Partida Rol por web

Mohammed y Leandro bajan al piso de abajo y tras ver la puerta de la Masía reventada se asoman al exterior.

Allí ven como Fernando está mirando boquiabierto la escena, a unos cientos de pies hay seis figuras tambaleantes que se acercan. Varias de las figuras van armadas, pero lo peor es que son esqueletos con una fina capa de pellejo alrededor de sus cuerpos, con la ropa hecha jirones y sin orejas y los ojos hundidos.

A la derecha del grupo de no muertos ( o como se quiera llamar ) observáis como Ramón súbitamente se pone blanco, empieza a sudar y cae al suelo desmayado.

Tirad iniciativas

Fernando mira dubitativo y ve cómo Ramón cae desplomado al suelo, sin embargo aún no puede creerse nada de lo que acontece. Estaré soñando, piensa.

Al ver la nueva situación desenfunda su arma de nuevo y se mantiene en guardia ante la nueva invasión, sin embargo retrocede unos pasos, lo suficiente para introducirse de nuevo en la casa. No sabe dónde hallará más protección, pero estar a la intemperie ante lo que se aproxima no le parece buena idea.

¡Vosotros atacad muertos, yo curar Ramón! -digo al ver como se desploma. Rápidamente, me acerco a él, e intento reanimarle. Siempre, claro está, sin dejar de mirar a los no muertos que se nos acercan, por si hay que poner pies en polvorosa...

En ese momento Ramón abre los ojos pero no parece él mismo. El pelo se le vuelve blanco y su voz suena extraña:

- Muere sucio moro!

Y lanza un puñetazo a Mohammed hacia la cara que por suerte no logra darle.

Acto seguido se pone en pie y coge su espada.

Muerto 4

Se acerca y lanza un puñetazo a Fernando pero falla

Muerto 3

Se acerca y lanza una patada a Fernando pero falla.

Leandro sorprendido por lo que ve y un poco asustado se aferra a sus creencias para no huir de alli en ese mismo intante

Dios, dame fuerzas!

En ese momento dos de los muertos se acercan a Fernando para atacarle, pero por suerte ninguno de ellos llega a herir a su compañero.

El soldado carga contra los muerrtos que atacan a Fernando, aunque no consigue golpearles.

Ambos se acercan e intentan golpear a Fernando con el puño pero al estar muertos y podridos no le dan ni por asomo.

El Muerto 2 se acerca y lanza un espadazo al aire pasando la hoja de oxidada y poco afilada muy cerca del costando de Fernado.

El muerto 1 que también va armado con una espada corta a Fernando en la pierna derecha, la herida no es muy impostante y de hecho Fernando tarda varios segundos en darse cuenta de que está herido.

Me trabo en combate con mis enemigos y no puedo más que defenderme dando espadazos de un lado a otro sin acertar más que a golpear al aire.

¡Tú estar endemoniado! -grito al ver como Ramón resucita de pronto... Pegando un brinco, me alejo de él todo lo que puedo, y de paso me alejo todo lo que puedo de los no muertos...

¡Yo ser curandero, no guerrero! ¿Dónde estar sombra? ¡Yo ya saber que pedir!

El muerto 4 lanza sendos puñetazos dando al aire, cuando empezáis a pensar que estos muertos dan más pena que miedo el muerto 3 lanza un puñetazo al vientre de Fernando que ve las estrellas.

Leandro alza su espada y golpea al zombi más cercano, aunque apenas consigue arañarle superficialmente.

La hoja de la espada de Leandro lame el pecho del Muerto 2aunque sin grandes daños. Es más, el muerto ni siquiera parpadea.

El muerto 6 da un puñetazo bastante flojo al costado de Fernando pero sin hacerle ningún daño.

El muerto 5 ataca a Fernando sin darle.

El muerto 2 corta con su espada el brazo derecho de Fernando aunque el tajo no es muy profundo y Fernando no suelta su arma.

El muerto 1 alza su espada y tras fallar un golpe acierta en pleno vientre a Fernando que empieza a sangrar.

La cosa empieza a pintar fea para vosotros. Por si fuera poco, Ramón fuera de sí tras recoger su espada corre hacia Mohammed y lanza un espadazo haciéndole un corte superficial a Mohammed en su pierna izquierda.

No sabía que hacer, me encontraba en mitad de un combate con monstruos. Mi especialidad no era el combate, con lo que localicé una ventana abierta y salté por ella para intentar alejarme de la zona. Leandro, son demasiados, hay que huir.