Conseguis apuntar el número de matrícula. Enry no consigue ver el número de licencia visible... Volveis hacia el gimnasio, los acontecimientos de este largo día os ha dejado bastante hechos polvo. Al entrar en el gimnasio veis a la chica oriental hablando con Pilar, la otra monitora que se encarga de llevar los asuntos del gimnasio. La chica intenta consolarla como puede, aunque podeis comprobar como Pilar está deshecha en un mar de lágrimas. Veis como los niños empiezan a salir del gimnasio, reuniéndose con sus respectivos padres que han venido a buscarlos...
Abre los ojos y se acerca a ella, pasa el brazo por encima de su hombre... siente que sus ojos se empañan en lágrimas pero con la mano libre le acaricia el brazo.
Lo... lo siento...
No dice nada de cerrar el gimnasio, es decisión de Pilar...
Decides bajar, aquí sientes que no haces nada. Así que te apartas de la ventana y te diriges a la planta baja. Después de haberse ido los niños sientes que el gimnasio está muy vacío. Acostumbrado al ruido de las máquinas, las conversaciones y risas el silencio se te hace casi opresor. Pasas por al lado de un espejo, y puedes observar como tu rostro se ve algo demacrado. Pequeñas sombras se pueden apreciar bajo tus ojos y unas líneas de preocupación los bordea, líneas que antes no tenías. Sigues bajando las escaleras, y cuando llegas, puedes observar a la chica oriental hablando con Pilar, la cual está con los ojos hinchados de haber estado llorando, parece que la chica está intentando consolarla. En la puerta observas que acaban de entrar el hombre extrangero y el chico joven...
Enry y Hans entran de nuevo en el gimnasio, Takako levanta la vista y Roberto aparece por las escaleras. Os encontrais los cuatro en la planta baja, mirandoos, todavía nerviosos por los acontecimientos que acabais de vivir. Quién será esa niña? Qué querrá de vosotros? ...
Vamos.
Dijo Hans secamente, mejor hablar en otro sitio. Miró a Takako esperando que les llevase al local que había propuesto.
Saben, me cuesta de creer que todo esto etse pasando, mas bien parece sacado de una de esas peliculas de miedo. Si no fuera por que lo he visto con mis propios ojos...
Siguió acariciando la espalda de Pilar... hasta que vio los hombres con los que había hablado anteriormente. Takako volvió a mirar a Pilar.
Todo irá bien... ¿sí? No se desanime... - le esbozó una sonrisa y se dirigió a los chicos, mirando aun a la mujer de reojo... quizás debería llamar a algun psicólogo, total la ambulancia seguía a fuera... miró a los chicos. - Sí... ya estoy...
Se mordió el labio, nerviosa y pensativa...
Manuel está desmarcado
Os girais hacia la puerta, con idea de ir a algún bar cercano para poder comentar los sucesos del día. En la puerta veis a un agente joven que se dirige hacia el interior, os saluda al pasar junto a vosotros, y va directamente a hablar con Pilar.
Salis del gimnasio. Fuera ya ha oscurecido... La gente ha empezado a dispersarse y la ambuláncia ya no se encuentra allí. Todo parece haber sido parte de alguna especie de pesadilla macabra.
Llegais al bar que os comentó Takako, parece bastante tranquilo, os sentais en una mesa apartada...
perdon, ya he quitado a Manuel, así no os teneis que preocupar de desmarcarlo ^^
Para mi boubon, sin agua y con hielo. Dijo Hans cuando vinieron a tomarles nota. Había estado unos minutos encerrado en el lavabo y ahora parecía encontrarse más calmado.
Una vez se aseguró que el camarero no podía escucharles se dirigió al resto. Vamos a ver, creo que estamos todos de acuerdo en lo de la cría de los demonios, alguien sabe quien és?
Yo... yo quiero una coca-cola. - le dice al camarero con una leve sonrisa.
Mira y escucha al chico que parece extranjero... está algo callada, hasta que suspira.
Yo no sé quién es, la he visto por primera vez esta mañana cuando se ha puesto a llover de aquella forma...
Otra cocacola por favor - Le dijo Enry al camarero.
Yo tampoco se nada de esa cria, y la que podía saber algo se ha ido con su padre ese tipo, que no ha querido entrar en razón
Al tipo este podemos encontrarle, dijo mientras encendía un cigarrillo sin fijarse si en el local se podía fumar o no. Recordais que estabais haciendo cuando visteis a la cría. Recuerdo que a mi me sonó el movil...
Roberto se sentia incomodo sentado en aquella ridicula silla del bar. Intentaba mantenerse ´calmado, pero era dificil encontrar el equilibrio y la silla, a cada leve movimiento, crujia de manera algo alarmante, finalmente, apoyandose y echando parte de su peso sobre la mesa, pareció encontrar algo de estabilidad, aunque eso significaba que la mitad de la mesa estaba ocupada por los brazos del rubio y parte de su cuerpo, que agachado y algo encogido, se mantenia en una postura antinatural, incomoda y ligeramente jocosa inclinado hacia delante. Como si el techo fuera demasiado bajo para su altura o hubiera nacido con una joroba congenita en la espalda.
Debido a esta trifulca que llevaba entre él y los muebles del bar, Roberto apenas tuvo tiempo de pedir un aquarius y en cuanto a la conversacion que se llevaba en la mesa, la verdad que se entero de bien poco o casi nada.
De cualquier manera, ahora que ya estaba algo mas calmado, aunque todavia incomodo, comenzo a prestar atencion a lo que decia la gente que le acompañaba.
- ¿Que le sucedía a Pilar?. -Fueron las primeras y unicas palabras que dijo desde que entraron al bar mientras miraba a los ojos a la niña asiatica.
Al ver la peligrosidad que correría la bebida encima de la mesa, Takako, con una mirada algo perpleja mirando el musculitos, decide mantenerla entre sus manos y bebiendo sorbos cortos de la pajita... observando también las fugaces miradas que les echan los demás clientes del bar y el propio camarero.
Es algo engorroso, sí.
Al escuchar que le habla y le pregunta por Pilar, la chica adopta una cara un poco triste y baja la mirada hasta su vaso.
Han atropellado a Cristoff... - consigue susurrar.
- ¿¿Fue Cristoff a quien atropellaron!! ¿Como está él? -Era curiosa la reacción de Roberto, en teoría su deseo de venganza primeramente estaba centrado en Cristoff e incluso iba a propinarle una paliza ese mismo día, pero no daba crédito a la respuesta de la "china" esa que acaba de aparecer, y con cara de perplejidad, reaccionó con esa pregunta exaltada; lo que hizo que alguna cosa, de algún lado inespecífico, de la mesa o del asiento que estaba en contacto con Roberto crujiera con el sonido de la madera astillandose ligeramente.
- ¿Y como está ella? ¿cómo está Pilar? -De repente se habia olvidado de nuevo de la niña fantasma y por tanto del motivo principal de la conversacion que había interrumpido.
Pues... - mira a lado y lado, mirando a Hans y a Enry, y vuelve a mirar a Roberto. - N-no lo sé... p-pensé que q-quedaría algo mal preguntar cómo estaba... Pilar es-estaba llorando mucho, y-y dijo algo d-de cerrar el g-gimnasio. Creo que... - traga saliva y se piensa la continuación, mordiéndose el labio inferior. - Es p-posible que Cristoff haya muerto... Pilar estaba muy mal...
Las palabras de la asiática confundieron y dejaron a ROberto en un estado de shock y dejando de mirar a Takako queda pensativo con la mirada perdida en el vaso que sujetaba con ambas manos que contenía su aquarius. El silencio volvió a dominar en torno a la mesa, exceptuando el ruido propio dle bar y la conversación quedó detenida hasta que alguién la interrumpiese.
Hans se mantenía muy serio, de brazos cruzados esperando que terminasen de hablar del accidente y retomaran de nuevo el tema de la maldita cría.
Mucho me temo que esta muerto. A pilar se la veía muy afectada. Respecto a la chica esa rara que se aparece, la primera vez que la he visto ha sido en el gimnasio, aunque estos dias he visto cosas raras, cosas que parecerían de locos
Cae sobre vosotros como un peso la muerte de Cristof, algunos lo conocíais más que otros, pero todos sentis un regusto amargo, como de bilis pensando en lo sucedido...
Os han servido las bebidas, os quedais un rato en silencio, intentando asumir los acontecimientos del día, cuando el móvil de Takako empieza a sonar insistentemente...