Partida Rol por web

La encrucijada de cuatrocaminos.

Introducción 1.1. En los barracones.Ammaranza y Eralisa.

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23/06/2012, 00:53
Ammaranza

Acepta el silencio, sabe que ha abierto su bocaza sin conocer el límite de su acompañante, por fortuna parece darle una tregua, tal vez ella debería disculparse, pero es otra cosa que siempre le ha costado hacer. Las malas costumbres suelen ser la más duraderas.

Allí plantadas en mitad de aquella calleja, en medio de un extraño lugar, le plantean una pregunta que nuncan antes le habían hecho, y bueno, tampoco es que sea algo que se va preguntando por ahí, pero no contesta, Eralissa sigue hablando y Ammaranzza se rasca la cabeza... uhm, perfecto, una chiflada que habla con Heironeous, a lo mejor su amado Dios debería bajar a hacerle algo más que hablar se mantuvo seria, sabía mantener la compostura, incluso se permitió una ligera reprimenda por sus pensamientos no debería juzgar a la gente, después de todo, un poco de locura hace la vida más entretenida, y tener un rollo raro con tu dios tampoco es lo peor que he visto, y que diablos, me cae bien.

Además, le gustaba la actitud, el brillo de sus ojos, la facilidad con la que la pasión había aparecido en sus gestos, en su forma de hablar, su determinación. Cosas que ella nunca había tenido, y que dudaba que alguna vez las fuera a tener. Suspiró profundamente, y le sonrió, acercándose a ella y pasándole el brazo izquierdo sobre su hombro, con familiaridad

De ninguna manera

Le susurró en su oído como respuesta a su última pregunta, seguía sonriéndole, no había amargura en sus palabras, palmeó su espalda y se separó un poco y si quieres que te cuente la última vez que recé, lo haré, pero delante de un fuego y una bebida caliente, que se me están helando las orejas se llevó la mano a la misma como si pudiera demostrarlo vamos, invito yo echó a andar, aún sonriendo...

... y por fin llegaron a su destino, Ammaranza estaba agotada, y tras una breve reniego sobre la manera en la que se entra en el antro, finalmente el calor las recibe agradablemente, y la semielfa apenas si repara en el resto de la posada, pues se encamina directa a la barra, confiando en que Eralissa la siga, dispuesta a interrogar a la mujer que tras ella se encontraba

Buenas tardes una educada inclinación de cabeza nos gustaría alquilar un par de habitaciones para pasar la noche primero había que ver si el lugar era de su agrado antes de negociar una estancia más larga.

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23/06/2012, 17:19
Director

Lo cierto es que en aquel lugar no había mucha gente, era un sitio bastante tranquilo. Un grupo de aventureros estaban localizado en la esquina más occidental de la posada, y un hombre solitario estaba sentado pegado a la pared, comiendo una sopa de verduras. Aquel era un hombre que se salía de lo común, pues era aventurero pero no llevaba armadura, ni decoración, ni siquiera unas ropas que pudieran llamarse como tal, sino que más bien habían salido de pedazos de lo que en su momento podría haberse llamado ropa. En sus brazos está toda la armadura que se puede encontrar a lo largo de su cuerpo, unos guanteletes echos de madera y atados con cuerda de cáñamo, que no parecen proteger. Un manto de piel de lobo cubre su torso, su su brazo derecho hasta el codo y llega hasta su rodilla derecha, cubriendo hasta el muslo en la izquierda.  Su rostro refleja madurez, pero su forma física es perfecta, y sus músculos se marcan, atrapando el sol  del atardecer en su piel, sus venas tensas se notan en superficie a lo largo de su cuerpo. Su su larga melena llega hasta casi el final de su espalda, una larga melena espesa, de un color castaño claro y oscuro. En su poblada barba se notan ya algunos destellos plateados causados por la edad.

Por otro lado, al otro lado de la barra se encontraba una muchacha hermosa, con un cuerpo estilizado que no concuerda con lo normal entre los posaderos, pero así era, era la regente de la posada. - Buenas tardes, tenéis a vuestra disposición unas cuantas habitaciones, aunque se irán llenando según caiga la noche. El conjunto de habitación, cena cuesta cinco monedas de plata, la comida, se sirve aparte y vale tres monedas de plata. El las habitaciones tenéis un orinal y una cuba de agua para lavarse, si queréis una habitación con bañera el precio sube a 2 monedas de oro, y el desayuno se puede servir en la misma habitación. - La voz de la muchacha sonaba agradable, tratando de explicar todas las posibles dudas que pudiera haber en cuanto a precios.

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24/06/2012, 01:16
Ammaranza

Un breve vistazo a su alrededor mientras escuchaba lo que la guapa posadera explicaba con la seguridad que da la rutina de hacerlo muchas veces al día, todos tenemos nuestra rutina, y lo cierto es que solemos sentirnos cómodos en ella su decisión no tenía mucha dificultad, había conseguido ahorrar algo de dinero debido a la austeridad de su vida en los últimos meses, lo que sumado a la ayuda que le había prestado “su familia” para que los dejara en paz, le permitía gastar un poco más de lo necesario, de momento por lo menos.

Yo quiero una con bañera sólo el poder darse un baño caliente ya compensaba con creces el gasto, y con el desayuno a la habitación, como a las jóvenes damas que disimulaban su pereza con dolores de cabeza imaginarios.

Se giró media vuelta a su derecha, con la excusa de mirar a Eralissa, pero en realidad buscaba fijarse un poco mejor en el destacado personaje que no encajaba del todo en aquel cuadro. En realidad le costaba encajarlo en alguno.

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25/06/2012, 13:34
Eralissa

- Yo también, por favor. Al menos para esta noche - mira a Ammaranza cuando esta se gira y le medio sonríe - llevo días sin darme un buen baño. Espero que el capitán y los hermanos no lo notaran demasiado

Aunque le escucha, parece que su compañera no tiene demasiado interés en su comentario. Sus ojos miran en su dirección, pero no directamente a los suyos. Algo ha llamado su atención tras ella, por lo que no puede evitar girarse para dirigir la vista hacia el mismo sitio. No se había fijado en aquel hombre al entrar, aunque realmente su indumentaria era lo suficientemente peculiar como para captar las miradas de los nuevos huéspedes.

Tras unos segundos observándolo, sin disimular ni apartar la mirada, se gira de nuevo hasta tener el rostro de Ammaranza frente al suyo.

- Si quieres podemos vernos más tarde y cenar juntas - comenta sin más, como obviando a aquel hombre - Pero antes tengo que quitarme la armadura y darme ese baño. No te haces una idea de lo que pesa tanto metal.

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25/06/2012, 16:37
Ammaranza

Olfateó cerca de la joven, después de vivir cerca de los muelles de Mytacias, creo que me hice inmune sonrió creo tu olor actual tendría éxito como colonia allí asintió dando algo de énfasis, ella tampoco debía desprender un aroma a rosas, y el abrazo del gnoll tampoco la había ayudado.

Con un par

Eso fue lo que pensó cuando Eralissa se quedó mirando a aquel hombre, era del tipo que nunca quieres tener enfrente en una pelea, y cabía la posibilidad de aquella mirada sin disimulo no le hubiera sentado bien, con lo cual podría haber un problema.

Ehh, esto... miró de reojo de nuevo al hombre de la mesa, y luego a Eralissa por  supuesto, y si, tiene pinta de ser un auténtico incordio señaló la armadura, a mi me resulta molesta incluso la de cuero le había sorprendido la observación que había realizado del desconocido, segura, evaluando a un posible enemigo, esa era la impresión que le había dado, y por un momento dudó a cuál de los dos elegiría para tenerlo enfrente en una pelea. Se encogió de hombros, seguramente huiría de cualquiera.

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25/06/2012, 16:39

El hombre ni siquiera se había percatado de vuestras miradas, absorto en sus pensamientos y en la sopa que tenía delante, que saboreaba lentamente mientras hablabais con Tymora sobre las habitaciones que querías. Ésta sonrió al oír que las queríais con bañera y fue a por unas llaves colocadas en un panel, en la esquina inferior. - Solo hay cuatro habitaciones de esa clase, y una está ocupada por ese al que no le quitáis el ojo... Descuidad, no se lo diré a nadie - Dijo sonriendo amablemente, con un tono burlesco - Por aquí le conocen como Diente de Sable, lleva un par de días por aquí. Ayer por la noche, entraron un par de borrachos buscando pelea, yo iba a llamar a la guardia pero antes de que pudiera hacer nada tumbó a ambos, cada uno de un golpe, y se volvió a sentar, sin la respiración alterada. Nadie sabe mucho de él...

Aquí están las llaves, dice poniéndolas sobre la barra - dos llaves plateadas - Subid las escaleras y al final del pasillo, a la izquierda - Empujo la llave hacia Ammaranza - y a la derecha - Empujó la llave hacia Eralissa.

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25/06/2012, 23:51
Director

Por la puerta entra en ese momento un hombre. Hombre de cerca de unos treinta años de edad que como consecuencia de estar tan curtido aparenta ser al mayor incluso, pues el pelo largo, a veces descuidado y la barba a veces no bien recortada tampoco le ayudan a mostrar su edad real.

Es de complexión media y atlética, aparenta ser un hombre fuerte de algo más de seis pies de altura.

Notas de juego

Si miráis las descripciones sabréis quien es. XD

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26/06/2012, 08:32
Eralissa

- ¿Cómo colonia? ¿Qué clase de lugar es ese si aprecian un olor tan desagradable? - frunce el ceño extrañada, tomando las palabras al pie de la letra una vez más, y acto seguido escucha la historia de la pelea con cierta sorpresa, por lo que vuelve a girarse para observar a aquel tipo durante unos segundos. Posiblemente había prejuzgado erróneamente a aquel hombre. Su primer análisis le había llevado a pensar que se trataba de un pordiosero de baja estofa que había conseguido algo de dinero para pagarse una sopa, posiblemente mendigando cerca de la posada. Se había equivocado, y el hecho de que hubiese pagado las dos monedas de oro que costaba la habitación con bañera lo confirmaba más aún.

Vuelve a mirar a la posadera y recoge su llave asintiendo con la cabeza a sus indicaciones. Introduce la mano en uno de los pocos huecos que quedan al aire entre la armadura, cerca de la pierna, y con algo de esfuerzo saca una bolsa con el típico tintineo de las monedas al chocar con el metal de las grebas. Rebusca un poco y saca un par de monedas de oro que deja sobre la mesa con una media sonrisa.

- Me gustaría darme un baño caliente ahora, por lo que necesitaré que llenen la bañera con agua. Cuando termine bajaré a cenar - Vuelve a dar la espalda a la posadera y mira a su compañera - ¿Vamos?

Mientras espera a que Ammaranza le siga, se fija en el nuevo cliente que acaba de entrar. Aunque también parece algo desaliñado, esta vez prefiere no formarse ninguna opinión. Seguro que no es lo que aparenta.

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26/06/2012, 12:04
Ammaranza

La expresión de incredulidad se muestra en el rostro de la semielfa ante la respuesta de Eralissa, niega con la cabeza disimulando una sonrisa ¿Dónde ha estado guardada? La curiosidad por la muchacha aumentaba, y también, y esto era a su pesar, la simpatía por la casi desconocida. Casi le recordaba a la primera vez que salió de Ganariel.

La verdad es que el tipo acojona le dice en tono confidencial a la posadera pero también tiene ese cierto aire animal que hace que una sienta curiosidad devolvió el mismo tono que había empleado la mujer, mirándola con gesto divertido. Mientras, había introducido la mano entre los pliegues de su capa, y cuando volvió a aparecer traía consigo el importe de la habitación, que depositó sobre la mesa imitando a Eralissa Me gustaría darme un baño a mi también sonrió ante la insistencia de su acompañante es un sitio acogedor dijo mientras cogía la llave  y por cierto, me llamo Ammaranza sin borrar la alegre expresión emprendió el camino tras la otra joven sin darse cuenta de la entrada del nuevo cliente de la posada.

No quieras imaginar lo mal que olía, y tampoco te lo recomiendo para unas vacaciones... fue diciéndole mientras se colocaba a su altura y subían a las habitaciones.

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27/06/2012, 12:50
Director

Caminasteis escaleras arriba hasta toparos, al final del pasillo, con vuestras habitaciones, con puertas de roble rojo, una madera común el la ladera de Nightshade, y cerradura de doble cierre, de las cuales habíais tenido pocas oportunidades de ver, y que hacía más segura la estancia.

La habitación era espaciosa, con una cama con un tamaño superior al necesario para una sola persona, sin llegar a ser una cama doble, un gran armario del mismo material que la puerta, y una pequeña estancia, con su propia puerta y cerradura, en la que había una bañera en la que cabía una persona tumbada, y una pequeña estufa, con un sistema de tuberías que calentaba el agua dentro de la bañera. El agua ya estaba preparada, y en un pequeño estante había varios tipos de jabones, aceites y sales de baño.

Notas de juego

Postead hasta vuestra bajada. Haced una tirada de Buscar CD (25).

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27/06/2012, 13:17
Eralissa

Examina la habitación desde la puerta, con una rápida ojeada intentando comprobar que todo está en orden. Es mucho mejor de lo que esperaba, aunque dos monedas seguían pareciéndole un precio excesivo. Posiblemente, tras quitarse la armadura y darse por fin ese baño caliente, le parecerá incluso barato.

Se gira hacia Ammaranza y asiente con una media sonrisa, a modo de despedida. Se verían un rato más tarde, aseadas y descansadas, para compartir una buena cena. Lo que había comido en los barracones había servido para calmar levemente a su hambriento estómago, que rugía bajo el peto metálico como un animal enjaulado.

Entra en la habitación y cierra la puerta despacio, sin olvidarse de echar el doble seguro. Apoya la espalda en la puerta y echa la cabeza hacia atrás hasta que también toca la madera de roble rojo. Puede sentir como los músculos de su cuello se estiran, provocándole un leve pero placentero dolor. Lanza un suspiro de alivio y cierra los ojos un instante, como disfrutando del momento. Estaba sola de nuevo, pero bajo techo y con todas las comodidades de las que hacía tiempo no disfrutaba.

Avanza un par de pasos y vuelve a observar la habitación con más detalle. Abre la puerta de la estancia cerrada y se acerca hasta la estantería llena de productos para el baño, leyendo sus etiquetas sin prestarles demasiada atención. Gira sobre si misma y cuando encamina sus pasos de nuevo hacia la estancia principal, ya casi no recuerda lo que acaba de leer. Abre el armario y vuelve a cerrarlo tras descubrir que está vacío. Se acerca a la cama y se sienta despacio, comprobando su dureza, y sube las piernas hasta estar totalmente tumbada. Puede sentir como algunas partes de su armadura se le clavan en la piel, pero aguanta unos segundos en silencio, mientras nota como sus pies se relajan hasta quedar casi dormidos.

Con un gran esfuerzo, se levanta de nuevo y tras asegurarse de que nadie puede observarle a través de alguna ventana, comienza a quitar las piezas de su aparatosa armadura, dejándolas con cuidado sobre la cama. Primero los brazales, para poder continuar la tarea con más facilidad. Después las grebas y finalmente el pesado peto, que sujeta un instante frente a ella mientras besa el símbolo de su dios con devoción. Acto seguido, se desprende de las piezas de cuero que protegen las partes más delicadas, así como las zonas donde las articulaciones de la armadura se clavarían hasta atravesar la piel. Su cuerpo agradece al instante el alivio, y por primera vez vuelve a ser consciente de que bajo sus ropas está completamente sudada. A pesar del frío en el exterior, su cuerpo está completamente empapado, y las prendas arrugadas y pegadas a la piel. Poco a poco se desprende de todas ellas, y ya desnuda, se acerca hasta la estufa para intentar ponerla en funcionamiento.

Mientras el agua se calienta, destapa un par de frascos con sales y tras acercar un poco la nariz, vierte su contenido en el agua. Desnuda frente a la bañera, con los brazos en jarra, da un giro completo sobre sí misma observando una vez más la habitación.

- Tiradas (1)

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+1)=14

Notas de juego

Te dejo la tirada, pero con mi maravilloso +1 es complicado que supere la dificultad jeje.

Veo que he puesto Avistar en lugar de buscar, pero el modificador es correcto.

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28/06/2012, 00:31
Ammaranza

Cierra la puerta a su espalda, con llave, y la deja puesta en la cerradura. Le gustaba el sitio, no había ventanas y todo parecía caliente y correctamente ordenado. Dejó el estuche de su instrumento sobre la mesa que hacia las veces de improvisado escritorio frente a la cama, arrojando la capa sobre la misma. Seguía tiendo frío, así que preparó rápidamente la bañera, y mientras abrió la mochila, sacó la armadura y la dejó en el suelo sin mucho cuidado, vaciando el resto del contenido sobre la capa.

Un revoltijo de tonos pardos y blanquecinos quedaron esparcidos de manera desordenada, y tras  rebuscar un poco encontró lo que buscaba, ropa limpia, que dejó cerca de la bañera. Se quitó la ropa sin mucha ceremonia, dejándola caer de cualquier manera, y se metió rápidamente en la bañera, estremeciéndose ante el agradable contacto del agua. Cuanto la había echado de menos. Se sumergió por completo y luego se acomodó en la misma deleitándose unos preciosos momentos, pero no quería demorarse en exceso, pues sabía que sino se dormiría allí mismo, además, confiaba en poder tener la oportunidad de volver a bañarse con frecuencia en los días siguientes.

Salió con desgana pero con decisión, y se puso la ropa interior limpia, luego cogió una falda de color marfil, gruesa, con filigranas plateadas en su parte de abajo, por debajo de la rodilla y se la puso. Un camisa del mismo color y una chaleco de gruesa lana teñida de verde, que prácticamente le tapaba todo el cuello. Se secó el pelo con fruición tras vestirse y lo peinó, dejándolo suelto. Antes de salir, se preocupó de ceñirse una daga a la parte de baja de la cadera,  que quedaba oculta por la falda, y de agarrar la pequeña bolsa rojiza que colocó de nuevo en su cintura. Su medallón fue lo último que cogió, y se dispuso a bajar.

No había pensado en nada durante estos momentos, únicamente en lo que tenía entre manos, no supo si esto era bueno o malo, pero decidió que tampoco iba a pensar sobre ello. Quería beber vino caliente junto al fuego y disfrutar de compañia, ya que la soledad no le agradaba como compañera. Así que salió de la habitación, cerrando con llave nuevamente, y bajó por las escaleras, dispuesta a acomodarse en la mesa más cercana al fuego y pedir el susodicho vino.

- Tiradas (1)

Motivo: Buscar

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 3(+3)=6 (Fracaso)