarme de allí. Salí de la clase justo a tiempo de ver como la niña del pelo de colores comenzaba a limpiarle y ver eso sólo sirvió para que de nuevo me entrara la risa, aunque esta vez conseguí que fuera menos audible. Vi que Jarek ya se encontraba fuera así que me acerqué a él.

-Lo siento pero... ha sido demasiado divertido. Menudo desastre hemos montado y sí, creo que nos merecemos un premio al inicio más memorable de curso.

No podía mirar al interior de la clase o volvería a entrarme la risa, así que después de saber que los heridos habían ido a la enfermería y el repelente estaba muy bien atendido, consideraba que yo allí ya no pintaba nada.

-¿Podemos esperar un poquito para ver si despierta el bello durmiente?

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18/12/2014, 15:03

Babas. Joy notó algo viscoso bajar por su cara cuando estaba a o punto de realizar el hechizo. era demasiado tarde para parar, así que intentó mantener la concentración, pero el susto de tener algo en la cabeza llenándole la cara de babas fue mayor.

Cuando lo hubo realizado, intentó ver lo que le bajaba por la cara, demasiado asqueada como para quitárselo de encima con la mano. Finalmente lo apartó de su rostro con un golpe y ahogó un chillido, mezcla del asco que sentía en aquel momento y del susto que le había dado la transformación que ella misma había llevado a cabo.

Miró boquiabierta como aquel objeto extraño e ponía a girar sobre sí mismo echando humo por todas partes y emitiendo un sonido estridente. ¿Cómo ha podido pasar eso? Miró alrededor, intentando disimular algo que no podía ser disimulado. Que ella no era la artífice de semejante desastre. Todos la habrían visto.

Pero aquello no acabó ahí, la aberración empezó a volar y golpeó a una alumna en la cabeza. Joy se irguió en la silla y miró al frente. No era culpa de ella, la taza la había despistado. Había sido culpa de quien hubiera creado la taza. Incapaz de admitir su error, notó como sus manos empezaron a temblar de rabia contenida.

No podía llorar. Todo había ido mal. Su primer hechizo había sido un completo fracaso, pero poderoso al fin y al cabo... ¿no? No se lo contaría jamás a sus padres, les mentiría si hiciese falta.

La voz de Jarek le sacó de sus pensamientos. Avergonzada, se dio cuenta que aún tenía toda la cara llena de baba. sacó un pañuelo y se limpió lo mejor que pudo. Sí... estoy bien. Intentaba disimular lo alterada que estaba, escondiéndose tras su orgullo. Que desastre. Vámonos. Respondió Joy, desoyendo las palabras de Maebh. No quería seguir en aquella clase.

Stacy, ¿nos acompañas? Dijo, mientras se levantaba intentando mantener la cabeza alta pese a lo que había ocurrido. Quería ir al lavabo a limpiarse, si Maebh no quería lo haría con Stacy. Y así de paso la consolaría un poco.

Notas de juego

Pffffffff, vaya desastre XD

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19/12/2014, 13:41
Jarek Cerny -Slytherin-

- ¿Para verlo desmayarse de nuevo? - preguntó Jarek de vuelta a Maebh, con un brillo pícaro en los ojos - Dos minutos, seguro que para entonces ya ha vuelto a caer.

Entonces salió Joy, se había limpiado un poco la cara pero el rastro de baba del 'caracoltaza' seguía ahí. El chico no quiso mirarla demasiado, primero porque en parte era culpa suya y segundo para no incomodarla, y pensó que mejor ella se adelantase un poco para acabar de recomponerse.

- En un momento, quisiera esperar a Simon y Rox. -Y oír lo que les dice el repelente a sus 'salvadores'- Y Joy, siento que... - no sabía bien qué decir, pero tenía que decir algo - siento el desastre.

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19/12/2014, 20:32
Director

Varios intentos después y el rostro más o menos limpio permitieron a Alexander despertar de nuevo para encontrarse con que el aula ya estaba prácticamente vacía, aunque Megan, Erik y Caliope, la cual sostenía en su mano un pañuelo lleno de sangre a una distancia peligrosamente cercana a su rostro, estaba cercándolo, inclinados sobre él.