Partida Rol por web

Highland Park - Domicilio de Charles Poole
12 de Mayo de 1936 - 13:45 horas

Duncan McRae y George Bushemeyer son los primeros llegar a la residencia de Charles Poole, un miembro de la WPA[1] que, presuntamente, ha sufrido un asalto. Ha sido Anna Franklin, una de sus vecinas, quien a las 13:21 horas ha llamado a la policia denunciando que la casa del susodicho estaba siendo asaltada por varias personas vestidas de manera extraña.

La casa es una edificación de dos pisos en un barrio acomodado de la ciudad, con fachada de piedra laja, un enorme porche y tejado de pizarra marrón claro. Un camino rodeado de césped conduce desde la calle hasta la puerta de entrada, y algunos ventanales muestran varias cortinas que ocultan el interior de la casa de la mirada de curiosos.

Los dos agentes están esperando la llegada de Eva Green y Loretta Young que han sido autorizadas por sus superiores para acompañar a los dos policías. 

El sol brilla en lo alto del cielo y una suave brisa hace bastante llevaderos los escasos cinco minutos que ambos tienen que esperar hasta que las dos mujeres hacen acto de presencia, no juntas, pero si casi al mismo tiempo. Eva llega en un taxi que la deja en la misma entrada de la casa de Charles. Loretta por su parte llega andando después de dejar el autobús una manzana más abajo.

Con tanto nigger, polaco y comunista suelto no es extraño que hasta en los mejores barrios esten ocurriendo cosas así. Lo que habría que hacer es meterlos en cintura, no disfrazarlos de policia como al tal Duncan este.

El joven agente se toca la gorra a modo de saludo a Eva Green, ignorando por completo a Loretta Buenas tardes ¿señorita Young supongo? Mantengase a cierta distancia, esto puede ponerse peligroso 

Eva baja del coche fumando un cigarrillo, se acerca a los agentes de policía mientras observa la casa. Cuando llega frente a estos les saluda sin mucho entusiasmo, por su mirada es evidente que está cansada, no hay maquillaje que oculte sus ojeras. 

-Bueno ¿Que es lo que ha pasado? agente... ¿Bushemeyer? 

Eva continúa echando miradas rápidas a la casa, como si esperase encontrar algo extraño en ella...

Duncan había llegado a la casa del señor Poole junto a su compañero. De camino no habían hablado más que lo necesario e incluso un poco menos. El agente negro no era nuevo ni tonto, y no habría pasado tantos años en el cuerpo de policía sin ser expulsado, de no haber sabido evitar las confrontaciones con sus compañeros racistas. Y de esos había más que moscas en un caluroso día de verano. Aunque estas últimas eran con mucho menos molestas.

Así que Duncan prefirió evitar el trato con su nuevo colega durante todo el trayecto hasta la casa donde al parecer, según la llamada de una vecina, unos desalmados habían entrado por la fuerza. Era la residencia de un miembro de la WPA y, aunque daba por hecho que la descripción de la señora Franklin sobre los intrusos era algo exagerada, al agente McRae no le extrañaría nada encontrarse con los efectos de una “llamada de atención”, un intento de dar un buen susto a alguien que se preocupaba de sus conciudadanos, sin importarle el color de su piel.

Lo que no terminaba de entender eran los motivos para permitir que dos civiles tomaran parte de su investigación. Si alguno de aquellos criminales se encontrara aún en la casa, el reconocimiento de la casa podría tornarse una tarea peligrosa. Además, eran dos mujeres y Duncan no tenía ninguna gana de hacer de niñera. Pero el permiso lo había dado un superior y el agente McRae pensó que sería más sano para él no hacer preguntas al respecto.

– Aún no sabemos lo que ha ocurrido de verdad, señorita. –contestó el mismo a la pregunta de Eva Green–. Hemos recibido noticias de un siniestro. Al parecer un grupo de extraños ha asaltado la vivienda. Tendremos que entrar para comprobar lo sucedido.

Loretta Young se sumó al grupo y Duncan, tras saludarla amablemente, aprovechó para darse la vuelta en dirección a la entrada de la casa y caminar hacia ella. Aunque no sin antes sacar su pistola y avisar a las dos mujeres.

– No sabemos si aún hay alguien en la casa y, caso de así serlo, si es peligroso. Lo mejor sería que se quedaran aquí afuera y esperasen a que hagamos una primera inspección. –suspiró entonces, sabiendo que sus palabras no servirían para convencerlas y que entrarían igualmente–.  Si al final piensan a entrar con nosotros, guarden cierta distancia, pero no nos pierdan de vista… Y no toquen nada.

Terminó de dar sus instrucciones.

El autobús se había retrasado, pero el conductor no daba señales de querer cumplir con los horarios. Además, cuando llegó a la parada en la que debía bajar, todavía le faltaba una manzana para llegar donde se había producido el incidente.

Loretta llegó con algo de prisa, lo justo para escuchar lo último que decía el policía de más edad y el gesto despectivo del policía blanco.

- Buenas a todos. - Dijo cuando llegó al pequeño grupo, devolviendo el saludo de Duncan con una sonrisa. Sin embargo no hizo lo mismo con George. - Exacto, la misma que viste y calza. Por mí encantada que vaya usted delante señor George. - dijo con una falsa sonrisa - Sobretodo si cabe la posibilidad que le pase algo. - Pensó Loretta, que nada más conocerlo ya supo que no harían buenas migas.

Tras las presentaciones pertinentes, fueron los dos agentes los que tomaron la iniciativa y entraron en la propiedad. Antes de llegar a la casa había un estrecho camino empedrado con césped a izquierda y derecha. Tanto George como Loretta se percatan de que en ambos lados hay marcas de pisadas y el derecho además esta mucho más chafado, con marcas de arrastre. Un último vistazo a la entrada les desvela además unas huellas de neumáticos poco marcadas.

Al acercaros a la puerta principal de la entrada de la casa, podéis ver que está reventada y cerrada de malas formas. Un pequeño empujón basta para abrirla y que ante vosotros aparezca un gran pasillo con varias habitaciones a los lados. A lo largo del corredor hay una mesa volcada que impide el paso a las escaleras que conducen al piso superior.

Antes de entrar podéis ver que en el suelo hay restos de sangre que parecen conducir, por el mobiliario que se deja entrever, al salón principal de la casa..

George observa las marcas en la tierra y las manchas de sangre. Al parecer el asunto va de robos, entraron le dieron una manta de palos al viejo y trataron de llevarse todo lo que pudieron arrastar. Típico de negratas, les dejas vivir entre personas y se comportan como animales de la peor calaña.

Hace un gesto a Duncan mientras poco a poco desenfunda su arma. Entra tu primero en el salón, yo iré detrás boy susurra

Eva fue la primera de las dos mujeres en adelantarse hacia la casa. Tiró el cigarrillo al suelo y sujetó el pequeño crucifijo que llevaba al cuello mientras susurraba algo. Recorrió el patio detras de los policias y se quedó en el umbral de la puerta a cierta distancia observando la mancha de sangre en el suelo. Sin embargo lo que mas curiosidad le producia era lo que podria haber en el piso superior.

Las huellas en el jardín, la puerta forzada, el violento desorden en el interior de la casa y, por último, las marcas de sangre en el suelo. Aún no sabían que había sucedido allí, pero dos cosas estaban claras: la llamada de la vecina no había sido una falsa alarma y sería mejor andarse con cuidado, por si alguien se encontraba todavía en la residencia del señor Poole.

Sujetó con firmeza el arma en su mano derecha. Su peso y su frialdad le daban cierta sensación de seguridad. Escuchó entonces a su compañero mientras le susurraba una orden.

– ¡Maldito bastardo! Muy valiente de palabra, pero en seguida se le arrugan las pelotas cuando huele el mínimo peligro. Entonces prefiere mandar al negro por delante y que sea este quien arriesgue el pellejo. –pensó para sí y se alegró de que las dos mujeres hubieran entrado con ellos. Sería más difícil recibir un disparo por la espalda, habiendo testigos civiles que pudieran desmentir la versión oficial de Bushemeyer de los trágicos hechos.

Sin embargo, Duncan no se quejó. Se limitó a asentir con la cabeza y a adentrarse con pasos lentos y seguros en el salón, mirando cada esquina en busca de alguna figura escondida y amenazante.

– ¡Mierda! ¡Señor! No dejes que mis tripas decoren hoy este suelo.

La tensión y el nerviosismo llenaban cada poro de su piel.

Todos espezaron a avanzar, pero George al parecer vió lo mismo que Loretta porqué obligó a Duncan a entrar el primero. Había signos de un posible altercado, robo o incluso de un "homicidio" como solía llamar la policía cuando había un asesinato.

También se percató de las marcas de ruedas en el suelo, así que no perdió tiempo y sacó su libreta para apuntar todo lo que había observado.

Después de que Duncan entrase, los 3 fueron pasando de uno en uno, percatándose del rastro de sangre que conducía al salón. Loretta empezó a mirar el resto de la casa desde la posición en la que estaba mientras espera a que los 2 policías les avisen que todo está despejado.

Los rastros de sangre conducen a los investigadores hasta el salón principal, donde parece que ha habido un enfrentamiento. La estancia está hecha un desastre: muebles destrozados, cristales por el suelo y manchas de sangre salpicada en las paredes. Un simple vistazo a la sala revela que la sangre esparcida por la habitación es muy abundante.

Además, en la pared más grande del salón, donde parece que colgaba un cuadro que ahora descansa tirado en el suelo, hay una especie de símbolo desconocido dibujado con sangre.

Agudizáis el oído, pero no escucháis más que vuestros propios pasos, vuestras propias respiraciones, ... Loretta y Eva permanecían bajo el quicio de la puerta de entrada, asomando quizá un poco la cabeza para ver algo mejor, pero esperando el aviso de Bushemeyer y McRae

Mientras esperas en el quicio de la puerta no puedes evitar mirarla, lo que llama tu atención es que en uno de los trozos de puerta que se ha astillado, parece que hay un pequeño pedazo de tela negra rasgada, un cuadrado de lados de no más de un par de centímetros o tres.

Tu mente no duda en traer datos sobre la Legion Negra, sabes de sobra que todos sus miembros visten con capas de color negro... sin embargo últimamente casi todo te recuerda a ellos.

– ¡Joder! ¿Pero que cojo…?

Duncan no era del tipo de personas que se dejara llevar por impulsos. Al contrario, era alguien más bien de carácter frio y calculador, al menos mientras se encontraba de servicio. Pero toda aquella sangre, y aquel extraño símbolo pintado en la pared con el fluido vital de una victima humana -y es que, teniendo en cuenta lo sangriento de la escena, el policía ya no dudaba de que el señor Poole había sido asesinado- apuntaban a una brutalidad como el experimentado policía no había visto en toda su vida.

Se dio cuenta de que las dos mujeres estaban esperando en el umbral de la puerta de entrada y se acerco a ellas. La expresión sería de su cara dejaba claro su humor.

– Señoras. Me temo que el cuadro que les espera en esa casa es demasiado duro para dos mujeres. – comenzó queriendo convencerlas para que abandonaran sus intenciones. Pero también tenía ordenes de dejarlas entrar y por ello no quiso obligarlas a que se marcharan–. Hay mucha sangre. Si no están acostumbrada a ella, yo les recomendaría que esperaran afuera. Si así y todo quieren entrar…– Lo dejó en el aire. Ahora era cosa de ellas decidir si querían entrar y cargar con las consecuencias.

Se giró para volver al salón y continuar con su investigación, cuando pensó que no conocía la profesión de las mujeres y si éstas tal vez dispusieran de conocimientos que pudieran ser de ayuda. Se volvió a mirarlas.

– ¿Saben ustedes algo sobre esoterismo o temas profanos? Hay dentro hay un símbolo… –Quizás al final pudieran ser de ayuda–. Si tienen conocimientos en estos campos, pueden acompañarme.

Una vez de vuelta en el salón, volvió a observar con atención el dibujo pintado con sangre.

La situación era dantesca. La casa destrozada, sangre por todos lados y ese extraño simbolo en la pared ¿cosa de comunistas? Pareceía todo demasiado escabroso incluso para los negratas que estaban tomando al asalto su tranquila ciudad. 

Tratando de no dejarse hipnotizar por la mancha de sangre y el simbolo pintado trató de echar un vistazo a ver si faltaba algo en concreto en el salón aparte del cuadro ¿quizás no fuese un robo si no un asesinato encubierto con un robo? ¿En que diablos andaría metido el tal Poole?

No le gustaba que el negro fuese por ahí dando ordenes pero lo que había dicho tenía cierto sentido así que no era necesario, por el momento, recordarle cual era su lugar. 

McRae ¿alguno de tus amiguitos con cara de betún puede ser el responsable de esto? preguntó a su "compañero" ¿Sabes si se ha visto a niggers merodeando por aquí en los ultimos días?

Eva escuchó lo que Duncan decía desde el salón y entendió entonces porqué habían llamado a ella para esto. Con paso firme se adentró en la vivienda y se unió a sus nuevos compañeros en el salón. 

El espectáculo era repugnante, nunca había visto tanta sangre, y tal representación de violencia. Eva no pudo evitar llevarse una mano a la boca, intentando retener una arcada.

-¿Que clase de monstruo ha podido hacer esto...?

Eva se percató entonces de la presencia del extraño símbolo de la pared y se acercó para observarlo mas de cerca y buscar en su memoria, saber su significado seria importante.

Loretta se puso a observar la instancia desde el quicio de la puerta, dando con una posible pista. Tras los comentarios del policía George no dudó ni un momento en avisar a Duncan para lo que había descubierto.

- Señor Duncan, ¿puede venir un momento? - se esperó a que estuviese cerca, y con un tono normal, lo suficientemente alto para que el resto pudiese oir volvió a hablar con Duncan - Observando el marco de la puerta he descubierto un trozo de tela de color negro. Seguramente uno de los agresores se habrá enganchado la ropa con el trozo astillado que ha quedado al forzar la puerta y se haya rasgado la vestimenta. -

Cuando Duncan vió el trozo, Loretta le dejó espacio y aprobechó para acceder al interior de la vivienda, dirigiendose al salón en busca de posibles pistas que revelasen lo que había sucedido allí.

Tanto McRae como Bushemeyer miran el símbolo, intentan recordar algo de sus casos pasados, quizá de alguna lectura de algún libro extraño... pero no parecen sacar nada en claro, ningún recuerdo que les evoque nada. Por su parte Eva se acerca, siente que ella si que le es familiar, aunque no es capaz de recordar donde lo ha visto, quizá solo sean sus ganas. 

Cuando se acerca para analizar el dibujo parece cobrar vida, sus líneas comienzan a moverse despacio, adquiriendo un intenso y brillante color rojo que ilumina durante unos instantes la habitación, hasta que de repente escucháis un fuerte sonido, producido por el cuerpo de Eva que ha caído inconsciente en el suelo.

El símbolo ha dejado de brillar, y sus líneas ahora permanecen tal y como estaban justo antes de que Eva se acercara al mismo...

Abres los ojos, y a tu alrededor solo puedes ver oscuridad. Una suave brisa, que recorre todo tu cuerpo, acompaña a un silencio sepulcral. Como surgido de la nada, un gran fuego empieza a arder a lo lejos. No puedes ver qué es lo que se está quemando y, sin previo aviso, comienzas a caminar de la mano de una figura que no puedes apreciar con claridad. Va ataviada con una túnica amarilla, pero parece flotar sobre el suelo embarrado del bosque.

Bushmeyer no pudo reprimir soltar una maldición en voz alta mientras por instinto sacaba el arma. Duda unos segundos pero rapidamente corre a arrodillarse junto a Eva y tratar de descubrir si esta aun respira. Le golpea con suavidad la mejilla ¿Señorita Green? ¿¡Señorita Green!? Antes de levantar los ojos hacia el simbolo y durante un par de latidos no puede apartar la vista del mismo. ¿Que diablos ocurre aquí?

¡McRae! grita sin apartarse de Eva ¡Mueve el culo! Aquí hay algo muy raro en marcha.

Y con cuidado deja a la inconsciente Eva en el suelo mirando a su alrededor en busca de algún cojín o similar.

Todo pasó muy deprisa, una luz intensa y de repente Eva calló al suelo desplomada. Loretta se agachó rápidamente pensando que alguien desde fuera les había atacado. Pero no tardó de darse cuenta que no había habido ninguna explosión. Algo muy extraño y complejo acababa de ocurrir y Loretta no comprendía que era. No era creyente desde pequeña, ya que la vida nunca le había sonreido, pero aquello era algo ilógico.

Hizo memoria. Se acordó de entrar en la habitación justo en el momento que Eva se acercaba al símbolo. Pero entonces su corazón se encogió y el temor a lo sobrenatural empezó a sembrar raices. Recordó como el dibujo empezó a moverse y volverse de un color rojizo antes de esa extraña explosión de luz.

Intentó calmarse mientras miraba lo que estaba ocurriendo en la sala. Pudo observar como George acudía a la ayuda de Eva. - ¿Que ha pasado? No entiendo nada, el simbolo se ha empezado a mover y después de la intensa luz Eva se ha desplomado. - Loretta tenía la respiración entrecortada ya que todavía no se había recuperado - Señor George, digame que usted lo ha visto. -