Partida Rol por web

El golpe de Norwan dejó malherido al gnoll, sin embargo este aún se mantiene aún en pie, desafiante preparado para contraatacar. Mientras tanto, con dos golpes seguidos, Eralissa ejecutó al gnoll que cargaba contra Akeelah y atacó al gnoll que le había intentado atacar, matando a ambos. Por último Akeelah, dando un paso hacia atrás lanzó dos proyectiles dirigidos al Gnoll restante, acabando con su vida.

El cazarrecompensas hizo una media pirueta dejando pasar al gnoll que acababa de matar, y cortando a la altura del cuadriceps, segando la arteria femoral y posteriomente subiendo para cortar hacia el cuello en el mismo movimiento, cayendo muerto el gnoll que aún estaba sano y que había herido a Karcos, con un salto hacia atrás y cayendo como un saco sobre su propia espalda.

Kiiiiahh! - gritó por la fuerza ejercida contra la carne del gnoll, y levantándolo en el aire.

La visión de la Gnoll extrayéndose la flecha dejó a Tirios algo perplejo, pues se trataba claramente de magia, la cual no estaba de su parte, algo que no le agradaba en absoluto a Tirios. Sin poder hacer mucho más por evitarlo, varios Gnolls se abalanzaron sobre él evitando así que pudiese centrarse en la Gnoll, por lo que intentando maniobrar lo que pudo con el caballo acabó recibiendo un golpe en la pierna que le hizo apretar los dientes, acto seguido soltó el arco, para acto seguido desenvainar su estoque y realizar un moviminto de arco descendente hacia su lado derecho con intención de golpeaar con la punta de su afilado acero en la cara de aquella bestia que le había herido.

-Hmm!... maldito!

Los tres gnolls que habían plantado cara a Akeelah y Eralissa habían muerto, quemados y sangrando, habiendo planteado un burdo reto que a penas había servido de conflicto a tan experimentadas aventureras. Tirios soltó el arco, para acto seguido desenvainar su estoque y realizar un moviminto de arco descendente hacia su lado derecho con intención de golpear con la punta de su afilado acero en la cara de aquella bestia que le había herid, hiriendo al gnoll de gravedad pero sin matarlo.

Por otro lado Karcos había cortado la carne del gnoll causándole una grave herida que se traduciría en eventración, aunque el gnoll ya estaba muerto cuando esto sucedió. El cazarrecompensas hizo una media pirueta dejando pasar al gnoll que acababa de matar, y cortando a la altura del cuadriceps, segando la arteria femoral y posteriomente subiendo para cortar hacia el cuello en el mismo movimiento, cayendo muerto el gnoll que aún estaba sano y que había herido a Karcos, con un salto hacia atrás y cayendo como un saco sobre su propia espalda.

El golpe que había lanzado Norwan había sido efectivo pero no letal, el gnoll, a duras penas se mantenía en pie, pero seguía manteniendo el reto ante el arma predilecta de Tempus. Esta vez se aseguro de no fallar. Levanto su hacha negra en alto, doblando las rodillas para tomar impulsó, y dio un salto hacia arriba. Luego descargo el hacha sobre la criatura, aún en el aire, para aprovecha toda su fuerza acumulada. Mientras descendía el arma se habría paso en la carne, salpicando la cara de Norwan de un rojo que para el guerrero era un manjar.

El gnoll junto a Norwan estaba malherido, asustado al ver cómo con dos golpes de espada, Karcos se había deshecho de dos de sus fieros compañeros,  la adrenalina se disparaba y corría por sus venas, estaba acorralado, su única opción era matar a Norwan y salir corriendo, todo lo demás sería una pérdida de tiempo. Con un salto desesperado hacia Norwan lanzó un corte descendente con su hacha que impactaría en el hombro del guerrero (-10 pg), atravesando la armadura y causando una fea herida, propiciada por la fuerza del gnoll y la de su peso al caer del salto. Para sorpresa del gnoll, Norwan estaba lejos de caer, por lo que el miedo le sobrecogió.

Los atacantes de Tirios volvieron a lanzar sendos hachazos, buscando la carne del humano y dejando sano al caballo, no era una conducta muy común para los gnolls, pero posiblemente propiciada por las técnicas de estrategia preparadas por la clérigo, que aún no había actuado.

Con una plegaria hacia los cielos, la Clériga de Yeenoghu comienza a invocar a su dios con sonidos guturales y salvajes, hasta que finalmente señala hacia Akeekah y a su lado aparece un hacha de batalla, con una cabeza de lobo por cabeza, un hacha de pura fuerza que comienza a atacar sin descanso a la maga.

Con un golpe descendente del hacha da un fuerte golpe a la maga, infligiendo una herida de contusión, no de corte, pues no es acero sino fuerza lo que ataca.

Norwan notó como el hacha del gnoll desgarraba su hombro. El dolor inundó el cuerpo de guerrero, un dolor conocido, que siempre dejaba una marca en su cuerpo. Una cicatriz más de la que vanagloriarse.

A pesar de lacerante dolor, Norwan sonreía. Si los dos contrincantes sangraban, entonces Tempus disfrutaba. Las luchas desiguales no eran del agrado de su señor.

La sangre de su hombro goteaba a lo largo de su abollada armadura, y todavía empezó a sangrar más abundantemente por el esfuerzo de levantar el hacha de nuevo, y descargarla sobre el gnoll, con intención de acabar por fin con aquel ser que le había plantado cara.

Descansa en paz, criatura. - bramó al mismo tiempo que lanzaba el golpe. - Has tenido el honor de herirme en vida. Ahora ten una muerte digna a mis manos.

Akeelah vio como aquel gnoll que parecía ser hembra lanzaba un conjuro que sin duda no era arcano, afortunadamente Akeelah conocía aquel conjuro, y sabia como funcionaba, y justo en ese momento recibió el golpe de aquella arma espiritual. Si le dolió Akeelah ignoro el dolor, pero lo que si se podía apreciar era su enfado, pues su mirada normalmente fría y sin sentimientos, miraba fijamente a la gnoll que la había atacado, y era una mirada capaz de estremecer a mas de una persona.- Ayuda a Tirios- ordeno Akeelah a Eralissa-si mueren los dos que están con el, serán nuestros. tras sus rápidas palabras Akeelah se concentro y lanzo un conjuro mientras vigilaba el arma espiritual que la atacaba.

- Pero...

Ni siquiera llega a terminar la réplica. La mirada de Akeelah es suficiente para convencerla. Aquella hembra de gnoll había conseguido enfadarla, y aunque en primera instancia hubiese tratado de defender a su compañera, parece obvio que ni quiere ni necesita ayuda.

Coloca la espada hacia atrás y comienza a caminar a paso ligero, en dirección a los gnolls que han herido a Tirios. Cuando tiene a uno lo suficientemente cerca, eleva su espada para intentar golpearle con fuerza.

Aquella bestia, pese a los escandalosos ríos de sangre que manaban desde su cabeza con motivo de la atizada de acero propinada por Tirios, seguía combatiendo con igual fiereza, algo que hizo poner en alerta a Tirios, pues una fiera herida podía ser mucho más peligrosa que cualquier otro ser. Despues de evitar varios intentos de las criaturas por acabar con él, realizó una maniobra con el estoque ascendente dirigida a rajar de abajo arriba el esternon, garganta y morro del Gnoll que ya había herido anteriormente....

El cazarrecompensas, tras ver caer a los gnolls que estaban cerca se preparó para soportar la carga de los que estaban por venir avanzando quince pies hacia el grupo que estaba con la sacerdotisa y preparando para para ser atacado, ya que los gnolls estaban demasiado lejos y no quería alejarse tanto del grupo.

Los gnolls que habían atacado a Tirios murieron, uno bajo la fina hoja de Tirios, el cual sin bajar del caballo había acabado con su vida de una segunda estocada que se convirtió en una maniobra que cortó al gnoll de arriba a abajo; y otro bajo la espada de Eralissa que con un profundo corte casi partió en dos al gnoll.

Los gnolls que esperaban al lado de la sacerdotisa rezumaban saliva y rabia, se disponían a atacar y ante la orden de la clérigo de atacar, se lanzaron los tres contra Karcos sin pensarlo. Uno de ellos, atacó por la izquierda, otro por la derecha y el último por el centro, éste último consiguió meter un hachazo al cazarrecompensas a nivel de la pierna.

El conjuro se mantenía en el aire frente a Akeelah, y volvió a atacar, esta vez fue desviado por el escudo que había conjurado Eralissa, provocándose una imagen que la mayoría tardarían en volver a ver, la de un hacha semitransparente y flotante atacando a un escudo invisible que controlaba la maga.

Tras ser golpeado, el cazarrecompensas se revolvió hacia la izquierda y se agachó para desde abajo, trazar un arco con su espada de adamantita y cortar a nivel del cuello al gnoll que le acababa de atacar. El golpe fue certero, de tal manera que le cortó el cuello casi por completo, excepto porque el gnoll había saltado hacia atrás para esquivarlo, sin embargo, al caer hacia atrás, salió un chorro de sangre que bañó abundantemente el suelo.

Posteriormente se movió cinco pies hacia atrás y a la derecha, para enfrentarse al gnoll de su derecha sin ser flanqueado.

Akeelah lleva su mano derechahacia un lado y coge su nueba ballesta, ya solo quedaban 2 gnoll a los que matar aparte de la clerigo gnoll, y sus otros compañeros estaban libres para acabar con ellos, era mucho mejor dejar la magia para despues, cuando sus compañeros se aproximaran a la cleriga, ademas, el arma espiritual la molestaba un poco. apunto aquella arma a la que estaba tan poco acostumbrada, y disparo.

A sus pies solo quedaban gnoll muertos. Jadeaba por el ímpetu con que descargó el ultimo golpe para acabar con la criatura que le había herido. La herida de su hombro seguía sangrando abundantemente, manchando de rojo su deteriorada armadura.

Cualquier otro, con sus poderes de sanación, hubiese perdido un poco de tiempo curandose la herida, pero Norwan ya tenía otra idea en la cabeza. Tempus no estaría contento si usase su don para sanarse en batalla, en vez de usarlo para dar lucha a los enemigos aun en pie.

Había visto de reojo como uno de los gnolls, que parecía una hembra, había usado un conjuro. Los lanzaconjuros siempre eran los mas peligrosos, había que acabar con ellos primero. Así que se dio la vuelta y de nuevo cargó con todas sus fuerzas contra aquella criatura.

¡No volverás a conjurar! ¡Maldita perra! ¡Siente el frío de mi acero abriéndose camino en tus tripas¡

El disparo de Akeelah revotó contra la armadura completa de la clérigo de Yeenoghu, como un virote inservible, no había encontrado hueco entre las planchas de metal de la sacerdotisa. Mientras tanto el hacha de Norwan fue precisa, esquivó su escudo grande y encontró un hueco entre la armadura, pero se encontró con que su piel estaba más endurecida de lo común y el hacha, al perder fuerza en el impacto, no consiguió herir la carne.

Ante el ataque de Norwan, el hacha de fuerza desapareció.

Con los gnolls abatidos y Tirios fuera de peligro, busca el siguiente objetivo. Aún quedan tres en pie, pero parece obvio que Karcos acabará con ellos con facilidad. Hasta ahora ha demostrado ser bastante más diestro que cualquiera de ellos, y de reojo puede ver como de un sólo golpe acaba con uno. La hembra parece más peligrosa, y evita los ataques de Norwan y Akeelah con demasiada facilidad. Parece la líder de la manada, por lo que corre hasta ella para intentar ayudar a su compañero.

Con el arma sobre la cabeza, carga contra la hembra. Cuando está a la distancia suficiente, baja el brazo tratando de golpearla.

Descabalgó tras haber muerto los gnolls que le atacaban y avanzó veinte pies hasta Karcos, cargando contra uno de los gnolls que se acababan de poner a su altura, lanzando una estocada que a penas si consiguió evitar la armadura de escamas del gnoll, no causó una herida demasiado grave para una criatura tan corpulenta.