Patrick se permitió una sonrisa, imaginando a todos esos jubilados "pasándolo bien" con el dependiente.
-Y, Jake, una pregunta, ¿Cuándo empieza la celebración? ¿Hay algún aviso en el pueblo?-
Seguidamente miró a sus compañeros. -Por si al final nos animamos a ir.-
- Al atardecer la gente se reúne junto al gran árbol.
-Anochece, y diluvia. ¿Se reunirán esta noche o lo dejarán para otro día?-
El pueblo más bonito con jubilados haciendo cestas de cañamo ¿Quién les proporciona el cañamo?.
—¿En serio? —le preguntó a Patrick, extrañado, cuando afirmó que igual "se animaban a ir".
Igual es que les estaba afectando tanto incienso. Cuanto más contaba Jake al respecto, más muermo parecía la celebración esa, ¿y aún así querían ir? Menudo par.
- Hoy no, es mañana.
Da una larga calada y sonríe.
- Aunque si queréis fumar e ir al bosque, yo me apunto.
Miré largamente a Jake. La invitación me pareció de lo más insólita. No necesitaba excusa ninguna para fumar, ni parecía importarle que todo el pueblo, Sheriff incluido, supiera no sólo que consumía, sino que además traficaba. Empezaba a olerme entre el incienso que había cosas muy poco habituales en ese pueblo.
-Claro, vamos a dar una vuelta por el bosque-
Antes de salir volví a mirar mi móvil. Quizá no tenía cobertura, pero la camara y sobre todo la brujula debían estar funcionales.
Mientras Jake sonríe y se carga los bolsillos con marihuana, la tormenta se hace más fuerte. La lluvia cae sin piedad y la noche es como un manto tan oscuro como el abismo.
Jake maldice por lo bajo y vacía sus bolsillos.
Patrick estaba ya asintiendo y a punto de responder a Isaac cuando escuchó la tormenta empeorar.
-Tanto da, parece, lo que queramos o dejemos de querer- Suspiró. -Con este tiempo no habrá ni paseo por el bosque ni fiesta.-
—¿Aquí es que no para de llover? A ver si además del pueblo más bonito es también el más húmedo —afirmó con fastidio para entonces girarse hacia Jake—. ¿No venderás paraguas, por un casual? Aunque sean de cáñamo.
-¿Eres de aquí Jake?-
Miré al exterior. La lluvia arreciaba y no tenía ropa de repuesto. Si tenía que esperar que parará de diluviar, mejor buscarse una distracción
- No, paraguas no - dice mientras da otra calada - no uso esos cacharros que se estropean con el viento.
Hace amago de pasar el porro y antes de que nadie lo acepte le da otra calada.
- Mis padres eran de aquí, yo pasé muchos años fuera. Con los años volví, aquí se vive muy tranquilo.
-Parece que el paseo por el pueblo va tocando a su fin- Suspiró Patrick.
-Si, es un pueblo entrañable, Jake, y se le ve muy tranquilo, pero con este tiempo de mil demonios, me extraña que no se os haya inundado hasta el cáñamo.- Expresó, molesto por la escasa tregua que les daba el tiempo.
—¿Es esto habitual? —le preguntó a Jake, señalando con el pulgar hacia el escaparate, concretamente hacia el chaparrón que arreciaba en el exterior.
-¿Estará bien la furgoneta?- me preocupaba que con el aguacero no hubiera algúna riada y la furgoneta acabara en el fondo del bosque.
- Por aquí suele llover, pero a veces la cosa se desfasa. Es un tiempo de locos.
Patrick, alarmado por el recordatorio de Mónica, expresó -Deberíamos comprobar que esté todo bien una vez la tormenta nos de un descanso.-
Volviendo su atención a Jake -Jake, con este tiempo de perros, ¿cómo hace para que crezcan las plantas para hacer todos estos productos?-
- Tengo un invernadero en la trastienda.
Con una amplia sonrisa da una fuerte calada y os sonríe.
—Prefiero no pensar en la camioneta, porque me voy a poner de mala leche —afirmó sin pena ni gloria—. Yo diría que mejor nos vamos para el hotel y mañana será otro día.
Me encogi de hombros no tanto para mostrar disconformidad como indiferencia a la sugerencia de Isaac.
-Si, será mejor. Mañana veremos -
Con un suspiro, Patrick asintió a las palabras de ambos, todavía preocupado.
-De acuerdo entonces, mañana veremos- convino -Ya nos veremos, Jake-.